Partida Rol por web

La ponencia de Albert Einstein casi había terminado mientras todos los científicos invitados en aquel certamen, 30 en total, disfrutaban de aquella velada animada; mientras el hombre del momento hablaba sobre lo que significaba esto para él y como sus teorías, muy a su pesar, no tendrían que tener sentido, sin embargo lo tenían y que era estaba orgulloso del Ser Humano por sus avances científicos y técnicos como para lograr semejante hito, el viaje espacio-temporal.

Mientras este hablaba, el resto de los científicos invitados se encontraban en la sala degustando las comidas que los camareros iban entregando, no parecía que nada estuviera ajeno a lo planeado previamente, y al parecer esa era la clave, "no parecía" que nada iba a salir fuera de lo estipulado, pero al parecer la entropía quería otra cosa.

Extrañamente algo había llamado la atención de todos los científicos, el hecho de que la música antaño suave y relajada se tornara a un "Hard Rock Metal Alemán" hizo que todos los presentes giraran sus ojos para ver con cierto pavor -aunque algunos no tanto- que el grupo musical era ni más ni menos que... ¡Nazis!.

El Führer envía sus saludos.

El hecho de que los Nazis hicieran una clara referencia a Juego de Tronos, así como el hecho de que estuvieran en ese lugar en primera instancia era más que evidente que algo malo estaba sucediendo. ¿Quién había invitado a los Nazis a la velada?. ¿Quién los había dejado pasar?. Esas eran unas preguntas que no podían ser respondidas de inmediato. Pese a ello, tenían que serlo.

Los primeros tres científicos que iban a actuar en contra de aquellos villanos se alzaron, no eran otros que:

Nikola Tesla sacando rayos de corriente Alterna de sus manos, algo que era especialmente peligroso, algo que ya demostró su ex-compañero de negocios Thomas Edison, un ejecutor de elefantes entusiasta.

Tapputi, la primera química del mundo, conocida por sus perfumes. Una belleza sin igual que puede encandilar a cualquiera.

Marie Salo... Salmon... Salomea... Skło-do... Skłeduwska... Skłoska.... ¡Marie Curie!, usando los poderes de la radiación esta pueda lanzar rayos Gamma a costa de sufrir terribles malformaciones... 

Por su parte, Darwin también quería ayudar, por lo que este usó sus poderes evolutivos para des-evolucionarse hasta convertirse en un pequeño organismo unicelular con forma de corazón que rapidamente cambió su color al rojo... Probablemente esto fuera para dar apoyo a los presentes... Pero... ¡Oh! ¡No!.

¡Oh, No! - ¡Darwin acaba de caer en la taza de café de Sigmund Froid y este está demasiado puesto en cocaína como para darse de cuenta de aquello! ¡Oh! ¡No! ¡Ahora al parecer está bebiendo el café de forma completamente poco decorosa haciendo ruído! ¡Oh! ¡No! ¡Al parecer acaba de beber a Darwin!. ¡Qué desastre!.

Para fortuna de los presentes, Marie Curie logró eliminar a todos y cada uno de los Nazis mientras el resto aún permanecían en su sitio en estado de Shock; Darwin desaparecido por el tracto digestivo de Freud, Nikola Tesla buscando a su paloma favorita, Freud preparándose otra raya de cocaína y Tapputi ligando con una paloma desaparecida bajo una de las mesas usando sus tónicos y perfumes.

La situación estaba "controlada" si no fuera porque, Marie Curie descubrió aún otros 5 Portales dimensionales abiertos en la Cocina, portales por los cuales los Nazis lograron pasar y llegar a ese lugar perdido y distante en el continuo espacio-tiempo en donde aquella velada se estaba teniendo lugar.

-Al parrecerr tenemos cinco trrraidorres -Comentó la mujer- Los Nazis Temporrales entrrrarron porrrr estos cinco porrrtales, lo que implica una cosa, cinco de aquí son Rrreclutas de los Nazis Temporrales y Trrraidorrres a la Causa Científica... ¿Porrrr que lo sé?. ¡Porrr que tan solo un porrrtal errra suficiente y hay cinco abierrrtos!. ¡Serrr nazi te convierrrte en idiota, baja tu coeficiente intelectual! ¡Está comprrrrobado!.

Tras decir esto, Marie Curie se paseó por la sala y señaló a Sigmund Freud.

-Usted, -comentó- Serrras el que vigile al rrresto de científicos. Me fío de usted, pues no le he sacado el ojo, ni siquierrra cuando se tirrró porrr encima el café porrr terrrcerra vez a causa de la Cocaína. Quierrro que parrra la prrróxima horrra, decidan quién es el trrraidorrr y lo voten. Yo estarrre en la Cocina impidiendo que entrrren más Nazis.

Aún con una clara evidencia de tener algo que no debe tener en el cuerpo, quizás el café, quizás la cocaína o quizás a Darwin; el Doctor Freud sacó una pequeña libreta y comenzó a inquirir a los presentes acerca de la situación actual, el iba a llevar la cuenta, evidentemente.

Bueno... ¿Os apetece discutir el problema?

^{_{Mientras tanto, Nikola Tesla y Tapputi peleaban más allá por el control de una Paloma.}}

      Estaba resultando ser una velada de lo mas ilustrativa, vamos en mi vida pensé conocer mas mentes brillantes que supieran unir sus neuronas para algo mas que solo dar palabrería o aprender a manejar un arma sin dispararse en su pierna derecha ... bueno ese día tampoco faltaron risas... 

     Debo admitirr... que saben atender a sus visitas mis compañerros... que Delikatessen de lo mas sabrosas - decía a los anfitriones mientras degustaba parte de los aperitivos que se encontraban por el lugar.  

pero semprre debe haber un pero...

¡¡ Semprre !!

       Arghhh...  - mientras pasaba mi mano por mi rostro con un evidente semblante de "traga me tierra" - Hmmmmm.... por que semprre que voy a un sitio nuevo, semprre, perro semprre esta esa muchedumbrre aguando la situación... - dejando de lado un poco la bandeja de bocadillos que tenia cerca para mirar al resto, pero no el mondadientes con el que terminaba de comer un trozo de queso - Munch~much.. como sea... y viendo que no vamos a poder continuar con la velada hasta que esto se soluciones, voy a decir que...-  señalando con la punta del mondadientes al primero que tenia para apuntar - Al Yanqui ese... si esta vez lograron pensar en algo que no sean en sus marrcianos y cuentos de borrracho, creo que la gente de Reich habrá pensado en infiltrar gente menos obvia para una misión así - y dicho esto vuelvo a usar el mondadientes para picar otro trozo de queso. 

—Si un nazi se ve al espejo ve allí a otro nazi, ¡pero invertido! —le exclamaba a Alfred Nobel, entusiasmado y agobiado de su propio intelecto. Era posible que aquel hombre fuese el único que pudiese aspirar a llegarle a los talones en lo relativo a genialidad—. Bueno... —murmuró viendo el cuerpo de otro de los casi genios más grandes de la historia ser apuñalado por un desagradable nazi—. No tenemos pruebas y siendo que estamos aquí reunidas las mentes más brillantes de la humanidad creo que todos podemos coincidir que en estas condiciones lo más inteligente sería no votar a nadie aún, pero Marie espera impasible y no seré yo quien le lleve la contra a esa mujer. Mi voto será para... —dijo más para sí que para el resto mientras analizaba los rostros de los presentes— ¡Edgar Alan Poe! _{No, espera, ese no es científico...} Mi voto será para... —Suspenso—. Será para... —Más suspenso—. Para... —Incluso más suspenso—. ¡Jane Goodall! Alguien que parece sacada de una documental de supervivencia en la jungla y que además tiene la palabra Good y All en su nombre no puede ser una científica verdadera. Los científicos no somos optimistas —argumentó, aparentemente convencido de que lo que decía tenía sentido.

- Evidentemente Cristobal Colón ha sido un personaje importantísimo en la historia de la humanidad, sin él hubiéramos tardado .... ¿años? en conocer en Europa las maravillas del continente americano - pensaba el bueno de Erwin.

Apuró su sexto cocktail de bienvenida y añadió entre tumbos arrastrando algo más que las sílabas:
– ... pero ¿cómo científico? Que alguien me hable de sus aportes a la madre ciencia, que no es la paciencia sino la investigación, la experimentación, el método... Realmente no sé qué carajo hace aquí - y apuntando con seriedad al del peinado ridículo añadió -. Voto a Colón.

Miguel Servet estaba contento. Le habían sacado de las ascuas de la hoguera para poder asistir a aquella conferencia. Pero entonces aparecieron los nazis y mataron a Einstein. Eso le puso algo triste. Se bebió el coacktail de golpe y escuchó las disertaciones de Marie Curie ¡Una mujer! Sí que había cambiado el mundo si. Y esos dos científicos peleando por una paloma, ¿pero dónde le habian metido?

- No entiendo muy bien lo que es un nazi - dijo cruzado de brazos mientras pensaba - ¿Son como fanáticos? Yo conozco a uno ¡Calvino! ¿Dónde te escondes? - gritó y miró alrededor tratanto de buscar a su ejecutor.

Dio dos palmadas al aire.

- ¡Esto está que arde! - exclamó, la frase hecha venía de perlas a la situación.

La velada estaba siendo del todo interesante. Que nos trajeran usando el espacio tiempo a esta mesa... a este... mmm... simposio donde nos encontrábamos algunas de las mentes más brillantes de la humanidad había sido, como decirlo, algo espléndido. Si, espléndido.

Durante la cena permanecí junto a mi compatriota James Maxwell, donde hablamos de muchos temas.

Cuando mataron al ponente, el señor Einstein... quedamos en estado de shock. ¿nazis? ¿otra vez? No... no podía ser cierto... pensé.

Ya había luchado contra ellos en una ocasión... y ganamos... ¿iba a tener que volver a hacerlo? No, de ninguna manera... si de aquí nacería el cuarto reich... había que provocar un aborto del mismo... eliminar a las malas hierbas que decían que las había... pero... ¿quien o quienes podían ser?

La señorita Curie tomó cartas en el asunto... con bastante mejor éxito que Nicola o Sigmund, por ejemplo... ay, pobre de él. Ahora nos tocaba a nosotros... los cuales comenzamos a mirarnos con desconfianza... 

¿Quienes podían ser? ¿los alemanes o austriacos? No... demasiado evidente... pero es que... no había manera de saber a ciencia cierta quienes estaban con los nacional socialistas... pero yo lo tenía claro, al menos para esta primera votación... el doctor Heim... el doctor Muerte... ya nos costó a los nobles británicos muchos años perseguirlo, sin éxito, consiguió evadirse de los juicios de Nürnberg... 

Señor... por llamarlo de algún modo... señor Heim. Voto por usted, ya que ni siquiera se le debería haber invitado a este certamen. O reniegue de las SS, reniegue de su führer, reniegue de sus ideales... en ese caso, y solo tal vez, cambie el sentido de mi voto.

 Fue una verdadera sorpresa poco grata que los nazis aparecieran y arruinaran la velada de los científicos. La señorita Noether ya tenía bastante historia de ser hostigada por los nazis; pensó que de una vez por todas podía olvidarse de ellos. Pero no, aparece que los nazis siempre estarán dando vueltas por allí. Una desgracia. Además habían matado a Einstein, y ella era una total fangirl del hombre con bigote.

 La científica quiso ayudar a la causa para atrapar a los traidores. Para ello, utilizó los conocimientos de la rama de la ciencia en la que era experta: la matemática.

- De los 30 invitados presentes, Madame Curie ha establecido que 5 de ellos son colaboradores con los nazis. Eso significa... eso significa que...

 La matemática alemana se gira dramáticamente, mirando a sus compañeros científicos con una mirada triunfal. Como si la revelación que estaba a punto de hacer cambiara el rumbo de la velada.

¡Que el 16,6% periódico de los presentes son traidores!