Partida Rol por web

La luz del día, aunque filtrada por ese oscuro hielo, empezó a tocar tu rostro. Eso hizo que empezaras a despertar, y supieras que estabas vivo. ¿Pero lo estaban todos los demás? Uno a uno, mientras os ibais despertando, se iban contando los que estaban presentes. Todos se levantaron, menos dos personas... Katarina y Sivir.

Cuando os acercasteis a la pelirroja, visteis que había sido atacada de gravedad, pero de alguna forma había salvado la vida, aunque había quedado exhausta y apenas tenía fuerzas para despertar. Peor suerte parecía haber tenido Sivir, también atacada salvajemente... pero al tocarla visteis como recuperaba el aliento. ¿Había estado al borde de la muerte también, o había regresado de la misma? En cualquier caso, pese a 2 brutales ataques, parecía que no había ninguna baja...

... pero parecía que la muerte se resistía a no cobrarse tributo. De la nada, allí estaba Anivia, quien parecía estar siendo influenciado por todo el hielo oscuro que emanaba de este lugar.

Lanzó un graznido que dejó helado a todos los presentes, y sin miramientos, lanzó escarcha oscura contra Lux y contra Talon. Luz y sombra. Demacia y Noxus. De no saber que eran ellos, cualquiera que viese este lugar sólo vería 2 monolitos de hielo oscuro, tan opaco que era imposible saber que hubiera algo más dentro de ellos.

Tras esto, una ventisca cubrió el lugar, y para cuando la nieve desapareció de lugar, no quedaba rastro del críofenix.

Los ojos de Katarina se abrieron muy despacio aquella mañana. Tiritó con fuerza y un tenue gemido salió de su garganta. Le dolía todo el cuerpo y llevó con cuidado sus dedos al lugar donde la habían dañado de gravedad mientras dormía. Hizo una mueca al tocar la piel enrojecida y amoratada, respirando con dificultad, pero cuando por fin terminó de abrir los ojos había un brillo fuerte y desafiante en ellos. 

Apretó los dientes con firmeza y apoyó una mano en el suelo para ponerse en pie. No iba a permanecer tendida donde había sido atacada. Era más fuerte y orgullosa que eso. Y sin embargo, al levantarse estuvo a punto de perder pie, con las rodillas temblorosas. Tomó aire despacio y enderezó su espalda lentamente antes de mirar a su alrededor. No esperaba que sus atacantes salieran a la luz por sí mismos, pero sí enviarles un mensaje con toda su postura corporal. Su barbilla se elevó con altivez y sus ojos se entrecerraron, recorriendo a todos uno a uno y terminando en el senescal demaciano. 

- Si queréis acabar conmigo tendréis que hacerlo mejor la próxima vez -dijo con la voz ronca, sin dirigirse a ninguno en particular, pero con un evidente desafío en su tono-. 

Giró la cabeza para escupir un esputo sanguinolento a un lado y se limpió los labios con el dorso de la mano después. Su mirada se detuvo en su hermana con seriedad para hacer un breve asentimiento con la cabeza, indicándole que estaba bien. Buscó entonces a Talon, para encontrar tan sólo el bloque de hielo oscuro que había dejado el criofénix en su lugar. Su estómago se encogió, pero tan sólo sus mandíbulas apretándose un poco más mostraron que aquello la hubiera afectado.

Finalmente caminó hacia Sivir para comprobar que ella también había sido atacada y se inclinó para ofrecer una mano a la mercenaria y ayudarla a levantarse. -No tengo ni puta idea de lo que me hablaste ayer -manifestó, con mirada seria y pocas ganas de socializar-. Pero espero que no haya tenido que ver con lo que me ha pasado esta noche.

No esperó a recibir ninguna explicación por su parte y empezó a caminar despacio pero con la cabeza alta en dirección al bloque que había sepultado a Talon. Si tenía pocas ganas de socializar, menos las tenía de jugar a las adivinanzas. Allí, posó una mano en el hielo y permaneció en silencio, atisbando su interior sin ser capaz de ver nada a través de su opacidad. 

 Shyvana se levantó en un movimiento rápido y ágil nada más despertar. Observó al instante como la malherida y orgullosa asesina se esforzaba por demostrar su fortaleza, y luego, más confusa, a la Sivir a la que la noxiana ayudaba, incluso pudiendo tener parte de la culpa del ataque que la asesina acababa de encajar.  

 Al menos, ambas habían podido superar el ataque y ya quedaban descartadas, cerrando aún más la lista de sospechosos. Pero eso no tranquilizó a la semidragona, que había despertado más furiosa aun que la mañana anterior. 

  - ¡¿Quien ha hecho esto?! - Miró a todos y a cada uno de los presentes con ojos acusadores y los músculos en tensión, incluso a los demacianos, y especialmente a Xin Zhao. - Acabáis de comprobar que no seréis capaces de acabar con nosotros ni de dos en dos ¡Terminad con esto de una vez! - Exclamó en un tono tan grave y amenazante como autoritario, cerrando los puños con fuerza. - Espero que algo así no vuelva a repetirse, Sivir. - Advirtió a la mercenaria.

 Bajó los hombros y resopló con resignación mientras miraba cómo Katarina buscaba un atisbo de su hermanastro en aquel monolito de hielo oscuro, luego echó un vistazo a Cassiopeia, y a Garen por último, pero prefirió intentar no pensar en la luz ahora extinta de la niña Crownguard, y volver a centrar su atención en los responsables no manifiestos del ataque.

 - ¿Qué ha pasado? ¿Habéis visto algo? - Preguntó con suma seriedad a las atacadas. 

Xin Zhao se levanto al día siguiente, un nuevo día que se veía ser peor que el anterior. No termina de despertar cuando se da cuenta que Lux y Talon estaban tirados en el suelo, sin vida.

Xin corre en dirección donde se encontraba los restos mortales en forma de monolito oscuro de Lux. - No! Lux!... Dice tocando el cristal oscuro que contenía a la Demaciana.

Pronto se percata que algunas de las miradas se enfocaban en él. Al integrarse en lo que sucedía con los demás se entera que Katarina y Sivir fueron atacadas en la noche por lo que comenta. - ¿No creeran que yo fui quien las ataque anoche?, sería muy estúpido después de que tuvimos una notoria discución yo las asesinara mientras duermen... Todos sabrían que fui yo. A no ser que esten tratando de inculparme. aguanta un segundo - Cualqueira que quiera asesinar a Katarina o a Sivir, era su momento de hacerlo porque todas las miradas se irian sobre mi... Demacianos, Noxianos debemos unirnos, acá hay algo que va más allá de nuestras diferencias. Entre nosotros mismos estan los colaboradores de Lissandra, Demacianos y Noxianos, debemos descubrir quienes son para vovler todo a la normalidad. Luego se acerca a Katarina y mirando de reojo en ocaciones a Shyvana. - ¿Están dispuestos a colaborar?

Sivir había recibido heridas mayores a las de Katarina, mortales en la mayoría de casos, sin embargo cuando Katarina le ofrece una mano, se levanta, respira hondo y comienza a volver a sentirse vigorosa de nuevo. Las palabras de Katarina y de Shyvanna la enfadan. -Me encanta que me intenten asesinar. Está claro.- Abandona el sarcasmo para ponerse seria. -Es cierto Xin, también es cierto, que aquel que nos haya tratado de asesinar sabe cosas sobre nosotros, se sintió amenazado ante mis palabras y dio por hecho que matarnos sería tan sencillo. La persona que me ha intentado asesinar es, seguramente, alguien que aún no conoce nuestras capacidades.- Toma una actitud seria e imponente que no había tomado hasta entonces. -Hablaré en plata. Hay ciertos individuos que han levantado mis sospechas y de aquí, soy la única que no tiene ni amigos ni lealtades. Es fácil hablar de que aquí no existen facciones ni familia, lo difícil es ponerlo en práctica. -Para un momento para recordar.- Además, Xin, eso es cierto, pero en ningún momento hablé contigo, no he discrepado con nadie más que con Cassiopeia por mi pasado y con tu rey, además de hablar con Katarina. Tú mismo juraste darle protección a tu rey, pero, y ahora? Lo acusarías? Si Lissandra ha sido inteligente, no convertiría a gente de la que desconfiamos, como podría ser yo, en asesinos, sino a gente con posiciones privilegiadas. Gente que odia el uso de la violencia, gente querida por muchos, gente admirada o seguida e incluso alguien que, al parecer un asesino o haberlo sido fuera de aquí, levantaría sospechas o alguien que atrajese la atención de todos. Tenemos que pensar en Lissandra como en alguien inteligente, que tiene idea de como actuará cada uno de nosotros y que sabe como conseguir sus objetivos. Porque de momento no hemos avanzado nada. -Acaba con cierto enfado, Sivir siempre había desconfiado de las lealtades, sabe lo fácil que es traicionar a alguien, y si algún amigo la asesinase, no sería la primera vez que la traicionan.

Me senté poco a poco sin abrir los ojos aun, cuando lo hice, me tapé con el brazo para cubrirme de la luz, que por poca que fuese, me molestó un poco.

cuando ya me acostumbré a la luz, me levanté y vi a las dos mujeres tiradas al suelo en malas condiciones. Torcí el gesto al ver que realmente alguien intentaba acabar con todos los allí presentes. Pero no pude ni dar un paso cuando escuché aquel graznido, levanté mi espada hacia Anivia, pero relajé los músculos un poco al ver que no iban dirigidos a mi aquellos ataques. Pero quedé inmóvil al ver que no consiguieron evadirlo quedando congelados en un monolito. Al volver la vista a Anivia, la ventisca azotó mis ojos teniendo que cerrarlos y volver a cubrirme con el brazo.

Cuando Sivir se le vantó y compartio con el resto sus pensamientos, asentí para mi mismo con la cabeza, aceptandolo.

-Tiene razón, deberíamos pensar como lo haría Lissandra, ser más inteligentes que ella. Y aunque está bien dejarnos guiar por nuestros instintos,-Miré a Kata quien había nombrado algo sobre eso con anterioridad.-no solo basta eso.

He hay el problema, Lissandra es retorcida, las personas que habrá escogido serán bastante inteligentes, y seguramente intentarán liarnos. Tenemos que pensar que cualquiera puede ser el asesino.

Les digo a todos, pero sin mirar expresamente a nadie.

Los paises donde vivimos poco valen ahora, tanto Noxianos, demacianos y Freljordianos estamos aquí atrapados, no tiene caso ir a por alguien simplemente porque venga de el reino rival

Gragas se mantuvo en segundo plano la noche anterior, pensó que si no podía salir de allí, tal vez pudiera conseguir esa resaca que tanto ansia, pero nada mas lejos de la realidad, al despertar, y no por inconsciencia, observo el percal y decidió proteger su bien mas preciado, la sesera, con un casco que mas valdría de conejeras, pero al menos daba el pego, ademas protegian del frio, algo que estaba a la orden del día en donde estaban.

-Tias... creo que necesitáis un reconstituyente, no todos los días se libra uno de morir a manos de asesinos cobardes, si necesitais refescaros, Gragas es vuestro hombre-Se señalo en el pulgar. Como siempre ofreció su barril a quien lo necesitara, no sin antes probarlo él, como catador exclusivo del mismo.

-Burp... mmm.. salud.-Se limpio los morros y siguió hablando.-Supongo que Xin sea o no culpable esta a un nivel como el resto de nosotros. Tryn compañero, esto es muy crudo todavía, necesitamos pinchar la carne antes de comerla.-Usaba una metáfora culinaria, pero el significado estaba claro.-Aunque creo que debemos tener claro que puede que los que fueran tus hermanos, amigos, aliados o leales a ti, pueden ya no serlo. Esa brujilla, seguro que no solo se ha fijado en un tipo de campeón para corromper, no caigamos en los tópicos de poderosos, desapercibidos o parlanchines.-Concluyo mojando el gaznate, empezaba a estar seco.

Creo que no sois conscientes de que todos aquí somos igual de sospechosos e inocentes, la Malhumorada Hadita del Hielo es consciente de nuestras rivalidades, lealtades, y sobretodo; de nuestras famas y reputaciones, incluyendo nuestros cargos - dirigió su orgullosa mirada a la Medidragona, y con su personal mediasonrisa - Así que relájate, Dragoncito.

A Draven le había sorprendido que los asesinos hubieran sido capaces de herir tan gravemente a dos asesinas y guerreras, conocidas en toda Runaterra por ser de las más rápidas, hábiles, y mortales. Sólo rondaban dos opciones en su cabeza. O las leyendas le quedaban grandes a la realidad, o los asesinos eran más fuertes y hábiles de lo que se había imaginado.

Si Lissandra era tan inteligente él, o por lo menos tan irónica, sabría perfectamente quienes eran los asesinos, aparentemente ansiosos por acabar con cualquier presente no dominado por Lissandra. Pero le costaba situarse en otra mente que no fuera la suya.

Buscó en las caras de los presentes algún gesto de nervio o culpabilidad, inútilmente. 

Jarvan se levanta y ve lo mismo del día anterior, aunque en este caso, un intento de asesinato. Parace que hoy no han podido hacer nada esos asesinos. Se tranquiliza ligeramente cuando de repente ve aparecer Anivia y mata a Lux y Talon. Jarvan se queda estupefacto mirando los monolitos de hielo oscuro. ¿Como...? Susurra para si mismo. No puede apartar la mirada de los monolitos durante un buen rato, cuando escucha hablar a Sivir acusándole y se gira lentamente mirándola.

-¿Me estás acusando... por ser rey? Lissandra es lo suficientemente lista como para jugar con todos nosotros. Precisamente, al ser rey es lo primero que pensaríais, oh, el es rey, matemosle a él que seguro que lo ha escogido como campeón. -niega con la cabeza- No os equivoquéis, si, soy un asesino, como todos los aquí presentes, he matado a gente en los campos de batalla, no soy uno de esos reyes que se quedan de brazos cruzados. Pero tengo honor, no voy a matar a nadie por la espalda, y menos de noche. -asiente ante Gragas- Estoy igual de perdido que todos vosotros, claro que tengo mis sospechas, como vosotros tendréis las vuestras. Pero opino lo mismo, no se si los campeones que haya escogido habrán sido al azar o los habrá escogido a dedo, pero no creo que hay asido pro su estatus social o pro ser mejor o peor guerrero.

Sivir mira hacia el monarca demaciano levantando una ceja en señal de indiferencia. Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro. -Malinterpretas mis palabras, no he acusado a nadie directamente. Solo he dejado claro quienes son aquellos que menos sospechas están levantando por su actitud... pasiva ante la situación que está ocurriendo. Siento decir que si tuviese que sospechar de alguien, sospecharía de quien actúa de manera extraña y de aquellos con más aliados que el resto. De aquí los que más uniones de amistades y uniones desde hace más años son ciertos demacianos. Solo dejaba claro que debemos mirar a aquellos que tienen una posición altamente privilegiada, como habría hecho Lissandra. -Toma aire y se aclara la garganta.- Y de aquí hay ciertas personas que cumplen ese requisito, y, como tú mismo te has dado por acusado, aclararé que tú eres el que más amistades incondicionales tiene. Garen siempre ha sido tu amigo y aliado, además de protector. Xin Zhao juró proteger a tu familia. Shyvanna te admira de una forma especial desde siempre.
Esto es algo que no ocurre en Noxus donde las lealtades se desdibujan, puede que Katarina o Cassiopeia odien a Swain, alguien caracterizado por su sangre fría a la hora de planear algo. Otro ejemplo de "persona" que no levanta tantas sospechas podría ser Cassiopeia, por el hecho de ser embajadora, sabe usar las palabras como poca gente sabe hacerlo, odia la violencia como método para lograr objetivos en lo que difiere con su hermana, también está aquí su hermana, las uniones de sangre son poderosas y probablemente se quite a una persona que la acuse.

Tras una pequeña pausa, se sienta. -Pero repito, yo no he acusado directamente a nadie. Solo quiero dejar las cosas sobre la mesa. Además, Jarvan, has sido el primero en darse por aludido, ¿Es que nos ocultas algo? -Dice finalmente con una ceja levantada en señal de incredulidad. Acto seguido se sienta y comienza a tratarse las heridas. Sivir sabe que actúa de forma muy agresiva, pero ya han intentado asesinarla una vez. Como dijo Shyvanna, no se volverá a repetir.

Aquella mañana las cosas habían sido más sangrientas que la anterior, peor por suerte no había llegado a completarse el objetivo de los asesinos. Tras observar que tanto Katarina como Sivir se encontraban fuera de peligro, Leblanc analizó a todos los presentes, pensativa.

El repentino ataque de Anivia pilló por sorpresa a la hechicera, que se puso en tensión cuando apareció. Ni siquiera le dio tiempo a actuar, en un pestañeo ya no había rastro de Talon ni de Lux y el pájaro se había esfumado, dejando una mole de hielo donde momentos antes habían estado los dos campeones. El odio de Lissandra ha afectado incluso a Anivia, el espíritu de Freljord. Murmuró para si misma, preocupada.

Las conversaciones prosiguieron y Leblanc estuvo atenta a todas sin llegar a participar, hasta que vio que la discusión tomaba un rumbo que consideraba equivocado.

Eso que dices no tiene ni pies ni cabeza, Sivir, y lo peor de todo es que te sientes muy inteligente, como si hubieses descubierto la solución a todo. Leblanc se burlaba ante las palabras de la mercenaria. A la chica se le daba mejor actuar que pensar, ya lo había demostrado en varias ocasiones. Lissandra sabría de antemano que intentaríamos dar con sus elegidos y supondría que intentaríamos ponernos en su lugar para dar con ellos. No se arriesgaría a algo tan evidente como lo que propones.

Avanzó. ¿Cuál sería la opción más sencilla para que sus elegidos no fuesen descubiertos en base a su criterio de elección? Que no haya criterio alguno. Los ojos le centellearon al plantear la idea. Se sentía como un maestro enseñando a un grupo de niños especialmente poco avispados. Dejarlo todo al azar. Seguro que Twisted Fate estaría de acuerdo conmigo.

No os equivoquéis, con esto no intento defender a nadie, pero me niego a seguir argumentos sin base alguna. Eso solo nos llevará a la derrota.

Xin Zhao escucha atento a las palabras de Sivir y de todos los presentes, pero se detiene en lo que dice la "Señora de la Batalla".

- Proteger a la familia Jarvan es mi deber desde hace tiempo, Sivir... Pero en este caso nadie sabe que es lo que está pasando, si realmente quienes están con Lissandra están en su sano juicio o tienen el control de sus actos. Dice mirando a Jarvan. - Mi deber en este momento es velar por la seguridad de Demacia, de cualquiera que atente contra su seguridad, ya sea Jarvan en caso de que esté de su lado o cualquier otro... Tendremos que averiguar quienes son quienes contribuyen a ella.

Xin Zhao da unas vueltas por el sector.

- Ahora no tengo claro quien o quienes son los que están de su lado, pero pronto lo sabremos... Solo puedo decir que el nombre que vaya a dar al gigante puede que no tenga los argumentos necesarios para nominarlo, solo intentar actuar con justicia y suerte.

 - No podemos confiar en nadie, senescal - Contesta a su pregunta con decepción tras mirar de reojo a Draven e ignorar su comentario, molesta por su tono y ese mote.

 - Bueno, ahora sí. - Rectifica - En que Katarina y Sivir no son culpables. - Opina seria y se cruza de brazos para escuchar y observar a los presentes mientras se va calmando poco a poco. 

 - No podemos saber con certeza qué clase de criterio ha podido seguir Lissandra, así que no podemos basarnos en eso, y si es cierto que algunos de nosotros pueden contar con más simpatías que otros, es porque en su momento se lo ganaron, pero ahora eso no importa, ni importan reyes ni traidores. - Mira a Xin, seria, para repetir por enésima vez.  - Ni importa Demacia. ¿Es que no entiendes que esto va más allá de eso? - Pregunta irritada. - Parece que sí, pero sólo cuando te conviene. 

Sivir observa a la dragona. -Tus palabras se contradicen Xin, ella tiene razón. Y siento decirte, LeBlanc, que a mi me parece que el azar no nos va a dar ningún resultado. Eso es como disparar con los ojos cerrados e intentar dar en el blanco. Pocas cosas tengo que decir, salvo que dos personas han saltado automáticamente a la defensa de Jarvan justo cuando he arrojado algo de sospecha en él. Dos personas que entran inmediatamente en la conversación, no para dar una solución mejor, sino para llevarme la contraria, no parece que la situación va tan mal cuando no te acaban de intentar asesinar, verdad? Pues al menos yo estoy intentando aportar una solución, al principio desde el punto de vista general, y que se ha convertido en individual cuando Jarvan se dio por aludido. Aún así, vosotros dos saltáis de forma automática para defenderle, que no existan las antiguas lealtades no significa que no haya nuevas. -Dijo mientras miraba a Lissandra en el hielo negro.- Y lo que sí es un hecho es que LeBlanc, la que tiene más habilidades para engañar y manipular, parezca una justiciera cuando Jarvan se ha dado por aludido cuando yo he hablado de quién podría ser el asesino o, según parece, esbirros de Lissandra. -Dice finalmente tocando el hielo que cubre a Lisssandra.- Shyvana, es cierto lo que dices, pero siempre importan las lealtades, nadie se enfrenta a un cambio tan radical en un par de días. Siempre quedará algo de esa persona en nuestro interior, y por ello, aunque creamos que no, los únicos que han olvidado sus relaciones por completo son los esbirros de Lissandra. Olvidar a tus amigos no es un proceso tan sencillo. 

A Swain cada vez le costaba más levantarse, ya no tenía el cuerpo de un chiquillo, y además el frío le traspasaba terriblemente la antigua herida de guerra en la rodilla, aunque había sufrido dolores mucho más terribles como para dejar que tan siquiera una pequeña mueca de dolor atravesara su rostro.

Al aparecer Anivia, se puso en guardia, e incluso intentó inmovilizarla con su "Nevermore" pero cuando quiso reaccionar, el fénix infectado por el hielo oscuro había desaparecido, dejando congelados a Talon y Lux.

Si bien sabía que en esa situación los bandos se habían reforjado, le dolía haber perdido a otro noxiano, además uno tan habilidoso como Talon.

Poco después se percató de que Katarina y Sivir habían sido atacadas justo después de irse a hablar en privado. Tras comprobar que ambas seguían con vida guardó silencio para intentar poner sus ideas en orden.

Si bien es cierto que lo que dice Sivir puede no ser perfecto, la opción de votar a campeones al azar me parece aún peor. "Un plan mediocre ahora es mejor que un plan perfecto demasiado tarde"

Sin embargo no me aventuraré a señalar a nadie, ya que como bien dice LeBlanc, todo apunta a que los elegidos de Lissandra han sido elegidos al azar, puesto que no tendría sentido haber seguido un patrón, caído uno, caídos todos.

Paseando entre los presentes con su característica cojera, Swain continuó exponiendo su tesis.

No soy dado a compartir mis planes, pero dada la situación sólo se me ocurren dos vías de actuación: 

Primera y más evidente - dijo levantando el dedo índice de su mano izquierda - Juzgar a la gente por sus acciones, u omisiones, claro. La gente que se apresura en acusar suele tener algo que ocultar, pero la que se mantiene al margen puede ser incluso peor al pasar desapercibida. Esta vía nos deja prácticamente como estamos, salvo alguna excepción.

Y la segunda vía, posiblemente más controvertida que la primera - dijo sumando el dedo corazón al índice que permanecía levantado - Lissandra debe haber escogido a gente de los cuatro bandos que formábamos la reunión, con lo cual aniquilar un bando por completo no nos ayudaría en nada, sino más bien lo contrario. Lo cual no nos proporciona una solución ahora, pero puede que lo haga a largo plazo.

Bajando el brazo, Swain retomó su posición saliendo del centro de la cúpula, a la espera de la reacción que hayan podido desatar sus planes.

Katarina ignoró el acercamiento de Xin sin ostentación, sencillamente no tenía ganas de volver a enredarse en una discusión absurda con el senescal. A todo lo que la joven asesina pensaba de él se sumaba en aquel momento la inconsistencia que demostraba, cambiando de opinión con cada una de sus intervenciones. - Tsk -fue todo lo que dijo con hosquedad, frunciendo el ceño y negando levemente con la cabeza. 

Permaneció junto al monolito en que se había convertido Talon, pero en algún momento se dio la vuelta para apoyar su espalda en él. Agradeció poder descansar su peso e hizo una pequeña mueca de dolor mientras continuaba escuchando la conversación cruzada de brazos, alternando su mirada entre unos y otros. Sus ojos se entrecerraban con suspicacia con cada palabra que se pronunciaba y su mirada escrutaba los rostros de los que hablaban y de los que callaban, buscando cualquier pista de sus atacantes nocturnos. 

Sin embargo, a medida que Sivir iba desgranando su discurso, la mirada de Katarina fue centrándose principalmente en dos personas, alternándose entre el rey de los demacianos y su senescal. No tenía mucho que aportar a aquella conversación, así que se mantuvo en silencio, pero se mantenía atenta a cada intervención.

-¿Me acusas directamente y no puedo defenderme? Soy el primero en darme por aludido porque claramente lo has dicho, no ha sido ninguna indirecta. Simplemente he dicho que los esbirros no tienen porque ser alguien de un estatus mejor, como un rey. ¿O es que tengo que dejar que me acuséis sin más simplemente por serlo y encima dejarme? Para colmo, si alguien me defiende, porque piensa como yo, somos nosotros los malos... No. Como tu, no quiero morir. -se gira ante el comentario de Shyvana y niega ligeramente con la cabeza- Parece que voy a ser el siguiente en ser votado, pero yo no soy culpable, y os arrepentiréis si me votáis. Y yo no me creo que por haber sido atacadas, ambas sean inocentes. Una puede haberse defendido de la otra y la inocente no acodarse. Puede ser cualquier cosa. 

Draven ni intentó ni puedo evitar reirse ante cómo el soberano de Demacia saltaba ant las palabras de Sivir. Debajo de todas esas palabras, percibía cierto nerviosismo y angustia. No le parecía que el Justo y Calmado Rey estuviese actuando de acuerdo a su fama o su cargo. 

Se acomodó en una fanfarrona pose, y sin perder la sonrisa provocada por la actitud de animal asustado de Jarvan, dijo en alto - La señorita del búmeran corrobora lo que he dicho anteriormente. Por vuestro propio bien teneis que olvidaros y desentenderos de cualquier vínculo, o ya habéis visto lo que puede pasar - posando la mirada en amos oscuros monolitos -  Es simple; u olvidais a qué nación perteneceis, y quienes son vuestras lealtades y familiares -hizo una pausa para llamar la expectación, y asegurarse de que sus palabras no pasaban desapercibidas - o acabais como nuestro querido Vladimir... o peor.

Por otra parte, estimado Bufón, el azar  no nos va a llevar a ninguna parte, desgraciadamente, Lissandra no es tan tonta, a pesar de haber acabado así - miró a la maga fijamente, sonriendo irónicamente - Y aún que fuera así, que nosotros votásemos a los asesinos al azar, sería aún peor. Te creía más lista que eso, y parece que tú también.