Cada vez llegaban más y más criaturas, y Kshpir se sentía menos cómodo con cada nuevo ocupante de la sala. Dragones, elfos, esqueletos, silfos y hasta criaturas vegetales que lo evitarían como si les fuera la vida en ello (lo que por otra parte, era cierto). Incluso había una... cosa extraña y líquida de color negro, ¡que se había acercado a abrazarlo! Se había quedado tan sorprendido que no había podido ni apartarse a tiempo.

Pero luego había llegado una criatura de fuego, como él. Aquello le relajó un poco, al menos no estaría solo entre tantos seres físicos. Cuando se acercó para saludarle y pudo observarla de cerca, se dio cuenta de que no era una elemental cualquiera, sino una guardiana de la luz eterna, un ser de fuego mucho más importante que él. Nunca había podido ver una, y se quedó muy sorprendido por su poder y su belleza. Aunque aquello le llevó a pensar que él mismo pintaba aún menos en una reunión como esa. Si la Emperatriz necesitaba algo del fuego, Hyrr podría proporcionárselo mucho mejor que un simple elemental volcánico como Kshpir. Se sintió fuera de lugar y hasta un poco más frío, lo que en su caso no era señal de buen humor...

Gruñó y permaneció callado, intentando despejar su mente de dudas. Al menos pronto podría saber por qué lo habían llamado. Quizá incluso decidieran que no era necesario allí y pudiera regresar a su volcán...

.

Una vez todos reunidos en aquella sala, se escuchan las pisadas de alguien que se acerca. Una gran puerta doble tremendamente bien disimulada en la lisa superficie de marfil de las paredes se abre, y aparece Atreyu.

- Queridos representantes de los habitantes de Fantasía. 

- Largos años han pasado desde que un niño de más allá de las fronteras de Fantasía, Bastian Baltasar Bux, las cruzó para dar un nuevo nombre a nuestra soberana, llamada por entonces la Emperatriz Infantil, y así curarla de la enfermedad que amenazaba su existencia, y la de toda Fantasía en consecuencia.

- Han sido años de paz y prosperidad, pero la sombra de que volvería a pasar siempre estuvo ahí.

- De nuevo la Nada comienza a engullir poco a poco nuestro mundo, llevándose con ella criaturas, ciudades, bosques, dejando tan solo el vacío a su paso.

- Muchos fueron los que prestaron su ayuda para atraer al niño, corriendo aventuras increíbles que llamaran su atención, dejando que su mente se identificara con nuestro mundo y formara parte de la historia para que pudiera traspasar las fronteras de nuestro Reino.

- Pero tantos otros intentaron evitarlo...

- Esta vez estamos preparados. Sabemos lo que debemos hacer. Primero debemos saber quiénes son esos impostores que intentarán impedir que nuestra misión se cumpla. Debemos desenmascararlos y encerrarlos, antes de que sean ellos quienes nos eliminen a nosotros. Para ello, nuestra soberana os dará audiencia de uno en uno, y en dicha reunión privada os otorgará un poder que pueda ayudar en la causa. Lo malo será que los impostores también recibirán un presente de la Emperatriz, pues ni siquiera ella tiene el poder de saber quiénes serán los traidores.

 La Nada – pese a todos los estudios de los sabios, de los esfuerzos de comprensión, del desarrollo de la ciencia fantástica, a la que el pueblo de Kairim podía enorgullecerse de haber contribuido bastante – pese a todo esto, la Nada quedaba incomprensible – y estaba regresando, comiéndose a su Mundo a todos, a su Hogar, devorándolo.

Escuchó atentamente las palabras del representante de la Imperatriz, que ahora hablaba en su nombre, y se dio cuenta que aquí, en la Torre de Marfil, aparentemente habían progresado en el saber sobre la índole de la Nada – porque, como decía, sabían que su regreso era la obra de ciertos individuos, de unos impostores, como los llamaba. Pero, ¿de verdad lo estoy comprendiendo todo bien?

Se carraspeó y antes de que nadie hubiera podido decir algo, preguntó: “Hablando de los impostores, me consta que habla en el futuro: ellos ‘intentarán impedir que nuestra misión se cumpla’. Sin embargo, también creo haber entendido que la Nada ha persistido en Fantasía por causa de las maniobras de estos impostores. Entonces, concluyo que ya han obrado en el pasado, obran en el presente y seguro obrarán en el futuro para impedir que contrarrestemos el avance de la Nada. ¿Eso es cierto? Y – se sabe cómo proceden, cómo pueden hacer persistir la Nada en nuestro mundo?”

Kairim, aunque de naturaleza más bien tímida, se apasionaba por toda la sabiduría que podría ayudar a mantener a salvo a Fantasía – desde luego, se había atrevido a alzar la voz en esta comitiva variopinta, y sólo tras haber hablado se ruborizó un poco.

Kerasi vio como llegaban todo tipo de seres. Algunos le daban mucho miedo, otros le parecían entrañables.

Al rato apareció alguien que contó el motivo de haberse reunido allí. Ella era una jóven náyade. Casi una niña. Se puso muy nerviosa pensando que vería a la emperatriz en persona. Hasta ese momento habia pensado que trataría con algún representante, nunca imagino una audiencia privada con ella.

Pe-Pero ¿cómo voy a poder ayudar? Ni siquiera conocía a todos estos seres tan fantásticos. ¿Cómo voy a ser capaz de ayudar a la Emperatriz a recuperar un nombre y a encontrar a gente malvada?

–No creo que la Emperatriz no sepa quienes son los traidores. Simplemente los acepta, como acepta a seres bondadosos y malvados– Bloop daba pequeños saltitos. Estaba muy emocionada, pues lo mismo volvía a venir un humano o una humana a Fantasia. Si era así, estaría encantada de ser el Tintero del Nuevo Elegido. Ella le serviría, dejaría que le clavase plumas en su cuerpo para que escribiese maravillosas historias con su esencia. –Oh ¡Atreyu! ¿Has podido ver de nuevo a la Emperatriz? ¿Has podido?¿Has podido? Oh... ¡Qué emoción! ¡Vamos a ver la Dama! ¡A la Señora de los Deseos! ¡Uy,uy uy! ¿No estáis emocionados?

Algunos de los presentes parecían tímidos y no muy seguros de su valía, pero aquello no era problema. Incluso el más indigno sería útil. El más inútil era importante.

–¡¡Todos tendremos nuestra función, Kerasi!!A lo mejor la mía es servir de tintero. ¡Puede que la tuya sea pescar algun pez para la fiesta! Y tenemos dos elementales de fuego en el grupo ¿Cuál tiene la llama más fuerte? ¡Uno puede servir para cocinar! ¡Y hay una bonita mujer árbol! ¡Dará sombra a los héroes! Y Malderín puede tocaaa, no, tocar no. Pero seguro que puede dar grandes saltos para alcanzar algo  ¡Uy! ¡Uy!¡Uy! Que emoción!

Tras escuchar aquellas palabras, el esqueleto andante no tuvo mucho miramiento en dejar de cruzar sus brazos y posar su mano derecha, disimuladamente, en la empuñadura de su espada; si hay otros seres que se oponen a su causa, estos supondrán una gran amenaza para sus planes y el deber que se le ha acometido; algo de lo que, por supuesto, no sería de su agrado.

De todas formas, si la amenaza estaba presente, esta no tendría que conocer ni sus propósitos ni sus motivos ulteriores, por ello aparentó, como malamente pudo, siendo un saco de huesos bien ordenado, una actitud distendida y despreocupada, para así no llamar la atención en excesiva de su peculiar cambio de pose.

Pese a todas las precauciones que el esqueleto se había tomado, aún con todos los procesos que habían pasado por su mente, tenía que hablar, tenía que decir algo, tenía que romper el ambiente con su voz y su no-lengua articular palabras, frases y oraciones, las cuales, tendría por seguro que no quedarían en el olvido, en especial de hacia quienes van dirigidas.

-Parece que se ha dado a entender que entre nosotros, los presentes puede haber la posibilidad de uno o varios traidores, los cuales al estar escondidos bajo falsas máscaras de honestidad y compromiso, tratarán de pervertir los deseos de la Emperatriz para beneficio propio, y aún para más inri, usando las habilidades que nuestra misericorde Emperatriz nos entregará. 

Dicho lo cual desenvainó su espada mostrando un filo mellado y oxidado, algo que apenas podría cortar mantequilla, no con intención amenazadora, pese a la apariencia de la criatura, sino más bien informativa hacia todos aquellos presentes que tuvieran las ganas de girarse hacia el, o que al menos, sus palabras hicieran llamar su atención.

-Mi tiempo de lucha hace tiempo que ha dado a su fin, pero aún así estoy aquí, para servir y proteger los intereses que se me han encomendado. Y esto es algo que todos los leales hemos de entender, no importa quienes seamos ni de donde vengamos, si somos altos o bajos, grandes o pequeños, fuertes o debiles, de carne, de roca, de fuego o de hueso... o de lo que seas tu -dice señalando al ser grotesco que parecía alquitrán- estamos aquí para cumplir con el llamado, y eso haremos. Porque es nuestro deber y porque han confiado en nosotros.

Dicho lo cual, envaina su espada y se vuelve a apoyar en la pared, mirando a todos los presentes con desconfianza, en especial a aquel ser, el cual le provocaba un sentimiento de desconfianza mayor que cualquier otra cosa que hubiera visto en los días recientes, como si él fuera un obstáculo en los planes del esqueleto andante. Un posible enemigo a batir.

-Bloop... creo que nadie tiene la llama más fuerte que un dragón, como yo soy, jaja... -apostilló Duwind al comentario del squizz.

-Tiempos aciagos se nos avecinan, compañeros. Que haya o no traidores entre nosotros es algo que debemos solucionar. El Reino de Fantasía nunca ha de verse en peligro, por el bien de todos. Pero que alguno de los que habitamos en él sea quien quiera que desaparezca... -negó con la cabeza- No, eso no puede ser. Si alguien fuese tan mezquino, tendríamos que encontrarlo.

Más criaturas se presentaron y Shantee fue mirando a unos y a otros con sus ojos sin párpados, tuvo especial interés en la interacción de las criaturas de fuego pero no perdió de vista al ser que iba tintando todo a su paso. -No se da cuenta del daño que puede hacer,- pensó temiendo por los bosques y plantas que no podrían respirar si sus hojas no recibían la luz del sol -quitar esas manchas no debe ser fácil-

El sonido de unos pasos acercándose interrumpió los pensamientos de la mujer y las hojas se agitaron levemente cuando la puerta de doble batiente se abrió, dejando pasar una ligera brisa. Al ver quien entraba en la estancia se irguió un poco en la silla y escuchó atentamente, con el final del discurso sus dedos se crisparon. Si no lo estaba entendiendo mal, Atreyu estaba diciendo que había traidores a Fantasía en aquella sala, que todos ellos eran los elegidos para descubrirlos, pero que también eran sospechosos de serlo.

Varias voces se alzaron, dubitativas unas y seguras otras, todos tenían algo que decir y algo de razón.

-¿Qué beneficio ssacaría cualquier habitante con la traición? Ssi Fantassía dessaparece él también lo hará.

No se le ocurría nada que pudiese compensar frente a la desaparición.

Flipaaa! Gritó el infantil fauno al escuchar el parlamento de Atreyu. Vamos a.. Voy a ver a La Dama, a la Emperatríz. ¿Yo? Y que dice de la Nada. ¿Qué es la nada? Es eso que ha pasado en mi bosque, hay un trozo que falta pero no hay un ... Claro, no hay  nada. Hay la Nada! Sonríe orgulloso porqué acaba de descubrir algo de lo que pasa a su alrededor. Y al fín y al cabo tenía mérito, pues hacía bastante que no podía más que maravillarse de las criaturas que veía. En mi bosque todo es más sencillo, no hay tantos tipos de gente. Algunos me dan miedo, pero otros parecen amables. Y la sirena es taaan guapa! Es como un fauno por arriba, pero como un animal por debajo. Que curioso, ¿quién hubiera imaginado que este tipo de mezclas eran posibles?

Atreyu había hablado de traidores y de la responsabilidad que tenían de ayudar a la emperatriz, si hubiera podio pensar esto le preocuparía, pues él no sabía como ayudar. Pero ahora solo podía pensar en que iba a ver a la emperatriz y en que canción tocaría para ella. Estaba nervioso y no podía evitar moverse en su silla. Finalmente, para calmar sus nervios volvió a tocar un poco con su flauta, buscando la melodia adecuada e ignorando la mirada de odío de algunos de sus compañeros, que veían peligrar sus tímpanos (los que tenían). Y la mirada de lástima de los un poco compasivos.

La cháchara de aquellos invitados de la Emperatriz no entretenía en absoluto a Kshpir, que cada vez se sentía más fuera de lugar allí. Y por si fuera poco, un dragón presumía de poder quemar cosas mejor que los elementales de fuego. ¡Mejor que una guardiana de la llama eterna como Hyrr! Kshpir simplemente lo ignoró...

Curiosamente, el de Shantee le pareció comentario más acertado. Era raro que de todos los seres allí reunidos, él estuviera de acuerdo precisamente con la mujer árbol. Pero siguió en silencio, observando y pensando.

El golen que no era mas alto que el resto, se recostó ante la llegada del héroe de fantasía y escucho con todos los oídos que no hubieran sido manchados por los besos y abrazos del ser que debía su nombre al ruido que producía al caminar.

-O el niño, esa palabra conocemos.

-Lo que representa, ¿El niño humano?

-Si eso mismo. Ahora entiendo nuestro ser.

-Pero no eramos solo de uno. No, eramos de todos.

-Y ahora tan solo de un puñado. La Nada es un hecho.

-¿Y los traidores? Que ganan ellos.

-Nada, supongo que esa es la mejor respuesta.

-Ayudar podemos y ayudaremos, ¿Verdad?

-Así es. -Respondieron todo rostro que el golem tuviera, incluso algunas voces mas que por estar sentado o su inclinación no era capaces de ver nada, pero si hablar.

Hyrr dio vueltas por todo el lugar feliz de ver tantos seres diferentes y su emoción era palpable en su trepidante cabellera. Miró a Kshpir, quien parecía un poco tristón y se acercó a él juntando sus llamas con las de él por un momento y sonriéndole.

- ¿Qué te sucede? ¿Acaso te sientes un poco frío? – le dijo mirándolo directamente con cara de preocupación.

Entonces, Bloop habló de cocinar y de sus llamas, a lo cual la elemental se giró hacia él con una cara de felicidad - ¡Cocinar! ¡Cocinar! Qué emocionante. Nunca lo he hecho, pero suena divertido – daba salticos de alegría.

El dragón Duwin hizo el comentario de que su llama era la más fuerte, a lo cual Hyrr se giró hacia él después de mirar a Kshpir y con un notablemente falso tono de indignación, lo miró - ¿De verdad crees que tu llama es más fuerte que la llama eterna? Vaya, vaya. Eres una criatura valiente. Deberíamos competir. ¿Qué propones? – sonreía notablemente emocionada.

Hyrr dejó su forma humanoide para volverse toda llamas por un momento y con una sombra que aún mostraba su silueta y una voz aún más grave que la suya normal, le dice a su congénere - ¿Qué tal si lo retamos a un duelo? Si nos fusionamos, seguro no podrá con los dos – rió, pero luego comprendió que la situación era bastante tensa y lo mejor era tomarla un poco más en serio, por lo cual se separó un poco de Kshpir y escuchó las intervenciones de todos.

¿Qué ganarán esos traidores? Buena pregunta. Hyrr se sentó en el suelo por un momento a escuchar a los demás y le pareció curioso Conscientia. Debía ser bonito poder conversar constantemente con alguien. Él debía pasárselo muy bien todo el tiempo, ya que nunca estaba solo y podía discrepar consigo mismo. ¿Qué tan divertido puede ser eso? ¿Pero y qué pasa cuando no se pone de acuerdo? No puede separarse o enojarse consigo mismo, tal vez allí es problemático.

- No puedo hablar mucho porque es la primera vez que dejo mi santuario, pero tal vez lo que quieran es sustituir a la Emperatriz u oscurecer su corazón. Si los traidores logran poner de su lado al humano, podrían hacer que le diera un nombre que la llevara a la oscuridad. La verdad, desconozco cómo funciona esto, pero tal vez hayan encontrado una manera desde la última vez, ¿No creen? -.

Poco después de que tomase asiento, siguieron llegando todo tipo de criaturas. Una de ellas, llamada Bloop, se dirigió a ella, y le comentó que parecía simpática. Esbozó una sonrisa, y le respondió:

— Muchas gracias, ¡tú también pareces muy simpático!

El parloteo se vio interrumpido por la llegada de Atreyu, que habló en nombre de la Emperatriz. Gwendi escuchó atentamente las palabras del muchacho, y se estremeció levemente cuando escuchó que había un grupo de impostores que intentarían boicotear la misión y que la emperatriz se reuniría con todos los presentes en la sala en privado. Sus compañeros no tardaron en reaccionar, expresando sus opiniones sobre el asunto. Tanto el comentario de Shantee como el de Hyrr le parecieron acertados. Gwendi reflexionó en silencio, con la mano apoyada en el montón, mientras intentaba encontrar una explicación lógica que diese sentido al objetivo de los impostores.   

La flecha había visto La Nada, y era algo realmente aterrador. Comprendía que todos sus esfuerzos por detenerla eran importantes. Ella era una gran cazadora, pero no era detective, y no comprendía cómo iban a desenmascarar a los malos. Lo que sí sabía es que no perdería detalle, observaría a todos con sus grandes ojos oscuros, muy antenta, en busca de cualquier pequeño pelo que les delatara.

El bosque pegajoso corría peligro. Su tribu también. Y para ellos no había ningún otro lugar al que ir.

-Tanua cazará a los impostores.- Afirmó con rotundidad. Si la Emperatriz confiaba en ella, tenía que ser capaz de hacerlo.

Pues yo... no me veo capaz... - Balbució la pequeña Náyade con los ojos temblorosos.

Es decir, es demasiado ¿no? Yo sólo puedo... - Se detuvo un instante y trago saliva para contener el lloro o las palabras. Quizás ambas - ...intentar ayudar a otros. Pero sola es demasiado

Se sentía minúscula al lado de seres tan imponentes y no podía dejar de pensar que incluso la alegría de conocer a la Emperatriz se volvía insuficiente ante las rebelaciones de los peligros que la acechaban.

No sé que ve en mi para igualarme con vosotros

Malderín había dejado de tocar su flauta y miraba todo con sus ojos bien abiertos. Jopeta, parece que esto es serio. Nervioso, se levantaba y correteaba por la sala con sus movimientos que no era ni de cabra ni de humano (por supuesto, eran de Fauno).

Yo sé cazar mariposas, y bichos, y alguna vez he conseguido capturar un conejo. Dijo orgulloso. Pero no se nada de cazar impostores. ¿Qué es un impostor? En mi bosque creo que no hay de eso. Lo míos es tocar y pasear por el bosque. ¿Que querrá de mi la Hija de la Luna? Espero que sea una canción. Se queda pensativo un rato, y finalmente sonríe y da un salto. Pronto lo sabremos, pero no sufrais, amiguitos. Somos muy diferentes y entre todos haremos lo que nos pida la emperatriz. Tenemos un Dragón y gente de piedra y de fuego, árboles y criaturas que viven en ellos, elfos y preciosidades marinas. Incluso un trozo de tinta que habla y que mancha. ¡Fantasia está salvada! Ya lo vereis, nueces para todos! I saco de su pequeño zurrón un montón de nueces y las dejó sobre la mesa, empezando a comer y ofreciendo a todos.

Habiendo visto el gran problema que se cernía sobre ellos, Bones decidió entonar otra sarta de palabras, esperando que estas sí sean escuchadas por alguien que merezca la pena que fueran escuchadas, así que volvió a hablar:

-Si la supervivencia de nuestro mundo consiste en cazar a aquellos traidores que se encuentran entre nosotros y que el resto de supervivientes trabajaran para un mundo mejor, lo más sensato sería que cada uno de los que aún son leales dejaran de pensar de forma egoísta y comenzaran a pensar en sacrificar más que su tiempo en esta empresa.

Sin decir nada más, pausó su nuevo discurso, dando a entender a aquellos que pudieran leer sus palabras la verdad oculta pudieran reaccionar ante ellas y tomar cartas en el asunto, o al menos, que pensaran sobre la posibilidad que él había planteado.

-Aún con todo, no sabemos si hay traidores a ciencia cierta, más allá de una especulación, y lo que es más interesante, en caso de haberlos; no sabemos cual es el número de ellos, lo cual dificultará un poco las cosas a la hora de poder ver más allá de lo evidente. ¿En quién se podrá confiar?. ¿Y que se haría una vez descubierto a algún traidor?.

Dejando estas preguntas al aire, volvió a su posición inicial, observando si en esta ocasión, alguien haría caso a sus palabras, o como en la anterior ocasión, lo volverían a ignorar. Pero no sin antes aclarar algo que quizás fuera esencial para el asunto de los traidores, o al menos, desde su perspectiva.

-Actualmente puedo ver que somos 18 entidades, lo cual indica que si hubiera 9 traidores y se conocieran entre sí, ya habrían actuado en contra de los remanentes leales. Así que podemos afirmar que como mucho, y en caso de haber traidores estos son de 1, lo cual es poco probable, porque siempre es mejor trabajar en un grupo coordinado, hasta 8. 

Haciendo una leve pausa, Bones volvió a mirar a todos aquellos que se encontraban en la estancia para poder estar seguro de lo que iba a decir, aunque era un razonamiento arriesgado e infundado, en donde tan solo se basaba en sus cientos de años de experiencia, prosiguió en su razonamiento.

-Como ya he dicho, en caso de haber traidores, tal y como nos lo han advertido y el uso del plural, indica que es probable que sea más de uno, lo cual nos deja con un número mínimo de 2. Y viendo que somos 18, si hubiera 9 esto ya terminaría nada más entrar por la puerta; así que 8 sería un número máximo de traidores, pero aún así irreal y poco probable, ya que una vez que alguno de estos hicieran su movimiento -refiriendose a movimiento por el ataque a uno de los seguidores de la emperatriz- Dejaríamos de ser 18, pasando a 17, 8 traidores y 9 leales; lo cual indicaría que si aprisionamos al erroneo, esto pasaría a ser un 16, 8 traidores y 8 leales, lo cual es nuestra derrota ante el gran poder de la Nada.

Aclarando sus pensamientos y habiendo hecho los cálculos necesarios de memoria, Bones volvió a hablar de forma técnica y precisa, tal y como era usual por su parte, basandose en la lógica y en la experiencia, volvió a hablar.

-Por este motivo, dudo que el número de traidores sea cercano al 8, sino que estaría más cercano al 2. Mi apuesta sería como mucho 4 de los 18 que somos. Ya que con tan solo 4 movimientos por parte de ellos y sin que los leales pillen a nadie. Teniendo en cuenta los números que se van a ir reduciendo las posibilidades de pillar a alguien de esos 4 sería de 25% , 28,57% , 33,33% y 40%, lo cual no es mucho. Así que si son 4 o más, y los leales no son lo suficientemente espabilados, todo lo que conocemos terminará por desaparecer. ¿Quizás sean 3?.

Esperando que esta vez sus palabras lleguen a oídos de alguien que sepa apreciarlas, calló para esta vez no volver a tratar el tema, guardando sus pensamientos para sí y esperando reacciones de los otros que, como él, se encontraban en la estancia.

El Caminante escuchaba y trataba de entender todos aquellos temas que ciertamente le superaban, pues apenas era un goblin que había deseado ver mundo y conocer la belleza de Fantasía al completo.  Las palabras de sus compañeros le esperanzaron e inquietaron por igual, traidores, casi quería volver por donde había venido y no saber nada de todo aquello, pero de hacerlo ¿no desaparecería en la nada igual que todos? no, debía estar allí y ocuparse de los asuntos de todos, ocuparse de que los traidores dejasen tranquila a Fantasía, sí, eso es...

- ¿Y cómo sabremos cuántos son? ¿o quiénes? creo que todos estamos ahora mismo asustados y confusos... 

- ¡Traidores! ¡Impostores que nos sonríen mientras nos apuñalan! ¿cómo distinguirlos? ¿cómo salvar Fantasía? Una gran responsabilidad ha caído sobre nuestros hombros y ahora, debemos ser fuertes, y tener un férreo criterio, pues mucho es lo que está en juego, de hecho...  TODO está en juego - concluyó horrorizado.

Hubo alguna respuesta a la pregunta de Shantee, podía ser verdad lo que dijeron, pero ella no le veía futuro a servir a la Nada. El fauno seguía con su optimismo y el esqueleto soltó un discurso sobre números y probabilidades que hizo que la ent se perdiera. Ella era un ser del bosque, entendía de lluvia y tierra, de sol y luna, de animales y plantas, de instintos y deseos, las matemáticas de las que hizo gala Bones no le aclararon nada.

-La Emperatriz ssabrá cuando ya no haya peligro, tal y como ha ssabido cuando lo ha habido.

Para ella estaba muy claro que la soberana de todos, a pesar de no poder saber quienes eran los traidores, sabría cuando ya no hubiesen amenazas a Fantasía.

El esqueleto daba miedo y cada vez que hablaba sonaba amenazante.

¿Qué quieres decir con sacrificarse? - Dice escondiendo un temblor - No sé... yo puedo sacrificarme y no ser egoísta, pero ¿no habrá algunos aquí que la emperatriz haya otorgado un poder más peligroso para los seguidores de la nada y deban permanecer ocultos? No sé, sólo soy una náyade, pero creo que actuar de un modo en apariencia egoísta puede esconder una acción que piensa en el bien de Fantasía. De hecho... - bajó la mirada para no tener que enfrentar la del esqueleto que la atemorizaba - ...yo les pediría que mantuviesen ocultas sus identidades si son poderosas