Partida Rol por web

Después de unos cuantos segundos que se hicieron eternos para Kyandi Poppu este finalmente dejó de moverse, abrazando la oscura muerte. Y la gigantona Tooth Kowasu dejó al hombre de nuevo en la cama, tapándolo con la manta hasta la altura del pecho. Que tuviera los ojos abiertos de par en par y cara de desesperación no ayudaba a dar un mensaje de que estaba durmiendo placidamente, pero esas cosas Tooth Kowasu no las pillaba.

-Se ha mimido... -Comentó girándose a Rori Peropero.- Shhhh...

Al parecer la rompedora de paredes, -que incluía la cuarta pared- aún no comprendía lo que era la muerte.

Evidentemente Rori Peropero comprendió perfectamente que una persona con los ojos abiertos como platos, gesto de terror y con parte de sus entrañas saliendo por los orificios de su cuerpo, claramente no implicaba que estuviera teniendo un plácido sueño en esos momentos.

-Slurp. -No dijo nada, simplemente lamió la piruleta.

Las puertas de aquella estancia se abrieron de par en par para mostrar la figura coronada (por una corona de caramelo evidentemente) de Ayana Sakanagi, al parecer el séquito de Oompa Loompas la habían llevado hasta aquel lugar para que conocieran al jefazo, sin saber que este, en efecto, ya no se encontraba de una pieza.

Y claro, al ver a aquel hombre muerto... tendido en la cama... y a aquellas dos ahí al lado fue... bueno... digamos que había mucho trabajo que hacer fuera de cámaras para tratar de solucionar esto y que la Policía no entrara a involucrarse.

Aquel lugar era oscuro, era sucio y era húmedo... las cajas de madera ya habían empezado a pudrirse desprendiendo aquel olor rancio característico de la madera podrida, y el metal estaba ya deshaciéndose con todo el óxido que había encima. Aún con todo, una cosa que destacaba de aquel lugar es que no había puertas, tampoco ventanas.

La única posible entrada era un conducto de aire que mantenía aquella pesada atmósfera apenas respirable. Entre la oscuridad la mirada de dos pequeñas figuras de ratones, probablemente de un evento antiguo, estaban mirando a esta víctima de secuestro...

Al final todos sintieron lástima por Maurice Perv, encerrado, solo, sin nadie a quien molestar ni nadie con quien bromear. Cada luna que se adentraba en el oscuro y lejano horizonte le indicaba que otro día había finalizado. Pronto a falta de ventnas y puertas empezó a contar los segundos para saber cuanto llevaba allí dentro y cada 2600 segundos hacía una marca en la pare con su cuerno.

La locura lentamente se iba apoderando de su cerebro y para cuando la pared estuvo llena de líneas diagonales los fantasmas del pasado ya le visitaban cada día. 

Hana Ai se le aparecía cada día para decirle lo asqueroso que era, quitándole las ganas de comer aquella comida rancia que Ayana le traía. 

Usagi Shiroi le apuñalaba cada vez que cerraba los ojos, impidiéndole conciliar un descanso reparador.

Katsumoto simplemente se quedaba juzgándolo desde el otro lado de la habitación, con mirada inquisitiva.

Maurice deseaba con todo su ser salir de allí, ver de nuevo el cielo, un amanecer, la luna, todas esas cosas que había dado por hechas durante su egoísta vida... Ya no le importaba ser el dueño o no de la fábrica. Sin embargo, no albergaba ninguna esperanza de que aquello ocurriera, sólo deseaba morir, pero algo dentro de lo más profundo de su cerebro le hacía comer aquellas comidas rancias, y por tanto aquel deseo de morir nunca llegaba.

Para cuando las cuatro pareces, techo y suelo estuvieron llenas de líneas que marcaban los días, Maurice estaba muy lejos, o por lo menos su mente, su cuerpo seguía encerrado en aquel cubículo oscuro y sucio pero su mente estaba en otro lugar.

Volvió al monasterio donde pasó sus primeros doce años de vida, la vida allí había sido dura pero mucho más sencilla. Revivió cada momento dentro del monasterio y las peripecias que le llevaron a escaparse del monseñor Monervo Biscum. Su cara todavía podía sonreír, cuando pensó en la cara del hombre de dios dándose cuenta de que Maurice había vaciado su caja de caudales y el cepillo del domingo.

Luego vago por las calles pidiendo limosna para comer cada día, en aquel momento encontró a Miu Todoke, su única amiga de verdad, él la amaba pero nunca pudo decirla nada, ella era evidente que no sentía nada por él así que cayó esperando serle útil en sus planes. Cuando ella murió algo se rompió en el alma de Maurice pero no podía llorarla hasta haber cumplido con el sueño de Miu, él tenía que llevarse toda la atención y así despistar a todos aquellos que no estuvieran en la lista cerrada de los saboteadores, y así lo hizo, hasta el final. 

Para cuando el recuerdo de Ayana le llevó a la habitación subterránea él ya había desconectado su cerebro y cuando cayó en el frío suelo del recuerdo de aquella habitación la oscuridad ya lo había envuelto todo. 

Tras más de dos semanas desde que inició aquella competencia particular en donde no hubo ningún tipo de novedad por parte del interior de la fábrica, finalmente hubo una actualización, información que la diría no otra que Mercu Rio que seguía apostillada en el exterior de la fábrica, ahora con un trípode y un cámara menos.

-¡Después de 16 días finalmente tenemos una actualización!. -Exclamó la reportera ante la cámara- Una pequeña niña, a la que pudimos reconocer como Rori Peropero, nos ha entregado una carta firmada por el mismísimo Kyandi Poppu en persona. Y ahora, en riguroso directo os la leeré.

Hola. Soy el Jefe.

Yo soy Kyandi Poppu, el de verdad y sigo bien vivo. Y he decidido romper un poco las normas de mi concurso para ampliar el número de ganadores del premio. En verdad todos los niños que vinieron son muy buenos y son grandísimas personas. Por eso mismo me parece mal tener que escoger entre los que quedan. No como los expulsados, ellos son todos niños malos y muy mentirosos. No hay que creer nada de lo que ellos digan, están resentidos por expulsarlos.

Niego con rotundidad las acusaciones de asesinatos, accidentes o pastelificaciones que han ocurrido dentro de la fábrica. Excepto por el de Cerise Sakurai a manos del prófugo de la justicia Jinsokuna Harinezumi. Su cuerpo fue dispuesto como ella deseaba. En el horno luego de ser inflada con maíz. Si desean podemos enviar las palomitas.

Por otro lado el antiguo portavoz Wii-Liam Wombat, o como se llame, fue despedido por su conducta inapropiada al usar indebidamente prototipos sobre sí mismo. Y por robar material de oficina.

En mi siguiente página indicaré a los ganadores.

Kyandi Poppu                           

Ayana Sakanagi Rori Peropero Tooth Kowasu Maurice Perv

   

Dory de Ramallah Juniro Jin Tyrion Xii Emily Malcolm

 

Yuna Nakagawa Yasuko Tone Usagi Shiroi Miu Todoke

 

Fasuto Boru Katsumoto Yemon Fou Fou Kenu Shurato

Aquella mujer terminó de leer aquella lista de nombres, y se dirigió hacia la cámara nuevamente luego de bajar la carta que aquella niña le había entregado en donde, al parecer, tardaron 16 días para reconocer que el resto de los niños que habían sido grabados entrando en la fábrica parecían estar sanos y salvos viviendo detrás de aquellas murallas.

-Pues esto es todo, al final hubo un hermoso final feliz en donde no solo uno, sino 16 pequeños huérfanos se han ganado un rinconcito dentro del corazón de este Billonario Bizarro. Desde esta reportera, les deseamos que pasen unas vidas felices y, si no es mucha molestia, que salgan de vez en cuando para conceder entrevistas. Mercu se despide. Volvemos contigo.

Y con esto, aquella mujer finalmente pudo largarse de aquella maldita ciudad y sus noticias extrañas.

El Cementerio Norte de Sakurami City claramente no era el mejor lugar del mundo para pasar una tarde, mucho menos para estar en mitad de la noche, tiempo después de que las puertas hubieran cerrado. Pero no era algo que amedrentara a Rori Poppu quien acompañada de Tooth Poppu se habían adentrado por entre una densa neblina.

-Slurp. -Lamió la piruleta antes de detenerse frente a la primera estatua del ángel- Debe de ser aquí, frente a la estatua del ángel con cara triste...

La gigantona dejó en el suelo el saco que llevaba a la espalda, frente a aquel ángel con la mirada triste. Realmente no le gustaba demasiado estar en ese lugar, prefería seguir en su mansión comprada por el señor dormilón de la cama de caramelos, incluso le habían puesto un mayordomo. A diferencia del resto de los niños que seguían en la fábrica, aunque tan solo veía a Ayana y a Rori y a los Oompa Loompas.

-Yo cuando estar triste... querer un abrazo... y luego estar mejor. -Dijo Tooth mientras miraba a la estatua- ¿Abrazar estatua?.

Desde detrás de la estatua salió un muchacho con una cazadora naranja bombona de butano que aquellas dos reconocieron como Kevin Kristo, uno de los expulsados por su poca participación en todo aquello. Al parecer este se había puesto en contacto con Rori Poppu para pedirles un pequeño favor... aunque conociendo a Rori, parecía ser más un trato.

-No lo hagas. -Comentó el muchacho- Supongo que la habéis traído y está en el saco. ¿No?. 

La estatua parecía ser un ángel melancólico que observaba a los presentes desde su gran tamaño, como si estuviera juzgándolos en silencio. No era la imagen más agradable, independientemente de si alguien creía en esos seres o no, causaba una cierta sensación de inseguridad y algo de impotencia ante las fuerzas de lo desconocido e incluso del más allá, el miedo ante la inevitable muerte... En vez de mostrar un lado misericordioso y compasivo... Quizás tan solo fuera la niebla que las estaba alterando levemente. Y que saliera de detrás de ella sin avisar, hizo que Rori Poppu casi le clavara en el ojo la piruleta.

-Slurp. -Lamió la piruleta antes de alzar la voz- Sí, ella está aquí. Ahora dime lo que sabes.

El muchacho dio un suspiro mientras se agachaba para comprobar que en efecto "ella" estaba ahí dentro, queriendo curiosear echando un vistazo al interior del saco aunque la niebla cada vez más creciente, dificultaba esta tarea; por lo que este alzándose nuevamente sacó del interior de la cazadora un dossier que se lo entregó a Rori Poppu.

-Al parecer el Científico que trabajaba en la Fábrica pidió unos documentos de adopción falsos a las Hermanas Silenciosas para un tipo, un rico fetichista Americano. También pidió para otra pero de eso no escuché mucho, pero encontré esto de los documentos que se salvaron del accidente... supongo que es ella... y adivina que... -El muchacho señaló aquellos documentos- Esa chica ahora está en Japón.

La joven Rori Poppu trató de leer los documentos y aunque parecían ser reales, la intensa niebla que se estaba levantando hacía imposible leer nada. Por lo que molesta, la pequeña se limitó a subirse a la espalda de Tooth Poppu e indicarle a la gigantona su siguiente paso a seguir.

-Agachate. -Susurró en un apuro.- Creo que acabo de ver a un viejo vestido con túnicas rojas entrar... 

En efecto la lejanía, entre la niebla que se comentaba a levantar por la zona, caminando a paso lento pero constante un hombre mayor, esquelético y traqueteando se iba acercando caminando por el camino que daba a la entrada Sur de aquel cementerio por la que estos habían entrado minutos atrás. Aunque su movimiento parecía ser bastante preciso, este directamente se metió en el primer mausoleo que había, lo que daba a aquellos tres algo más de tiempo para seguir con aquella charla o de escapar si era lo que deseaban.