Partida Rol por web

Y por fin se llega hasta el lugar donde están “acampadas” las caravanas Crimson, al menos la seguridad es buena veremos a ver como nos reciben, si consideran adecuado tener unos brazos adicionales para la defensa cuando los engendros del yermo, nos golpeen esta noche, porque no tengo ninguna duda de que vendrán y con ellos traerán muerte.

Avanzo con calma y rostro sereno, me encanta estos momentos la falsa tranquilidad antes de que el infierno se desate en la tierra. Me he criado entre muerte y dolor, es lo que he vivido desde que era un tierno infante.

- Buenas tardes, se avecina la noche y con el los peligros del yermo, y por lo que veo, sabéis de lo que hablo. Soy Charon, y si nos aceptáis en vuestro campamento esta noche, mi rifle estará a vuestro servicio matando a todo aquello que intente atacaros. ¿Que nos decís?

Yo puedo... ayudar a lo que haga falta.

Son mis palabras, desde un par de metros detrás de Charon, miro alrededor, y casi puedo sentir la tensión... ¿Pero por qué?

NOCHE 2

La noche cayó rápidamente sobre los aventureros mientras desde las Caravanas os animaban con la mano para que entréis antes de que cierren las puertas. Pero todos saben que el Yermo por la noche es muy peligroso... tanto que los enemigos ni se ven venir.

Los hombres que cuidaban la entrada, rápidamente dieron la alarma cuando desde detrás de la colina, un supermutante enorme apareció de la nada, armado hasta los dientes.

Y no era una metafora, hasta sus dientes eran armas.

¡Un Behemoth! Gritaron y rápidamente, se colocaron en posición para eliminar la amenaza.

Busco un cañón o cualquier cosa que pueda ser reparada o usada rápidamente como arma (incluso la típica combinación gasolina+fuego).

Viajando en el coche de San Fernando, llegamos un poco más cerca de la zona de caravanas, la gente se estaba guareciendo y cuando miré un poco por encima de neustras cabezas pude ver por qué: la noche se nos estaba echando encima a pasos de gigante.

Ofreciendo nuestras armas como apoyo, nos dejaron entrar dentro de la zona protegida. Tiempo para estirar las piernas....

...O no.

La voz de alarma suena y me pongo en pie rápidamente, me dirijo donde los demás defensores, ya casi apuntando, tomo una bocanada de aire y aprieto el gatillo

Afortunadamente para nuestros intereses las puertas se cierran después de que entremos, pero la tranquilidad dura unos pocos minutos, el tiempo que tardan en avisarnos de que vamos a recibir visita. Es un behemoth, una presa suculenta y un enemigo a batir, sonrío recargando mi rifle con rapidez.

- Arcade, atento a tu espalda, puede que el Behemoth sea una distracción y nos ataquen por los flancos – digo acercándome hasta una posición adecuada para abrir fuego.

- ¿Listos para acabar con ese cabrón? – pregunto en el momento en el que aprieto el gatillo, disparando al Behemoth.

Parece que ya han luchado juntos antes se dijo Cross al ver cómo Charon daba órdenas bastante acertadas y el resto parecía seguirle sin dudarlo.

El paladín de la Hermandad del Acero no podía ser menos, y se colocó a unos metros de Charon, buscando un ángulo de tiro diferente, de modo que si el Behemoth cargaba contra uno de los dos, el otro pudiera seguir disparando sin problemas.

La luz del rayo láser se adivinó desde la boca del cañón, cuando Cross alzó su antebrazo para apuntar, y con un sonido seco, cruzó el espacio que lo separaba del pecho del monstruo, cuya carne comenzó a disolverse por el calor concentrado.

Arcade se pone a rebuscar en el medio del Yermo algo que le resulte de utilidad pero en el desierto... poco podrá encontrar que pueda usar más que arena, rocas y trozos de metal. Pero sus compañeros no se lo piensan dos veces y comienzan a disparar a diestra y siniestra al enorme Behemoth.

Rose y Cross disparan al pecho, lo cual hace retroceder al enemigo, pero Charon parece ser un poco más preciso y de un disparo, le vuela la tapa de los sesos al enemigo, hacíendo que estalle por los aires dejando en el suelo una pulpa verde y gelatinosa.

Los Caravaneros se acercan a vosotros corriendo, con una sonrisa en la boca, y se colocan frente a vosotros. Se escuchan unos "vivas" y gritos de júbilo un poco más atrás.

Uno de ellos, el que parece ser el líder, os pregunta: - Gracias por la ayuda. ¿Qué venís buscando tan lejos de cualquier ciudad? -

Observo caer al Behemoth tras recibir el disparo preciso en su cabeza. Otro más que añadir a la lista de muertos, y van… Maldita sea, he perdido la cuenta.

Al menos vamos a ser bien recibidos – pienso al ver como se acercan los caravaneros – Con un poco de suerte nos darán algo de comer y podremos dormir en algún hueco que no este a la intemperie, que no estaría nada mal.

- Yo acompaño al piel suave – digo mirando a Arcade – Creo que busca cierta información y protegerle es tan buen trabajo como matar behemoths o cualquier monstruo que recorra los yermos.

Cross bajó el brazo en cuanto vio cómo el monstruo caía. Buen disparo, Sr Charon le felicitó, consciente de que si no le hubieran volado el cráneo aquel ser hubiera sido muy duro de matar.

Tras los gritos de júbilo y los festejos, los hombres de la caravana parecían estar más que dispuestos a aceptar a los vagabundos del yermo, y Cross dejó que los demás hablasen antes que él.

Nada en particular respondió cuando le llegó el turno Simplemente recorro el mundo echando una mano en lo que puedo. Es lo que hace mi Hermandad.

Asiento con la cabeza.

Mis dotes de combate no son buenas, pero sí, vine buscando algo, escuché de un lugar... Especial, lleno de cosas indescifrables e increíbles. De paso, busco un banco de trabajo...

Dicho esto sonrío a mi compañero, meto la mano en mi bolsa y saco una bala, ofreciéndosela a Charon.

Toma, lo prometido es deuda.

Entonces miro a los otros dos que nos acompañan.

¿Vais bien de munición?

Pregunto con sencillez.

Cross echo mano al compartimento anexo al laser para verificar si las celulas de energia seguian funcionando correctamente, para acto seguido torcer el gesto.
Demonios... Debi comprobarlo tras el combate con las mutarachas... ¡Estoy seco! -Exclamo descorazonado

- Pues, gracias. - Dijo el Caravanero. - Y bienvenidos a Caravanas Crimson. Adelante. -

Ambos compañeros de batalla salen corriendo desde sus localizaciones hasta dónde se encuentran ahora.

En el medio del Yermo.

No parece haber enemigos.

Y no saben nada de su compañera.

Una explosión resuena en todo el valle.

La dirección es en Megatón.

El sonido llega desde allí.

Al parecer la bomba ha estallado.

DIA 3

Una nave del Enclave os recoge, y os vuelve a llevar al Cuartel Central.

Los tres habéis querido moverse a ciertas localizaciones, pero al llegar a ellas, os distéis cuenta que estaban cerradas. Había carteles por fuera que rezaban que en esas localizaciones, se había producido un asesinato y que allí, no iba a salir nadie, ni a entrar nadie hasta que no se tenga un culpable.

Y estaban en proceso de votación.

Por lo tanto, al no tener lugar dónde ir, os encontrastéis en el Yermo, un lugar desertico y desolado.

Sin embargo, en el Yermo, también se puede sobrevivir, y vivir aventuras y por supuesto, explorar.

Por ahora, todo estaba tranquilo y no había rastros de enemigos.

Salí huyendo del lugar de donde escapaba, ya que no quería quedarme allí ahogado ni morir. No, morir aún no. Haría todo lo que fuese para seguir vivo y poder descubrir todo lo que estaba pasando.

Cuando caminé huyendo y sin mirar atrás, sin darme cuenta llegué a un lugar donde estaba aparentemente todo calmado. No sé si me gustaba la calma que este lugar presentaba o prefería los disparos y el alboroto de los lugares anteriores que había estado visitando.

Cuando llegué allí se encontraba un joven y una joven a los que saludé.

Buenas jovenes, ¿llevan mucho tiempo aquí?, es por saber algo de este lugar...o explorar...dije mientras miraba a todos las partes.