Partida Rol por web

Tras ver como volaba la puerta y que nos encontrábamos amenazados, saqué mi pistola y me puse a disparar a sangre fría. Sin importarme quién se pusiera por delante de mi camino.

Estaba apunto de contestarle algo a aquel tipo, el tal Raul, debido a sus comentarios tan poco acertados, cuando apareció aquella aberración.

¡Cuidado! Si sabéis luchar, ayudadme, sino poneros a cubierto - y con gran agilidad, cogió su rifle y disparó a aquel "monstruo" - ¡Vuelve al infierno, escoria!

Red lanzó varios cagamentos cuando vió aparecer a ese pedazo de monstruo y se subió a una posición elevada para ver mejor la situación. Viendo que no tenía un arma con el que ayudar buscó una manera de hacerle daño a ese bicharraco. Él era el mejor encontrando cosas y se empeñó en buscar algo que le sirviera como arma... y lo encontró.

Una pieza de chatarra grande y pesada, lo suficiente como para hacer daño si cayera de algún lugar pero no tanto como para no poder levantarla sobre su cabeza. Al echarle un vistazo creyó que podría ser un motor de algo hecho trizas, pero ya importaba poco. Esperando escondido a que el bicharraco pasara cerca suya se asomó desde su posición y levantándose lanzó aquel armatoste contra la cabeza de aquel bicho con intención de derribarlo.

- ¡¡Kowabunga!! -

Cuando estábamos todos bastante atónitos por lo absurdo de la conversación de Tejada, oímos un estruendo fuera, mientras la puerta de nuestra salta volando por la aires. Y ahí de pie, vemos como un enorme bicho se dispone a atacarnos. Es momento de entrar en acción... -A por él, chicos!!

Vuelvo andando pausadamente al refugio, después de recorrer con tranquilidad la ciudad, cuando de pronto la gente comienza a correr en todas direcciones y a gritarse unos a otros.

La juventud no sabe disfrutar de la calma y de la tranquilidad. Murmuro mientras llego al refugio a tiempo de oír las extrañas palabras del necrófago. Me apoyo con calma en una pared, para descansar, y dejo caer mi petate mientras me deslizo por la pared para acabar medio tumbado sobre el y con el sombrero en la cara.

Cuando empiezo a dormitar, un enorme ruido me obliga despertarme sobresaltado. Por lo que me quito el sombrero de la cara y miro hacia la puerta que ha salido volando y me quedo mirándola unos segundos, antes de darme cuenta de que no debería estar allí sino donde está el amenazante Behemont.

Maldiciendo por lo bajo, me termino de despertar y me levanto trabajosamente, haciendo crujir mis viejas articulaciones, para a continuación estirarme y recuperar algo la compostura. Parece que los más jóvenes son también los más impacientes en cargar contra el Behemont. Mientras meneo la cabeza con desaprobación me agacho de nuevo y saco tranquilamente mi viejo pico de minero del petate, apoyándome en el me levanto y coloco trabajosamente el petate de nuevo en mi espalda.

Miro a mi alrededor, buscando a la doctora Li y me acerco a ella. Si no le importa, me quedaré a su lado, ya que no se si seré de gran ayuda en este combate, aunque supongo que haré más que Boone.

Mientras disparaba sin parar, para acabar con aquellos dije.

Disparar maricones, no os escondáis. O cubriros bien, joder!!!, mientras miraba hacia atrás para ver quienes disparaban y quienes eran los que había que cubrir para que no fuera alcanzados por el enemigo.

Ante los gritos del necrófago sujeto con fuerza mi viejo pico minero sin dejar de observar el avance del Behemont.

Yo tengo un pico, joven. Debo esperar a que se acerque.

En vez de tanto cacarear, podías concentrarte en ser útil - Dijo mientras luchaba contra el behemot. Sarah ya estaba harta del tal Tejada. No todos estaban preparados para el combate, era lógico que no participasen. Aparte de que parecía olvidar el hecho de que no estaba resultando útil. Todos habían visto como fracasaba en su intento de atacar a aquella bestia.

Ya he desistido de tratar con el ghoul y me dispongo a volver a mi mesa de trabajo a ver si hago algo útil hoy cuando hace aparición uno de esos supermutantes de los que tanto me han hablado

"dado su tamaño su tejido oseo debe haber sido reforzado por su mutación para no colapsarse bajo su propia masa muscular..."

La prudente voz de Pete me devuelve a la realidad y consideraciones mas prácticas, la supervivencia

-desde luego no le aconsejo acercarse a esa cosa armado con un pico, por aquí- indico a Pete que me acompañe por los pasillos del viejo barco, llevo muchos años viviendo aquí y lo conozco perfectamente, de modo que al cabo de un rato salimos a una galeria elevada que nos debería dar cierta seguridad ya que esa cosa no tiene armas de fuego

-y ahora a ver si esta cosa funciona- apunto lenta y cuidadosamente la pistola laser antes de disparar hacia el amplio pecho, lo que debería ser un tiro fácil, pero el haz rojizo pasa a una buena distancia del behemot

-me da que me va a tocar trabajar luego- murmuro con desanimo

Red y Lyons disparan con certeza al pecho del enemigo, hacíendo que este retroceda un poco. Sólo dos pasos. Mientras tanto, los demás intentan sin éxito impactar en el enemigo, que lanza un grito al aire y se lanza con sus brazos abiertos hacía Sarah Lyons...

Antes de seguir apuntando aquellas cosas, me giro de una hacia alguien que dice que ataque en vez de cacarear. 

Coge tú una puta pistola si sabes manejarla y en vez de parlotear dispara de una puta vez. Sino quédate calla y cubrete, mientras al menos yo disparo, a no ser que cierre tu puta boca de un puto disparo.

Entonces me volví a girar y empecé a disparar.

¿¿Estás ciego o que coño te pasa?? - Sarah estaba completamente fuera de tus casillas - ¡Acabo de dispararle! Y yo he acertado ¡No como tu! Y disparame si te atreves. Será lo último que hagas en tu vida, te lo aseguro.

Justo en ese momento, el behemot arremete contra Sarah pero esta lo esquiva con facilidad. Tejada vuelve a fallar su disparo y Sarah saca unas tijeras con las que ataca a la bestia, inflingiendole mas daño de lo que se esperaría por parte de un arma semejante.

¡Así es como se lucha! - le dijo a Raúl con superioridad - Si en vez de meterte con los demás te concentraras en el combate, todo nos iría mejor.

Red rebuscó por la zona tras darle ese golpe al behemoth y encontró una caja de herramientas. Cogió las piezas más grandes (y luego la propia caja metálica) y se la lanzó al bicharraco a la cabeza, pero no estuvo fino y no dió ni una.

- ¡Me cago en la ostia! - exclamó dando un pisotón en el suelo metálico - ¡Tened cuidado ahí abajo!