Partida Rol por web

Le sorprendió la respuesta de Yasuko.

-Soy huérfana- la respuesta fue natural, sin ningún tipo de matiz triste o melancólico.

-¿Aburrida? ¡Es genial! Imagínate:-, había comenzado a gesticular con los brazos, le podía la emoción -pillar a los malos sin necesidad de un quirk y demostrarle a esos héroes lo que valgo. Quién sabe, quizás hasta abra mi propia academia de no-héroes. Bueno, quizás eso suena a anti-héroe...

¿Una maga no revela sus trucos? Lo dicho anteriormente, no te aceptaron en Hogwarts por... Dicho aquello y en vista de que ya había entregado su billete de entrada, Maurice echó a andar hacia dentro lenta y pausadamente.

Me quedé apartada algo tímida con toda la gente que había allí. Había oído que sólo iban a ir huérfanos y había pensado que sería como una excursión de niños de mi orfanato donde la mayoría éramos pequeños. Sin embargo, la mayoría de los otros niños eran más mayores que yo por lo que no sabía si querrían jugar conmigo. Había también alguno que otro bastante raro, por lo que me mantuve algo apartada. Vi entonces otra niña más o menos de mi edad que estaba jugando con otra chica y la saludé sonriente antes de acercarme al chico del sombrero que estaba recogiendo las invitaciones.

- Hola, yo también vine a la visita - dije mientras entregaba mi invitación al señor Womkat.

   Entre que la señorita Chudokusei se comenzaba a desplazar y que a su vez el chico peludo me perdía como objetivo, pues me toco hacer lo mismo que el resto y comenzar a dirigirme hacia el interior, eso si... siempre teniendo como margen de distancia entre Maurice y mi persona a Chudokusei para poder ocultarme rápido. 

Se limpió las babas de Fosuto Boro en la ropa de Fosuto Boro, dándole la bienvenida aunque distraído, claramente alterado por el desmadre que se estaba ocasionando detrás, por culpa de... efectivamente, el adulto disfrazado. "Bienvenido, bienvenido. El señor Kyandi está allá dentro, sí." asintió, aunque no contestó a la segunda pregunta. Luego también le dio la bienvenida a la niña con orejitas de conejito. "¡Bienvenida!" aceptó su billete. "¿Su nombre, por favor?"

La ilusión no se reflejaba en mis ojos. A diferencia de los otros participantes que venían con una malsana alegría entregando sus tickets a aquel hombre extravagante de la puerta. Tome. Yo al contrario de los demás, simplemente le entregué mi Ticket y esperé a que este me lo validara para poder reunirme con el resto que ya se estaba adentrando. Ayana Sakanagi. Eso fue lo único que dije y lo único que pensaba decir. No hacía falta decir más, no quería decir más.

Con la emoción me había olvidado de dar mi nombre.

- Ah... eh... soy Michiko Abe - contesté apresuradamente.

Y después, me puse a seguirlo de camino a la fábrica.

Trataba de estar tranquilo, pero él la excitación era mucha, estábamos viviendo una oportunidad única en la vida y mucho más para unos huérfanos, era verdad que me incomodaba aquel sujeto que fingía ser uno de nosotros y me molestaba más aunque creyera que nos podía engañar con aquel obvio disfraz, bajando la cabeza solo balbucee -no es justo, ese tipo del bigote, no es justo- a mi alrededor todo era un caos, muchas personalidades tan distintas en un solo lugar, no faltaban los que a leguas se observaba era bullys, los que parecían más amables y amigables, y otros como yo un poco más tímidos y reservados, aunque estaba emocionado de estar entre ellos también me parecía demasiado, cuando de pronto el mayordomo comento que era hora de entrar a la fábrica, mi corazón latía rápida y fuertemente, una nueva aventura estaba por comenzar y mi oportunidad de cambiar mi futuro y el de muchos otros huerfanos.

La chica musculosa se fue con el huérfano con bigote a hombros, y los demás empezando a seguirles, ansiosos por entrar en la fábrica. Antes de que pudiera decir nada, Willy Womkat les advirtió de la piscina de cocodrilos- COCODRILOS??? HAY COCODRILOS AQUÍ??? SE COMERÁN LAS SOBRAS??? - pregunté sin esperar respuesta, quizás eran los bichos que eliminaban los residuos de la fabrica.... y antes de darme cuenta estaban todos marchándose. -AH!! - exclamé antes de ponerme en marcha. Admirando de arriba a abajo el exterior de la magnifica construcción. Esto iba a ser un sueño hecho realidad!!! 

Una pequeña joven niña que se encontraba lamiendo una paleta arcoíris llegaría poco antes de que el límite de tiempo marcara la hora de la entrada, por lo que, aunque por los pelos, esta llegaba a tiempo. Sus ojos no mostraban demasiado interés en la fábrica, pero sí en el resto de los competidores, a los cuales veía como una amenaza.

-Slurp, Slurp... -Comentó dando dos lametazos más a la piruleta mientras sacaba su ticket dorado y lo alzaba con una mano a una altura que Wii-Liam Womkat podía recogerlo, todo esto sin soltar aquella piruleta que, claramente, era de una marca de otra empresa de dulces-Slurp, Slurp, Slurp...

No hacía falta que esta dijera su nombre, pues al igual que el "niño infiltrado" tenía colgado un pequeño identificador que la reconocía como "Rori Peropero", así como una pequeña información personal que hablaba de las alergias que esta tenía, aunque era demasiado pequeño para ver desde la distancia y había que acercarse mucho.

Wii-Liam Womkat vio cómo se editaba mágicamente su mensaje y guardó su reloj, porque el master del universo le recordó que aún faltaban personajillos por entrar. Fue una experiencia onírica similar a estar bien fumado, concepto que el pobre Womkat no conocía ya que la única vez que fumó fue aquel porrito de la niña verde y fue una experiencia de todo menos onírica y placentera.

Volviendo a la normalidad, la siguiente criaturita le recordaba un poquito al señor Kyandi Poppu, si no fuera porque estaba comiéndo dulces de la competencia. Womkat estuvo a punto de tirar esa piruleta por ahi y decirle que mejor probase las de la fábrica, pero robarle un caramelo a un niño y tirarlo por ahi era un acto demasiado malvado para los estándares de vendedores de chucherías que están siendo grabados por cámaras en un evento único en la historia. Eso sí, levantó un poco el identificador y se acercó para leerlo todo sobre sus alergias, no fuera a ser que hubiera algo allí a lo que ella fuera alérgica y tuvieran un problema celíaco, por ejemplo.

"Bienvenida, Rori. Por favor, pasa con los demás. No te llenes demasiado el estómago de chucherías de la competencia, las nuestras saben mejor."

   Nombre: Rori Peropero

   Orfanato: Hogar de Mama

   Localidad: Sakurami City

   Alergias: Gente que entra en mi "espacio personal".

La joven Rori Peropero cuando aquel extravagante hombre se acercó a ella, hizo lo que toda niña con alergias a la gente que entra en su espacio personal haría; usando la piruleta como arma, trató de clavársela en el ojo a aquel representante de la fábrica aprovechando que se había acercado lo suficiente.

Quizás esto no fuera la mejor forma de empezar una conversación, o incluso la mejor forma de no ser descalificada del concurso, pero una cosa era bastante clara, y es que a ella no le gustaba que alguien le tocara o entrara en su espacio personal, y lo iba a defender a toda costa.

"OH MY GOD!!"

Por suerte para Wii-Liam Womkat, justo detrás de ella parecía venir otro de los que se habían retrasado y estaban entrando por los pelos a aquel recinto, en esta ocasión el joven era un muchacho delgado con cabellos amarillos y que portaba una espada. Casi como un acto reflejo, este muchacho desenvainó su arma y con una precisión sobrehumana, cortó el palo de la piruleta -o paleta para los hispanoablantes- impidiendo así que la pequeña Rori Peropero se la clavara en el ojo a Wii-Liam Womkat. Eso sí, no impidió que la parte de dulce de la piruleta chocara contra la cara del hombre, quedándosela pegada en la nariz levemente.

-¡Uaaaaah!. -Gritó el muchacho asustado mirando como su espada acababa de cortar algo- ¡Lo siento!. ¡Era la espada del abuelo y... a veces hace estas cosas!. ¡Juro que no volverá a pasar!. ¡Por favor déjeme entrar!. ¡Tengo el Ticket!. -Dijo sacando nerviosamente uno de los Tickets Dorados- ¡Necesito ganar esta competición o me mandarán al Infierno!.

Afortunadamente fue salvado de que le clavasen una piruleta en el ojo (o peor aún, que le estornudasen encima) por un valiente niño con una espada que cortaba cosas sin querer. El hombre se apartó de la niña y le puso las dos manos encima en cada hombro a su salvador y lo miró fijamente. Luego apartó una mano de uno de los hombros para coger el ticket y volvió a ponerla y mirarlo fijamente. "Pequeño, ¿cómo te llamas?"

El Joven Zeni Tsuo sonrió aliviado con lágrimas incipientes en los ojos al escuchar como aquel hombre parecía comprensivo, aceptaba el Ticket Dorado que había conseguido y que ahora le estaba preguntando su nombre, algo que había hecho con todos los otros participantes que no se habían presentado de buenas a primeras.

-Zeni, Zeni Tsuo, señor... -Comento, con voz casi entrecortada- ¡Soy un gran admirador de los dulces Poppu, Señor!. ¡Siempre que puedo voy a comprarlos con el dinero semanal que me da mi Maest-... -El muchacho se quedó en silencio, en pánico y trató de cambiar de tema para que este no se percatara que tenía ya a un tutor legal.

¡PERO ESTABA DEMASIADO NERVIOSO COMO PARA PENSAR EN NADA!

De forma explosiva, una tercera persona más llegaría a la escena, en esta ocasión para salvar a Zeni Tsuo de su propia ida de lengua; este era un muchacho que rozaba el límite de edad en el que aquel concurso podía permitirle pasar... aunque teniendo en cuenta que había un tipo con una barba más evidente que esta incipiente y otro que tenía un bigote -ahora al revés- la situación parecía ser algo laxa con esta norma.

-¡Regocijáos pues yo, Pomodoro Potage, estoy aquí!. -Comentó el muchacho mientras se acercaba a Wii-Liam Womkat y le entregaba aquel Ticket Amarillo- ¡He venido desde mi isla natal para poder hacerme con esta fábrica!. ¡Y nadie podrá detenerme!. ¡Así que dejad paso!.

El hombre del vestido con falda y el bate de beisbol que portaba un cuchillo de cocina pegado con cinta aislante siguió caminando hacia donde el resto del grupo se encontraba, pasando de largo de aquel drama.

"¡Pequeño Zeni Zeni Tsuo, eres un héroe! Deberías estudiar para héroe." se apartó de él y sacó de nuevo la libreta y boli en la que empezó a escribir algo, y después, de su chaqueta sacó lo que parecía ser un cupón de descuento. "¡Toma! Un vale de descuento sin caducidad de productos Poppu, y una carta de recomendación personal para la Academia de Héroes. Y por supuesto, obviamente puedes entra-" y de improviso un hombre estrafalario con, una vez más, barba evidente, apareció y le ofreció el ticket y se metió dentro. Womkat tan solo dio un fuerte suspiro, tomó el ticket dorado y con un gesto de brazo y cabeza, dijo: "Sí, sí, puede pasar, señorita."

Wii-Liam Womkat examinó el papel.