Partida Rol por web

Thomas se rió al escuchar el comentario de Diana sobre su bigote, y asintió. Tampoco había tenido intenciones de afeitarse el mostacho, sino de comenzar una conversación. Cuando la chica le dijo que se encontraba bien, pero que tenía ganas de divertirse, Thomas se quedó más tranquilo y siguió escuchando lo que decía el resto. Se había acercado Donald y empezaron a charlar entre sí de forma amigable mientras el hombretón miraba a su alrededor. Era una noche agradable.

Entonces escuchó a Liza a su lado pidiendo ayuda. Al principio no sabía lo que le ocurría, hasta que se fijó en que Diana estaba farfullando y tenía la mirada perdida. -Pero...- Se quedó un poco sorprendido y le puso la mano en el hombro a la chica, temiendo que se cayera al suelo. Pero de repente volvió de nuevo a la normalidad y siguió hablando como si nada. Thomas intercambió una mirada significativa con Liza y Donald, que se habían asustado tanto como él mismo. -No, no parece- Añadió Thomas en respuesta al comentario de Donald. Se había quedado un poco impresionado por el momento.

Kiki llegó antes de que pudieran decir mucho más y se puso a hablar con Diana y con Liza. La joven escupía veneno como una serpiente de cascabel, pero algo en su tono le hacía mucha gracia a Thomas, que no pudo evitar sonreír al escucharla hablar, aunque procuró bajar la cabeza para que no le vieran, y girarse hacia fuera del grupo mientras bebía un sorbo.

Al fin, se volvió hacia la chica que había tenido ese extraño ataque. -Diana, te has quedado como medio minuto medio con la mirada perdida y estabas como farfullando palabras extrañas, ¿esto te pasa a menudo? ¿Te encuentras bien? Podemos hablar con producción si quieres, a lo mejor es la tensión del concurso.- Quizá era todo un teatrillo como sugería Kiki, pero también podía ser algo un poco más grave, y en ese caso mejor que la chica hablara con alguien. 

Cuando llego Kiki Donald no le presto mucha importancia, cuando pidió que se alejara se molesto, pero supuso que quería hablar de cosas de mujeres, algo que las haría sentir incomodas en su presencia, dio un suspiro, se acerco a Liza y le susurro, voy por otro trago, no tardo mucho, le dio un beso en la mejilla y les dio espacio, pidió una nueva bebida al encargado de la barra mientras observaba como sucedían las cosas con Kiki y Liza, al parecer la chica de pelo rosa no había ido en plan amistoso, así que tras sus palabras regreso a hablar con las otras dos chicas, al llegar abraza a Liza del hombro, para mostrarle que le ofrecía su apoyo ¿les dijo alguna clase de amenaza? ¿están bien?

Bueno, rápidamente hubo corrillo alrededor de Diana, y de ella. Al parecer Liza no era la única que se había asustado al ver el episodio de la florista, pero cada uno había reaccionado a su modo. Alguno más peculiar que otro.

Sin acabar de comprender lo que le estaba diciendo Kiki se quedó mirándola con el vaso de leche caliente que acababa de darle en la mano. ¿Gatitas? ¿Cuidar la lenguita...?

-Pero... pero si yo no he...dicho...hecho nada... ¿Por qué...?

Había vuelto a pasarle. Definitivamente, no tenía ninguna habilidad social. Miró a su alrededor, perdida, buscando las miradas de los que les rodeaban. Buscando ver algún soporte en ellas. Pero sentía las lágrimas arder detrás de sus gafas, y bajó los ojos.

-Yo, lo siento. Diana, veo que ya estás bien. Me alegro. 

La llegada de Donald la tranquilizó un poco, y aceptó su abrazo. -Vamos, me gustaría dar un paseo...- Se alejó en dirección a la playa sin soltar el vaso de leche, que de hecho se tomó mientras se serenaba, esperando que el muchacho la acompañara.

Thomas se había unido a la conversación antes de la llegada de Kiki, dio un interesante punto de vista a la conversación.

Thomas sugirió llevar a Diana a hablar con producción, Thomas tiene razón, si esto fue algo desconocido para ti, o si es algo peligroso, sería mejor dejarlo claro con la producción, encárgate de cuidarla.

Donald acompaño a Liza, era obvio que estaba alterada por las palabras de la bailarina, tranquila, como dijo Diana, eres una chica con cualidades increíbles, la tomo del rostro y limpio sus lágrimas, solo es la envidia e inseguridad lo que habla por ella, la veía directamente a los ojos cuando le dio un suave beso en los labios, luego le sonrió.

Camino a su lado por la orilla de la playa esperando que la brisa fresca y el destellar de las estrellas pudieran calmarla.

Parece que la plática de las chicas no salió muy bien ya que se nota que a Liza le afecto mucho, pero antes de que Erick pudiera decir algo Donald fue más rápido y se fue con la chica tímida, el rubio decidió rendirse con su idea de bailar al parecer está noche la suerte no está de su lado, así que fue por una bebida mientras decía en voz baja Espero que es chica este bien, en verdad no le gustaba ver llorar a las mujeres ya que aún recordaba lo mucho que su madre sufrió cuando su padre se fue

Jo, vaya corte. La verdad es que no le faltaba razón a Kiki, aquello fue de parvulario. Pero es que él no había pasado de la maternal. La mayoría de los pocos ligues que había tenido fueron por iniciativa femenina. Y ahora que hice un pequeño intento de acercamiento, un baile, un poco de diversión sin otra mayor intención, me quedé solo, igual que un pánfilo en medio de la pista de baile. Moviendo el esqueleto al ritmo de la música. Tal vez la señorita Santa Fé era demasiado mujer para mí.

Reparé en Stephie y en el barullo que se formó alrededor de la vidente Diana. Parecía que le dio un vahído o algo semejante, no me acabé de enterar, pero entre unos y otros la iban a agobiar. Observé, intrigado, con cierta preocupación, y opté finalmente por dejarle su espacio y no intervenir, aproximándome a la madura pelirroja.

-No parece que mi atención y educación me hayan ayudado. No estoy en la órbita de Kiki ni escribimos en la misma página. Tampoco pasa nada, se acepta un no y ya. El mundo no se detiene.

Sonreí, un tanto cohibido por la cercanía de la todavía bella mujer. -¿Y a ti? ¿Te apetecería bailar? Mis intenciones son honestas, sin dobleces, no muerdo, jaja. Aunque pienso que en ocasiones eso es más un defecto que una virtud. 

Johnny escuchó las palabras de Tara, casi atragantándose con la última frase. La bebida que tenía encima casi se le sale de la boca, pero pudo retenerla llevando su mano en el último momento. Tragó.

— Vaya, eso ha sido realmente directo. —

Dio otro trago mientras miraba a la mujer, casi terminándose la cerveza, quizá para ganar tiempo, puede que para pensar en que decir. Mientras tanto observó la llegada de sus dos elecciones en la prueba anterior y del jaleo que se comenzaba a montar. Volvió a mirar a Tara.

— Bueno, respecto a Thomas, supongo que no era más que un juego. O quizá no... supongo que habrá que seguir atentos a las pantallas para ver si era una cosa u otra. Respecto a lo del beso... Es mejor no forzar estas cosas, que salgan naturales. Estoy seguro que alguien de toda esta tropa tiene el beso perfecto para ti. —

Miró entonces al camarero. 

— Un Gin-Tonic por favor —

Señaló entonces a Stephanie con el cuello de la botella.

— A mi personalmente, me gustan algo más experimentadas. No busco algo para pasar una noche de locura en una cabaña, o algo salvaje en los baños de una disco. Prefiero centrarme, en las historias de amor. Llámame romántico, o chapado a la antigua si quieres. —

El camarero trajo la bebida y después de pedir otra cerveza dio un beso a Tara en la mejilla

— No ha sido nada personal, de verdad. Voté antes de las pruebas, pero esta charla creo que ha sido clarificadora. Me gusta la gente directa. En cuanto a tí, estoy seguro que alguno de estos tíos se pirra por tus huesos en secreto, solo hay que encontrarlo. —

Le guiñó un ojo y se marchó hacia Stephanie, a la que ofreció el combinado cuando se le estaba a punto de acabar el suyo.

— Dime, ¿Sueles beber para inspirarte o tienes alguna pareja ya en mente? Para esas... ¿Cómo las llamaste? Semillas, si, para esas semillas de historias; por supuesto. —

Reparó entonces en que el joven Singleton se encontraba allí mismo. Pidiendo un baile. Dejó entonces el gintonic sobre la mesa y miró al muchacho.

— Disculpas, no te había visto. No quería interrumpir. — Se apartó del camino hacia la pista de baile y se sentó en uno de los sofás, cerca de la copa que ya había pedido para Stephanie, dando un largo trago a la cerveza. 

Donald apoyó su sugerencia de que Diana hablara con la gente de producción y después se fue con Liza hacia la playa. Lo cierto es que las palabras de Kiki parecían haber afectado a la joven de las gafas y aunque le dio la impresión de que Donald se aprovechaba del momento para intimar con Liza, tampoco le dio más importancia.

Miró a Diana y sonrió. -Diana, ¿nos acercamos un momento a hablar con los productores? Por el camino me puedes hablar un poco de ti y así nos vamos conociendo, ¿te parece?- Thomas le ofreció el brazo en un gesto caballeresco y un poco chapado a la antigua. Pero si la chica tenía otro pequeño desvanecimiento, sería preferible que estuviera agarrada a él y no se fuera al suelo.

—Gracias, Erick, pero no me apetece bailar ahora —sonrío al jovencísimo chico rubio - Quizás en otro momento más festivo que éste. Sería un verdadero placer.  Tras ésto, me dirijo a donde estaban Kiki y Paul.  La bailarina de Santa Fe decidía preocuparse primero por Diana y su trance místico. O quizás simplemente deseaba estar bajo los focos que su provocador baile no había atraído . ¿Qué hacer sino reír?  Eso hice, con ganas 

—Si le soy sincera, Paul, el baile y yo no nos llevamos demasiado bien, jaja. Menos aún con tanta gente mirando. Un débil gesto con los ojos hacia las cámaras.  Veo venir a Johnny por el rabillo del ojo y sonrio. -En cuanto a lo de su corrección y educación... Bueno, no es la clase de juego que se espera de nosotros en ésta época de inmediatez y trending topics. Casi puedo leerlo, 'Carnaza, puñales y tirantes rotos' –dejo escapar una risita nasal parecida al gruñidito de un lechón y me giro hacia Macaronni, cuyos pasos ya le han llevado hasta nosotros. 

—¡Johnny! – acepto su copa, qué atento, me había acabado la mía con bastante velocidad. —Le estaba comentando a Paul que, en estos programas, se suelen premiar los perfiles más marcados, los personajes con más inmediatez mediática.. pero a la larga, y hablo de la vida más allá del concurso, lo importante es ser fiel a uno mismo. Ser honesto está bien, siempre que no implique dejarse aplastar. 

Escucho la pregunta de Johnny con atención y Asiento mientras dejo mi mano sobre su antebrazo —Si a todo, jaja. Un par de copas y me pongo muy creativa, demasiado. Empiezo a ver parejas por todas partes y se me ocurren historias bastante rocambolescas. Bastante atrevidas - me concentro en la piña colada mientras noto como me ruborizo. Como una colegiala idiota algo borracha, todo sea dicho.

Ulrich se dio vuelta, la conversación entre Kiki y las chicas le había dado gracia y había tratado de ocultarlo porque sabía que esos desplantes solían afectar a los corazones sensibles, y ya que Johnny había decidido ignorar su pregunta y Tara parecía en lo suyo sopesó que el ambiente se había dispersado en torno a la tarotista y ahora sin tanta gente intensa alrededor podía dar su opinión al respecto. Había mirado de reojo cómo la chica se quedaba en blanco por unos segundos y decidió darle el beneficio de la duda -Oye, a lo mejor tuvo un rapto místico o algo de eso -intervino mirando a Thomas y a la muchacha, luego le dio un trago largo a su bebida sin perder contacto visual -Diana, ¿Te diste cuenta de que pareciste entrar en una especie de trance hace unos minutos? -preguntó dando un poco de juego a la rubia -¿Viste algo? -preguntó curioso con una sonrisa de lado, era sabido que al público le encantaban las cosas sobrenaturales.

La risa de Paul era bonita y lo que sugería era romántico aunque sabía que no podía ir en serio de verdad, esas cosas no le pasaban a ella. Aun así le siguió el juego - Oh, ¿te escaparías conmigo entonces?, creo que es lo más bonito que me han dicho nunca. ¿Dados? ¿Somos dados? Interesante. Yo pienso que parte de nuestro destino está prefijado por quien creo el cielo y las estrellas, llamalo Dios, Energía, Buda o Destino, y a veces, con suerte, podemos cambiar algo. No hay que conformarse Paul, no se puede ser contemplativo - lo miró con una sonrisa divertida antes de decir de forma enérgica - . ¡Sé un hombre!, ¡Actúa!, ¡El destino está en tus manos! - Compartió una sonrisa con él antes de verlo ir detrás de Kiki y sus cimbreantes caderas. Se encogió de hombros antes de decir - Y allí se va mi maridito. Estas cosas nunca me pasan a mi.

Y entonces todo se fue un poco como en un fundido a negro, como en esas pelis del domingo a medio día de bajo presupuesto cuando quieren hacer un flashback. Oía voces, algunas nerviosas, otras asustadas, y una petición de baile. Cuando volvió en si intento desviar la atención y decir que era una buena forma de ligar. No parecía que fuera a colar, según se arremolinaban las preguntas a su alrededor. Diana sonrió y dijo

- Estoy bien, estoy bien. Esto me pasa algunas veces, especialmente cuando bebo cerveza, pero, es que si os lo cuento vais a pensar que estoy muy loca. En fin, el tema es que a veces mi alma se escapa de mi cuerpo, como cuando me escapaba de casa para ir de discotecas con un carnet falso, y entonces puedo viajar, y ver mundo. La verdad es que es una gozada, porque es como tener el canal viajar y el lonely planet sin tener que pagar por ello. - hizo una pausa teatral antes de apartarse el pelo y seguir hablando alegremente - Pues el hecho es que me fui a visitar a William y está muy bien atendido, y creo que no nos guarda rencor, aunque no se lo esperaba, pero es que,  ¿quien se va a esperar que tantas personas le voten sin apenas conocerle?. ¿He estado fuera tanto tiempo? Vaya, lo siento. No quería preocuparos. Estoy bien, bueno, tal vez esté un poco loca después de todo. PERO LO MÁS IMPORTANTE ¿EH? shhhhht, no le digáis nada a producción a ver si me van a prohibir los viajes astrales.

Entonces Thomas le ofreció su brazo para ir a hablar con los productores pero Diana le puso el brazo de forma afectuosa antes de decirle - Demasiado pelo todavía debajo de la nariz, Thomas. Además, mi valiente caballero me ha pedido bailar, Erick, arrástrame a esa pista y hazme tuya.

Y aquella noche bailaría como si fuera la última, descalza, con una sonrisa en los labios.

La respuesta en general de la rubia dibujó una sonrisa en el rostro del pelirrojo que se debatía entre la credulidad y la incredulidad -Me alegra que William no nos guarde rencor... en donde sea que esté -apostilló y ladeó la cabeza como si fuera un perrito al que le llamaba la atención una mueca de su dueño.

Vio a la tarotista partir hacia la pista de baile, se estaba sucediendo un extraño intercambio de gente que iba y venía, que iba y venía, y eso le daba extrañeza... ¿Realmente se veían siempre así los grupos de personas o era que le había agarrado un extrañamiento y de pronto aquel grupo le resultaba interesante antropológicamente? Se rió para sus adentros.

-Vaya, de verdad no le gustan los mostachos -dijo intercalando su mirada entre Thomas y la muchacha que se alejaba aludiendo al rechazo de aquel gesto tan caballeresco -¿A qué se dedica señor Burke? -la pregunta le resultó muy formal una vez que la dijo pero bueno, ya estaba hecho para amenizar acotó -Yo tengo un negocio de ritos funerarios no-convencionales.

Uf vuelta para un lado, vuelta para el otro. Joder, que no puedo dormir, puñetas. Se levantó echa una basilisca. Con lo que me gusta a mí un sarao por qué me voy a acostar... pero no tengo ganas de encontrarme a ninguna de esas dos zumbadas, lejos please please oh me iban a llover las tortas y los cuchi cuchi mira lo que dice la puti. Miró a su mesita de noche y vio el pañuelito de Ulrich, todavía conservaba un poquito de olorcito, donde envolvía el anillo que le había puesto el caballero teutón. ¿Podría hablar con él? No, mi maridito es muy inteligente pero poco convencional. Quizás mañana más serena. Necesito a alguien que me de paz...hum hum... Taraaaa sí oh my love. La gordibuena la había interceptado en pleno ataque de furia y con sus palabras la dejó ronroneando como una gatita... y me escuchó de verdad, sin preguntar, sin señalar, sin... ¡Y además ella le puso el anillo a William! Ay dios Tarita.

Incluso en lo que la había escuchado hablar le parecía muy directa a la vez que empática. Quizás si ella le diera su visión de la escenita tendría las cosas más claras de lo que estaba pasando que aquel velo rojo sobre la mirada.

Salió corriendo de su tiki y oteó al horizonte, como es grandecita la encontraré fácil -Hola Tara. Mi amor... eh... ¿estas ocupada? no me gusta dejar las cositas a medias... ¿Te apetece charlita así de tranquis fuera de los focos mediáticos? 

Erick fue a la pista de baile con Diana y mientras bailaban le dijo Aparte de las cosas místicas ¿Que otras cosas te gustan?

Diana sonrió y dio un manotazo al aire quitándole importancia - Oh, está cerca, no volé demasiado lejos, pero no sé si debo decirlo ante las cámaras y eso. Está bien, ahora debe estar rodeado de gente de producción poníendole un catering espectacular, una copa de buen vino, un puro en la boca y viéndonos aquí. No te preocupes por Will, de aquí a que lo volvamos a ver seguro que nos ha perdonado.

Y salió a la pista de baile con Erick mientras el DJ ponía algo chillout. Empezó a girar a su alrededor de una forma graciosa, armoniosa pero algo excéntrica, dejando que su rubia melena bailara al son de la brisa marina

Sonrió a su galante caballero y le dijo

- Me encantan las flores y la naturaleza, por eso soy florista. Lo intenté con la adivinación pero no era muy buena supongo. Ya sabes, era como un reloj parado y acertaba un par de veces al día - dijo encogiéndose de hombros de forma graciosa - también me gusta mucho cocinar, y si gano montaré un restaurante, algo que sea respetuoso con el medio ambiente, que no haya maltrato animal y que sea sobre todo muy saludable. Hago una salsa de pesto que te chuparías los morros y un sushi que parece que haya nacido en Japón.¿ Y que me puedes contar de ti mi gentil caballero?, ¿Además de rescatar rubias en apuros te dedicas a algo más?. Por cierto, ¿nadie te ha dicho que te pareces un montón a Brad Pitt en conoces a Joe Black? - Se lo quedó mirando en silencio antes de reírse de su propia broma.

"Está claro que no le gustan los bigotes", pensó Thomas cuando Diana rechazó su brazo y se negó a ir a ver a los productores. Bien, al menos estaba claro que no era la primera vez que le sucedía algo así, por lo que había comentado. Thomas se quedó más tranquilo, mientras observaba como la mujer se alejaba. 

Intercambio una mirada con Ulrich y asintió. -No, no le gustan nada de nada.- Tuvo incluso que reírse, porque estaba claro que Diana no quería tener nada que ver con él en esta isla. "Mejor lo achacaremos al mostacho", reflexionó. -Buena pregunta, sí señor.- Pero mientras meditaba una respuesta, Thomas escuchó cómo Weber le hablaba de su propio trabajo, que le resultó muy intrigante. -Oh, ritos funerarios no-convencionales. El propio nombre suena ya muy poco convencional.- admitió Thomas. -Entiendo que si el negocio va bien, es porque hay demanda de tales ritos. ¿De qué tipo de ceremonias estamos hablando?- Por la cabeza se le pasó la imagen de Ulrich Weber vestido de negro, con un crucifico del revés colgado del cuello, dentro de un pentáculo e invocando a Satanás. Supuso que no sería lo normal, pero tampoco descartó por completo la idea.

Después de lo ocurrido, Liza agradeció el momento de belleza que la naturaleza desplegó ante ellos. Donald la había seguido, como ella deseaba, y los dos, en silencio, fueron testigos del más impresionante ocaso que la muchacha había presenciado jamás.

Cogidos de la mano avanzaron por la pasarela que llevaba al tiki que parecía emerger del agua, para despedir el día. Un día que había traído emociones encontradas, alegría y lágrimas, y aquel beso... 

Le abrazó. Cerró los ojos, entre los brazos de aquel que la había besado con una fuerza que no podía ni quería olvidar. 

Mañana el show seguiría su curso, habría nuevas pruebas, discusiones, conspiraciones. Algunos montarían sus números, habrían insultos velados, la maldita competencia. Pero para Liza las cosas ya estaban claras. Sonrió dulcemente.

Miro con atención como Liza y Donald se alejan playa abajo y dejo escapar un bufido de sorpresa antes de volverme hacia Johnny y Paul.

—No entiendo por qué no buscan un lugar más íntimo para eso.  Yo... Si lo tuviese tan claro buscaría un lugar cerrado, como la caseta de los salvavidas. O mejor aún, su propia habitación, creo que solo televisan lo que ocurre las zonas comunes. Dejo la copa vacía sobre la mesa, me la había bebido demasiado rápido, algo que me pasaba alguna que otra vez. Sonrío amargamente antes de seguir hablando —Admito que no los esperaba como pareja.  Supongo que estoy oxidada, jajaja

Erick sonrió ante el curioso baile de Diana e intento seguirle el paso mientras contestaba las preguntas, ​​​​​​ También me gusta la naturaleza, mi pasatiempo es escalar aunque no tengo mucho tiempo para eso, trabajo como ayudante en un restaurante pequeño, de vez en cuando me dejan cocinar, el cheff me dice que debería tomar un curso de cocina, me encantaría probar la ensalada y el sushi que preparas y si quieres yo podría cocinar un rico postre

Con la pequeña broma de la rubia el chico de ojos azules soltó una pequeña risa y le dijo no me lo han dicho pero eso explicaría la suerte que tengo, tal vez debería usar un disfraz de pollo y salir a la calle para convertirme en actor de cine, ¿tu qué crees?

Johnny no parecía disfrutar de la compañía de Tara, ahora eso sí, el hombre fue cordial en todo momento, incluso cuando la fémina le puso en la difícil tesitura de hacerle una sugerencia poco convencional, aunque estaba claro que el interés masculino distaba mucho de ella.

- No dudo de que en algún lado estará el beso que busco, Johnny... pero no serán los tuyos por lo que veo... - era una aseveración, pues el tipo parecía huir casi de ella, al menos eso sí, le dio un beso casto en la mejilla a modo de despedida. Justo en ese instante Ulrich se acercaba, quizás para intercambiar unas palabras amables, bien sabían los hados que la autoestima de Tara estaba en ese preciso instante por los suelos, pero pareció decantarse por hablar con Thomas, hasta el tipo del bigote causaba más fascinación que ella misma, no pudo evitar dejar que unas lagrimillas cayeran  por su rostro, mientras una cámara grababa su poco éxito en las conquistas

En un momento de tranquilidad y búsqueda de paz mental se acercó Kiki, oh por los dioses, eso era lo que ella necesitaba, alguien realmente impactante que le animara la noche, aunque en su primer encuentro parecía que no habían conectado demasiado bien, quizás fuera importante conocerse poco a poco.

- Hola Kiki... - le saludó con simpatía y encanto -... ¿Estás ya de mejor humor?... Sé que tras el reto estabas algo cargada emocionalmente, no te culpo...y es como decías, los hombres de este concurso solo van por los prototipos convencionales de mujeres, está claro que el aspecto es más importante que la forma de ser... - dijo la fémina mirando al camarero -... Por favor, una hamburguesa maxi con triple de bacon, doble de queso y un buen chorro de mayonesa.... - una combinación ideal para obstruir cualquier arteria -... ¿Ocupada? Para ti siempre tengo tiempo, pero mujer, siéntate, vamos a comer, no te vayas precisamente ahora... Te invitaría a una copa, pero son todas gratis... - sonrisita -....¡Por favor!... Y ponle a mi amiga un Bloody Mary... Sé que te gustan, es lo que pediste la última vez... Por cierto tengo una duda, si no te gusto, cosa que me dejaste claro.., ¿por qué quieres quedar en privado conmigo?... - le cuestiona Tara elevando una ceja, no entendía del todo la situación.