Partida Rol por web

La puerta bien disimulada se abrió, y en la sala entró la Hija de la Luna, con una gran sonrisa en la cara y con muy buen aspecto.

Atreyu se inclinó ante ella, evidentemente feliz de verla en pie y sana, aunque para su sorpresa, la Emperatriz no venía sola.

Todos los enviados a la Nada y a la Ciudad de los Antiguos Emperadores venían tras ella, muchos de ellos aún algo confusos.

- Amigos míos, ninguno de vosotros ha de temer nada ya. Las amenazas han sido derrotadas y la Ciudad de los Antiguos Emperadores ha hecho su trabajo: los traidores han limpiado su alma con un último deseo de un amigo fiel, y la esencia de Gmork ha sido desterrada de nuevo. No les culpéis, pues no hicieron nada por propia voluntad.

- ¡Vamos, vamos, celebradlo! ¡Kerasi, Shantee, Fenrir, Ksphir! La maldad del licántropo ha usurpado vuestro corazón durante un tiempo, pero ya sois libres. ¡Hemos tenido suerte!

- Nos alegramos de este fin, aunque a nosotras en realidad nos da igual, ¿verdad, Vieja? Pero la niña nos cae bien, y nos gusta verla feliz. Pero somos sabias, y muy muy viejas, y sabemos. Sí, sabemos. Volverá a pasar...

- Claro que volverá a pasar... Volveré... Volveré...

Kshpir sacudió la cabeza y su melena de llamas bailó a un lado y otro. De pronto, sentía una gran claridad de mente. Recordó lo que acababa de pasar y miró a todos, sorprendido. ¡Estaba libre otra vez!

—¡Al fin vuelvo a ser yo mismo, como al llegar a la Torre! —rugió de satisfacción—. Esa maldita Nada se había apoderado de mí...

Miró a Bones y se echó una buena carcajada. No le guardaba ningún rencor, ahora que la maldición de Gmork había desaparecido.

—¡Y pensabas que te había engañado desde el principio, esqueleto parlanchín! —dijo—. Pero yo empecé siendo tan leal como tú, fue esa corrupción de la Nada la que se apoderó de mi poco después de volver a la Torre. Pensé que alguno de los traidores me había contagiado... pero supongo que Gmork aún tiene poderes que no sospechamos.

Miró al resto, avergonzado de todas las mentiras que habían salido por su boca en aquellos últimos días. 

—Uf... siento mucho haber mentido tanto. Me alegro de que estuviéseis todos tan alerta. Ha estado de un pelo, si hubiera llegado la noche, todo se hubiese complicado mucho más.

Un sentimiento agridulce se encontraba en el paladar de aquel esqueleto, pese a que había luchado con todo lo que tenía a mano y había inventado mil y una historias para confundir las mentes de los traidores e inocentes; todo con el objetivo para llegar a este alegre final que ahora tenía entre sus manos; no era una victoria como él esperaría puesto que su presencia fue breve en el campo de batalla, al principio y al final del mismo. Aunque intensa.

-Mi espada señaló a Kerasi, mis mentiras señalaron a Shantee y mi poder se llevó a Kshpir... sinceramente, creo que me merezco unas enormes disculpas por parte de todos los aquí presentes, pues de los 4 traidores que yo mismo comenté que debían de haber, 3 de ellos fueron señalados por mí nada más comenzar todo este entuerto.

El esqueleto lo decía en parte de broma, entre la alegría que por seguro que a sus compañeros leales y a los nuevos leales debían de profesar; y en parte enserio, pues a decir verdad esos tres nombres y esos tres actos habían ocurrido antes incluso de la primera votación donde él sabía -y quería- ser escogido.

Querido esqueleto. No tienes ni idea de lo equivocado que estabas en tus deducciones, pero benditas equivocaciones que nos han salvado a todos.

Kshpir se echó a reír otra vez. Aquél esqueleto no parecía querer enterarse de que con él había errado por completo, pero bueno... ya tanto daba. Se habían salvado y eso era lo que importaba. Aunque Kshpir estaba todavía muy avergonzado. Fue hasta Hyrr y se inclinó con profundidad ante ella.

—Te pido disculpas por haberte mentido —dijo—. Y te agradezco que me protegieses. Quizá te alivie saber que cuando lo hiciste, aún era leal a la Emperatriz, así que en ese momento al menos, acertaste al hacerlo.

-¡Amigos! -digo, sorprendido por el acontecimiento inesperado -¡Por fin volvéis a ser los de siempre! Lo que os hizo cambiar desapareció, y con él nuestras diferencias. Venid, y descansad ya donde merecéis estar.

La batalla había terminado y parecía que el esqueleto decía algo de verdad. Era increíble.

Entonces, Hyrr miró a Bones - Eres un bocazas, embustero y egoísta, pero lograste salvar a la Emperatriz. Así que no te odiaré - rió.

Miró a Kshpir bastante enojada, pero escuchó su disculpa y su gesto se suavizó. Volvió a sumergirse en Kshpir después de subir a su cabeza.

Cuando salió, le dijo - Bueno, al menos eras leal en ese momento... Ya que eres bueno otra vez, ¿quieres ir conmigo y convertirte en guardián? La guardia será más divertida con compañía - le guiñó un ojo. Eran muy pocos guardianes, así que resultaba bastante aburrido.

Luego, se acercó a la Hija de la luna y dijo - Hija de la luna, es un honor verla y verla bien. Fantasía se ha salvado gracias a tus dones. Gracias por permitirme recrear mi hogar - le hizo una reverencia formal a la Emperatriz y luego se dirigió a Kerasi.

- Sé que los volcanes no son para ti, pero ojalá podamos encontrarnos en alguna parte - sonrió y se giró hacia Kshpir para esperar su respuesta.

Malderín se puso a saltar cuando vio a la Hija de la Luna llegar con buenas noticias. Lo sabía, ibamos a poder con esos malos malotes, con esos traidores. Los buenos somos los mejores. Felicidades, compañeros. Saltaba y tocaba con su flauta, pero su propia impaciencia hacia que los fragmentos musicales fueran demasiado cortos para causar el enfado de sus compañeros.

Tras un momento de alegría, pudo por fin pensar en lo que había pasado. Kshpir, Shantee y Fenrir, así que erais vosotros los traidores. Los mira con cara dolida. Me cuesta perdonaros, pero si la Hija de la Luna dice que ya sois buenos, me lo creeré. 

Rojo como un tomate, más tímido que enfadado se acercó a Kerasi, mirandola con ojos llorosos. Kerasi, ¿como has podido engañarnos? Ya sé que no es culpa tuya pero... ya no puedo... ¡No te ajunto! Se cruzó de brazos y se giró hacia otro de los presentes.

Se acercó al señor Bones y le hizo una torpe reverencia. Ay, señor de los huesos. Sigo sin entender la mitad de lo que ha dicho y pensando que es usted un pesado insoportable. Pero creo que me tengo que comer mis palabras de que era usted un tonto. Parece ser que tenía razón en muchas de las cosas que ha dicho, aunque no entiendo como ni porqué. Le deseo un buen viaje de vuelta a su tierra.

Lothorl, a tí también te tengo que pedir perdón, pues también hablé mal de tí por desconfiar de Kerasi, y tenías razón. A mí me nublaron la vista mis sentimientos. Aunque nunca desconfié de tí porque me creía lo que decía Shaira. 

A los que siempre habeis confíado en mí, muchas gracias, pues nunca os he mentido creo, y si me he dejado cosas no fue con mala intención. Gracias a Conscientia por compartir conmigo su poder, que este si que era de la bruja Xayide, pero no era malo, creo.

Ha sido un honor conocer a Atreyu y Fújur, y a la emperatriz, y a todos vosotros. Pero yo me vuelvo corriendo a mi bosque, allí no hay tantas criaturas maravillosas y edificios espectaculares, pero se pasa menos miedo. Y alguién tiene que decirle a las ninfas del lago que YO he salvado a Fantasía.

Cuando acabaron todas las conversaciones, Malderín salió correteando y tocando la flauta. Sonriente de nuevo y más preocupado en su canción que en lo que pasaba a su alrededor. Aquellos días en la torre habían sido muy intensos y había aprendido muchas cosas. Pero en el fondo, nada había cambiado para el Fauno.

Kairm, de vuelta de su destierro en la Ciudad de los Antiguos Emperadores, se inclinó profundamente delante de la Hija de la Luna, que lucía otra vez en su juventud espléndida y salud formidable. Estaba extremadamente aliviado.

Y sabía que tocaba dar justicia a una persona que se lo merecía más que nadie. “Bones, creo haberlo hecho ya, pero nunca se puede hacer de sobra: te pido disculpas, y muchas, por haber sido uno de los responsables de tu primer destierro. Sólo puedo decirte, para si no absolverme al menos para mitigar mi culpa, que tras tu destierro comprendí mi error y hablaba a continuación con mucho aprecio de tu criterio, apoyando fuertemente tu acusación contra Shantee, y comprendiendo, por las palabras de Fenrir en su defensa, que él también tenía que ser traidor. Incluso te llamé ante los demás el más clarividente entre nosotros.” Se calló, en esta ocasión, que también lo había llamado el menos simpático de todos. De verdad, incluso ahora apenas podía sufrir la soberbia del esqueleto.

“Sin embargo”, y su cara se entristeció un rato, “tengo que pediros a todos disculpas por haber sido el defensor más elocuente de Kerasi. Ella me había completamente engañado y llevaré esta humillación toda mi vida conmigo. Defendiéndola tal como lo he hecho yo, he puesto en peligro la existencia de Fantasía misma...” No podía seguir. La sensación de culpa, y de vergüenza por la propia estupidez, fue sobrecogedora.

No obstante, enfocando su mirada de nuevo en la Emperatriz, recobró al instante los ánimos, y sentía de nuevo la alegría de la salvación que todos habían experimentado.

Bloop exudaba tinta de felicidad, aunque una pequeña parte de su ser deseaba ver la Nada. No guardaba rencor alguno a los malvados, ni a Hyrr que tan duramente la había atacado. En cambio si que seguía molesta con el cuatricornio y con el esqueleto. Sin pruebas habían atacado a fantasios que creían inocentes, solo por el hecho de hacer gala de sus habilidades o de alimentar su ego. No. Ni el esqueleto ni el cuatricornio les habían salvado. Habían sobrevivido solo por suerte. Correrían ríos de tinta respecto a ellos dos. La squizz se encargaría de dejar claro que sus acciones no eran la de un salvador, sino la de un ser egoísta que podía haber acabado con la Emperatriz. Bloop sacudió la cabeza. A pesar de todo, estaba muy contenta. Y sabía que Bones y Lothlorl pagarían. Las gotitas de tinta que había salpicado en su felicidad escribieron en el suelo:

Pero eso es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión.

-Creo que Lothlor se merece más disculpas y alabanzas que nadie, incluso más que Bones. Si no fuera por su actuación solitaria y desesperada las mentiras de Kerashi nos hubieran sumido en la mismísima Nada, merced a sus muchos admiradores.- Sentenció el espectro, taciturno y sin mostrar alegría alguna.

-Y también a mi, ya puestos, que con mi venida de la Nada acabé con esta... maldición. Duwin, gracias por traerme. Bones, gracias por tu alocada elocuencia. Lothlor, gracias por salvarnos.- Dijo el espectro con sencillez.

-Malderín, Hyrr, Kshpir, Kairim... Os perdono vuestra ceguera. A los traidores, gracias por Nada, nunca mejor dicho.- Dijo sin asomo de comprensión en la voz.

Tras esto el espectro fue hasta el balcón más cercano, dónde dejó que el viento lo disolviera como la materia insustancial que era... sin duda aquel aire lo llevaría, en su forma incorpórea, hasta sus tierras natales, el País de la Gentuza pero antes el espectro debía pasar por muchos otros lugares y vivir muchas aventuras. Pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...

Gwendi esbozó una breve sonrisa y suspiró aliviada al saber que la amenaza había desaparecido, aunque se sentía culpable porque había considerado que algunos de los traidores eran inocentes.

—Confiaba en que se solucionase todo, y así ha sido. Gracias a quienes lo habéis hecho posible. Pero no cantemos victoria tan pronto, no debemos olvidar las palabras de Gmork. Espero que tarde en aparecer y, de ser así, que ninguno de nosotros tenga que verse poseído ni que haya tantos inconvenientes para que venzamos al mal. Dejemos los rencores a un lado, porque los traidores no actuaban por su propia voluntad. Espero que todo os vaya bien.

Y, tras pronunciar esas últimas palabras, emprendió el camino de vuelta a su hogar.

Las cabezas sonrieron, todas salgo una, una que sentía aun el pensar en Bloop como traidor en todo momento.

Pero eso debía esperar, antes se acercaría a Malderin, para agradecerle el ser fiel y no equivocarse con él y recoger al piedra que fue dada por la hija de la luna pues aquel Golem pensaba que debía devolver.

-Gracias, por confiar en mi.

-Nosotros siempre hemos estado del lado de la señorita.

Pero antes pasaría por delante de Kairim y otra de ellas, una cercana a la altura de él, le pediría disculpas por ser elegido para ir a la ciudadela.

-Siento en la necesidad de disculparnos.

-No fuimos nosotros quien cambiamos lugar.

-Pero le agradecemos a quien lo hiciera, para poder seguir hasta el final.

-Pero también te pedimos disculpas pues no esperábamos que alguien confiara tanto o mas que en tu persona. -En verdad el Golem aun no sabia quien le había otorgado esa segunda oportunidad, en la nada escucho rumores, pero no supo si eran ciertos o no.

Finalmente llego hasta la Hija de la Luna a quien con dos o tres brazos le devolvió lo que ella tuvo a bien confiarle, los ojos de la bruja Xayide.

-Espero a ver sido digno de ellos.

-Son objetos valioso y útiles.

-Así es... devolverlos.

-Creemos que es lo mas justo.

-Para que ayuden a otros en el futuro.

-Uno lejano espero.

-Esperamos todos...

Se inclino y decidió marchar de nuevo a donde debía estar. El Golem de la Consciencia de todos aquellos humanos que aun soñaban con Fantasía, tenia un largo camino que recorrer o tal vez volver a dormir. Aun no lo sabia y no lo sabría hasta que llegara el momento pero mientras tanto.

-A ti también os pedimos disculpas Bloop.

-Pues desconfiamos de ti hasta el final.

-Pero menos que Kshir, al final.

-Eso no importa.

-Lo que importa es lo que pensábamos.

-Bueno, lo sentimos. -Volvió a inclinar su pesado cuerpo como lo hiciera con Kairim y se despidió de todos una vez mas, con manos y brazos alzadas, a saber cuantos, antes de partir.

El esqueleto habiendo escuchado todo lo que aquellos compañeros de esta peculiar aventura tenían que decir, y en especial respecto a él, se aventuró a acercarse a la Hija de la Luna, frente a ella este se arrodilló del mismo modo que había hecho antaño en su primer encuentro.

-He obrado lo mejor que he podido; he actuado de la mejor forma que he hallado para que el final designado tuviera lugar. Sé que he cometido muchos errores, al igual que aciertos. Sé que mis palabras fueron escuchadas y a la vez ignoradas o ocultas tras las mentiras de los traidores. Sé que mis planes fueron enrevesados y confusos, pero al final, me alegra poder estar aquí, de nuevo, ante vos, y rendir ante vuestra merced el reporte de la batalla como una gran victoria.

-Muchos me han ayudado a llegar a este final en el que nos encontramos, tanto leales como traidores, aunque estos últimos de una forma para nada intencionada. He visto las mentiras de lejos, a la par que me he creído algunas, he sorteado las trampas que se me han tendido a la par que he caído en algunas de ellas. He sido cómplice y enemigo de tanto leales como traidores. He mentido y he dicho la verdad, he defendido y he acusado.

-Tantos nombres que comentar, tantos seres que agradecer su apoyo y confianza; a la par que tantos otros de perdonar sus dudas, recelos y rencores contra mi persona. Ambos, demasiados para mentarlos a todos. Pero sin lugar a dudas, desearía agradecer a tantos, pero tan solo nombraré a unos pocos; yo agradecería a Lothorl por escuchar mi reclamo e investigar a Shantee, agradecería a Malderín por desconfiar de Fenrir, agradecería a Duwin por escoger sabiamente y resucitar a Asgalot y por supuesto escogería a Asgalot por escuchar mis palabras y confiar en mis acusaciones contra Kshpir.

-Pero sobre todo quiero agradecer de todo corazón, que se me haya escogido a mí ser parte de esta aventura, tener el honor de servirla es el mejor regalo que uno pudiera desear en una vida o en varias.

Sin levantar la cabeza, sin despegar su huesuda rodilla del suelo; el esqueleto posó su escudo en el suelo y lo volteó, mostrando así bien escondido y atado al escudo, el verdadero artefacto que este poseía, "El ÁURYN".

"Desear tener el poder de cambiar el mundo, puede exigir la necesidad de cambiar uno mismo"

-Debido a los riesgos que este objeto tenía, olvidarme a mi mismo y caer a merced de los traidores, lo he usado con una moderación pasmosa a mi modo de ver; tan solo cuando he sentido la urgente necesidad de usarlo y al comienzo para poner en marcha mi plan principal de victoria.

-Lo he usado para condenar a Kshpir junto a mi persona cuando la votación hubiera comenzado; pese a que no sabía si él era un leal o un traidor, sentía algo que me llamaba a escogerlo. Y así fue como él fue condenado junto a mi persona a aquel lugar, entonces juntos urdimos el plan, tras haber confirmado que ambos eramos leales.

-El segundo uso fue sobre mi mismo, un uso egoísta, pero necesario; pues al volver pude advertir a los leales sobre el poder que Kshpir me había confesado supuestamente y mis grandes sospechas hacia él, y gracias a esto, pudimos descubrirle antes incluso que Kerasi tuviera la opción de volver y duplicar la noche. Ese hubiera sido nuestro final.

-Puesto que eramos 8 contando a Asgalot y sin contarme a mi; Asgalot desaparecería pues el no pertenecía a ese lugar, quedan 7; Se hubiera escogido a un leal de entre los que estaban en el día, quedan 6; Bloop hubiera sido condenado por el ataque de Asgalot, quedan 5; los traidores se hubieran llevado a 1 en la noche, quedan 6; reviviría Kerasi como traidora, quedan 5; en la doble noche otro leal sería condenado, quedan 4. 

-Por tanto habría 2 traidores y 2 leales, siendo un empate en la votación, en el mejor de los casos, y en el peor, los leales no se hubieran puesto de acuerdo a quien de los otros dos traidores votar; o se votarían entre sí... y así tan solo quedaría Kshpir y Kerasi como vencedores por parte de los Traidores. Al filo de la navaja estábamos.

El esqueleto se levantó levemente, aunque sin atreverse a mirar a la Hija de la Luna a los ojos, extendiendo los brazos ofreció gentilmente el obsequio que esta le había otorgado 7 días atrás. 

-Si Fantasía vuelve a estar en peligro, no dude en llamarme, acudiré sin falta ni demora alguna.

El cuatricornio relinchó con una sonrisa en los labios por primera vez desde hacía ya tanto tiempo...

- Puede que no estéis de acuerdo con mis métodos pero parece que han sido efectivos, Kerasi, poseida o no era muy peligrosa con la posibilidad de alargar la noche y yo sólo trataba de ayudar, parece que con más acierto que errores, sin embargo lamento mucho Kairim haber colaborado en el desempate que te envió al otro lado, ahí realmente estaba equivocado.

- Asgalot y Bones, insufrible esqueleto bocazas, si tuviese brazos os besaría, gracias por todo, pues juntos hemos logrado que Fantasía vuelva a ser lo que era.

- Y Bloop pueden no gustarte mis métodos, pero de no ser por ellos ahora mismo podrías ser Nada...  y entonces ¿cómo podrías protestar y quejarte? Pero estoy demasiado contento como para enojarme o responder a nada - dijo comenzando a galopar hacia el infinito, sin a penas despedirse de lo contento que estaba, quería contarselo todo a su tía abuela por parte de padre, a Yicha, aquella vieja mula que un día habñia conocido al niño humano, nada menos que a Bastian Baltasar Bux...  pero como ya habían dicho otros antes que él, esa era otra historia y debía ser contada en otra ocasión...

Cuando una Guardiana de la Llama Eterna tan importante como Hyrr le ofreció ir con ella, Kshpir apenas pudo creérselo. De normal era amarillo y naranja, con algunas llamitas azules... pero en ese momento se puso muy rojo.

—Yo... ¡¿yo?! —balbuceó mientras se arremolinaba—. Pues... ¡claro que quiero! ¡Será todo un honor!

Iba a decir algo más, pero las palabras no le salían de la boca de llamas. Estaba emocionado y no cabía en sí de satisfacción. Tanto, que se despidió de todos y corrió para emprender el viaje con destino a su nuevo hogar. Así que después de todo, visitar la Torre de Marfil habría servido para algo más que salvar Fantasia. Él, al menos, iba a ir a un lugar mucho mejor y seguiría estando con Hyrr. Tendrían todo el tiempo del mundo para hablar y jugar allí, entre los fuegos y los vapores que rodean la Llama Eterna. Y seguro que protegiéndola, Kshpir viviría muchas más aventuras.

Pero eso es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión...

-Gracias os doy también a todos por haber salvado entre todos el Reino de Fantasia. Aquellos que quisieron dañarlo ya han enmendado su falta, al no ser culpa suya. Muchos parten ya a sus hogares, y yo tampoco tardaré en hacerlo. Emprenderé el largo vuelo con la satisfacción de saber que nuestro Reino estará en paz mucho tiempo.

Eso pensaba yo. Siempre intento ser optimista. Pero... ¿y si no es así? ¿Y si nuevos peligros amenazan a Fantasia?

Pero eso era otra historia, y ha de ser contada en otra ocasión.