Partida Rol por web

Recuerdos dulces, Recuerdos preciados de un tiempo en el que todos, o casi todos, pudieron coincidir en un mismo lugar y... ¿Ser felices?

No.

Inocentes, inconscientes... ese tipo de calificativos serían mucho más acertados para describrir lo que era el estado de los jóvenes que coincidieron aquel día.

Un día que no acabó con las dulces promesas, sino con la tragedia.

Nadie podía imaginar lo que sucedería cuando llegó la hora punta y unos y otros se dirigieron a los transportes que los llevarían a los edificios de sus respectivas residencias. Dentro de poco el desplazamiento sería más fácil, ya que a todos los ubicarían en el mismo lugar. 

Pudo pasarle a cualquiera. Pero les pasó a ellos.

Aquella fue la primera noticia que tuvieron del Horror de las Estrellas. Una entidad que se había estado alimentando de la ira de un joven que estaba allí infiltrado. Uno que no nació con la vida de lujo a la que la mayoría de los allí presentes estaba acostumbrado. Nació en el barro de una colonia minera, dispuesto a hacer ver a los ilusos de aquellos que vivían en la capital lo que realmente la Corporación le hacía a los planetas que colonizaba, y cómo trataba a sus gentes... pero incluso esto perdió sentido cuando el Horror lo poseyó. Gota a gota se hizo más y más fuerte, hasta que pudo destruir y reducir a escombros toda una sección de la ciudad, incluyendo una parte de la universidad. Y eso incluía uno de los transportes que salieron desde la fiesta.

Cada uno de los actuales pasajeros en el RAZA recuerdan aquella tragedia de manera diferente. 

Alguno recordará que ayudó al muchacho que desató el Horror. Él no quería que algo así pasara.

Otro recordará que podría haber trabajado para detenerlo, pero estaba demasiado preocupado, embriagado por la música.

Hay quien recordará el espíritu de un alma construida como si fuese un robot y que aquella noche, por primera vez, pudo contemplar un atisbo de belleza.

Otra recordará a una hermana.

Otro recordará a un hermano.

Habrá quien recordará a un desconocido que le invitó a una copa.

Y hay alguien que recordará la cita del día siguiente, a la cual nadie se presentó. 

Cada uno de los supervivientes de aquella noche quedaron afectados por la tragedia que suponía darse cuenta de que su mundo no era tan perfecto como pensaban... y nunca lo había sido. Un encuentro del pasado que marcaría las decisiones que tomarían tiempo más adelante. ¿Pero por qué lo estás recordando ahora?

Miras a tu alrededor. El dolor de cabeza es atroz, y parece que no eres el único en sentirte así. Miras el reloj. La sobrecarga energética ha bloqueado su avance durante los últimos segundos, pero es sólo cuestión de tiempo que se auto-repare. Las decisiones que han tomado no pueden cambiarse. Puede que sea tu última oportunidad...

Como un jarro de agua fría, volvemos al mundo real. Aunque tras los últimos momentos, tan reales que podía sentir aún el cosquilleo en mis manos y el licor bajando por mi garganta, hay quien diría que esto es el sueño y el otro lado el mundo real.

Trato de tomar bocanadas de aire como si me faltase el aliento, como si la muerte me hubiese acariciado y yo estuviese tratando de escapar de ella. Un hilo de sangre baja desde mi nariz para llevarme un sabor ferroso a los labios, sin embargo me importa más bien poco, estoy confundido y miro alrededor...

El tiempo parece haberse detenido unos segundos, pronto serán las seis, pronto este macabro juego con el horror de las estrellas y la maldita nave volverán a su curso.

Mi respiración continúa agitada.

Miro alrededor nuevamente, de algún modo todos me resultan tan familiares que mi mente aún está intentando asimilarlo.

Sentí un intenso dolor en la parte central de mis circuitos, justo en el pecho. Quería llorar. Todos mis circuitos me pedían llorar. Pero no podía hacerlo con mi nuevo "yo".

-Oh, mi hermana... Hace tanto que no la veo...- me eché las manos a los ojos lamentándome con la idea de que si la volvía a ver no se encontraría con su querida hermana pequeña, sino con un trozo de hojalata.

-¿Por qué nos han hecho ver esto? ¿Vamos a morir?- solo podía mantener en mi cabeza lo que quedaba de la imagen de mi hermana, todo era muy confuso.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Al día siguiente la librería-café estaba cerrada en señal de luto. ¿Acudiste? ¿Cuanto tiempo esperaste? Uno de los transportes que salieron desde el edificio la noche anterior fue engullido por el ser, y no sabes si ella estaba o no dentro.

Un beso. Un único beso. Una respuesta osada y un disfraz. Eso es todo lo que te deja su recuerdo. Una parte de ti quiso pensar que ella no estaba allí, que en realidad se olvidó de ti y que pudo seguir viviendo su vida. Otra parte de ti no es tan optimista.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Tu no estabas en la fiesta, pero hablabas con tu hermana por comunicador cuando pasó. Tú tenías curiosidad por todo y a ella le encantaba satisfacerte. Te contaba cómo eran los disfraces. Te contaba cómo era la gente, el flautista y la magia de aquel lugar. Te contaba que su labor sería importante en el futuro, porque gente como ella protegería a la corporación, por lo que nada malo podía pasar nunca.

Y entonces, pasó.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Muchas personas de las que conociste en la fiesta estaban en ese transporte que fue engullido. El simpático vigilante-zombie, una chica con máscara de oro y tantos otros. Una tercera o cuarta parte de los presentes, conocidos o desconocidos.

Esa fue la última vez que supiste de la muchacha de dracónico disfraz. Te queda el consuelo de que, al menos por una vez, pudo sentir lo que era estar realmente viva... aunque si se hubiese quedado en su casa, en lugar de acudir a la fiesta, estaría bien. La sensación que queda en tu paladar es realmente agridulce.

¿Recuerdas cómo acabaron ambas la noche? ¿Cómo fueron sus últimos minutos, antes de despedirse?

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Son varios los rostros con los que interactuaste, cuya desaparición te toca sentir.

Es la chica metódica de disfraz escamoso, es el vigilante-Zombie que hacía su trabajo con humor, pero más dolorido aún... es la chica de la máscara dorada.

¿Recuerdas cómo acabó la noche entre ambos? ¿Sus palabras, su dulzura?

Ya no importa los sentimientos que pudieses albergar o no sobre ella en aquel momento. Sólo sabes que podrías haber sido tú, y que una de las razones que te trajeron aquí, al RAZA, y probablemente la de todos los demás, fue la venganza.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Eres de las afortunadas, ya que tu idilio te llevó fuera de la fiesta y a retener al hombre cuyos dedos transmitían tanta pasión a tu propia habitación, en lugar de dejar que se fuese sin más. Aquel transporte debería haberlo matado. Y lo peor es que en parte lo hizo. En el momento en el que el ser engullía parte de la ciudad, sufrió alguna clase de shok. Moretones y rasguños aparecieron por todo su cuerpo, como si le estuviesen arrancando la vida frente a tus ojos.

Lo único que llegaste a entender, en su delirio, fue que acababa de morir alguien. Alguien que era, al menos parcialmente, una parte de él mismo. Desde entonces, ya no era el mismo.

¿Qué hiciste entonces? ¿Trataste de seguir adelante con él, para tratar de compensar las heridas, o lo dejaste ir, para que el tiempo sanase el daño y permitir que el destino decidiera si se reencontraban o no en el futuro?

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Eras parte de la fiesta, pero no uno de los afortunados elegidos para entrar a la academia. Recuerdas algo más de ti gracias a todo esto. La Corporación te salvó la vida. Puede que tuviese o no intereses económicos o políticos para rescatar a las gentes de la filial de la corporación Pentex que habían quedado abandonados a su suerte en un planeta cuya terraformación acabó por calcularse como inviable.

Todas las corporaciones hacen atrocidades, pero estos te salvaron la vida. Es por eso que tu sentido del honor te llevaba desde el inicio a querer proteger a los fieles a la Corporación, también auto-denominados policías.

No se fiaban de nacidos en el exterior como para incluirlos en la academia de policía, pero eso no significa que te negasen el trabajo. Todos los tuyos encontraron un lugar, y aunque años más tarde te desligases y eligieses otro camino para ti como contrabandista, tu lealtad hacia tus orígenes era inquebrantable.

Todo había pasado muy rápido y aún me dolía la cabeza por el impacto, tenía también algunas heridas por el cuerpo, pero por suerte de poca gravedad.

Para ser sincero, poco me importaban las heridas, aquél recuerdo, aquél dulce y amargo recuerdo era lo que ocupaba mi mente. Quién era en realidad? Aquél chico tímido, inseguro e inocente no pegaba nada conmigo, quizás por eso cambié mi nombre. Aquél primer beso de  aquella chica que seguía sin saber quién era, aquél amigo con el compartí mis penas…

Me sentía extraño, la persona que había recordado era muy diferente a mí, tanto había cambiado? Le daba vueltas a mi verdadero nombre, se me hacía raro verme con él, ahora era Liam. Aunque eso ahora ya no importaba, algo me decía que había llegado mi final, la realidad era que no contaba con que los mercenarios hubieran cumplido con su palabra, y muy probablemente uno de esos malditos láser me dispararía.

Al menos moriré con el bonito recuerdo de un primer beso…. Susurré para mí. Estáis todo bien? Volvía a ser yo, no podía permitirme no serlo.

Salí del trance al recordar esa noche. Todos y cada uno de los tripulantes tenían la cara desencajada, la expresión perdida. Incluso en los robots se vislumbraba cierta aura anormal.
Aquella noche, casi todos los presentes eran despreocupados, inocentes, jovenes ajenos al terror que estabamos viviendo hoy.

Recordé pasar gran parte de la noche asqueada de estar allí, recordé que a la mínima que tuve oportunidad me escaquee de la fiesta para ir a la sala de música a tocar con otro enmascarado.
Acabamos en mi habitación, y eso, en parte, nos salvó la vida, ya que de habernos quedado y tomado el transporte habitual...

Durante aquella noche, el hilo musical se cortó para dar la noticia del atentado. Fue un glope de realidad... Y volví a sentirme igual. Igual de impotente, rabiosa y frustrada...

Recordé las tareas de rescate de aquella madrugada, cómo nos volcamos a ayudar a los heridos, a asistir a las víctimas, a recuperar los cuerpos de entre los escombros, el dolor en la cara de los amigos y familiares...
Los días posteriores al atentado los cordones policiales y las manifestaciones plagaron las calles. El olor a contendores y neumáticos quemados inundaba la ciudad...

Muchos dejaron la corporación tras el comportamiento de las autoridades frente al ataque. La carga policial contra todo el que pareciera sospechoso fue brutal.

Otros continuaron con más convicción. Ese dia marcó un antes y un después en nuestras vidas...

Despues de aquello nada volvió a ser normal.

Miré a mis compañeros, esta vez con nuevos ojos.

- Físicamente... sí... Supongo. - respondí a Liam

Decidí seguir adelante. Demasiado cabezona para desistir en sanarle.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

El ruido del caos en la ciudad quedaba oculto por la música del interior de la habitación, embriagados por el idilio musical, instintivo y pasional al que ambos se habían abandonado, por lo que probablemente fuiste de los últimos en darte cuenta de lo que estaba pasando.

Sin embargo, cuando sentiste en miedo en el alma de tu gemela, se te cortó el aliento. Los últimos sentimientos que compartiste con ella estaban cargados de desesperación, y entonces... pasó. Su alma fue devorada, y una parte de la tuya se fue con ella. Caíste, azotado por el dolor que en realidad era el de ella. TU piel acabó cubierta por moratones y rasguños más allá de toda explicación.

Creíste que morirías. Casi lo hiciste. Pero no estabas solo. No sólo tu amante te había salvado la vida al retenerte en aquel edificio, sino que se mantuvo a tu lado, ayudándote a sanar la herida inconsolable que suponía haber perdido parte de tí mismo. Fue tu muleta ¿Y por qué? Porque le daba la gana. Así de tozuda era ella. ¿Cómo te hizo sentir aquello? ¿La correspondiste?

Aquel shock me hizo recordar mis orígenes mitad inhumanos, me hizo recordar el cambio. Y lo peor, mi contrapartida femenina.

La pérdida de mi gemela, de una parte de mí, provocó una herida sangrante que, aún a día de hoy, continúa doliendo.

¿Por qué sus recuerdos se entremezclan con los míos? ¿por qué a veces, en sueños, me parece escuchar su voz?

Sin embargo yo era un fantasma... ja, qué ironía... no podría haber sido más acertado. Dolor y pérdida, música y pasión.

Mi hermana era una borde, pero una romántica.

Mi amante, aquella violinista, me salvó no sólo una, si no dos veces. Cuando todo lo que yo pretendía era lo contrario, era tomar sus heridas... ella tomó las mías. Aquello me llenaba de una rabia interna, me sentía bastante inútil. Ella era una tozuda, sin embargo yo era el tipo de persona que nunca se arrepiente de lo que hace por que hace lo que desea en cada momento.

Y no podía negar mi deseo por aquella chica. Además, nos debía una oportunidad a ambos, o mi hermana sería capaz de recomponerse átomo a átomo para arrancarme la piel, por imbécil. Y lo peor es que tendría que darle la razón.

Seguí con ella, no por cabezonería, si no por que era lo que quería hacer.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Mientras se alejaba, tus ojos que todo lo ven comprendieron algo más de aquel ser.

Es antiguo, muy antiguo. Probablemente esté cerca de poder ser considerado uno de los constructores del universo, pero su naturaleza es tan volátil para los sentidos a los que están acostumbradas hoy día las razas, que es fácil pasarlos por alto.

Sabes que existen miles de titanes como este dormitando en el universo, pero la mayor parte de ellos ya han sido consumidos por la codicia en expansión de las corporaciones. la criatura que tenías frente a ti es un miembro de esa raza antigua que ha despertado antes de ser consumido, y ahora clama venganza.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Saber que eres quien entregó la llave de la perdición no te deja tranquilo. Tu objetivo sólo era robar secretos, conseguir algo lo bastante valioso como para comprar un billete en la nave contrabandista en la que te querías enrolar. Nunca imaginaste que tu compañero, aquel que te estaba ayudando, lo que quería era acceder a una sala concreta donde se llevaban a acabo experimentos sobre un ser que no era humano.

Cuando se rompieron los sellos de contención y lo poseyó, no entendiste lo que estaba pasando.

Cuando el horror de las estrellas se humo alimentado lo suficiente y se desató para devorar media ciudad antes de ser ahuyentado, el corazón se te encogió.

¿Aceptaste la masacre que ayudaste a levantar, o este hecho te animó a perseguir a este ser para destruirlo? ¿Cómo te afectó saber que esa cosa había matado a esa gente que, a pesar de ser un poco pijos y repelentes... te estaban cayendo bien?

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

Mientras se alejaba, pudiste verlo mejor. Las dos partes de lo que eres hoy día vieron la forma de energía cada uno de forma diferente. Hoy, el analista en el que te has convertido comprende lo que significa. El Horror no está hecho de materia sólida. Es una entidad que se proyecta directamente en la mente de sus víctimas. Lo peor de todo es que estás bastante seguro de que incluso se alimenta de ellas.

Quizás sea ese el origen de lo que los recuerdos les insinúan. Hay que disminuir los conflictos en la nave para que ese ser no tenga de lo que alimentarse. Y eso, lamentablemente, pasa por la desaparición total y absoluta de alguno de los grupos presentes.

Sigues recordando.

Cuando el suelo tembló no podías creer lo que estabas viendo. Desde la distancia, un ente tentacular de energía estaba devorando gran parte de la ciudad. Para cuando el ejército pudo intervenir y dar con un arma capaz de alejarlo, flotó sin gravedad hasta desaparecer en las estrellas.

¿A quien perdiste en la fiesta? ¿Había alguien a quien observabas en silencio? ¿De dónde provino la semilla del odio que con los años te llevó a abandonar el cuerpo de tu corporación y entrar a formar parte de los mercenarios?

Solo alcanzo a ver fuego y cadaveres por todos lados, de fondo solo se escuchan los gritos de la gente, las explosiones y los rugidos de la enorme criatura que destruye todo aquello que se le pone por delante-¡Juliette, corre!...- confuso miro hacia los lados, me lleva unos segundos comprender que ya no me encuentro en medio del ataque-¿Que ha pasado?¿Donde estoy?- me apoyo aturdido en la pared-  ¿Acaso fue una alucinación? Parecía demasiado real para ser eso, la academia, el baile de fin de curso y luego el ataque de esa cosa que destruyo media ciudad...

el dolor me golpea como si fuera un ataque físico, tanta muerte en un instante y la indefensión de no poder hacer nada .

me agacho y gimo y lloro porque se lo que paso, lloro porque soy responsable, lloro porque no pude pararle, pero eso se acabo, mientras me alzo con una determinación que nunca he sentido antes, empiezo a repetir como un mantra:

Tenemos que acabar con el, Tenemos que acabar con el, Tenemos que acabar con el...