Partida Rol por web

Normandía, día 186 de misión.

Después de todas las acusaciones intercambiadas, y en su mayoría hacia Viktor, todos os miráis buscando llegar a un acuerdo.

La primera en actuar es Claude que señala al jefe de seguridad.

- Creo que no es necesario dar explicaciones, es un infiltrado - Dice totalmente segura de si misma.

William asiente con la cabeza  mostrándose acorde con ella.

- Sabía que quedaba un infiltrado vivo y sospechaba de Paysal, pero su comportamiento en la enfermería ha dejado claro que nos ha engañado todo este tiempo.

Nikolai, sin moverse del sitio y siguiendo en la misma postura amenazante, clava sus ojos en los de Viktor.

- No me queda duda de que ese hijo de puta es un infiltrado.

George intentando romper el bucle en que se ha metido en que la mayoría le ignora, intenta alzar la voz.

- Yo también creo que Viktor es malo, porque es muy sospechoso que se asuste tanto por unas simples notas. Y lo que dicen Will y Claude tiene sentido.

Francesco se acerca al niño y le pone una mano en el hombro.

- Sospecho que es el origen de nuestros males. Además parece ser que al igual que Julian, tampoco tiene alma. Y además está programado en nuestra contra, así que digo Viktor.

Akira suspira.

-Ha disparado a Claude... creo que eso lo deja claro.

Viktor alza la mirada dándose cuenta del error que están cometiendo, o al menos bajo su criterio.

- Sé que no me escucháis... pero yo creo que tendríamos que centrar nuestra atención sobre Iris.

Hay un par de minutos de silencio y todos sabéis que la decisión está tomada.

William, mirando que Viktor está vigilado se acerca a este y le hace un pequeño corte en una mano, observando como la sangre mancha el bisturí.

Nikolai, cuchillo en mano obliga a salir a Viktor, y a su vez Julian, George, Francesco y Akira lo acompañan.

Los seis salís de la enfermería y os ponéis a andar por los pasillos, el humo que avanza por el suelo de nuevo os pone nerviosos, igual que los sonidos metálicos que provienen de todas direcciones. Sabéis que no ha habido tiempo de que las crías de Alien hayan madurado pero... ¿Y si os equivocáis? Quizás... quizás ya sean adultos y estén acechando... los tres...

Con esa idea en la mente andáis por los pasillos, prestando atención a no caer en una emboscada, Nikolai va obligando a Viktor a avanzar.

Cuando habéis andado unos cuantos metros, podéis ver la entrada a la sala de hibernación, y decidís correr hacia ella.

En ese momento escucháis un chillido y os giráis para ver al Alien tras vosotros, Akira empalidece, y Francesco no duda.

-Yo soy el cordero de Dios - Dice, toma aire y sale corriendo en dirección contraria a la sala de hibernación, George grita y va a correr tras el sacerdote, pero Julian lo coge y lo levanta en volandas con una mano antes de salir corriendo a la enfermería, igual que todos.

Cuando la puerta se cierra, dejando a un lado a Francesco y en el otro al resto.

Una vez entráis en la sala de las cápsulas de hibernación, George está totalmente desolado y parece no ser capaz de moverse.

Viktor lo mira y suspira, mientras que Nikolai obliga al jefe de seguridad a meterse en una de las cámaras.

-Vamos, George, si supiste hacer funcionar la máquina, debes hacerlo ahora igual.

El chico camina hacia la máquina de hibernación y mira los paneles, se le ve bastante apagado.

La cápsula se cierra dejando a Viktor en su interior, y en ese momento la máquina comienza a pitar. George se pone nervioso e intenta arreglar lo que está haciendo, pero está claro que no sabe cómo, y Viktor se mueve en el interior mientras grita, probablemente de dolor.

Unos segundos después, los movimientos del jefe de seguridad cesan, y otros más tarde, la cápsula se abre, dejando accesible el cadáver de Viktor.

No tiene ya ningún sentido que continuéis ahí, así que os asomáis por la puerta y veis delante de vosotros el cuerpo mutilado de Francesco sobre un charco de sangre.

Nikolai toma el cuerpo de Viktor y Julian sale para comprobar que no hay rastro del Alien y echarse a hombros a Francesco antes de regresar a la enfermería, aunque esta vez por fortuna no hay más incidentes.

El grupo regresa a la enfermería, pero lo hacen... distintos. Nikolai carga el cuerpo a medio congelar de Viktor, y Julian el cadáver sanguinoliento de Francesco.

George a su vez parece totalmente apagado y triste.

No sé qué ha pasado... Dios, ¿por qué has hecho esto? ¿Por qué dejas que Francesco muera otra vez si lo necesitamos aquí? ¿Y por qué no me has ayudado con la máquina? ¿O acaso era lo que tú querías? ¿Que Viktor muriese? Yo también lo quería muerto, pero desearle la muerte a alguien está mal, ¿no?

No entiendo nada, Dios. Y encima Te has llevado a Fran otra vez. Él es el que me enseña a rezar y a saber cosas sobre Ti. ¿No puedes traerlo de vuelta otra vez? O eso es demasiado pedir...

Cuando llego voy taciturno a una silla, en la que me dejo caer derrotado.

- No entiendo nada... yo quería hacer funcionar la máquina y empezó a pitar sin que yo hiciera prácticamente nada... Y Fran... ¡Fran eres idiota! - Grito, lloroso. - ¡Otra vez te has vuelto a morir! ¡Y seguro que Dios no tiene tantas resurrecciones para ti! ¿Por qué te metes en medio y te pones a atraer al alien? ¡Idiota! ¿Me oyes? ¿Alguien puede decírselo de mi parte? Yo no quería que murieran... 

En el rato que están fuera permanezco sentado en la camilla. No parece que Edmundo vaya a recuperarse, y comienza a darme miedo que, una vez muertos los infiltrados y sus feromonas, el olor de la sangre pueda atraer al alien. En ese caso creo que sería la primera víctima.

Estoy pendiente de Claude todo el rato, pero dejándola trabajar. En algún momento pido un analgésico, pero toda mi atención se centra en escuchar algún ruido extraño.

Finalmente, cuando vuelven, los miro extrañado, y me arrodillo al lado de la silla donde se ha sentado George.

- ¿Ha vuelto a hacer lo mismo, verdad? - pregunto, refiriéndome al sacerdote - Bueno, estate tranquilo, seguro que vuelve. - digo de manera sincera - ¿Qué ha pasado exactamente con la máquina? ¿Cómo se ha portado Viktor? ¿Habéis pasado por las taquillas? - digo del tirón, y entonces me aparto un poco - Perdona, tampoco quiero atosigarte. ¿Cómo estás tú? ¿Te has hecho daño?

Claude permanece sentada cerca de William la mayor parte del tiempo, con la mirada fija en los conductos de ventilación, preparada para saltar como un resorte en cualquier momento en que aparezca el alien en la enfermería. Cuando William pide analgésicos se los proporciona y si la doctora Alonso le pide ayuda con algo, la ayuda enseguida, pero el resto del tiempo simplemente permanece sentada, vigilando.

Cuando los que salieron vuelven a entrar los mira sorprendida en un primer momento y haciendo una mueca después, al ver el cadáver del sacerdote. En cuanto George habla, la joven se acerca a la silla donde está sentado y se agacha junto a William para examinar el rostro del niño con atención. - ¿Qué ha pasado, George? ¿Estás bien? - Claude acaricia la mejilla del pequeño, asegurándose de que no está herido. - No te preocupes, ahora lo meteremos en una de esas cápsulas, ¿vale? Y seguro que tenemos suerte y alguien puede traerlo de vuelta.

Se pone de pie mirando a los recién llegados y señala las cápsulas blancas. - Por favor, mete al padre en una... - Pide a Julian que carga el cadáver de Francesco.

Con un suspiro, se dirige al ordenador, logeándose y empezando a teclear rápidamente. Se mantiene en silencio pero escucha la conversación mientras trabaja.

Parece que la maquina no funciono como era debido, el proceso de congelación normalmente es instantáneo para preservar las funciones celulares de los humanos, pero en este caso, fue mas lento, y por el proceso de congelación las células de Víctor se rompieron al expandirse el citoplasma, causando con ello la muerte por deterioro celular

Finalmente, me dirijo a las capsulas donde han ido metiendo al resto de muertos, la abro y deposito a Francesco en ella y Finalmente, me giro hacia Nikolai

Como planeas que acabemos con esa cosa?

Miro a William y a Claude con los ojos enrojecidos y un mohín de fastidio. No tengo ganas de hablar. Me abrazo más fuerte a mis propias piernas y resoplo.

- Sí. Estoy bien. - Digo, serio. - Eso, lo que ha dicho Julian. Eso es lo que ha pasado. Y no, no pasamos por las taquillas... O sea, sí, pero estábamos preocupados por el alien.

Vuelvo aún pálido a la nave. Una vez más de poco ha servido mi presencia. Francesco, del que al principio no me fiaba, ha demostrado ser el hombre más valiente y se ha sacrificado por todos mientras lo único que hacía yo era mirar. Ni siquiera he podido arreglar la máquina antes de evitar el horrible final de Viktor.

-Lo siento...-Digo.-Dejadme averiguar si Viktor era un cyborg o no.-Digo, dirigiéndome al cadáver.

Comienzas a buscar algún puerto con el que poder conectarte a su programación, pero no encunetras nada, y en su lugar parece demasiado carnoso como para ser algún tipo de cyborg.

- Yo si he pasado por las taquillas.- Menciona, mostrando un maletín en su mano*. Se arrodilló y lo abrió, mostrando en el un machete en su funda, el cual tomo y lo ató a su cintura, habían otras cosas, pequeños frascos, un gancho, nada muy peligroso. Luego miró a Julian a quién le preguntaba sobre como iba a cazar.

- Realmente el xenomorfo tiene pautas de ataque claras, es un animal inteligente, como ya dije, pero es un animal. Su comportamiento  sigue siendo predecible si lo observas con cuidado.- Se pone de píe, habiendo cerrado el maletín primero.- 

- Podría decirse que su método de ataque es una táctica de terror, suele aparecerse, distraer a todos al infundir miedo, y es ahí cuando aprovecha su velocidad para atacar a otro. También se le ha visto realizando fintas, pretendiendo atacar a un sujeto cuando al final la victima es otra. Mi plan es sencillo, pero arriesgado. Quiero formar una cuadrilla que no vaya separada más de dos pasos, es necesario que todos tengan los ojos bien abiertos y los oídos atentos. Creo que tengo los reflejos más rápidos, y al ser un cyborg creo que también los tuyos han de ser buenos - Dice a Julian.- Por ello necesito al menos cuatro dispuestos a cubrir las esquinas del cuadrado que formaros, contigo y conmigo al centro, dispuestos a proteger a las esquinas. Tu llevaras el lanzallamas, imagino que tu mente computarizada puede calcular la llama para que no dañe al resto, debemos movernos al mismo tiempo. Trataré de cortar la cola del animal, así se quedara sin su principal arma, y luego me arrojare a la cabeza. Si algo falla, quienes estén en las esquinas más cercanas a la criatura deben disparar a matar sin preocuparse por mi, no importa si me dan, disparen con todo lo que tengan. Nos moveremos en dirección a la armería, así podremos abastecernos de mejor equipo. ¿Qué piensan? - Dijo esto, observando a todos.

Solo hay un problema con tu plan Nikolai.... como ya se vio cuando cuando la criatura entro junto a Benth, su sangre es un ácido extremadamente corrosivo, y siendo como dices, no me extrañaría nada que sea capaz de utilizarlo como arma. Por el resto, totalmente deacuerdo

Claude continúa trabajando en el ordenador, al escuchar el plan de Nikolai abandona su silencio durante unos instantes. - A mí me suena bien. Y creo que puesto que tú eres el que dirigirá la expedición, tú deberías elegir quién quieres que te acompañe. Desde luego puedes contar conmigo para lo que sea, para que vaya contigo o para que cuide de los que se queden. Haré lo que me pidas.- Lo mira completamente seria. - Hace un rato Julian y tú me salvasteis la vida y no es algo que vaya a olvidar fácilmente. - Dicho esto, se da la vuelta y vuelve a teclear en silencio.

Asiento ante las palabras de George, poniéndole una mano en el hombro.

- Bueno, yo me alegro de que estés bien. - le digo - Estoy seguro de que Fran lo hizo porque creía que era lo mejor, así que pienso que, al menos, él estará contento en el Valhalla por haber conseguido que los demás volvieseis sanos. Es una mierda, lo sé. Pero volverá pronto, seguro. Y si no volviera aquí, ya lo hará en la tierra. Julian ya lo ha metido en una de esas máquinas, así que podemos estar tranquilos. - concluyo, levantándome poco a poco apoyándome en su silla. Quizá fue demasiado precipitado agacharme de esa manera.

- Si necesitas cualquier cosa o te apetece no dejarme solo, estoy ahí, ¿vale, colega? - pregunto, señalando la camilla. Luego lo miro durante unos instantes, sin saber qué más añadir, antes de comenzar a caminar hacia ella. Me siento, viendo a Claude afanada de nuevo en el trabajo, antes de dirigirme a Akira.

- Viktor no era un cyborg. Lo corté, y sangraba. - explico - La verdad es que en cierta manera es una pena. Todo sería más fácil si pudieras reprogramarlo. - pienso en voz alta, aunque entonces me doy cuenta de que ni siquiera le he preguntado - Por cierto, ¿tú estás bien, no? - le digo.

Luego, con toda la explicación de Nikolai echo cuentas de los que estamos.

- Lo mejor sería que o bien Claude o bien Paysal se quedasen, por lo de las comunicaciones. - intervengo - Yo no tengo problema en ir, pero espero no ser un estorbo. - entonces mi tono cambia para dirigirme a las dos mujeres que no han hablado desde que llegué a la nave. Entiendo que estén en estado de shock, pero esto ya es pasarse. - Señoras. - digo con tono ligeramente cansado y un poco despectivo - Estaría bien que echasen una mano de vez en cuando. Aquí estamos intentando salvar el culo de todos.

Por último miro de nuevo a Claude, deseando, supongo que de manera egoísta, que ella no tenga que salir ahí. Con un suspiro me levanto una vez más. Odio estar sentado de esa manera, me hace sentir inútil. Me acerco a ella, intentando no interrumpir su trabajo. - ¿Puedo ayudarte con algo?

Claude aparta la mirada del ordenador al notar a William a su lado y en sus labios se esboza una sonrisa al verlo. Probablemente si la situación no fuese tan crítica sus ojos tendrían un brillo ilusionado, pero con todo lo que tiene encima están más cansados que otra cosa. La verdad es que después de varios días alimentándose mal y durmiendo peor, incluyendo una muerte por el medio y todas las tensiones posteriores, el rostro de Claude presenta unas enormes ojeras y todavía está sucio con restos de sangre.

La joven se frota la mejilla con la manga del jersey, mientras su mirada vuelve a la pantalla y exhala un suspiro de frustración. - Estoy intentando confirmar que no quedan infiltrados... Pero por ahora no he conseguido nada. - Explica en un susurro, buscando los ojos de William con los suyos. - No me gusta que estés de pie en tu estado. ¿Por qué no te acercas una silla y te quedas aquí conmigo? Así podríamos hablar un poco mientras trabajo. - Propone entonces, examinando con la mirada la herida del hombre. - Yo no creo que debas salir en esa expedición, todavía no estás recuperado y podría pasarte algo... ¿Y si hay que correr? - Suspira de nuevo, buscando la mano de William con la suya y apretando sus dedos alrededor de ella. - Me gustaría quedarme cuidándoos a ti y a George, pero si Nikolai me lo pide, iré. Se lo debo. Lo entiendes, ¿verdad?

Hace una pausa, dejando tiempo para que él vaya a por la silla si quiere, antes de seguir hablando con voz suave. - Oye... Sobre lo que me dijiste en tu nota... - Empieza, perdiéndose en sus ojos. - Lo comprendo, hiciste lo que creías que era mejor. Me habría gustado que hubiésemos podido hablar a solas en algún momento después de la terapia, pero... En fin. Ya sabes. - Resume, haciendo un gesto vago a su alrededor. - ¿Quieres... que hablemos sobre lo de antes? - Termina, ruborizándose levemente y desviando la mirada hacia la pantalla de nuevo, para seguir tecleando mientras espera su respuesta.

Escucho la propuesta de Claude con una leve sonrisa y me acerco a coger una silla. La coloco al lado de la mesa, pero enfrentada a la suya. Al fin y al cabo, no entiendo nada de lo que aparece en la pantalla. - Lo entiendo de sobra, tranquila. - respondo, un poco fastidiado - Aunque si vas, me gustaría acompañarte. ¿No podría meterme unos minutos en la máquina, o algo así? - pregunto, sin tener ni idea de cómo funciona.

- Sí, a mí también me hubiera gustado tener algún rato a solas. - respondo a lo otro - Algunas cosas habrían sido más fáciles. - Luego, cuando pregunta por lo del beso, no puedo evitar bajar la mirada a mis manos. - La verdad es que, si no te ha parecido mal, preferiría repetirlo. - digo un poco avergonzado al estar todos aquí.

- No lo sé, no sé cómo funciona. - Responde Claude arrugando el ceño, refiriéndose a la cápsula blanca. - Quizá la doctora Alonso lo sepa mejor... 

Con las últimas palabras de él, la joven se ruboriza más y aparta de nuevo los ojos del monitor para mirarlo a él. - La verdad... Es que a mí también me gustaría. - Susurra, echando una mirada avergonzada a su alrededor.