Partida Rol por web

La verdad era que no había entendido la reacción exageradísima de sus compañeros. Es decir, había hecho una buena labor pero en su lugar todos parecían considerar que había cometido un crimen contra la humanidad cuando el único pecado ahí era el aspecto que se traían los dos presos.

De modo que se cruzó de brazos con una expresión realmente enfurruñada, tan forzada que para cuando llegó el otro grupo le dolía la boca de tanto sacar los labios para fuera en un mohín. Gracias a Dios, la llegada de los demás le salvó de seguir mostrando su enfado y en su lugar se acercó disimuladamente hacia el lugar en el que estaba Emily y se puso a su lado.

- Emily, vámonos ya, esta gente no tiene ni idea de lo que son las prioridades...

Fue entonces cuando un temblor sacudió el lugar, desbaratando su plan de contarle a Emily con pelos y señales por qué todos sus compañeros eran realmente malos a la hora de tomar decisiones.

- ¡Nooooooo, vamos a morirrrrrr!

Así que qué mejor que abrazarse a su amiga con expresión de susto, con una pierna por encima de su cintura. Y fue entonces cuando...¡plof! Otra vez desaparecieron para encontrarse momentos después en la enfermería de Hogwarts.

- Eh...emf - el segundo eh quedó cortado por una arcada que la llevó a soltarse de Emily y a vomitar a medio paso de donde estaban. Maldito medio de transporte -. Ahora estoy sucia yo también - protestó lastimeramente.

Eileen la estaba liando cada vez que hacía algo, pero al menos habían logrado reducirla. Entonces todo pasó muy rápido. Sonó la alarma, el agua empezaba a llenar el lugar, la llegada del otro grupo, la huida desesperada y finalmente, el volver de nuevo a la enfermería como si todo aquello hubiese sido un sueño, menos por el hecho de que sus amigos ahora estaban a salvo.

Suspiró aliviado al ver que estaban todos allí y fue Tabatha la que tomó la iniciativa en ponerse a repartir órdenes - estoy de acuerdo contigo Tabatha, lo primero es que se recuperen y descansen un poco - se acercó a sus amigos - ahora estáis a salvo, no os preocupéis - y abrazó a sus amigos ahora que podía permitírselo ya que estaban en un lugar seguro.

Isaac, si no fuera un tipo duro y callado, habría llorado al sentir el abrazo de su amigo. Pero tenía que ser fuerte por su mujer y por todos. Le correspondió el abrazo, dándole dos palmadas fuertes en la espalda.

- Vale...- accedió.- Venid esta noche entonces.

Katherine:- Pero no informéis a nadie. Es fundamental que nadie excepto los que estamos aquí lo sepamos. Hay topos y enemigos en todas partes.- Katherine parecía muy preocupada por aquello. Su mirada les instaba a que le hicieran caso.- Por favor...

El abrazo de Beth lo había dejado petrificado. En los primeros instantes no supo reaccionar y sus brazos se quedaron fuera de ella, pero al poco, la rodearon por la espalda y la apretaron levemente contra su pecho. Su corazón latió con intensidad, con nerviosismo, y es que no se esperaba esa muestra de afecto por parte de Beth. El rubor de sus mejillas se hizo algo visible y cuando ella se separó de él, Ermendrud la miró a los ojos, entre enternecido y sorprendido.

El Alemán era alguien que había sufrido demasiado en los ultimos cuatro años de vida, y parecía que le costaba salir de ese atolladero... aún así, se quedó allí con Beth por si necesitaba ayuda después de que algunos se marcharan o que la morena que lo odiaba vomitara. Sin duda se seguía sintiendo fuera de lugar, como un invitado apestado que nadie quería al lado, pero alguien lo seguía invitando a las fiestas... si, esa clase de "amigo rarito" que olía a nachos con queso. 

Se levanta y antes de salir de la enfermería, se acerca a Katherine y le da un abrazo cuando Kegan les suelta.

-Me alegra que estés bien, Katherine. Nos vemos luego, ¿vale? Descansa.

Se separa de ella antes de despedirse de todos para ir a asearse y cambiarse de ropa. No sabe cuanto tiempo han pasado en aquella base, pero sin duda, tienen mal aspecto. Algunos más que otros, claro. Pero ahora no pueden hacer nada más, salvo esperar a que llegue la hora de la reunión.

Tras aquel abrazo que hizo que se relajase lo suficiente para que se le comenzaran a escapar las lágrimas se separó de ellos y por primera vez en bastante tiempo, sonrió contento. Suspiró, intentando que se le relajasen los músculos, el haberse enfrentado a un dragón era algo que aún le costaba asimilar pero sus ropas se lo recordaban.

- Iré a cambiarme, luego vengo a veros - dice finalmente a Isaac - y tras despedirse de él, se fue a la que era su habitación en el castillo a cambiarse de ropa y limpiarse un poco.

Tras aquel abrazo que hizo que se relajase lo suficiente para que se le comenzaran a escapar las lágrimas se separó de ellos y por primera vez en bastante tiempo, sonrió contento. Suspiró, intentando que se le relajasen los músculos, el haberse enfrentado a un dragón era algo que aún le costaba asimilar pero sus ropas se lo recordaban.

- Iré a cambiarme, luego vengo a veros - dice finalmente a Isaac - y tras despedirse de él, se fue a la que era su habitación en el castillo a cambiarse de ropa y limpiarse un poco.

Que suerte que nos transportaramos de vuelta a la enfermería. Mi sonrisa era radiante al ver a Katherine, a pesar del mal aspecto que tenía. 

- Tía... Menos mal. No sabes lo preocupada que he estado. Tienes que descansar.- Y así era, no pensaba molestarla. Sin embargo, unas lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas al ver que estaban bien... Era tan injusto que en su propia boda los secuestraran. Pero ya había pasado lo peor para ellos, ahora solo tocaba que descansaran y nos ayudaran como pudieran para el asunto. 

Eileen estaba rara, jamás la había visto reaccionar así ante el peligro. Pero suponía que todos estábamos igual de afectados. Y no sabía que Beth y Erm estuvieran juntos, pero bueno, mejor para ellos. 

- Yo también me marcho, me tengo que cambiar.- Dije secándome las lágrimas. - ¿Cómo sabremos que no nos van a volver a transportar?- Pregunté cuando daba un paso dispuesta a irme y miré a Emily. 

El final de aquella locura de misión estaba cerca. En cuando la sala de control quedó destrozada y sus sistemas fallaron, sólo teníamos que correr hasta el punto de encuentro. Al llegar pude ver cómo el grupo de Eileen (quién decía algo que no estaba segura de a qué venía) había vuelto entero y con Katherine, aunque la chica no tenía buen aspecto. No había tiempo que perder, y menos aún cuando todo empezó a desmoronarse. La reacción de Eileen me tomó por sorpresa y la miré cómo quien mira a una rana con alas. Parecía que no íbamos a poder salir de allí a tiempo. Tal vez íbamos a morir todos allí en el derrumbe de la base. Alcé la varita para intentar protegernos cuando Ashley se volvió a despertar y con aquellos ojos desorbitados nos volvió a transportar a Hogwarts. Me tambaleé ligeramente con Eileen medio colgada de mi antes de que se separase para potar. Me quedé en silencio dejando que los amigos se reencontrasen. Tal vez en todo este tiempo había parecido una zorra sin corazón, pero no lo era. Sólo estaba cabreada, preocupada y con demasiado estrés laboral. Eileen seguía diciendo cosas raras, pero estaba segura de que era ella, así que supuse que había magia de por medio. ¿Confundus tal vez? Me la llevaría de ahí personalmente hasta que se calmase. Esperé a que Isaac y Katherine se despidiesen de Kegan, Vilma y Tabatha antes de acercarme.

- Me alegro de que estés bien, aunque es cierto que tenéis que descansar. Pero mañana voy a tener que hablar con vosotros para que me expliquéis todo lo que recordáis. – obviamente aquella era una petición como auror. – Podéis confiar en mí, esta información no acabará en manos equivocadas. Me encargo personalmente del caso. – Sean obviamente iba a saber lo mismo que yo, pero no pretendía pasar la información al resto del departamento de momento. Había demasiadas incógnitas y al parecer también posibles topos. Me giré hacia Beth entonces. – Y con Ashley. No dejes que se vaya de la enfermería, por favor. – Por último, me giré hacia Erm. Seguía sin tener muy claro cómo y por qué estaba metido en aquello y su actuación dentro de la base no había aclarado precisamente las cosas. Abrí la boca para decir algo, pero la cerré de nuevo. Buscaría el momento adecuado más tarde. Di media vuelta mirando a Eileen. - Vamos, y así puedes darte una ducha. – le dije como respuesta a su comentario. Al pasar por al lado de Vilma, contesté a su pregunta. – No te preocupes, Vilma. Estoy bastante segura de que tienes que estar cerca de Ashley para que eso ocurra. – tal vez había otros, pero no quería preocuparla. Además, parecía que había ciertos factores (como el estrés) que desencadenaban aquello. No creía que sucediese sin más en medio de una clase. Le di un apretón en el hombro antes de alejarme. – Genial trabajo allí afuera. Si algún día te cansas de cantar, apúntate a la academia de aurores. – le dije entre en serio y en broma. La verdad era que esperaba que no se le ocurriese cambiar de carrera, pero el cumplido se lo merecía. Mientras me alejaba camino a la puerta miré mi anillo y después mi reloj de pulsera. ¿Habría tenido tiempo de actuar o encontrarme?

Una vez se hubieron ido todos, Erm se quedó a "solas" con Beth. Se había mantenido en una esquina, donde había arrastrado un taburete de madera para sentarse sobre él apoyando sus brazos sobre sus muslos. Tenía, en apariencia, la mirada perdida, pero iba de tanto en tanto mirando a Beth, como se movía que hacía, para donde iba... parecía analizarla, pero es que lo cierto, es que Ermendrud aún no salía de su asombro... por el abrazo y por lo ocurrido cuando trató de convocar su Patronus.

Suspiró con fuerza e irguiéndose sobre el taburete, la miró con descaro - ¿estas bien Beth? - le preguntó con calma, asimilando lentamente que había sido un fracaso de mago. 

Vomitar le había sentado bien. Bien en un sentido físico porque posiblemente le estaba ayudando a eliminar las toxinas que su cuerpo se había empeñado en retener pero realmente mal desde un aspecto psicológico. En el tiempo en el que las despedidas tuvieron lugar y las promesas de prontos reencuentros, así como algunas muestras de afecto públicas, tenían lugar, Eileen empezaba a comprender que quizás sí que había habido alguna droga de por medio. Es decir, si lo pensaba bien, creía que lo de ver a Kegan en llamas no era tan gracioso como le había parecido en su momento. Y que quizás lo de priorizar la búsqueda de unas duchas en plena misión de rescate y huida no había sido su idea más brillante.

Frunció el ceño, demasiado fruncido como para ser una de sus expresiones normales mientras trataba de hacer que sus pensamientos volvieran a su cauce, aunque resultaba difícil porque sentía unas ganas locas de ir a buscar a Ashley y lanzarle algún objeto para ver si desaparecía. No, Eileen, no.

- Creo que me vendrá bien esa ducha - aseguró con un exceso de entusiasmo. Estuvo a punto de decir que le iría mejor tomársela con Zoey pero por suerte, pudo contener su lengua en el último instante.

Eileen y Emily terminaron por despedirse en la escalera de piedra. Una fue hacia arriba y la otra hacia abajo. La rubia fue camino al vestíbulo principal con el fin de alcanzar las mazmorras y, por tanto, su tranquilo dormitorio; sin embargo, las cosas no estaban tan tranquilas por Hogwarts.

Aparte de cruzarse con alumnos de cuarto curso que hipaban pompas, había gran revuelo en el vestíbulo. Dicho revuelo incluía a alumnos, directora, conserjes y... un más que enfadado Sean.

Greenbell:- La autoridad de los aurores no llega hasta aquí, señor Pullap. No puede simplemente entrar en Hogwarts con la fuerza de un vendaval. ¡Debería saber mejor que nadie que aquí hay normas! Pero usted siempre se las pasó por alto.

Sean:- ¡Le estoy diciendo que es urgente! ¡Emily puede estar en peligro!

Greenbell:- ¡Y yo le digo que no hay forma en que la señorita Van Dyck esté en un peligro semejante en el interior de Hogwarts!

Y en medio de aquella acalorada discusión, un alumno identificó a Emily por las escaleras. Todos la miraron y Sean pareció aliviarse ligeramente al verla de una pieza.

Tras una primera inspección a los dos rescatados y comprobar que dentro de la situación no necesitaban de momento más que comer, lavarse y descansar, Beth pasó a su despacho para sentarse y descansar ella también. Suspiró, agotada.

Entonces Ermendrud, que se había quedado con ella la enfermería, apareció por allí, preocupándose. Sonrió con agradecimiento, ya que normalmente era ella la que preguntaba tales cosas a los demás.

- Sí. Estoy bien. Solo ha sido una aventura bastante...- alzó las manos y tras tocarse las sienes volvió a dejarlas caer en su regazo- ...loca. Pero me alegro que hayamos avanzado. Al menos Katherine e Isaac están bien.- cambió de pierna de apoyo al tiempo que dejaba unos segundos para preguntar.- ¿Y tú? ¿Estás bien?

Casi cuarenta y cinco minutos más tarde, Vilma, Kegan y Tabatha volvieron a la enfermería. Ya estaban aseados, cambiados y habían logrado hacerse con comida y bebida. Por suerte para ellos habían descubierto que su ausencia había pasado desapercibida  y que nada malo había ocurrido - a excepción quizás de que la inmensa mayoría de los alumnos de cuarto curso iban hipando burbujas allá por donde iban-. Se escuchaban ciertos rumores también sobre lo ocurrido en clase de Tabatha con Ashley, pero Beth no permitiría que nadie fuera a molestar a la enfermería.

Y ahora que habían vuelto, Beth les había dejado aseados y comiendo, cada uno en una camilla. la medimaga estaba con Ermendrud en su despacho, con la puerta abierta. 

Tanto Katherine como Isaac se alegraron de ver a sus amigos de vuelta. Les estarían eternamente agradecidos por la ayuda. Aún estaban algo desorientados, pero en Hogwarts se sentían a salvo.

Eileen y Emily terminaron por despedirse en la escalera de piedra. Una fue hacia arriba y la otra hacia abajo. La morena se fue escaleras arriba, dirección a su despacho y dormitorio. Por el camino se fue cruzando con alumnos. Algunos susurraban acerca de lo ocurrido en clase de la profesora Smith, otros saludaban a Eileen entre hipadas burbujeantes. 

Finalmente llegó a su tranquilo dormitorio y despacho, se duchó, notando que el agua caliente relajaba su cuerpo y terminaba de sacar las toxinas que debería tener en él. Ya aseada y con la intención de examinar aquella muestra de planta que había cogido, fue a la mesa donde la había dejado para encontrarse con que no estaba ahí. ¿Y eso? Le bastó un simple vistazo para percatarse de que estaba en la silla. ¿Se habría caído hasta ahí? 

No exactamente... si se fijaba bien, lo que Eileen había cogido como muestra en aquel dormitorio no era una hoja, sino un insecto. ¡Un insecto hoja!

Si, ha sido una situación bastante tensa y angustiosa... - convino con ella - ¿tuviste algún problema? como estuvimos separados - hasta un niño sabía que estaba eludiendo la pregunta de ella, tratando de desviar el tema. Se rascó la nuca, como si estuviera algo nervioso - no... no me esperaba ese abrazo - dijo tras unos segundos de silencio - no me molestó, por si estas pensando eso, es solo.. que no me lo esperaba - no sabía muy bien como abordar esa situación, es más, una voz de su interior le sugería que las cosas fluyeran como tuvieran que ir... pero él, era así, necesitaba analizar y comprender todo. 

Le mandé una carta a mi querido Killiam, no pude evitarlo; le echaba de menos. 

Al bajar a ver a mis amigos, me encontré que estaban ahí Tabatha y Kegan y les saludé amistosamente. 

- Kat, tía... Me alegro tanto, tanto, tantísimo de que estés bien.- Le repetí de nuevo, como había hecho nada más llegar a la enfermería. - Y obviamente también me alegro por ti, Isaac.- Aunque de este último no tanto como de mi súper amiga Kat. - ¡Que faena, en vuestra propia boda! Nos tenemos que vengar ¿eh? 

Kegan se acercó a Isaac y se sentó al lado de su cama. Ya se había relajado un poco, duchado y comido algo, pero eso no había hecho más que relajar sus músculos y hacer que todo el cansancio recayese más fuertemente sobre él y tras lo vivido tenía ganas de descansar y estar al lado de su amigo.

- ¿Cómo estás? - pregunto alegre de ver a su amigo aseado y con mejor aspecto mientras que, con su tranquilidad daba a entender que estaría allí tranquilamente sentado con él un buen rato, no había prisa para entrar a temas profundos ahora, solo estar con él.

- Ningún problema. Aunque resulta bastante angustioso el estar quieta esperando al resto. Tardasteis mucho.- contestó. Ciertamente lo había pasado mal al lado de Isaac y la pobre chica. No es que Beth fuera una persona de acción más allá que en San Mungo, donde podía controlarlo todo, y quizás por eso la espera y el peligro no eran aliadas suya. Cuando se refirió a lo del abrazo, apartó la mirada de él, algo ruborizada.- Y-ya... bueno... como he dicho antes estaba bastante preocupada. Me alegré de ver que estabas bien.- pequeño silencio incómodo que intentó llenar cuanto antes.- Quizás deberías comer algo. Creo que tengo por aquí algo...- se levantó y fue hacia el armario. Beth no era una bruja a la que le gustara usar magia para todo. Sacó una tableta de chocolate y partió un trozo antes de acercarse a Ermendrud.- Ten. Te vendrá bien.

Lo siento si te ha incomodado - se disculpó, pues Erm, no sabía muy bien que decir, solo que estando cerca de ella se sentía un poco mejor. Aceptó el trozo de chocolate y le dio un pequeño mordisco - gracias - le dijo mirando al suelo, como con aire ausente hasta que devolvió su mirada al rostro de Beth - esto es un asunto muy oscuro y turbio... y no me gustaría que te pasara algo malo - tragó saliva, con los ojos enrojecidos tratando de contener unas lagrimas que amenazaban con salir - no me.. no... no quiero perderte, eres la primera persona que evoca un recuerdo agradable tras tantos años encerrado. No me lo perdonaría. 

Isaac chocó la mano con Kegan, sonriendo ligeramente, mientras Katherine agradecía la felicidad de Vilma. La verdad era que habían sufrido mucho y que tardarían bastante en recuperarse mentalmente, pero con la ayuda de sus amigos y su compañía estaban seguros de poder seguir adelante.

Isaac:- Mejorando. Aunque creo que tardaré en poder dormir sin una poción.

Katherine:- Sí. Estoy de acuerdo contigo. Debemos llegar a pararles los pies.Y de verdad confío en que podremos.

Katherine había sufrido demasiado, quizás incluso más de lo que ya estaban allí debido a su empeño por investigar y averiguar cosas durante su secuestro. Había tenido siempre claro que debía luchar.