Partida Rol por web

Gala entró sin mirar a nadie al gran salón. Después de la discusión de ayer, todo se había complicado más de lo común. Al sentarse Tyler junto a ella, lo miró e intentó esbozar una sonrisa. Habló en un extraño idioma y se levantó. Pensó en ir junto a él, por lo que se levantó. 

Esa mañana llegué al tarde al gran salón. Estaba tenso tras la votación en el cáliz. ¿Y si me he equivocado? -esa había sido la frase que no había salido de mi cabeza en toda la noche y no me había dejado dormir. Me alegré al comprobar que ningún miembro de mi casa había terminado herido, pero se desvaneció cuando escuche que Malcom había desaparecido.

-Esperad chicos, yo también voy.

La noche había estado tranquila, y sin duda más silenciosa en la sala común de Slytherin tras lo sucedido con Ladien. Creía que el chico se había equivocado, pero si todo salía bien sólo era cuestión de días para que fuese despertado, junto con todos los que cayeran en esta inesperada y malvada aventura.

- Voy contigo, Lavinia.- Respondió a su compañera cuando se dirigió al resto de las serpientes. Dmitri se veía desanimado y cansado.

Esa mañana me desperté tarde. Después de lo que había pasado con Ladien la verdad es que no tenía ganas de ver al resto de mis compañeros. Estaba seguro de que era inocente y ver a aquellos que lo habían sentenciado no me iba a alegrar demasiado.

Aún así, me levanté lo suficientemente pronto como para ver el revuelo que se había armado en el Gran Comedor. Malcom había desaparecido y se estaban organizando "grupos" para salir a buscarlo.

-Cuenta conmigo. -Dije a Lavinia. Irme de allí era lo mejor que podía hacer y Malcom no me caía mal, así que me pareció una buena idea.

Tras el tenso día anterior, Liam tenía fe en que esa jornada fuera al menos algo más tranquila. Pero no, sus esperanzas se desvanecieron cuando nada más despertar se topó con la noticia de la desaparición de Malcom, uno de sus leones. Él día anterior apenas había abierto la boca, así que no tenía la menor idea de que le podría haber sucedido. Por suerte, al entrar en gran comedor, tanto la profesora como sus compañeros ya estaban organizando una búsqueda.

- Chicos, señorita Sprout, yo también me apunto.

Todos aquellos que dijeron que querían buscar, salen del Gran Salón y recorren el castillo y sus jardines, llegando a los campos de Quidditch. Pasadas las horas, todos vuelven con las manos vacías, excepto uno*.

Volví al salón con el ánimo por los pies. Malcom seguía desaparecido, y no habíamos encontrado nada.

-No hemos encontrado ni rastro de Malcom.. ¿qué hay de vosotros? -pregunté a los demás.

Medité qué significaba esa desaparición. No lo vimos por la casa Gryffindor, simplemente se esfumó. O alguien lo atacó, o él mismo salió por ahí.

Qué ganas de saber qué ha pasado.

Luego de recorrer una parte del Castillo junto a Adrien, Valeria, Kerry y Kenma* regresamos al Gran Salón sin novedad alguna, al menos de mi parte. - Marty, por aquí nada aún... Muy extraño. - respondo a mi amiga con un gesto bastante preocupado. Cuanto más tiempo transcurra peor será la situación y eso no se me pasaba por alto. 

Tenía que hacer algo al respecto y gracias a ese sentimiento que me gobernaba, pienso en futuros planes de ahora en más. Todo sea por recuperar un amigo.

Negué a Marty con la cabeza, mientras quitaba el sudor de mi frente tras subir y bajar tantos escalones.- Nada de nada...

Parece un juego de escondrijos donde Malcom parece ser el Rey...- Miro al resto y digo.- ¿Y vosotros?

Me pongo a pensar tras clamarme y digo.- Quizás está oculto a expensas de descubrir algo esta noche que nos sea de ayuda.... ¿Pero cómo saber donde ocultarse... ?

Al volver sin nada mas que cansancio y desanimo, le di la vuelta a los forros de mis bolsillos, sin darme cuenta que una gragea salio volando de su escondido, que a saber de que sabor seria.

-Nada de nada. -Enfatice el gesto con palabras.- ¿Y entonces que hacemos? Los malos siguen entre nosotros y no sabemos nada de nada. -Me rasque la cabeza un tanto confundido sin devolver los bolsillos a su forma original.

Nada, no hubo suerte. ¡Y mira que buscaron por todas partes! A saberse dónde se habría metido...solo esperaba que se encontrara bien.

- Nada. No hubo suerte- dijo con pesar.

Al llegar al salón vi a varios de mis compañeros reunidos, pero no a Malcom.

-Veo que no he sido el único cuya búsqueda ha sido totalmente inútil -respondo sentándome en una silla. Habia estado pateando todo el castillo varita en mano y estaba cansado y tenso.

Todos los Slytherin fuimos en busca de Malcom, separándonos por varias zonas del castillo pero permaneciendo alerta por lo que pudiéramos encontrar.

Volví al comedor con desánimo como la mayoría. -Mi búsqueda no ha servido de nada. Lamenté no dar con ninguna pista que nos sirviera de ayuda.

Después de Adrien parece ignorarle,  kenma camina callado, sin mirar a ningún sitio  pensando por unos momentos que en la escuela,  el extraño era el y fijándose que apenas nadie se acercaba a el, Kenma se alejó despacio hasta el jardín de la escuela para quedarse en un banco triste con ojos llorosos.   -    Para que tube que venir.... porque? .... este no es mi sitio... 

De no ser por la apremiante búsqueda de Malcom unida a la ya de por si angustiosa situación que estaban viviendo, el pelirrojo habría dedicado gustoso la jornada a jugar un partido de Quidditch, o a tumbarse a la bartola en el césped de alguno de esos maravillosos jardines que había recorrido en busca de su compañero - no lo entiendo, es como si se hubiera volatilizado - pensó decepcionado - espero que al menos no esté en manos de esos traidores - ¿Alguna novedad?  - comentó al acercarse a sus compañeros.

Entre en el Salon con el semblante blanco y unas gotas de sudor en la frente. Muerto........esta muerto. Mire a los compañeros que estaban en la sala con miedo, esta vez no había sido petrificado sino asesinado.

Lo encontré en los jardines de atrás, estaba tirado en el suelo entre la hierba. Me costaba soltar cada palabra y solo pensar en el rostro de Malcom me daban ganas de vomitar. Me acerque a la silla más cercana y me senté con la mirada perdida.

Obviando todos los comentarios,  me acerco hacia el lugar donde se encontraba kerry y con lágrimas en mis ojos expreso. - ¿Donde lo encontraste?  No... No... -comienzo a negar aquello,  no quería creer que mi amigo estaba muerto. No podía con ello,  nosotros somos una manada y perder a uno es una herida muy grande. 

Y mientras esperaba escuchar la respuesta del Ravenclaw, cierro mis puños con fuerza,  era una mezcla de enojo y tristeza. No podía creer que uno de los que estaban allí haría algo semejante. -No pararé hasta encontrar a quien hizo esto... - murmuro apretando los dientes. Ya tenía los ojos rojos de llorar. 

Tyler, Troy y Galadriel, subieron a la séptima planta con la intención de encontrar a Malcom. Pero tras recorrer los pasillos de la séptima planta, todos se rencontraron en las escaleras sin noticias. Malcom seguía desaparecido.

Con ímpetu, Tyler bajó las escaleras cambiantes con el objetivo de llegar cuanto antes al Gran Comedor. Quizás ya había vuelto y se lo encontraban allí desayunando.

Pero allí no estaba, y ninguno lo había visto. Hasta que finalmente Stone volvió a la sala con una expresión como si hubiese visto un fantasma. “Muerto” fue la palabra que citó.

Tyler miró afligido a sus compañeros de casa. Apretó los puños y maldijo algo entre dientes. El chico se acercó hasta Maren y la abrazó para que dejara escapar las lágrimas que estaban a punto de saltar,. – Lo vengaremos- susurró al oído de la chica.

Llegué decaída de la búsqueda de Malcom. El castillo es enorme y, a juzgar por lo que comenta el resto de mis compañeros, ninguno había sido capaz de encontrar a nuestro compañero de Gryffindor. No sabía qué había podido pasar; en el peor de los casos el pobre Malcom estaría por ahí tirado, petrificado. Y si no lo encontrábamos, la señora Pomfrey no podría hacer nada para despetrificarlo. La situación cada vez estaba más oscura, y la tensión podría cortarse con un cuchillo de untar mantequilla. 

Tras unos momentos cambiando el peso de un pie a otro y jugueteando con mi pelo, Kerry llega al Gran Comedor. Su expresión rota y la frente sudorosa son indicadores de que no tiene algo bonito que contarnos. 

Pensaba que el peor de los casos era que Malcom estuviera petrificado. Nunca en mi vida me había arrepentido tanto de equivocarme. Muerto. Uno de mis compañeros está muerto. La palabra resonaba en mi cabeza, las lágrimas asoman en mis ojos. Rápidamente me abalanzo sobre Willy, abrazándome a él y posando la cabeza sobre su hombro, tratando de contener los sollozos. 

Muerto... -las palabras resonaron en mi cabeza- Muerto...no, no puede ser. Se suponía que nos iban a petrificar y eso era reversible. Pero la muerte...la muerte no lo es. ¡Mierda mierda mierda! -no podía dejar de maldecir en mis pensamientos. Agarre mi varita con fuerza y pude notar que mi mano temblaba. Tenía miedo. No podía pensar con claridad.