Partida Rol por web

Me separo de ella tras el beso y no medio palabra, símplemente escucho y asiento con la cabeza dando mi conformidad a cuanto dice.

Mi pregunta es... ¿Podrás esperar tú?

Sincera y directa, incluso ignorando sus proposiciones.

Contra Úrsula, ok. Ten cuidado con las apariciones, me dan mala espina. Y no te preocupes, no había modo de predecir el futuro.

Los circuitos de Dorothea emiten una pulsación eléctrica que recorre su cuerpo cuando UNO realiza su pregunta. La sola evocación de las sensaciones que él le produjo le hace perder durante un instante el hilo de lo que sucede en la sala común. Por fortuna no tarda en reponerse para responder.

- Espero poder hacerlo.

La respuesta de Hall sobre las búsquedas diurnas la ha confundido. Tiene claro que Hall sabe a qué se refiere. Respecto a eso no hay ninguna duda. Y otras veces ha accedido a sus peticiones sin requisitos como "ser más específico". La duda de Dorothea es si Hall lo ha hecho porque quiere evitar activarlas, o por ser ella la que lo ha pedido. Y más cuando sabe que la información ha venido de UNO.

- Ya has escuchado la respuesta a mi petición. - dice - La verdad, no sé cómo puedo ser más específica sin explicarle exactamente lo que pido. Pero no creo que eso funcione.

Después, decide preguntarle algo más, pero para encauzar la pregunta da un pequeño rodeo.

- Estás en el comedor, también con Yulian, y estabas con Iñaki... ¿estás en más de dos habitaciones, o eres capaz de moverte entre ellas? ¿Qué ocurriría si provocase una malfunción en una habitación en la que estuvieras? Si sigo los patrones que muestran mis datos, al ser por la noche volverías al amanecer, como si nada... y nadie lo habría notado. - entonces decide hacer la pregunta importante. - ¿Alguna vez te he matado sin saberlo?

No, es algo que sabría, si nos matasen ahora tendríamos que volver al amanecer. Inicialmente estaba en mi Terminal de Carga y Descarga, allí vino más tarde Iñaki, luego usurpamos esta habitación para ambos. Finalmente encontré una llave que me permitió cargar un droide en el Comedor donde estoy con Yulian. Pero no puedo moverme entre ellas... Sólo el Capitán puede, creo. La respuesta de Hallbert es una negativa, pero no importa. Y mientras la habitación no explote, no debería de suceder nada extraño.

- Parece que la respuesta ha sido finalmente positiva... - dice Dorothea, mientras comienza a echar un ojo por la habitación.

- ¿Cómo te va con el Capitán Chalado? - pregunta mientras busca.

Trastos, juguetes... pero nada que pueda parecerte de utilidad.

Dorothea escucha las noticias proporcionadas en la sala común. Ha habido consenso. Están un gran paso más cerca del Objetivo. No puede evitar abrazar repentinamente a UNO. Sorprendida de su propia reacción, se aparta lentamente, dubitativa. - No sé cómo lo has hecho, pero has conseguido que Yulian razone. - susurra mientras se va separando despacio de él. - Tenemos grupo Guía y él sigue vivo. - dice. Cuando sus miradas se cruzan, algo vuelve a reaccionar en su interior. Sigue el impulso de todos sus circuitos, y le besa con todas sus fuerzas.

Cuando ella me besa con pasión sin poder evitarlo nuevamente mis cables entran en ella, nuevamente la sensación del beso con una calidez más allá de los propios circuitos, del propio metal, de lla, de sus actos... ella puede sentirlo del mismo modo que si fuese uno, una corriente, como una descarga, en su espalda, una corriente tan... familiar, a la vez cuesta de razonar ¿quizá una malfunción? pero no importa, por que mi mano va hacia su nuca para apretarla contra mí, una snesación de confianza casi ciega. La rodeo con mi brazo libre, el beso se prolonga de modo indefinido por el tiempo, aunque ella puede sentir la ¿humedad? de una lengua en su interior. Y hasta el aliento entrelazándose. Tan... mortal.

Al sentir las conexiones de UNO Dorothea se hace consciente de lo que sucede realmente. UNO no posee esa humedad, pero los impulsos eléctricos que transmite hacen que Dorothea la sienta. No existe ese aliento o esa mortalidad, pero una vez que la electricidad llega a ella es algo realmente parecido. Por un segundo Dorothea puede ignorar lo que sucede alrededor y centrarse en recibir únicamente esos datos. Le gustaría poder corresponder con información propia, pero es demasiado novata con ese cuerpo. Sólo puede tratar de pensar en lo que le gustaría transmitir... y esperar que UNO lo capte.

Al sentir su propio deseo una descarga con demasiada información, incluso para su cuerpo y mente actuales, llega hasta ella: cada papila gustativa, cada milímetro de piel, cada bocanada de aliento, todo en cada fracción de segundo, repitiéndose y variando en cada uno de esos segundos, una sobrecarga de emociones que un cuerpo humano procesa subsconcientemente sin esfuerzo, pero que al llegar a ella le aturden un segundo.

Cuando recobra el control de ella misma, me hallo a su lado acariciando su mejilla.

¿Estás bien? Lo lamento...

- Estoy mejor que bien. - responde Dorothea dibujando conscientemente una sonrisa. - Pero creo que necesito un momento de descanso. Reabastecer con energía todas las partes de este cuerpo, ya sabes. - se toma un segundo antes de preguntar - ¿Yo también podré hacer eso?

Algo ha cambiado en tu programa. No sabes qué es. No recuerdas que antes fuese diferente. Algo ha sido manipulado.

- UNO... me siento como si algo en mí fuese diferente, y no sé si alegrarme o preocuparme. ¿Es cosa tuya?

Quizá con el paso de los años puedas aprender a separar en microsegundos tus percepciones y transmitirlas sin dejar de sentir. Es complicado, muchos perderían la cordura donde tú sólo has perdido un poco el sentido. ¿Qué ha cambiado?

Pregunto, en ese momento rápidamente me coloco a su espalda para revisarla, para indagar en ella, buscando el fallo.

- No... no lo sé. No sé qué es lo que ha cambiado, ni si es malo o bueno. Es... algo en mí. En mi programación. No consigo detectarlo - dice Dorothea insegura, analizando una vez más las posibilidades conocidas - ¿Realmente no has sido tú?

No veo nada en tu programación...

Aprieto los labios y me pongo frente a ella.

Sólo te he transmitido información que sé que tu cuerpo está preparado para analizar... Si quieres, intenta transmitirme información, a ver si detecto el fallo...

Tomo uno de sus cables de la nuca y lo conecto a la mía.

Ya.

Dorothea, aún temerosa, trata de hacer lo que UNO le pide. Al principio cree que puede ser peligroso. Desde su ignorancia incluye la posibilidad de que se trate de algo como un virus, y transmitírselo ahora a él... pero si eso pudiera ser cierto, si fuera arriesgado, él lo sabría.

Una vez conectados, trata de transmitirle información. Primero una palabra, algo sencillo. Es la primera vez que lo hace y está tanteando las posibilidades. La primera palabra que se le viene a la mente. Perro. Después de eso, comienza a transmitir cosas más elaboradas. El perro de San Roque no tiene rabo. Y luego intenta hacer lo mismo con sonidos e imágenes. Trata de hacer que él vea cosas de su experiencia como humana. El primer dibujo del que estuvo orgullosa. El olor de la tranqulidad. Su tono favorito de color verde. 

Mientras tanto, lo mira intrigada, esperando una señal para parar.

Cierro los ojos, veo lo que ella vé, lo que me hace sentir, pero entonces mis dedos van a su nuca, la imagen de lo que ella me muesta se vé algo pixelada, borrosa y como con niebla estática, no obstante, se puede semisentir...

Entonces sonrío.

Estás haciéndolo bastante bien. Es tu primera vez... No te sobreesfuerces, a veces esto puede recalentar demasiado el droide.

Dorothea observa incrédula todo lo que sucede en la sala común. Al ver la última reacción de UNO no puede evitar sentir miedo. - Es tarde, UNO. - le avisa, llamándole aún por su antiguo nombre. - La decisión está tomada. - dice, con un tono de entre duda y derrota. - ¿De verdad crees que nos hemos equivocado?

No... No puedo recordar qué sucedió. Pero sé que EVA no puede mentir. Hallbert sí, pero EVA no. A lo mejor ella recuerda algo... o a lo mejor está confundida... No sé... Creo que sí nos hemos equivocado, pero yo... yo te protegeré.

Arrebato el chip que contenía mis datos y se lo introduzco a ella.

Si yo muriese, con éste chip puedes arraigarte al arranque de la Burbuja... volverás, algún día volverás. Es mi programa, es mi especialidad... No podrás replicarla, y tras que vuelvas la primera vez... Dejará de tener utilidad. Es lo máximo que puedo hacer por tí...

Agacho la cabeza, me siento tan... impotente, en éste instante.

Dorothea se guarda el chip y toma la mano de UNO. Da por hecho que él no lo aceptará de vuelta. Sin embargo, no está conforme. - UNO, yo... no estoy segura de querer volver sin ti. Sin embargo... sé que si las cosas salen mal, dentro de cincuenta años, o cuando La Burbuja vuelva a tener energía, Hall traerá otra tripulación. Si salen peor que eso, dará lo mismo.

Se toma un instante para pensar.

- No quiero este chip. Si no priorizo el Objetivo, sino a mi misma no quiero volver sola. Si lo priorizo creo que eres tú quien debe regresar. Me faltan los conocimientos. Aunque dentro de cincuenta años La Burbuja pudiese cargar otra tripulación, ¿qué iba a hacer con ellos? ¿Enseñarles a tatuar?