Partida Rol por web

-¿No has visto las cámaras? Pudiera ser que la imagen de las cámaras nos proporcionase algún dato verídico. En cuanto a mi diario ... -en voz alta, le leyó su entrada-.

Miércoles 26 enero 16:00

El octavo se hallará en el parque de atracciones… ¿me llevará Kurusu? Dispongo de un arma.

-Dice que se ''hallará'', pero su futuro puede cambiar de ser así... ¿Y si le preguntamos a ese viejo de metro noventa sobre el domicilio del crío que estaba en la comisaría? Si él ha sido quién te ha hackeado, es porque es relativamente listo. Por lo que debemos tener cuidado. ¿Crees que guarda alguna relación con el octavo? Deberíamos ir descubriendo la tapadera de los 9 jugadores restantes (sabemos la de 10º, tú y yo)... Entonces ... ¿al parque de atracciones?

Keigo había visto las imágenes de las cámaras de seguridad, había reconocido a ambos muchachos. Uno de ellos ya lo había mencionado el anciano, Akise Aru. El otro lo había visto en el instituto esa misma mañana, un chaval despistado, poco hablador, que había recogido su mochila y se había despedido de su profesor. Ese debía ser el hacker pero no sabía su nombre.

- De acuerdo, vayamos al parque de atracciones. Mañana a primera hora iremos al instituto y hablaremos con uno de tus compañeros, tengo la sensación de que es el jovencito que ha hackeado los sistemas...y con total seguridad otro de los usuarios. ¿Cuando lleguemos...quieres un helado? bromeó con la joven. En verdad la muchacha era atractiva pero su cabeza estaba a otra cosa en esos momentos.

Recorrieron las calles hasta acercarse al parque de atracciones. Esta vez aparcaría sin hacer el tonto.

Kurusu y Yunly salen de escena.

Le describe a Nishijima el aspecto de la 10º alegando que ella es la Asesina en Serie que había visto. Le recomienda investigar por las peluquerías a causa de su cabello teñido.

Llega el coche y le pide al chofer que vaya al instituto.

Saliste de escena.

La comisaría se haya bastante activa a esta hora del día. El sol de media tarde pegaba un poco más fuerte en esta parte de la ciudad, ocasionando que los rastros de lluvia se hubiesen disipado. Apenas llegas observas a hombre uniformados entrar y salir rápidamente, y notas en algunas de sus caras un aire de preocupación. Tu experiencia con pacientes de todo tipo te había dado la capacidad de detectar ciertas cosas en las personas antes de que estas te lo tengan que decir. Al acercarte a la entrada notas que la puerta principal se haya rota, como si alguien la hubiese forzado. Un hombre de mediana edad, vestido con un mono de trabajo de un azul descolorido, manchado por el aceite y el paso del tiempo se encuentra arrodillado frente a la entrada, con una caja de herramientas a un costado y un destornillador en su mano, se haya concentrado intentando reparar la cerradura.

A su lado, se encuentra parado un hombre joven de cabellos marrones que viste un traje gris con corbata. Parece comentarle una cosa al cerrajero por lo bajo, y ambos se ríen. Cuando te estás acercando éste levanta la vista y se queda mirándote. Luego de una pequeña pausa, parece reaccionar, y te saluda. 

"- Buenos días, señorita -dice el muchacho joven al verte subir las escaleras. Tardes, me refiero -se corrige, como maldiciéndose por equivocarse. ¿Necesita algo? Andamos algo cortos de personal pero siempre con espíritu alto -bromea, llevándose su mano a la parte posterior de su cabeza".

Pese al aire despreocupado del policía, notas en sus facciones que se halla cansado. Lo reconocés porque es la cara con la que te ves en el espejo luego de las largas guardias en el hospital.

-Buenos días -le responde Mizuki, muy seria, inclinando ligeramente la cabeza -. Ayer me crucé con un hombre que intentó acabar con mi vida y que existen muchas posibilidades de que sea el asesino de mujeres que están buscando. Por fortuna, el señor alcalde apareció en su vehículo, lo disuadió e hizo que huyese, pero le prometí que me pasaría después del trabajo para hacer una descripción completa. Espero que consigan atraparlo y que termine todo este calvario.

-Señorita -responde ante ella-, ¿podría señalarme en una foto a quién usted ha descrito como el asesino? En ese momento, Nishijima entra a la comisaria y, luego de revolver entre algunos archivos, trae lo que parece ser una carpeta con múltiples fotografías de sospechosos. Entre ellas, reconoces la imagen del hombre que te estuvo siguiendo, y al pie de la misma figura el nombre de Takao Hiyama.

Hoy 16:30

En la comisaría dan un aviso de que el parque de atracciones ha estallado una bomba... ¡ESTOY A SALVO!

Es ese, en efecto, confirma Mizuki sin dudarlo. El recuerdo de aquel rostro que parecía indiferente, primero, pero lleno de determinación después, es algo que jamás podrá olvidar.

Supongo que si tienen su foto será que no soy la primera persona que lo señala, dijo a continuación. Después, espero a que el policía completase el informe.

Nishijima recibe una llamada telefónica.

-Disculpe, señorita, he de atenderla...

Llamando...

¿Nishijima? Sí, hola, buenas. Soy yo otra vez, el secretario del alcalde... ¿Está leyendo usted las noticias? ¡Se necesita una patrulla en el parque de atracciones! ¡DEJAD LO QUE ESTÉIS HACIENDO! ¡ES URGENTE! ¡Por el amor de Budas, no sé quién os contrató, pero ... en su sano juicio no estaría!

Con voz calmada, le responde que estaba haciendo asuntos realmente importantes y que desconoce la ubicación de su compañero de trabajo.

-Mandaremos una patrulla. Muchas gracias.

Nishijima se arma con su equipaje y sale del establecimiento tras decir: ''lo siento, señorita, llamada de socorro, heridos en el hospital''.
 

¡Heridos en el hospital! Mizuki no sabía de qué se trataba, pero seguramente necesitarían de todo el personal necesario, así que...

¿Puede llevarme de regreso al hospital? -le pregunta a Nishijima-. Seguramente, necesitarán a todos los médicos disponibles.

El policía estaciona el vehículo correctamente, para sorpresas de todos. La comisaría parece tranquila. Aunque... Nishijima se altera nada más ver a la pareja. En la televisión, aún se encuentra proyectada la emisora con la noticia...
 

Keigo se acercó a Nishijima y sacando de su bolsillo el arma de su subordinado le devolvió su arma. Después le hizo un gesto para que los tres entrarán y allí hablar con tranquilidad, fuera de miradas indiscretas. Una vez en el interior le dijo a su amigo.

- Masumi, tu más que nadie sabes que de todo lo que se me acusa son burdas mentiras. Nunca he sustraído nada sin consentimiento, ni armas ni documentos, mis cuentas están a la vista de todos, y como las tuyas, nos pagan una mierda. Yo no le he proporcionado ningún arma ilegal, la muchacha es hábil y te la quitó sin que te dieses cuenta en el instituto, porque corría serio peligro...pero ya ves que la ha devuelto de buena fe y se que ahora te pedirá disculpas...miró a la joven para que se disculparse y después de aquello prosiguió. Lo de que estoy destruyendo mi matrimonio...¿De qué va ese héroe enmascarado?  Mi mujer falleció hace cinco años y mi hijo sabes perfectamente que está prácticamente en coma en el hospital...¿Qué derecho tiene a meterse en mi vida personal? Pienso encerrarlo por injurias, difamación y escándalo público. Y en cuanto a que la muchacha no lleva documentación...es lo único cierto pero tiene una explicación complicada. Hasta que se la puedan tramitar, le haremos un pase provisional de un mes. Yo puedo redactarlo, ambos lo firmamos y solo restará que el alcalde lo selle. ¿Confías en mi, compañero?

Masumi me conocía de toda la vida, hasta le ayudé a superar la pruebas teóricas y ofrecí consejos en sus primeros años. También lo pedí para que lo asignaran a mi unidad. Si él desconfiaba de mí, es que no tenía amigos.

Masumi observaba a la joven sin perderla de vista. Aquellas noticias eran un caos y que su compañero estuviese conviviendo con alguien a quien le llevaba nada más y nada menos que doce años... no le terminaba de agradar. Sin embargo, nunca en los años que llevaban trabajando juntos, dudó de su palabra, por lo que tras escuchar las disculpas de aquella desconocida y oír a su jefe espetó:

-El problema es el alcalde. Últimamente se comporta extraño... Por mí, tenéis mi... ¿consentimiento? -sonrió divertido-, solo te digo que tengas cabeza y no traigas a otro crío a este mundo -le susurró-, que la chica es...demasiado joven.

Agradecí el gesto de complicidad de Masumi y los tres entramos en comisaría. Allí redacté la documentación con tranquilidad y tras firmarla, se la tendí avendí a Nishijima para que la firmase. Tomamos las huellas de la muchacha e imprimí su nueva documentación...Yunly Amano era una residente en Japón durante un mes, una turista más.

- Le entregaré la copia al alcalde y todo estará en orden, dentro de la legalidad, como debe ser. Sonrió a la joven y bajamos todos hasta la armería del sótano. Allí busqué entre las cosas y saqué tres chalecos antibalas, luego les di uno a cada uno para que se los colocasen. Han habido muchos ataques del asesino de mujeres, atentados terroristas recientemente, dos amenazas bomba, gas que envenenó a bastante gente...creo que ir los tres protegidos no nos vendría para nada mal. Soy el oficial al mando, tenéis mi autorización para llevarlos. La muchacha lleva mi arma secundaria, Nishijima. No la ha sustraído, yo sé se la he dejado para que pueda defenderse. Por alguna razón que no alcanzamos a comprender...está en el punto de mira. Hay que protegerla. ¿Alguna novedad desde que nos separamos, Masumi? Cualquier dato puede ser relevante...¿Por qué sospechas del alcalde? ¿Estuvo aquí?