Perséfone había escuchado lo dicho por todos los presentes en el Olimpo y en la gruta, fue la primera en alzar la voz con la llegada del nuevo día.

- Es bueno que Helios haya caído sin problema. Solo esperemos que no pueda usar sus habilidades en lo profundo del océano - dijo tranquilamente.

- Y ahora que sabemos quién es quien tiene el poder de hacer que confieses tu naturaleza, creo que ese debería ser nuestro blanco - y se giró hacia Ganímedes.

- ¿A qué se ha debido aquel intercambio con Hebe? ¿Hay algún tipo de vínculo entre ambos? -.

-Coincido contigo, Dionisos debe ser el siguiente, si tiene semejante poder es mejor que vaya a las profundidades oceánicas.- Dice con una media sonrisa.

-¿Con Hebe? No más vínculo que con cualquier otro: todos deben acabar en los Océanos. Sin embargo, creo que mi estrategia diverge radicalmente de la de los aquí presentes. Hablar, mezclarse, mostrar alguna iniciativa individual es crítico para pasar desapercibido y no ser marcado como un traidor. Ahora aún hay idiotas que les gusta decir tonterías y que ponen el foco sobre sí mismo pero pronto éstos irán al Hades y escasearán... ¿Hacia dónde se dirigirán entonces las miradas? Lo tengo claro, hacia los más silenciosos, hacia los que pretendan pasar desapercibidos.- Les comenta.

-Y eso me recuerda... Si queremos tener oportunidades de victoria creo que deberíamos poner en común nuestras habilidades y conocimientos para poder usarlos cuándo y dónde sean más útiles. Por supuesto, en esto puede haber divergencia de opiniones pero yo os diré mi habilidad para que podamos disponer de ella como grupo.

-No se es copero de los dioses tantos siglos sin aprender una o dos cosas. En mi caso sé alterar la llama de Temis, puedo hacer que una única vez salgan dos nombres para ser condenados al Hades en lugar de uno: en concreto, los nombres de los dos más votados- Les expone con voz dulce y calmada.

- Interesante don el tuyo, Ganímedes. Sin duda, la estancia en el Olimpo ha sido para tu beneficio - meditó un segundo.

- Cierto es que mezclarse es importante, concuerdo completamente contigo, pero mi habilidad es menos vistosa e igual de útil, ya que hay un dios con la capacidad de estar en todas partes que la conoce. Es algo obvio, pero mi habilidad es ser la guardiana del Inframundo. Es decir que yo soy el contacto entre los condenados al Tártaro y el Olimpo y hay un dios que confía en mí por esto y que sigue entre los olímpicos. Estrategia que planeo utilizar a mi favor a expensas de Asclepio - y se giró hacia Apolo.

- Tu hijo confía ciegamente en tu inocencia, tanto así que te ha protegido en la noche. Planeo revelar esto ante los dioses porque si lo que dice Afrodita es cierto y protegerá a Dionisos, no podremos ahogarlo -.

Ganímedes sopesó las palabras de Perséfone.

-Si tanto las palabras de Afrodita como las de Asclepio son ciertas eso quiere decir que hay dos personas con capacidad de proteger... o bien alguna de ellas se está jugando un farol. Debemos decidir quién lo ha hecho pues, dependiendo de ello nuestra estrategia puede cambiar.

-Sea como sea, me parece un gran acierto exponer en público el poder de Asclepio. Eso te hará parecer inocente a los ojos del resto e, indirectamente, pone en tela de juicio las palabras de la diosa del amor.- Responde a las palabras de la reina del Inframundo.

   No pude evitar sonreír ante la confianza que mi hijo me tenía, orgulloso por su lealtad hacia mí. -Cuando esto acabe, me aseguraré de darle un lugar adecuado en el nuevo orden.

   Luego asentí ante la sugerencia de Ganímedes de revelar nuestras cartas, al menos entre nosotros. -Por mi parte, poseo una flecha muy especial con la cual puedo enviar a alguien directamente al Tártaro, sin exponerme, claro está.

   -Sobre nuestros siguientes pasos... Miré a los otros tres, que grupo tan extraño formabamos. -He averiguado que Hestia puede comunicarse con quienes están encerrados en la prisión de Poseidón. ¿Puede hacerlo también con aquellos en tus dominios, Perséfone? Al decirlo observé a la diosa. -¿Es ella quien puede estar en todas partes?

- Así es, es ella. He hecho una alianza con ella y ella me ha confesado que puede estar en todas partes, tal vez por eso ella puede hacer eso. ¿Cómo lo has averiguado? - le preguntó con curiosidad.

- Esperaré a que Asclepio me conteste a mi petición. Si no lo hace, igual expondré lo que me ha dicho -.

Las habilidades de mis "compañeros" eran cuanto menos, curiosas. Tras sopesarlo, decidí contar la mía.

- Lamento deciros que mi habilidad es bastante menos útil para vosotros, aunque es realmente favorable para nuestros intereses. Si alguno de nosotros es descubierto o al menos abandona el Olimpo, cuando condenemos a algún otro Dios a ir al océano puedo reclutarlo para nuestra causa. Pero sólo podré hacerlo una vez y sólo si no somos cuatro en la conjura.

- En cuanto a la votación ahora Dionisos estará demasiado protegido y si no lo está y lo condenamos sólo haremos más fuerte la palabra de Afrodita y todos los que la apoyan, por lo que no nos conviene.

   -¿Cómo lo he averiguado? Sencillo: ¡nada puede esconderse de mi luz! Aunque opté por decirlo en un tono altanero, rápidamente fue desmentido por la carcajada suave que le siguió, acompañada de un encogimiento de hombros. -En realidad es gracias a mi amistad con Poseidón, digamos que tengo un espía en la prisión acuática.

   Al escuchar que la diosa del amor era nombrada nuevamente aproveché para expresar algo que podría afectarnos. -Les advierto que el destino de Afrodita y el mio están unidos. Levanté la mano para calmar las expresiones de sorpresa que mostraron los rostros de mis aliados (y la picardía en los ojos del efebo). -No es lo que piensan, no soy tan idiota como Ares, alguien nos ha vinculado.

- ¿Qué tipo de vínculo es ese? - preguntó con afán -.

   -No sabría explicarlo. Admití. -Sólo sé que si algo le pasa a ella también me pasará a mi. Era realmente extraño e incomprensible, pero tan real como peligroso y ventajoso. -Lo bueno es que, al menos de momento, confía en mí.

Perséfone miró a Ganímedes - Creo que este sería un buen momento para utilizar tu don. Dos inocentes son los más opcionados y creo que deshacernos de ambos ahora, sería no solo confuso sino ventajoso -.

Gamínedes mira apreciatívamente a Perséfone, y apoya una mano en su mentón como si reflexionara:

- Sin duda deshacernos ahora de dos leales es una ventaja pero preferiría utilizar mi poder en un momento más estratégico.  Sin embargo, si preferís mayoritariamente que lo utilice no tengo ningún problema en hacerlo, tenemos hasta mañana para decidirlo.  Atenea, Apolo ¿qué opináis?

- Si lo hacemos debería ser en dos personas que de verdad crease discordia y confusión. No podría ser en dos personas que sean de un "mismo bando" ya que eso llamaría demasiado la atención y se sabría que no es culpa del bando contrario. Pero tampoco dos personas enfrentadas, pues eso haría casi inocentes a aquellos que les apoyaran.

-Por desgracia no puedo elegir, si activo mi poder la llama llamará al Hades al primero y al segundo en las votaciones. A nosotros nos toca decidir si los dos primeros votados son interesantes o no para ser eliminados.- Responde Ganímedes a las palabras de Atenea.

.- No necesariamente. Puede ser que se relacione aquella segunda muerte como una acción de Eris, al fin y al cabo la confusión es su oficio. Tampoco tendría por qué exculpar a quienes los apoyen, ya que las votaciones nunca revelan nada y un leal podría perfectamente tener este poder. Por ello creo que es casi imposible que solo por eso se infiera la afinidad de dicha habilidad - dijo tranquilamente.

- Además, los dioses mencionan que es posible que los conjurados se camuflen entre quienes apoyan a un bando u otro para pasar desapercibidos, así que eso no tiene por qué librar a nadie si somos nosotros mismos quienes damos esa apreciación. Lo que digo es que sembrará caos y generará más desconfianza. Si sabemos movernos adecuadamente, esto nos dejará al menos un día más a salvo -.