Partida Rol por web

De pronto os despertáis en un lugar distinto. Aunque quizás despertar no sea la expresión más adecuada, puesto que estáis despiertos también en la Academia de la Guerra. Es como si vuestra alma estuviera atrapada en otro lugar paralelo. Estas brumas impiden que os puedan ver aquí dentro, ni que os puedan oír fuera de aquí. Os veis los que estáis aquí dentro y podéis hablar entre vosotros, pero os es imposible comunicar al resto que estáis aquí atrapados. Por que estáis aquí y con que motivo lo desconocéis, pero si algo parece claro, es que no hay escapatoria de aquí, al menos con vida...

Cuando Darius golpeó mi pecho también abrí los ojos en este lugar. Cargado de brumas, no terminaba de comprender qué era. ¿Tenía que ver con que me hubiera salvado la vida?

Con paso firme me acerqué a él y no llegué a decir nada. No tenía nada claro qué hacíamos aquí, pero cualquier ataque podía venir de cualquier dirección. Y hasta que todo terminara lo mejor sería ayudarnos mutuamente.

- Supongo que esto no ha sido cosa tuya. - Le dije, entrecerrando los ojos para tratar de atisbar más lejos entre los jirones de bruma. En otro tiempo probablemente hubiera aprovechado para tratar de darle muerte. La merecía. Pero estábamos luchando juntos y él había salvado mi vida.

Al ver que Darius no me responde comienzo a pasear por el lugar, esperando al menos encontrar alguna pista de dónde nos encontramos y por qué.

Camino con paso lento, escrutando entre la bruma, con una mano en la empuñadura de mi arma. Me mantengo atento, listo para levantar la guardia al menor atisbo de peligro.

Una nueva alma llega este lugar, en esta ocasión es Janna, la Furia de la Tormenta.

Me encuentro escrutando las brumas, en tensión, con una mano en la empuñadura de mi espada, cuando los jirones de niebla parecen arremolinarse, trayendo a alguien más. Mi primer movimiento es de ponerme en guardia. Sin embargo, al ver de quién se trata toda mi postura se relaja.

- Hola, Janna. - Digo al verla llegar, bastante extrañado. - Antes de que preguntes: no sé qué es este lugar, o cómo hemos acabado aquí.

Aturdida, intento enfocar la vista más allá de las espesas nieblas en las que me veo inmersa. Intento disiparlas con una ráfaga de aire pero, por más que quiero, las brumas no consiguen desvanecerse. Quizás mis poderes no tengan efecto aquí adentro. 

En un momento determinado, escucho una voz que me llama por mi nombre. Me tranquiliza reconocer su procedencia.

- ¿Garen? Pero... qué es... - empiezo, aunque ya sé la respuesta.- Yo tampoco sé cómo hemos acabado aquí, ni por qué, de repente, hemos aparecido en otra... dimensión - digo, mirando a todos los lados. Parece que la niebla no acaba nunca.

- ¿Hay alguien más aquí? ¿No recuerdas haber estado en este sitio antes, Garen? - mi mente trabaja a toda velocidad, tratando de buscar respuestas a la situación que nos rodea. 

- Darius y yo llegamos aquí ayer por la mañana, después de que me salvara. - Explico, haciendo un gesto hacia el noxiano. - Sin embargo aquí está tan abstraído como en la sala donde están todos... - Digo con un suspiro, evidentemente frustrado.

- Además, hay algún tipo de impedimento para hablar de esto donde se encuentran todos. - Sigo después. - Supongo que mágico. Es eso lo que me hace suponer que no se trata de algo bueno.

- Tú sabes de magia más que yo. ¿Tienes idea de qué puede tratarse todo esto?

Escucho atentamente la información que me brinda Garen.

- No... Yo sé de magia elemental - confieso.- Pero esto se escapa de mi conocimiento. 

Me quedo pensativa un rato, antes de seguir hablando.

- Dices que llegásteis ayer por la mañana, ¿verdad? - pregunto, aunque más bien es como si intentara aclarar mis ideas.- Y yo he llegado hoy... Es curioso que fuerais vosotros dos los primeros en llegar, tras demostrar en público que tenéis un vínculo. 

Mis palabras son comedidas y pausadas. No quiero precipitarme.

- Y fue después de que llegara Ezreal a la habitación que hoy estoy aquí. ¿Crees que él pudiera tener algo que ver? Aunque, de ser así... Poco podremos hacer. No podemos hablar de esta... habitación, o lo que sea, fuera de aquí, con lo que no podremos preguntarle directamente cuando nos reunamos de nuevo en la 403 al anochecer. 

Suspiro, cansada ante tantas adversidades que surgen en el camino de desenmascarar a los asesinos.

- Si tiene relación con esto, tendrá que decirlo por su propia voluntad. 

- A propósito: ¿viste algo?

- No, no vi nada. - Respondo, negando con la cabeza.

- La vuelta de Jinx, si Graves nos escucha, puede incluso ser útil. Despejará las dudas de los indecisos, y las de los que creen que ocultamos algo. - Reflexiono en voz alta, manteniendo una expresión tensa.

- Ahora observa cómo Nasus trata de aplazar el uso del poder de Graves. ¿Quién, sino un asesino, haría eso?

Mi cara se tuerce en un evidente signo de decepción, al escuchar que Garen no haya tenido éxito en la salida nocturna.

- Parece que a la próxima podrías jugártelo todo a una carta - digo dubitativa. - Darius sigue tan absorto como siempre. No creo que eso te beneficie...

Y era realmente una lástima, pues dada la situación, en la que nadie parecía querer conocer la identidad de los asesinos, Garen era una excelente ayuda en esta misión. 

- Ya, a mí también me resulta muy obvia la actitud de Nasus. Lo que no entiendo es cómo pueden volver a la vida. Quiero decir... - intento continuar la frase, pero una inquietud me asola.

- Estoy asustada, Garen. El desconocimiento del lugar en el que nos encontramos, y el cómo hemos llegado aquí me escaman sobremanera. Y tengo la sensación de que alguien podría estar escuchando todo lo que aquí decimos. ¿Por qué, si no, iban a querer traernos a este lugar? 

Me abrazo en un signo de claro abatimiento. La situación me sobrepasa. 

- No sé qué está pasando, pero parece como si todos estuvieran confabulados en querer ocultar la identidad de los asesinos. Nadie hace esfuerzos en tratar de encontrar a los responsables de toda esta masacre. Es todo demasiado absurdo. Vamos a morir por puro hastío... - confieso al demaciano. - No hay nada que podamos hacer; terminaremos por dejarnos morir. Nada tiene sentido...

Las palabras de Janna, tan cargadas de desesperanza, me llegan mezcladas con la bruma para provocarme una sensación de desasosiego. Sin embargo no hago ningún gesto que lo revele más que cambiar mi peso de un pie a otro antes de echar un nuevo vistazo a Darius.

- Habrá que tener cuidado con lo que decimos entonces. - Afirmo, como si eso no fuera nada complicado. - La pena es no poder hablar de ello en la habitación: Si tengo que decirte aquí quién creo que está detrás de esto y de verdad nos escucha, se pondrá en alerta. Aunque encontraremos la manera. - Le digo con voz grave.

Luego doy un par de pasos, simplemente por no quedarme quieto. A estas alturas no creo que haya aquí más que nosotros y la niebla, pero la inquietud me impide quedarme quieto.

- No podemos descartar que lo hagan por ser cómplices. - Digo luego, refiriéndome al asunto de no buscar a los asesinos. - Desde luego quien trae a la gente a la vida está con ellos. - Sentencio, antes de apretar los dientes airado. - Al principio pensé que podría haberse equivocado trayendo a Nasus. Pero cuando Lux y Jinx estuvieron muertos, escogió a Jinx después de que cayera en votaciones. La única explicación que encuentro es que esa persona sea su aliada.

- Sí... - le respondo, casi dudando. - El hecho de que no podamos hablar en la habitación de este... espacio, no implica que no podamos referirnos a la persona que podría hallarse detrás de todo esto. 

Me quedo un rato pensando, tratando de encontrar la manera. Estábamos en una situación realmente complicada; quien nos hubiera traído a este inhóspito lugar debía de estar divirtiéndose a nuestra costa.

- Sigo sin fiarme demasiado de Ezreal. En la habitación no aportó apenas nada, y sus sospechas me resultan bastante triviales. Sin embargo - continúo, lamentándome de encontrarnos en esta tesitura- la única opción que se me ocurre es esta: cuando estemos en la habitación (si seguimos con vida) di algo banal sobre la persona que creas que se encuentra detrás de todo esto. 

Miro a mi alrededor, sopesando la idea de que realmente pudiera haber alguien escuchando nuestras palabras. Me parecía absurdo y muy retorcido. Pero, llegados a este punto, nada podía ser imposible. 

- También yo haré lo mismo. De todas formas, seguiremos aquí encerrados aunque nuestro cuerpo se mueva hasta la habitación, ¿no?

Suspiro. "Medidas desesperadas para situaciones desesperadas... ".

- Sí, quien haya resucitado a Jinx debe estar de parte de los asesinos. Creo que su poder, por ahora, es demasiado desproporcionado. Y lo peor: poco podemos hacer por ello. 

Me muevo de mi posición, dando círculos, tratando de encontrar una salida de toda aquella neblina. ¿Quién querría vernos aquí atrapados? Demasiadas preguntas sin respuesta. 

- Darius y yo llegamos ayer por la mañana. - Explico. - Hasta entonces lo único que nos unía de cara a todos era ser rivales, y la discusión que habíamos tenido en público.

- Hoy sólo has llegado tú. - Continúo, entrecerrando los ojos al analizar las posibilidades. - Creo que el poder que te ha traído a ti es el mismo que a nosotros, lo cual debería significar que no ibas a venir sola. Por tanto te habría acompañado uno de los que han muerto. Y la verdad, apostaría por Talon sin duda, ya que también habíais discutido.

- En ese caso tenemos dos opciones. O quien nos trae aquí quiere que aportemos distintos puntos de vista e ideas para descubrir a esos asesinos, - Propongo poco convencido. - o se trata de alguien que disfruta con el caos. Supongo que eso te dará una idea de por dónde van mis sospechas.

- Sin embargo creo que es más urgente encargarnos de los asesinos. Si seguimos cayendo a este ritmo poco debe importarnos este lugar: dentro de poco todos estaremos muertos.

Abro los ojos exageradamente.

- ¿Me estás diciendo - digo pausadamente- que el hecho de estar aquí es lo que permite que Darius pueda mantenerte con vida?

Ahora todo adquiría otro cariz. No sé cómo no me había dado cuenta antes. 

- De ser así... No creo que sea quien tú piensas la responsable de todo esto. Además, por lo que dices, resulta entonces muy raro que haya venido sola. Puede que sí, que fuera Talon quien estuviera destinado a venir aquí. No merecía morir - confieso, más como si se tratara de un pensamiento en voz alta que de un comentario para Garen.- Al menos, hizo más que muchos de los que ahora siguen con vida. 

Me muerdo el labio inferior, dudando literalmente de todo.

- Entonces, ¿desde que estáis aquí compartís ese vínculo del que me hablaste? Igual, ahora que estoy yo aquí... el vínculo se haya expandido. Aunque no sé, igual me estoy precipitando demasiado con esto. 

Choco un puño cerrado contra la palma de mi mano.

- De ser así, la persona responsable de que nos encontremos aquí debe ser alguien consciente de la situación en la que estamos. Y, si ha querido que me encuentre en este lugar también para salvarte... No debe ser mala. 

Al escuchar la respuesta de Janna mis ojos se abren con sorpresa, y durante un instante la seriedad desaparece de mi rostro. Aquella confusión era, cuanto menos, curiosa.

- No, no me has entendido... - Digo, negando con la cabeza, sin poder evitar una pequeña sonrisa. - Aquí no es donode yo me reúno con Darius. Esto es algo... Diferente.

- Y sobre Talon... No estés tan segura de que ha hecho tanto por nosotros. - Afirmo después. - Él anunció la vuelta de Nasus, lo que hace probable que fuese quien le invocó, tanto a él como a Jinx. Aunque no termino de comprender por qué lo mataron. O bien no sabían que había sido él, o no creían que fuera un aliado. Si iba a traer de vuelta a todo el que cayera por nuestra mano... Es mejor que esté muerto. Es tan culpable de la muerte de Kassadin y Lux como los propios asesinos.

Me ruborizo al ser consciente de mi confusión.

- Oh... - articulo torpemente, invadida por la vergüenza.- Cómo he sido tan ingenua... Discúlpame. 

No levanto la vista del suelo - o, mejor dicho, de las brumas de debajo de mis pies -, pero me dirijo a Garen igualmente.

- Aun así, no creo que esto sea obra de quien tú dices. ¿Qué gana con esto? ¿Saber que desconfiamos de ella? Para eso no hace falta recluirnos aquí.

Vuelvo a mirar a todos los lados, tratando de encontrar algo que sea diferente, o que se me haya podido escapar con anterioridad.

- De todas formas, tampoco diré nada sobre el resto de sospechosos; podría ser información que luego se vierta en nuestra contra. 

Asiento al escuchar las palabras sobre Talon. Decía, desde luego, aspectos que había pasado por alto. 

Al morir Darius, su alma se desvaneció de ese lugar.

Mientras permanecía en silencio al lado del cuerpo de Darius en este lugar una pequeña sonrisa se formaba en mi rostro. Sin embargo, el respeto que tenía por el guerrero y la concentración en el discurso de después hicieron que no dijera nada hasta que me ya me encontraba en mi cuarto.

- En la habitación has dicho tres cosas. - Le digo entonces a Janna, visiblemente cómodo. - Con la segunda te equivocas, y la tercera la espero fervientemente. - Afirmo, esperando con cierta curiosidad su reacción. - Y por cierto, ya te he dicho de quién sospecho. - Añado después, haciendo un gesto para abarcar la bruma.

Miro incrédula a Garen primero, aunque luego una incipiente sonrisa, que trato de disimular con nefastos resultados, aparece en mi faz. 

- Me alegro entonces de haberme equivocado - le confieso, con la mirada cargada de esperanza.

- Y ten cuidado con lo que deseas, grandullón. No estamos para batallitas - le recrimino, aparentemente más seria. 

Hago el intento de empezar a hablar, pero las sospechas de Garen me hacen enmudecer. 

- Sí, podría ser. No me gusta su actitud. 

Con la vista puesta en algún punto de la inmensidad de aquella niebla, me sumo en mis pensamientos. "Nada hay que podamos hacer, salvo esperar..."

Cuando Janna se sume en sus pensamientos yo no tardo en hacer lo mismo. Lo cierto es que este lugar inspira a buscar la propia reflexión, con los brazos de bruma delante de los ojos. A pesar del desasosiego que causa el silencio es, en cierta forma, una ayuda para poder meditar. Sin lugar a dudas es más sencillo aquí que en la sala donde nos encontramos con los demás.

Sin decir nada termino moviéndome, buscando inconscientemente el lugar donde Darius ha desaparecido. Pero lo cierto es que se hace difícil distinguirlo.

- Graves es un memo. - Sentencio al final. - Ya fuera con Darius o con Jinx, de haber usado antes su poder Morgana podría haber ejecutado al asesino, dejando de ser un objetivo. Y luego podríamos haber ajusticiado a otro en las votaciones. Por dejarlo para el final me puso en peligro. Puede que no sea culpable, pero eso no le hace de ayuda si no colabora un poco más.