Partida Rol por web

Me acerco relajadamente a ver lo que hay dentro

Objeto: Cilindro de Cera

Parece ser un cilindro de cera sin nada en especial, puedes observar que está grabado, quizás diga algo.

Leo detenidamente lo que pone buscando algún dato relevante y lo guardo en mi bolsillo, de momento no digo nada a nadie

El Mayordomo asintió con la cabeza y abriendo la puerta con un brazo incitó a todos a pasar al Gran Comedor, pues los requisitos del Barón se habían cumplido, no con honores y no en el tiempo previsto y ni siquiera con seguridad o sin bajas, pero al menos se habían contemplado.

-Ya podéis pasar al Gran Comedor, el Barón os espera con ansias. Ya llegáis tarde.

-Ruego que todos los dispositivos móviles me sean entregados, estos serán llevados a vuestras respectivas estancias.

Una de las Criadas se acerco al Mayordomo y con una pequeña caja se puso a su lado, a la espera de que los invitados dejaran allá sus dispositivos móviles o similares.

¡Al fin!

Maldijo y se puso en movimiento. Entró en el gran comedor y buscó un asiento próximo a la gran chimenea.

No tuvo que dejar su móvil puesto que siempre caminaba sin él por la casa.

No llevaba móvil encima, me parecía de los aparatos más inseguros del mundo -No dispongo de telefono- le dije a la criada y me propuse sentarme lo más cerca de donde se sentará el barón para poder tratar nuestros asuntos.

Quiero entrar la primera llegar a la chimenea y examinarla. Busco cualquier cosa que pueda encontrar, pero, sobre todas las cosas, hacerme con un atizador y guardarlo donde nadie lo vea (por debajo de la falda en el lateral del vestido por ejemplo).

Tengo un mal presentimiento acerca de los invitados y no quiero estar desarmada.

Dejo mi teléfono móvil muy a mi pesar y paso a sentarme junto a la chimenea

Alice, Brett y Gustavo entraron en el Gran Comedor.

El aristócrata artista articuló por fin palabra, tras un buen rato de estupefacción. Aunque en las ferias de arte había visto performances de lo más disparatadas, la escena recién vivida le parecía más dantesca. Y fuera de lugar en una casa noble. Los invitados toqueteando y robando a la cara de la anfitriona (sí, formalmente lo era). Una niña muerta en un estupido accidente. Y muchas otras cosas que ni había podido percibir correctamente (recordarlas para su próximo relato sería una tarea colosal sin poder leer su memoria cual un libro, uno de sus más ansiados sueños). Por fin, la hora de la cena había llegado.

Por favor, con un gesto de su brazo cedió el paso a las damas, encabezadas por la anfitriona (y por el maleducado deportista que se coló). Pasemos al comedor, a cenar tranquilamente. Aunque estaba claro que entre la locura del barón y la desfachatez de los invitados no iba a ser una cena tranquila y cordial, como él hubiera querido.

Sin problema, dejó su móvil a la doncella, sacándolo del bolso que le colgaba en el frontal de la falda. 

Entro al gran comedor sin depositar nada en el cofre de la sirvienta.

William suspira fuertemente, tratando de controlarse mostrándose totalmente incómodo. No tarda demasiado en ponerse en movimiento hacia el comedor, ya por fin calmado, sin mirar a ninguna parte más allá de la puerta que conducía al lugar al que procedía, además de a todos los individuos a su alrededor, especialmente a seis individuos: Alice Backwell, Inara Serra, Mustafa Yasaran, Gustavo Montoya, Sean McOwen y Brett Xiaojun.

Justo al pasar por delante de la puerta, William habla lo suficientemente alto como para que le escuche el servicio de la mansión.

- Aquí está mi móvil, todo lo demás que llevo es material médico no electrónico y apuntes de mis estudios escritos en papel. Mi maleta está en la entrada y no tiene nada más que ropa y utensilios cotidianos de saneamiento y otros, cuidadla. - dice soltando su móvil en la cesta sin dignarse a mirar al servicio y dando un firme toque en su mochila lateral, la cual suena llena. Obviamente, está hasta los cojones de todo esto, pero en ningún momento dice ninguna mentira.

Suspiro y deposito con una amable sonrisa el teléfono móvil en el lugar indicado por el sirviente. Acto seguido entro al Gran comedor. Me sitúo al lado de Inara Serra, la única que, al parecer, me ha trasmitido calidez en lo que llevo de noche, sin embargo la idea de acercarme a la Baronesa es muy tentador, el situo al lado de la chimenea...

Creo que debo entablar conversación con alguien o sino... esto se me hará aburrido -pienso para mí-, Mustafa parece que no es muy hablador... ¿ y si pruebo a entablar conversación con ese chico asiático?

Una gran parte de los invitados ya habían pasado por su propio pie al Comedor, el Mayordomo estaba satisfecho, pues parecía que el hambre los había vuelto ágiles para pasar a la otra sala y por tanto, terminar cuanto antes con toda aquella situación.

Tan solo quedaban 7 en la estancia, los cuales deberán de pasar al gran comedor tarde o temprano.

Renfri entra al comedor tras William. No tiene movil pues el chef se lo quitó desde el primer momento. No deja nada en la caja de la criada

Usando tu Habilidad Innata: Perspicacia

Brett Xiaojun ha recogido un cilindro de cera del cajón del Busto:

Objeto: Cilindro de Cera

Parece ser un cilindro de cera sin nada en especial, puedes observar que está grabado, quizás diga algo.

Paso al gran comedor  luego de darme cuenta que  no fui muy rápido para responder y que otro ha sido beneficiado. Igual me encuentro molesto,  no me gusta este lugar y no me gusta que esten jugando conmigo.

En la Sala solo se encontraba Arieth Schrollder, Bruno Evans, Mortimer Mallow, Richo Moctod y William Rouge.

El Mayordomo comenzaba a impacientarse de sobremanera ante la pasividad de estos. Pero no dijo nada.