- Si me dices que aún hay algo en ella, no me digas que he visto todo. Seguro que algo se te ha pasado por alto. Me estás diciendo que tengo toda la información que puedo tener de ella, toda, completamente, y que no te has olvidado nada, y esas dudas que tienes son por otra cosa, ¿no? - Dijo el chico. - Vaaaaaaale, creeré en ti. Me has dicho todo lo que me tenías que decir, y no hay más nada que tenga que saber de ella. A ver que sucede entonces. -

Dudo sobre por qué ser tan fiel que tenga un fragmento de los dones reales de Rakedus y, sin embargo, se torne Oscura. Algo no me cuadra.

- Es malvada. No tiene nada que cuadrarte. - Dijo It. - Pero ya te digo, a ver que sale de todo esto. -

- ¿Puedo transcribir, palabra por palabra lo que me has dicho, Cell? ¿Para que los demás vean que no miento? - Preguntó It´bure con una sonrisa.

Preferiría que no fuese así. Tienes labia, chico.

- Bueno, venga, el amor la ha salvado. Así que por lo menos, la gente me cree. - Dijo It´bure con una sonrisa. - Ahora bien, debo preguntarte algo... ¿puedo protegerme esta noche con mi escudo? ¿Es decir, en vez de activarlo durante el día, puedo activarlo durante la noche o simplemente tiene que ser durante el día? -

El chico sonrió.

- Y hablando de otras cosas, esta noche tengo un par de nombres que darte. El primero es Sheph, ya que me ha votado. Lo de Krasor ya lo sé, así que no es necesario mirarle a él... sin embargo... tal vez se me ocurra o me digan otro nombre para mirar... la gente es muy descuidada al hablar... -

Puedes usarlo en cualquier momento.

- Oye Cell, ¿puedo pedirte una cosa? - Dijo el muchacho como rogando. - ¿Podrías sacarme del cementerio y mandarme a otro lado? Verás, ya sé quienes son mis compañeros, y me gustaría estar sólo. Apartado de los demás. ¿Puedes o tengo que ofrecerte algo a cambio? -

No puedo, no soy yo quien te yergue como guardián. Lo lamento.

- Isar´i. Quiero ver su alma, amigo Cell. -

Que el velo caiga de tus ojos...

Isar'i

La vida es diversión, es demasiado corta como para preocuparte.

Comenzaste tus andanzas como un joven pícaro en una gran ciudad, intentando aprender de los mejores cortabolsas. Con trece años ya tenías cierto renombre en el gremio y te hacías pasar por guía para los turistas despistados.

Cierto día un hombre grande, con una armadura con pinta de ser tremendamente cara buscaba un guía en la ciudad y tú aceptaste encantado, su bolsa era tan grande que podría hacer empalidecer a la mayoría de nobles. Un rápido corte y desapareciste. Ingenuo. Fuiste a tu casa y allí estaba, tu hermana menor, llena de heridas que no podían cerrarse, el tratamiento era realmente caro, una pieza de oro al día, y apenas mejoraba, no sabías si vería un nuevo día, pero con todo ese dinero que acababas de conseguir podrías ir al mayor de los templos a buscar una cura. Besaste su frente, le prometiste que pronto volverías y al salir, alguien te cogió por la espalda. ¡El hombre al que le habías robado! 'de ser otro motivo, ahora no estarías vivo' te dijo, entró en el interior de la sala. ¿Cómo había podido encontrarte? Eras el mejor. O eso creías. Colocando sus manos sobre tu hermana... Ella se sanó. Él le dio quinientas piezas de oro para que viviese hasta tu retorno. El precio por su salud era tu libertad por unos años, acompañarle, ver... otro camino.

Aceptaste, con esas quinientas piezas ella podría vivir por varias vidas sin tener que preocuparse. Aquel hombre se presentó como Cell, y pagaste tu deuda, aprendiste nuevos caminos: te convertiste en un seguidor del dios de la Tormenta, te convertiste en un Guerrero del Caos, pero siempre... siendo mínimamente legal.

Al fin fuiste libre, te despediste de aquel hombre que marcó tu vida y seguiste tu camino. Visitaste a tu hermana, que se había casado y era feliz. Y decidiste buscar tu felicidad entre varios mundos por la gracia de tu dios. Pero escuchaste de una batalla con tormentas de caos y corriste a ver, la batalla había terminado, pero comenzaba una nueva... ¡Y era tu oportunidad!

¡El mayor tesoro que se podría conseguir en la eternidad: una Amalgama Planar! ¿Volverías a tus caminos del pillaje? ¿Seguirás el camino del Caos? ¿O te volverás soso y aburrido como aquel que te salvó la vida?

Guerrero de la Tormenta: Incluso muerto puedes seguir votando, hasta tres veces.

Escudo de Cell: Al comenzar la partida, y cada día par, puedes escoger un personaje. Ese personaje no podrá morir mientras tú estés vivo. Además, si tus escogidos pudiesen ganar si tú no estuvieses, llegaréis a un pacto y todos os alzaréis con la victoria.

Encarnación Oscura: En cualquier momento puedes escoger un muerto y usar su don tal cual lo dejó, sin corromperlo ni nada, pero a cambio la persona a la que encarnes no podrá resucitar bajo ningún concepto, retrasándose todas ellas hasta que le liberes para tomar a otro, aplicándose sólo la primera que debiese de haberse aplicado y anulándose las demás (pero los usos se gastan). No obstante, cada tres amaneceres desde entonces puedes escoger a otro muerto.

Encarnación: En cualquier momento puedes escoger un muerto y usar su don completamente recargado. No obstante, cada tres amaneceres desde entonces puedes escoger a otro muerto.

¿Su elección? Eir, pero la oscuridad ha entrado en él. ¿Guardián? Bosque. ¿Encarnación? Sneav. ¿Escudo? Lianne. Hay algo más que no alcanzas a ver... Si su tormenta arrasase con alguien, volvería...

Alguien irrumpe en la tranquilidad de tu mente. Alguien extrañamente familiar.

M, la has encontrado.

It'bure, te han encontrado.

Tenéis poco tiempo... Aprovechadlo.

Cell se desvanece.

- Ostia puta. - Dijo el muchacho. - ¿Y tu quién eres? Tenemos poco tiempo para que... Oye... Cell... -

Se había desvanecido.

- Bueno, hola M, seas quién seas. Creo que alguien te había nombrado en algún lado, pero no sabía que existieras. ¿Qué quieres? ¿Me puedes ayudar con algo o simplemente estás aquí para mirar? ¿Eo? -

Hermana! Digo mientras mi voz resuena en los ecos de su mente Al fin te he encontrado. Intento avanzar para abrazarla.

La chica abrió los ojos.

Grandes.

Como platos.

Y lentamente abrió los brazos para abrazar a la criatura que había aparecido.

- ¿He... hermano? - Dijo entrecortadamente. - No... ¿de verdad eres mi hermano? ¡Siempre quise tener un hermano! ¡Ven a mis brazos! Pero cuéntame... ¿quién eres? ¿cómo me has encontrado? ¿Cómo me puedes ayudar a acabar con los traidores? O mejor... ¿en qué te puedo ayudar yo? -

He venido a buscarte ,hermana. Digo sumiéndola en un caluroso abrazo,las llamas de los dos se entremezclan.
Tienes un futuro grandioso,hermana,mas del que te han prometido. Tus recuerdos estan encerrados dentro de ti y voy a ayudarte a liberarlos...pero antes. Tienes que prometerme que nada de lo que te cuente saldrá de aquí o nos pondrás en peligro...a todos y a todo.

It´bure levantó la mano en señal de juramento y se puso serio.

- Prometido. Puedes confiar en mí. Cuentame, ¿qué sucede? -

Tu eres un alma poderosa hermana, casi tanto como el Guardian de la Amalgama. Pero preparaste un conjuro para volver al pasado y tus recuerdos y tu poder formaron un escudo para tu mente,para que esta no fuera destrozada por el trauma de viajar en el tiempo. Yo vine detrás tuya para ayudarte pero para ello debía hacerme con un hueco en la Amalgama y ese fue el hueco de una de las participantes...Rosa Letal.

Le tendí la mano ofreciéndole mi ayuda Yo tengo la llave de tus recuerdos,de tu destino. Si no vuelves a ser quien eras el futuro de donde venimos volverá a suceder y todo...y todos serán corrompidos y destruidos parte por parte,incluida tu.

- ¿Y cómo puedo volver a ser la que era? ¿Qué debo hacer? - Dijo la muchacha extrañada. - Enséñame. Dime que necesito hacer. -

Cierra los ojos, toma mi mano... al entrar con la entidad de Rosa Letal, se me permite decidir... Lanzaré el Gran Hechizo, tú tendrás mi oportunidad de elegir nuevamente... Sólo necesitas decirme el nombre... La respuesta está en tu interior. Nada en tí cambiará... sólo recordarás el Gran Hechizo. Y entonces podré contarte.