Partida Rol por web

Alexandra Ivanovich Fyodorovich Odoyevski-Maslov

- Envenenada -

- Sana -

- Muerta -

Capítulo 1: La Urna

Algunos hablaban sobre fantasmas, otros sobre extraterrestres, otros sobre urnas, muertos, asesinos y asesinatos, otros sobre rumores y leyendas, e incluso hubo otro que gritaba "Gñeh" de vez en cuando; pero algo que no estaban los presentes preparados era el sonido de una copa al romperse.

Cuando todos se giraron, pudieron ver a la Princesa Rusa, Alexandra Ivanovich Fyodorovich Odoyevski-Maslov, comenzar a toser y llevarse las manos a la garganta mientras esta caía al suelo y su rostro lentamente se volvía de un color púrpura, sus ojos se llenaban de sangre y su boca esputaba una espuma blanquecina.

Capítulo 1: La Urna

Pasaron unos segundos de confusión hasta que finalmente esta pudo levantarse del suelo de su propio pie, con una aguja clavada en su pecho, bien sujeta por sus temblorosas manos. Pese a que aún continuaba con vida, su rostro parecía diez años más anciano ante este intento de asesinato por envenenamiento.

Capítulo 6: Extremaución

En el centro de la estancia se encontraba Alexandra Ivanovich Fyodorovich Odoyevski-Maslov, que parecía estar dormitando levemente sobre la alfombra roja de la Capilla, en un charco de su propia saliva, su trasero blanquecino y respingón se encontraba en alza apuntando hacia ningún lugar aparentemente lógico, teniendo así una extraña pose de rezo.

Por desgracia para ella y para el resto de los presentes, no poseía su ropa y no había nada para cubrirse, y para desgracia más para ella que para el resto, el hecho de tener un báculo ensartado en la espalda, tampoco parecía ser de gran ayuda para su estado de desnudez. Pues ir desnudo completamente se siente menos desnudo que ir desnudo salvo por los zapatos... el hecho de tener un báculo ensartado parece incluso peor.

Amonet Vobisccium

- Desaparecido -

- Aparecido -

- Encerrado -

Capítulo 7: Búsqueda

Amonet decide abandonar la estancia, quizás para ir al baño o quizás para ir a asaltar la nevera y esperar a que la noche pasara, pero lo único que pasó fue el tiempo, y Amonet no parecía volver, de hecho, ya había pasado una hora y aquel palurdo policía no daba rastro alguno de vida.

Capítulo 11: Penúltimo Peligro

El ruido de los cristales rompiéndose inundó la habitación; haciendo girar a los cuatro supervivientes, aparece la figura conocida de Amonet Vobisccium; pálido, debilitado, y con el rostro carcomido por la falta de agua. Al parecer mientras todos jugaban a polis y cacos, este estuvo viviendo -en contra de su voluntad- en los conductos de ventilación del castillo, hasta finalmente dar con uno.

Aún con sus manos atadas en la espalda, este cayó de bruces desde el techo contra la mesa para finalmente quedar boca arriba en un charco de químicos vertidos en el suelo.

Capítulo 11: Penúltimo Peligro

La tapa superior de la Urna se abrió, pudiendo hacer el recuento manual de los votos, aunque a diferencia de la anterior ocasión, esto fue necesario, pues esta vez las esposas eran de tamaño adulto y además no estaban conformadas por un estilo floral ni silvestre, algo que alivió a los niños de volver a ser enviados a aquel lúgubre y húmedo lugar... y que probablemente aliviaría a Esperanto si estuviera ahí...

Mientras todos hacían el recuento, los resultados fueron muy poco esclarecedores, pocos votos habían sido emitidos en esta votación y los que sí estaban emitidos eran apenas de relevancia, una votación muy dispersa, donde los máximos votos acumulados eran un total de "3" como valor, sobre Amonet Vobisccium.

En cuanto a todo lo demás, en esta ocasión parecía ser el turno de Amonet Vobisccium para visitar los calabozos. Teniendo en cuenta que ahora iban a estar más allá abajo que aquí arriba, era un consuelo para todos los presentes; sea como sea, ya quedaban muy pocos en pie.

Algo que alivió a todos es que todo parecía correcta, pues los números que fueron votos emitidos concordaban, y puesto que no hubo bastantes ausentes; se podría considerar una victoria para la democracia, pese a que justamente el más votado: Amonet Vobisccium no hayan votado.

Asha ahsa

- Muerta -

Capítulo 11: Penúltimo Peligro

Algo más que evidente que habría que resolver, era el hecho de descubrir quien o quienes son los que cometían los crímenes durante la noche, así como su motivo, porque alguno habrá. Si son fantasmas del pasado reencorosos, si son espíritus malignos o encarnaciones demoníacas. En definitiva si eran cualquier cosa etérea que pudiera ser aspirada con un electrodomestico de limpieza.

Hablando de limpieza, o mejor dicho, limpieza de estómago; Asha Ahsa se encontraba en el suelo del laboratorio, apoyada contra la pared que separaba la sala de las probetas y demás elementos químicos del super-ordenador con letras de menos y extrañas. Su vientre estaba completamente pulverizado, no era más que una masa sangrienta de carne, dejando ver las tripas de la joven.

Una investigación más exhaustiva señalaría que toda su garganta se encontraba quemada, achicharrada desde los labios hasta aquel trozo donde tendría que estar el estómago. Y a juzgar por las marcas de su cara y las quemaduras que tenía en los labios, mejillas y nariz; alguien la obligó a beber lo que parecía ser ácido para acabar con ella.

Sea como sea, ahora tan solo estaban 4 con vida y presentes en el lugar; el Dr. Egon, Fox, Jack y Johan.

Cat Lam

- Muerta -

Capítulo 8: Niebla

El sueño podía haber continuado, Pero algo alertó a todos los presentes. El sonido de una enorme explosión. Aún en pijama, todos los investigadores se abalanzaron a la aventura, o al menos al misterio de qué era, o de qué había sido, aquella interrupción de aquella película de terror que todos, inconscientemente, habían sincronizado.

Al llegar al exterior, la intensa niebla impidió a los invitados ver más allá, pero a medida que se iban alejando de la seguridad del Castillo, cascotes, rocas, piedras, tierra, arena, grava y plantas quemadas, chamuscadas o directamente ardiendo se fueron encontrando, dejando un pequeño crater en donde se podían distinguir tres cuerpos distintos, pese a ello no se sabía bien quién era quien.

Al hacer el recuento, los resultados fueron evidentes; obviando a los Niños que seguían en el calabozo y a Amonet que parecía seguir desaparecido, los otros tres restantes eran Klaus Himmler, Dr. Freud y Cat Lam. Lo que parecía ser las víctimas más probables de aquella explosión del chaleco bomba.

Clarisa

- Muerta -

Capítulo 5: Medio Camino

Tras aquel impacto inicial, los rostros de los investigadores se volvieron deductivos y con claros signos de sospecha mirándose los unos a los otros, y probablemente si Marvin estuviera ahí, este miraría a dos a la vez o a ninguno. Sea como sea, ahí fue cuando se percataron que Clarisa estaba desaparecida, la ventana estaba rota y en el marco inferior de la ventana signos de arañazos que caían a la parte exterior de la misma.

Otra pista que aquellos investigadores encontraron fue el pañuelo morado que la joven tenía siempre en su cabeza, entrar volando por la ventana hasta finalmente posarse sobre el pecho del difunto Ethan Harker.

Dr Freud

- Envenenado -

- Sano -

- Envenenado -

- Sano -

- Muerto -

Capítulo 1: La Urna

Los rostros horrorizados encontrarían otro motivo para mantenerse así, con la misma expresión; puesto que la faz del Dr. Freud ahora tenía un simbionte negruzco por debajo de su piel, que cual enorme pulpo, se movía desde su cuello y lentamente aumentaba de tamaño a la par que se extendía por el resto del cuerpo. El también había sido envenenado, aunque tardaría en fallecer a causa de ello. El tiempo que tardaría en llegarle la muerte era desconocido, pero lo que cualquiera sabría decir, era que no tardaría demasiado para que eso ocurriera.

Capítulo 3: Ataques Nocturnos

La velada continuaba, y el que peor parecía de aquel grupo, el Dr. Freud ya apenas hablaba o mostraba signos de seguir presente en el mundo de los vivos, su mirada perdida lo delataba, su tez completamente negra y los temblores y espasmos esporádicos eran lo único que le quedaba al antaño Doctor... y el hedor que provenía de el, claro está.

En cualquier momento se podría presentir como este palidecería ante el veneno, quizás en el próximo minuto o quizás antes; sentado en la única silla libre, sus ojos poco a poco se tornarían blanquecinos, perdiendo todo rastro de vida en ellos; algo que todos asumieron que sería el fin del Dr.

Pero algo cambió, el Doctor volvió a moverse bruscamente, sus ojos comenzaron a verter lágrimas de color negro como el alquitrán, incluso tenía la consistencia similar al aceite de algunas lámparas antiguas; y a medida que iba derramando lágrima a lagrima, su color paliducho e incluso blanquecino iba retornando a su cuerpo.

Pasarían unos cuantos minutos hasta que el bueno del doctor dejara de llorar su última gota, dejando a este en un estado natural a antes de haber sido sucumbido ante el veneno. El Dr. había vuelto...

Capítulo 7: Búsqueda

La situación que de repente había ocurrido ante los ojos de los presentes llenaba de confusión las mentes de todos, y quizás si no todos estuvieran preocupados viendo como la Vegana de Nivel 3 estaba muriéndose ahogada o como esperaban que milagrosamente se levantara de lo que podría ser un lecho de muerte frío, duro y repleto de herramientas y engranajes metálicos; se habrían dado cuenta antes de lo que le estaba sucediendo a otro de los presentes.

Una vez que el caso de la Vegana de Nivel 3 se hubo solucionado con víctimas mortales, en particular: ella misma, los rostros horrorizados encontrarían otro motivo para mantenerse así, con la misma expresión; puesto que la faz del Dr. Freud ahora tenía un simbionte negruzco por debajo de su piel, nuevamente, que cual enorme pulpo, nuevamente, se movía desde su cuello, nuevamente, y lentamente aumentaba de tamaño a la par que se extendía por el resto del cuerpo, nuevamente. El también había sido envenenado, nuevamente, aunque tardaría en fallecer a causa de ello, nuevamente. El tiempo que tardaría en llegarle la muerte era desconocido, nuevamente, pero lo que cualquiera sabría decir, nuevamente, era que no tardaría demasiado para que eso ocurriera, no nuevamente, porque no murió en la anterior ocasión.

Capítulo 7: Búsqueda

Con unas cuantas convulsiones en el suelo, el Dr. Freud fue esputando restos de trozos negruzcos junto a sangre, salivo y reflujos gástricos. No era una escena digna de presenciar, pero mucho menos era una escena digna de participar en ella, pese a ello, el Dr. Freud no tenía alternativa, era eso o la muerte... y aunque lo segundo quizás fuera menos doloroso, era algo definitivo y no había prisa por alcanzarla.

Poco a poco el color de piel del Dr. Freud se fue tornando cada vez más y más saludable, no del tipo de saludable de antes de haber contraído la enfermedad por envenenamiento, ni siquiera -ni de lejos- el estado previo a aparecer en las puertas de aquella mansión. Toda esta aventura le había costado bastante al pobre Doctor, el cual como efecto secundario, sus ojos se habían tornado negros de forma permanente.

Capítulo 8: Niebla

El sueño podía haber continuado, Pero algo alertó a todos los presentes. El sonido de una enorme explosión. Aún en pijama, todos los investigadores se abalanzaron a la aventura, o al menos al misterio de qué era, o de qué había sido, aquella interrupción de aquella película de terror que todos, inconscientemente, habían sincronizado.

Al llegar al exterior, la intensa niebla impidió a los invitados ver más allá, pero a medida que se iban alejando de la seguridad del Castillo, cascotes, rocas, piedras, tierra, arena, grava y plantas quemadas, chamuscadas o directamente ardiendo se fueron encontrando, dejando un pequeño crater en donde se podían distinguir tres cuerpos distintos, pese a ello no se sabía bien quién era quien.

Al hacer el recuento, los resultados fueron evidentes; obviando a los Niños que seguían en el calabozo y a Amonet que parecía seguir desaparecido, los otros tres restantes eran Klaus Himmler, Dr. Freud y Cat Lam. Lo que parecía ser las víctimas más probables de aquella explosión del chaleco bomba.

Dr. Egon Spengler

- Muerto -

Capítulo 12: Última Bala

Fox disparó a Egon, el cual erró su disparo contra Fox. Ahora sobre el tablero de juego tan solo se encontraba Fox y Jack, y con la posibilidad de que uno de ellos venciera con el 75% de las posibilidades mientras que el otro, tan solo, siguiera con vida con el 25% de las mismas. La batalla quizás se decidiría en un simple gatillazo.

Dr. Valerov Lazario

- Muerto -

Capítulo 4: Sobresalto Nocturno

Con un terrible sentimiento y miedo porque hubiera alguien armado con una pistola suelto por la estancia y que ya había sesgado la vida de Nadine y Marvin, los invitados decidieron hacer un buen necesario recuento de cabezas, y permanecer juntos en el Gran Salón por lo que quedara de la noche, puesto el resultado que salió después del recuento fue espeluznante:

El Dr. Valerov Lazario estaba desaparecido, por lo que era más que probable que este fuera el asesino de los dos jóvenes del Salón y ahora pudiera atacar en cualquier momento... y así, con este pensamiento en mente, las horas pasaron, en silencio, conversando, algunos durmiendo, y otros aprovechando la espera para echar una ojeada a aquella colección de libros tan interesantes, aunque el TITTIES, TITTIES & TITTIES estaba a buen resguardo por Antonio, quien de vez en cuando arrancaba una página para comérsela.

Edgard Richstone

- Encerrado -

Capítulo 10: Piso Superior

La tapa superior de la Urna se abrió, pudiendo hacer el recuento manual de los votos, aunque a diferencia de la anterior ocasión, esto fue necesario, pues esta vez las esposas eran de tamaño adulto y además no estaban conformadas por un estilo floral ni silvestre, algo que alivió a los niños de volver a ser enviados a aquel lúgubre y húmedo lugar... y que probablemente aliviaría a Esperanto si estuviera ahí...

Mientras todos hacían el recuento, los resultados fueron muy poco esclarecedores, pocos votos habían sido emitidos en esta votación y los que sí estaban emitidos eran apenas de relevancia, una votación muy dispersa, donde los máximos votos acumulados eran un total de "3" como valor, sobre Edgard Richstone.

En cuanto a todo lo demás, en esta ocasión parecía ser el turno de Edgard Richstone para visitar los calabozos. Teniendo en cuenta que ahora iban a estar más allá abajo que aquí arriba, era un consuelo para todos los presentes; sea como sea, ya quedaban muy pocos en pie.

Algo que alivió a todos es que todo parecía correcta, pues los números que fueron votos emitidos concordaban, y puesto que no hubo bastantes ausentes; se podría considerar una victoria para la democracia, pese a que justamente el más votado: Edgard Richstone no hayan votado y ya de paso Johan Berlin.

Esperanto

- Encerrada -

- Libre -

- Muerta -

Capítulo 3: Ataques Nocturnos

La tapa superior de la Urna se abrió, pudiendo hacer el recuento manual de los votos, aunque a diferencia de la anterior ocasión, esto no fue del todo necesario, pues pese a que esta vez las esposas eran de tamaño adulto, el material con el que parecían haber sido fabricadas, así como el diseño, distaba bastante de unas "esposas normales", al contrario, parecían ramas y lianas en forma de de esposas.

Mientras todos hacían el recuento, los resultados fueron más que esclarecedores; puesto que la gran mayoría de votos iban encaminados en contra la amiga del medio ambiente, Esperanto. Ella evidentemente que se quejó y trató de señalar a otros, pero nada de eso fue suficiente, la justicia es una fuerza de la naturaleza por sí misma, imparable, impasible y probablemente húmeda en el castillo.

Capítulo 6: Extremaución

Esperanto también entra en la estancia. Al parecer las celdas ahora se encontraban completamente vacías a causa de las acciones de quien libera a los presos sin ton ni son. Sea como sea, aún con este pequeño reset, el vacío causado por los que han muerto a lo largo de los días, es notable.

Capítulo 7: Búsqueda

La velada podría continuar tal y como estaba preparada para continuar, a fin de cuentas el sol aún estaba en su punto más álgido, aunque no lo pudieran notar al estar sobre la densa niebla y las luces de aquellas estancia no ayudaban en demasía para mantener la visión del resto de los invitados mientras la velada continuaba.

Algunos hablaban sobre fantasmas, otros sobre extraterrestres, otros sobre urnas, muertos, asesinos y asesinatos, otros sobre rumores y leyendas, e incluso hubo otro que gritaba "Antoniooooo" en el fondo mientras se alejaba de alguien disfrazado de cura, que, por algún motivo, también gritaba "Antonioooo"; pero lo que no estaban preparados a escuchar fue el sonido metálico en el suelo

Cuando todos se giraron, pudieron ver a la Vegana de Nivel 3, Esperanto, comenzar a toser y llevarse las manos a la garganta mientras esta caía al suelo y su rostro lentamente se volvía de un color púrpura, sus ojos se llenaban de sangre y su boca esputaba una espuma blanquecina.

Pasaron unos segundos de confusión antes de que nadie fuera a socorrerla, y aunque como había pasado en el caso anterior, esperaban que esta se levantara, con diez años menos, un rostro ligeramente purpúreo, pero viva. Nada de eso ocurrió. Bueno, sí, su rostro ahora parecía una berenjena, pero seguía igual de joven que antes, no se puso en pie, y mucho menos continuó con vida.

Ethan Harker

- Muerto -

Capítulo 5: Medio Camino

La mañana llegó sin mayores sobresaltos y los invitados decidieron preparar sus respectivos desayunos y comer algo de forma civilizada en el gran comedor, aunque lo primero que observan nada más entrar por la puerta les quita el apetito de golpe, puesto que pueden ven el cuerpo de alguien tumbado sobre la mesa y recubierto en una manta, la cual tenía a la altura de la cabeza un enorme mancha de sangre. Los pies del difunto salían por encima de aquel mantel que lo cubría en dirección hacia la ventana.

No sería otro que Antonio el que daría un leve tirón de la manta para ver quién se encontraba debajo con quizás un dolor de cabeza prominente, pero al parecer esta manta también estaba debajo del cuerpo, así que le costó un segundo tirón con mucha más fuerza y teniendo que apoyar un pie sobre la mesa para que el impulso fuera suficiente para sacar la manta de encima del cadáver.

Cuando lo hizo restos de sangre y sesos salieron despedidos hacia su dirección; manchando la mesa, el suelo e incluso la pared y la puerta; y por supuesto, a los invitados que ojipláticos estaban observando lo sucedido. Pero eso no era lo peor, sino el cadáver que ahí se encontraba, Ethan Harker con el cráneo aplastado por la parte superior, el cogote y la nuca. La cavidad resultante mostraba parcialmente el cerebro del joven artista de efectos especiales, así como otros trozos del mismo habían sido desperdigados por la mesa.

Fox A. Tsoukalos

Gavin McFliyn

- Muerto -

Capítulo 6: Extremaución

En el centro de la estancia se encontraba colgando un hombre, atado del cuello por un cable de corriente, un alargador de 5 metros de distancia; la parte final del cable se encontraba atado a una barandilla de la escalera de caracol. El hombre echaba espuma por la boca y en su traje se podía ver manchas verdes en sus botas negras y en el bajo de su pantalón vaquero. Tenía guantes naranjas y bajo él estaba un sombrero de vaquero marrón, mojado por la propia orina del hombre que aún goteaba del pantalón.

Al parecer es un hombre de tez marrón, un enorme bigote que le cubría todo el labio superior, pobladas cejas negras y una enorme melena a la par. Era algo gordo y parecía tener 40-50 años. Al menos eso era lo que parecía ser, puesto que al acercarse, el grupo reconoció a Gavin McFliyn.

Ítalo de Murcia

- Muerto -

Capítulo 4: Sobresalto Nocturno

No sería otro que el ciego, Klaus Himmler quien pese a no tener el don de la vista, se dirigió hacia la chimenea del Gran Salón y tras empujar algunas piedras de la misma; esta comenzó a temblar hasta finalmente mover la pared del fondo dejando ver un pequeño pasadizo a modo de escalinata que daba al Taller Oculto descubierto en una de las anteriores noches.

No solo eso, en el Taller Oculto se encontraba alguien, alguien que había faltado a aquella reunión improvisada de media noche; completamente desnudo sobre su hábito y con el cuello rajado de lado a lado entre otros signos de violencia que podrían considerarse de índole erótico-festiva, o quizás devoto-festiva, se encontraba el silencioso Ítalo de Murcia.

Jack "Flaco" Grayson

- Encerrado -

- Libre -

- Muerto -

Capítulo 6: Extremaución

La tapa superior de la Urna se abrió, pudiendo hacer el recuento manual de los votos, aunque a diferencia de la anterior ocasión, esto no fue necesario, pues esta vez las esposas, pese a que eran de tamaño adulto y además no estaban conformadas por un estilo floral ni silvestre, algo que alivió a los niños de volver a ser enviados a aquel lúgubre y húmedo lugar... y a Esperanto... Los presentes pudieron adivinar con solo ver el ancho de las mismas, quién era el electo por la democracia.

Mientras todos hacían el recuento, los resultados fueron muy poco confirmando las sospechas, pocos votos habían sido emitidos en esta votación, quizás por los nuevos-viejos recién llegados que no les dio tiempo a votar y los que sí estaban emitidos eran apenas de relevancia, una votación muy dispersa, donde los máximos votos acumulados eran un total de "4", muy seguidos del 3 contra Asha Asha y otros votos sueltos.

En esta ocasión nadie fue capaz de decir el nombre que todos tenían en mente, no porque alguien les hubiera robado la lengua, sino porque eso estaba mal visto en la sociedad, a fin de cuentas, Jack "Flaco" Grayson podría ser de todo menos flaco, como por ejemplo y esto se me vino ahora a la mente: gordo; pero otra cosa completamente distinta era decírselo a la cara al ver esas esposas.

Capítulo 6: Extremaución

Según los testimonios de los presentes, la tierra tembló bajo los pies de los invitados, por unos instantes todos se miraron con rostros de confusión, imaginando que clase de criatura había emergido de debajo de aquella Iglesia alejada de la mano de Dios. Pensando qué tipo de demonio saldría y cuántos cuernos esta tendría, y cuantas coronas sobre cada cuerno y qué tipos de habilidades sobrehumanas y monstruosas podría usar para atormentar a la humanidad.

En cambio apareció Jack "Flaco" Grayson por la puerta, puesto que ahora volvía a estar libre.

Capítulo 12: Última Bala

Poco después, Fox alzo su arma contra Jack Flaco" Grayson y disparo sin un solo atisbo de emoción.

Jean Paul Pierrot

- Encerrado -

- Libre -

Capítulo 4: Sobresalto Nocturno

La tapa superior de la Urna se abrió, pudiendo hacer el recuento manual de los votos, aunque a diferencia de la anterior ocasión, esto fue necesario, pues esta vez las esposas eran de tamaño adulto y además no estaban conformadas por un estilo floral ni silvestre, algo que alivió a los niños de volver a ser enviados a aquel lúgubre y húmedo lugar... y que probablemente aliviaría a Esperanto si estuviera ahí...

Mientras todos hacían el recuento, los resultados fueron más que esclarecedores; puesto que la gran mayoría de votos iban encaminados en contra a aquel anciano que hacía apenas unos minutos había visto entre las ropas de aquella joven por el arma homicida y envenenadora, en efecto, el que recibió la mayoría de los votos no fue otro que, Jean Paul Pierrot.

Capítulo 6: Extremaución

Por la puerta que daba a la Sacristía, entraron detrás de un muy orgulloso de sí mismo, Amonet; el enmascarado médico de Zacharías, el anciano del cinturón de explosivos Jean Paul, y el Posible Sí o Posible No Buzo Norbert. Todos, excepto Esperanto, de los que habían sido encarcelados en las votaciones anteriores habían vuelto a deambular por el castillo.

Johan Berlin

- Muerto -

Capítulo 12: Última Bala

En una pequeña estancia, nunca vista con anterioridad por ninguno de los presentes estaba vilmente adornada por 4 armaduras medievales, dos de ellas se encontraban completamente vacías, la tercera no podía abrirse, pero a juzgar por las juntas, estaba goteando algo de agua de su interior, y en la cuarta, estaba el cuerpo muerto de Johan Berlin.

Justin Case

- Desaparecido -

- Aparecido -

- Encerrado -

Capítulo 2: Ruidos en la Oscuridad

Sorprendidos por encontrar a un compañero muerto, los investigadores cambiaron su atención en buscar entre ellos, o mejor dicho en contar las cabezas que sobresalían; a fin de cuentas, nunca se sabe si alguien más pudo haber sufrido ese aciago destino por parte de quien sea que estuviera asesinando a los presentes.

En efecto, una vez terminado el recuento, notaron la falta de Justin Case, el joven con el sombrero de copa y por tanto, el que más tendría que haber destacado en ese recuento de cabezas, pues tranquilamente sobresaldría por encima de todas ellas.

Capítulo 2: Ruidos en la Oscuridad

- ¡¡¡WAAAAAAAA!!! - grita de pronto desde la puerta Justin Case, detective privado. Aunque ahora no parece mucho un detective privado, sino un youtuber asustado.

El sombrero lo lleva entre las manos. Mira a un y otro lado, a los presentes. Carraspea, se pone el sombrero de nuevo, atusándolo un poco antes.

- Sin duda, sin... duda - tartamudea-. Había un buzo. Era ENORME. O... O era un cíclope. ¡¡SOLO SE QUE SU CABEZA ERA REDONDA! ¡BUZO! ¡CÍCLOPE! ENORME.

Luego asiente, mirando a unos y a otros de nuevo.

- Intentó matarme, pero tuve suerte... He estado escondido... Sin duda, sin duda... 

Capítulo 8: Niebla

La tapa superior de la Urna se abrió, pudiendo hacer el recuento manual de los votos, aunque a diferencia de las anteriores ocasiones, esto no fue necesario, pues esta vez las esposas, pese a que eran de tamaño adulto y además no eran del tamaño de manatí obeso y no estaban conformadas por un estilo floral ni silvestre, algo que aliviaría a los niños de volver a ser enviados a aquel lúgubre y húmedo lugar, si no fuera porque ya estaban allí... y a Esperanto... y a Jack "Flaco" Grayson. Los presentes pudieron adivinar con solo ver el logo de Youtube de las mismas, quién era el electo por la democracia.

Mientras todos hacían el recuento, los resultados fueron muy poco confirmando las sospechas, pocos votos habían sido emitidos en esta votación, quizás por los nuevos-viejos recién llegados que no les dio tiempo a votar y los que sí estaban emitidos eran apenas de relevancia, una votación muy dispersa, donde los máximos votos acumulados eran un total de "4", muy seguidos del 3 contra Asha Asha y otros votos sueltos.

En esta ocasión nadie fue capaz de decir el nombre que todos tenían en mente, no porque alguien les hubiera robado la lengua, y tampoco porque eso estaba mal visto en la sociedad, a fin de cuentas, Justin Case pese a asemejarse ligeramente a cierto YouTube, algo les decía que no podría ser él... probablemente.

Klaus Himmler

- Muerto -

Capítulo 8: Niebla

El sueño podía haber continuado, Pero algo alertó a todos los presentes. El sonido de una enorme explosión. Aún en pijama, todos los investigadores se abalanzaron a la aventura, o al menos al misterio de qué era, o de qué había sido, aquella interrupción de aquella película de terror que todos, inconscientemente, habían sincronizado.

Al llegar al exterior, la intensa niebla impidió a los invitados ver más allá, pero a medida que se iban alejando de la seguridad del Castillo, cascotes, rocas, piedras, tierra, arena, grava y plantas quemadas, chamuscadas o directamente ardiendo se fueron encontrando, dejando un pequeño crater en donde se podían distinguir tres cuerpos distintos, pese a ello no se sabía bien quién era quien.

Al hacer el recuento, los resultados fueron evidentes; obviando a los Niños que seguían en el calabozo y a Amonet que parecía seguir desaparecido, los otros tres restantes eran Klaus Himmler, Dr. Freud y Cat Lam. Lo que parecía ser las víctimas más probables de aquella explosión del chaleco bomba.

Madame Leurre

- MUERTA -

Capítulo 1: La Urna

^_(Cocina)

Otra cosa importante a ser destaca era que en el centro de la cocina, sobre una de las mesas, se encontraba "Madame Leurre", con los brazos extendidos y boca arriba, sus ojos abiertos de par en par en una desagradable mueca de sorpresa a la par que la baba y la sangre se le caía de la comisura de los labios.

Los más perspicaces notarían que en su pecho, clavado cual bandera, se encontraba un portentoso cuchillo de cocina que le había atravesado el corazón sin muchos miramientos, siendo esta la causa de la muerte más probable. Por otro lado, en el suelo de la cocina un pentagrama se encontraba dibujado con la sangre de la difunta Madame Leurre.