Partida Rol por web

La chica pelirroja se aleja del rincón donde estaba y se dirige al centro de la habitación. Al pasar al lado de Eider, le susurra:

-Mi nombre es Renfri.

Al llegar a la mesa, coge una de las servilletas de tela y, utilizándola como un guante, coje la copa de la cabecera de la mesa, donde se sentó la noche anterior el Barón y la pone en el extremo opuesto. Hace lo mismo con toda la cubertería dejando el sitio del Barón sin ningún objeto. Sin soltar la servilleta, derriba la silla del Barón. Después se guarda la servilleta.

-Si con esto no viene el servicio, mi teoría habrá fracasado

Renfri aprovecha sus paseos para examinar la urna más de cerca sin llamar la atención.

Observo como algunos de los presentes repite el mismo patrón: desordenar o romper cualquier objeto.

-Es interesante la propuesta de la baronesa -comento al ver desfilar a Renfri por mi lado.

Creo haber escuchado algo de sus labios, pero no he podido entenderlo del todo. La joven modifica la cubertería de sitio con la esperanza que el servicio venga a la estancia.

-Esperemos que todo este desastre funcione -comento en respuesta a la joven-, sino, debemos buscar otra solución.

Inara observa la conversación. Las ideas que dan parecen todas bastante acertadas y por una vez, están trabajando de manera cooperativa. Es le gusta. Es una buena estrategia.

-Todas las propuestas son interesantes -dice finalmente -. Ir a buscar el Barón es una opción, aunque no sabemos dónde se encuentra realmente así que puede ser cambiar de estancia solo por cambiar. Ir a las cocinas podría ser algo que hiciéramos más adelante, cuando ya no haya más remedio que buscar nosotros mismos la comida. Quizás, yo sugeriría lo siguiente: si vamos a romper cosas, hagámoslo bien, y si no conseguimos nada, vayámonos todos al despacho, por ejemplo, y miremos allí a ver qué encontramos, aunque no esté el Barón.

-Veo bien la propuesta de Inara. Si el resto se une, mejor que mejor, pero yo haré eso igualmente.

Los que estamos aquí somos los que nos preocupamos. Deberíamos unirnos en lo que hacemos, al menos por el momento, hasta que encontremos algo que realmente nos obligue a separarnos.... a no ser que alguien sepa algo que los demás no sabemos.

Inara dice esto pensando en que seguramente, no todos estarían en las mismas condiciones. Era posible que uno o varios de ellos no fuesen tan "inocentes" como aparentaban ser y ese pensamiento le llenó de confusión... y un cierto temor.

Sobre todo de temor.

Tiene una rendija en la parte superior y en la parte posterior tiene una puertecilla cerrada. Además de eso, tiene una puertecilla de madera además de eso tiene una pertecilla en la parte de enfrente que está cerrada y no se puede abrir, pues no hay pomo o manillar alguno.

-No se por qué, creo que aquí no va a aparecer nadie... en mi opinión, deberíamos optar por mover ficha e irnos de aquí.Lo último que se me ocurre es mover el cuadro de encima de la chimenea

Los que estamos aquí somos los que nos preocupamos. Deberíamos unirnos en lo que hacemos, al menos por el momento, hasta que encontremos algo que realmente nos obligue a separarnos.... a no ser que alguien sepa algo que los demás no sabemos.

-Estoy de acuerdo con Inara- me acerco hacia ella y poso mi mano derecha en su hombro-, de alguna manera estamos cooperando. Cuenta conmigo, cielo, me uno -sonrío-.

Acto seguido, miro a Brett para comunicarle que la opción propuesta por él, ya la había realizado yo antes.

Inara responde a la sonrisa de Eider con otra mucho más amplia, dejando que su boca se abra ligeramente y muestre... a una Inara agradecida... y complaciente.

-Gracias, Eider -le dice, cerrando los párpados lentamente, una sola vez, y volviendo a fijar su mirada en ella, para a continuación hablar al grupo en conjunto -. Sugiero ir al despacho ya y seguir explorando. Si vamos todos, seguro que encontramos algo, y además es muy posible que siendo la habitación privada del Barón, haya algo que merezca la pena.

Me quedo pensativo durante unos instantes, la situación es compleja...

-Esto es complicado... Si ni siquiera moviendo ese cuadro funciona el truco de...(No recuerdo su nombre) de ella. Digo señalando a Renfri.

-Creo que esto se va a quedar así, por lo que muy a mi pesar y aunque no me fíe mucho de dejar aquí la urna sola, iré yendo al despacho del Barón, me gustaría tener explicaciones de... de algo, de lo que sea.

Guardo mis manos en los bolsillos del pantalón del traje y marcho hacia el despacho. Antes de salir de la habitación miro a ver si alguien viene conmigo.

-Queréis que...

Pudorosa, bajo la mirada hacia el suelo, intentando evitar cualquier contacto visual con la mujer de mi vera. Muevo lentamente la cabeza de un lado hacia otro, para alejar todo pensamiento ajeno a la situación presente. Me giro, para así ver a todos los presentes sin darle la espalda. Suspiro nerivosa.  Carraspeo intentando recuperar mi compostura.

-¿Queréis que hagamos equipos? Es decir -gesticulo las manos al hablar para explicarme mejor-, podemos ir por equipo a ciertas estancias. Sé que en esta situación el ''divide y vencerás es muy poco fiable'', que cuantiosos líderes a lo largo de la Historia han dividido y no les ha dado fruto, pero... ¿Qué opináis?

-Brett se va al despacho. Si vamos nosotras dos y Alice que lo sugirió en primer lugar, cuatro es un buen número para trabajar e intentar descubrir cosas ocultas. El resto podría buscar en otra instancia y después haríamos una puesta en común. ¿Qué os parece?

-¡Espera Brett! Nos unimos contigo -ando deprisa hacia el atleta e invito a Alicie e Inara a que nos siga-. Trato hecho -respondo a la pregunta de ésta-. Lo mejor es volver al salón antes del anochecer. Este será nuestro punto de partida y nuestra ''casa'', donde haremos la puesta en común.

-Me parece bien. Suena como un plan -dice Inara, satisfecha.

Yo voy. Así varío ;)

Escucho las propuestas y me parecen bien. Asiento con la cabeza

-Pues pongámonos en marcha.

Los 4 compañeros salieron del Gran Comedor, uno tras otro; habiendo decidido formar un equipo, el equipo "E-B-A-I".

Diana entra en El Gran Comedor, la única sala que le resulta familiar del gran castillo. La estancia parece estar vacía, así que aprovecha para pasear por ella fijándose en paredes, techos y suelos.