Partida Rol por web

Cuatro días después y tras la aventura vivida, todos estaban en Hogwarts. Era el momento de la despedida y todos los de séptimo curso se reunieron para despedirse en el Gran Comedor. Había sido un año de los más intenso y no solo precisamente por los EXTASIS. Y ahora era el día en que sus caminos se separarían finalmente. Después de siete años conviviendo, con experiencias de todo tipo.

Tower fue juzgado con rapidez y enviado a Azkaban. El ministro regresó a su puesto y lo mismo pasó con el señor Van Dyck. Jane Porcher quedó a las sombras y nadie, excepto los involucrados, supieron cuan involucrada había estado en aquella misión. Pero para ella lo importante era volver a casa. 

Sean esperaba a Emily mientras hablaba con Smallet. Se le veía bastante más relajado y, aunque su relación con Emily todavía sorprendía, él solo pensaba en las vacaciones que le esperaban junto a su novia. Pero no había prisa, dejaría que ella se despidiera de sus amigas.

Del mismo modo, Zoey esperaba a que Eileen hiciera lo mismo. Tenían un viaje preparado, pero siempre podía esperar a que se despidiera de su amigos y compañeros. Con las manos en los bolsillos observaba todo lo que ocurría allí, pegaba a la pared, cerca del Gran Comedor.

Mía estaba junto a Kegan. ¿Tardarían en volver a verse? Sería extraño no verle todos los días. Pero ya pronto empezaría la pretemporada de quidditch y debería trabajar duro. Jane Porcher lo esperaba para volver a casa. Iba a ser un reencuentro con Adam bastante duro y emotivo. Aún miraba a su hijo y no podía creerse que ya fuera todo un hombre.

Henry charlaba junto a Bella. Su relación, a pesar de los problemas, había vuelto a la normalidad.

Alex se despedía de sus amigos de Gryffindor, con la mirada puesta en Anwen. 

Roy comentaba con orgullo su próximo paso fuera de Hogwarts. Ya tenía ganas de salir de allí. No echaría nada en falta, aunque sí a una persona. Miraba, al igual que Alex, a Anwen.

Kegan abrazó a Mia, emotivo.

- Mejoraré el aparecerme y nos veremos mucho, ¿Vale? Que tenga que entrenar no significa que no pueda hacerlo con una de las mejores jugadoras que conozco.

Rió mientras la abrazaba. Era cierto, se verían mucho, estando a un movimiento de varita no había escusa, ¿no? Tras eso, algo continuaba rondando su mente y no quería irse sin solucionarlo. Tras despedirse de Mia y con prisas de si se fuese ir, tras decirle a Mia que tenía un asunto pendiente que arreglar, se separó de esta y comenzó a caminar hacia Emily.

- Oye… - comenzó, mientras buscaba las palabras - quería hablar contigo, llevo un tiempo buscando el momento para explicarte un malentendido y disculparme. Lo siento mucho. Si me prestases un minuto… te lo podría intentar explicar. No quiero que acabe así esto.

A Anwen le llegó una nota:

Hola Anwen,

gracias por salvarnos en Oceans. No pudimos decírtelo en persona. Perdona.

Atentamente, T y L

PD: despídete de todos de nuestra parte.

La adrenalina de este curso no me había permitido pensar lo más obvio ni alegrarme por ello... ¡Había aprobado! ¡Mis padres se iban a tragar las palabras! Por una vez en la vida, algo me había salido bien y por mucho que en este curso había echado mucho de menos a Aengus, también había sido el mejor de mi vida. Anna y Cossette apenas se habían metido conmigo, había mejorado mucho en defensa contra las artes oscuras y ya no se atrevían a meterse conmigo ¡Incluso había vivido una aventura de vida o muerte con Anwen y había descubierto que hacíamos buen equipo! 

Y eso no era todo, había conseguido un novio que me quería. Henry. Le miré de soslayo mientras hablaba con Bella y vi lo guapo y reluciente que estaba, como siempre. Lástima que mi amor nunca podrá estar 100% con él por culpa de mis sentimientos hacia Max, el cual no tenía ni idea de si algún día le llegaría a interesar de verdad ¡Y yo que pensaba que verle convertido en monstruo me había hecho cambiar mis sentimientos hacia él! Pero no, perduran y perdurarán para siempre. Hasta que no pase algo entre él y yo supongo que siempre tendré la espinita clavada. Al menos le he hecho más feliz, aunque él jamás lo sepa. Me preocupaba que Bella le dijera a Henry lo que había hecho con el gryffindor, pero no sabía bien bien porqué, me fiaba de ella. 

Me entristeció que Tabatha no estuviera, siempre le podría enviar una carta y quedar con ella regularmente. Mis ojos se llenaron de lágrimas al pensar en ella, en los momentos vividos en Hogwarts desde que tenía 11 años y en que ya no iba a volver a estudiar allí, jamás. Al fin y al cabo, no sería tan mala idea repetir curso ¡¿Por qué me había tenido que esforzar, maldita sea?!

Sabía que a Henry le iba a ver el pelo, a los demás... No estaba tan segura. Me abrí paso entre la multitud para encontrarme con Albert. 

- Oye... tú ¿Dónde vives?- A estas alturas era una pregunta muy extraña, después de tantos años juntos... Pero quería quedar. - Yo es que bueno, soy de Irlanda ¿Tu eres de Inglaterra? Podríamos vernos durante las vacaciones, no quie.... No quiero... ¡No quiero perderte!- Le solté abrazándole y llorando a mares sobre su hombro. 

Habían vuelto a Hogwarts pero el sabor de la victoria se había vuelto agridulce conforme empezaban a darse cuenta, cuenta de verdad, que aquello se había acabado. Claro que sería genial, todo iba a cambiar. Pero los cambios daban miedo. Iba a echar de menos con toda su alma aquel castillo en el que había pasado los mejores años de su vida y aquellos momentos compartidos con sus amigas, que se habían convertido en su segunda familia.

Aún así, se las apañó para estar sonriente, aunque sabía que llegaría el momento en que rompería a llorar sin saber bien por qué. Pero por lo pronto, ¡se iba de vacaciones! Iba a ser la primera vez, puesto que con su familia nunca tenían dinero para hacerlo y sus padres aseguraban que ya perdían suficientes días al año sin dedicar al negocio por culpa de la transformación. Estaba emocionada por ello.

Estaba junto a Emily, comentándole que aún no tenía ni idea de dónde la iba a llevar Zoey, cuando se acercó Kegan a ellas con toda la intención de disculparse pro a saber qué que le había hecho a Emily. Enarcó ambas cejas con curiosidad antes de decidir dejarles un poco de intimidad.

- Ahora vuelvo - y dicho aquello, se acercó a Henry y a Bella, medio saltándole encima a la segunda -. Heyyy. ¿Qué vais a hacer ahora que ha acabado el curso? ¿Volver a Australia? - la verdad es que le importaba poco lo que hiciera Henry, sólo quería saber qué haría Bella. Ojalá le diera una respuesta negativa, porque quería tener a su amiga cerca.

Había llegado. Hoy era el último día que andaría por esos pasillos, comería en esas mesas, dormiría en esas camas y asistiría a las clases. Había llegado el día en el que ya no viviría en aquél castillo compratiendo día sí y día también con mis mejores amigas desde hacía tantos años. Y hasta ahora no me había dado cuenta de lo mucho que iba a echarlo de menos. Las noches hablando con Eileen, Beth y Bella este último año; las clases con todos; los banquetes de los elfos, los jardines, el lago, aquellas paredes de piedra... Y en especial todos los secretos, las locuras, el crecimiento personal y la aventura de vida o muerte que había vivido ese último año. Aquello había marcado un verdadero antes y después en mi vida.

Pero por suerte, la aventura que ahora iba a empezar no tenía nada que envidiar. Ahora era una adulta hecha y derecha ante leyes mágicas y muggles, era una graduada lista para el siguiente paso y, a parte de tener a las mejores amigas del mundo, tenía al mejor novio de la historia y nos íbamos de vacaciones, y sobretodo, no necesitábamos escondernos.

Tal vez por ello, a paesar del pequeño nudo del estómago,  hablaba animadamente con Eileen y le comentaba con sorna cómo creía que Zoey iba a querer visitar el sur (esperando ver si Eileen se sonrojaría) cuándo Kegan apareció. Miré al chico tan sorprendida cómo Eileen, quién nos dejó espacio.

- No sé de qué me hablas. - le dije con una sonrisa, encogiéndome de hombros. - Pero desembucha.

Aún podía saborear las mieles de la victoria en mis labios cuando llegó el día de volver a casa. Estaba obviamente triste por dejar la que había sido mi casa durante 7 largos años pero a la vez estaba exultante por lo que se avecinaba ahora. Quería ver cómo iban las cosas en casa ahora que por fin les había demostrado a mis padre de lo que era capaz salvando a mi madre... aunque algo me decía que para mi padre iba a seguir siendo "el chico".

Supongo que hay cosas que nunca cambiarán.

Me encogí de hombros y caminé por el Gran Comedor por última vez, recordando miles de cosas que allí había ocurrido. Si, definitivamente iba a echar demasiado de menos el colegio. Quería despedirme de Kegan, darle un abrazo antes de separarnos para prometerle seguir en contacto pero estaba hablando con Emily. 

Bueno, puedo esperar. Me despediré después.

Mis pasos me llevaron hacia una emocionada Vilma que lloraba en los brazos de Albert. No pude evitar sonreír ante la escena, la cual era muy graciosa. Desde que nos habíamos infiltrado en Oceans había cogido más confianza con la Hufflepuff. -Venga Vil, no te emociones tanto. Ahora podremos aparecernos o ir en red flu a cualquier sitio. La magia no tiene límites. -le di un suave toque en el hombro antes de guiñarle un ojo con complicidad mientras buscaba con la mirada a Lilian.

Me limpié las lágrimas afectada, pero es que no paraba de llorar... ¡Y Max me había visto, que vergüenza!

- Max.- Le dije sonriéndole tras los hombros de Albert. - ¿podríamos hablar a solas? Siento que debo decirte algo... Antes de que no nos veamos más. 

Le ofrecí la mano para que me acompañara fuera.

Alcé una ceja un tanto sorprendido ante la petición de Vilma. ¿Qué querría decirme? No sabía si tenía algo que ver con lo que había pasado en el baile de navidad pero parecía ser importante para ella. Sonreí y cogí su mano.

-Si claro. Pero no hables así mujer, que no vamos a morirnos. Podemos estar en contactos. Quizá te avise para infiltrarme en Azkaban o en algún sitio peligroso. -lo último se lo susurré antes de echarme a reír.

Bella sonrió a Eileen cuando ésta se acercó, aguantando su peso cuando le saltó encima. Luego miró a Henry ante la pregunta de la chica. Ambos se quedaron callados porque la realidad era algo incómoda.

- No tenemos a dónde ir.- se encogió de hombros.- Pero...- asintió un par de veces, con algunas ideas en mente. Intentaba no preocupar a su amiga.- ¡...ya se nos ocurrirá algo!

Henry estaba ahí pero no mucho en la conversación. Ese Max se había vuelto a acercar a su chica. 

¡No! Odiaba la idea de que Bella volviera a Australia porque a pesar de las facilidades de transporte que traía consigo la magia, le daba miedo que perdieran el contacto y no se volvieran a ver. Bella se había convertido en una de sus mejores amigas aquel curso y quería que se quedara.

- ¡Noooooo! Si no tienes donde ir o a dónde volver, quédateeee....te echaré mucho muchísimo de menos si te vas. ¡Busca trabajo aquí!

Rio, negando con la cabeza un par de veces, antes de abrazar a Eileen de nuevo. Había sido la persona con la que más conexión había tenido. Se había convertido en su mejor amiga y le había demostrado que la amistad verdadera era posible. No quería irse tampoco porque sería abandonar a la única familia que le quedaba. Pero tampoco le diría aquello. No quería estropearle las vacaciones con Zoey. No quería que se preocupara por ella.

- Está bien, está bien. Buscaré algo por aquí.- Sin dinero y sin casa. Pero lo conseguiré.- Mándame carta desde donde estés, ¿eh? Qué envidia. Y pensar que cuando te conocí casi me pegas.

Henry se dio cuenta de que había olvidado algo importante en la sala común de Slytherin, por lo que se disculpó con Bella y Eileen, a quienes en realidad no estaba haciendo ni caso, y se marchó deprisa del Gran Comedor.

Cogí a Max de la mano viendo como Henry se marchaba y lo llevé a una esquina lo más alejado posible después de susurrarle algo.

Reí por lo que me había dicho el gryffindor. 

- Sí, ya sabes... Siempre que sea alguna misión peligrosa puedes contar conmigo.- Hice un saludo típico de soldado, con la mano en la frente y saqué la lengua, bromeando. -En verdad puedes contar conmigo para lo que quieras, Max. Siento que te conozco muy bien aqunque durante estos años apenas hayamos hablado mucho... 

Max,la verdad es que es sabido por todos que yo sentía algo por ti.- Extrañamente no sentí ni una pizca de vergüenza al reconocer esto. -No te preocupes, sé que tu no sentías lo mismo y no te culpo, soy un desastre. Pero ahora que no es seguro que nos volvamos a ver siento que tenía que decírtelo. Ahora estoy con Henry, pese a que cada vez nos estamos distanciando más... No sé cómo será mi relación con él a partir de ahora. No te estoy proponiendo nada, tranquilo. -Dije apresuradamente mientras mis mejillas se volvían rosadas.- Simplemente, siento que siempre te voy a tener en mente y me gustaría... Bueno, creo que esto siempre te ha pertenecido a ti. Aunque no sea correspondido...- Con un rápido movimiento me acerqué a él y le besé suavemente la comisura derecha, cerrando los ojos y dejando unos segundos mis labios sobre su comisura. No me atrevía a más aunque deseaba que él quisiera más que eso. Sonreí avergonzada al separarme y abrí los ojos, pero no me separé mucho. Apenas un palmo de distancia había entre sus labios y los míos. Seguro que tenía una cara de tonta que le echaría para atrás...

Me dejé llevar por Vilma a una esquina del Gran Comedor sin saber muy bien a qué venía aquello. No sabía qué podía ser tan secreto como para apartarnos de la gente tanto. Pero no dije nada, simplemente dejé que ella guiara nuestros pasos tal y como ella había hecho en Oceans.

Entonces comenzó a hablar... y parecía que llevaba mucho tiempo queriendo decir todo aquello. No la interrumpí, a pesar de que tenía preguntas, pues no sabía si seguiría hablando de hacerlo. Cuando terminó y me besó de aquella manera tan tierna no pude evitar sonreír con picardía antes de darle un casto beso en los labios.

Me separé de ella, sonriendo.  -Ahora mismo tienes novio. Y yo sería un Gryffindor de mierda si hiciera algo en esta situación. Siento si te he hecho daño en algún momento pero también podrías haberme dicho algo, que yo de estas cosas no suelo enterarme mucho. -me ruboricé ligeramente. -Pero la vida da muchas vueltas Vil... y ya sabes que si quieres que nos veamos sólo tienes que mandarme una lechuza. Ya sabes que a mi madre le caes bien. -me eché a reír. -Pero de momento... tendremos este beso. Quién sabe lo que pasará en el futuro.

Me llevé un dedo a los labios y le guiñé un ojo. Sería nuestro pequeño secreto. 

Vilma se llevó a Max a uno de los rincones del Gran Comedor. Desde allí nadie pudo escuchar el intercambio de palabras pero desde luego sí que pudieron ver el intercambio de besos en la boca. Primero ella se acercó a él y le dio un casto y tímido beso* cerca de la boca; a continuación fue el Gryffindor quien acortó la distancia entre ellos para darle uno en la boca. 

Tras recibir algo de intimidad con Emily, sin saber muy bien por dónde empezar, ordenó sus ideas unos segundos mientras comprobaba que se quedaban solos y comenzó por el suceso.

- Hace unos días, cuando me pediste que avisara a mi madre sobre una pista sin darme explicación ninguna, por alguna razón me dio la sensación de que estabas actuando extraño y… quizá por la paranoia después de tantos ataques, me dio la sensación de que no eras tú o te estaban controlando, por lo que te reté a un duelo e intenté noquearte.

Suspiró, quizá otra persona quizá habría hecho como si nada, pero se sentía mal por haber desconfiado de alguien en quien confiaba e intentar noquearla sin si quiera explicarle el porqué.

- Pensándolo luego en frio me di cuenta que no había actuado correctamente y tú pista como pudimos ver luego era completamente correcta. Siento mucho haber desconfiado de ti, y más aún cuando tu hacías lo contrario y confiabas en mí.

La petición de Kegan me había pillado totalemnte de sorpresa, sobretodo porque tras todo lo ocurrido por primera vez en casi un año estaba absolutamente tranquila, feliz y sin una sola preocupación. Fue por eso por lo que tardé un rato en entender por dónde iban los tiros.

- Ooooh aqueeeello... - dije finalmente cuándo supe de qué hablaba. El duelo dónde había jugado más sucio que un día de Cocina con Emily. 

La verdad era que me había molestado mucho entonces. Me había aprecido rastrero, cobarde, una estupidez... Y me había dolido que la gente no apreciase todo lo que hacía por ellos en las sombras, los sacrificios, los problemas, las cosas que había perdido... Pero ahora había pasado todo y ya me daba igual. Lo que más me importaba era mi futuro con Sean y que todos los que me importaban estaban felices ya salvo.

Negué con la cabeza a Kegan.

- El pasado, pasado está. ¿Qué fue muy feo? Sí. ¿Que fue una estupidez? Aún más, sobretodo porque seguramente ni siquiera habías pensado en qué hacer conmigo tras noquearme. - le dije segura de lo que decía, levantando una ceja - Aunque también sin olvidar que batirte conmigo fue lo más absurdo que podrías haber hecho. - añadí poniendo los ojos en blanco y haciendo un gesto arrogante, teatral. - No le des más vueltas. En serio. Pero la próxima vez, pregunta. No juegues tan sucio, que eres un Gryffindor.

De nuevo Anwen entraba en el Comedor como si aquel lugar fuera suyo. Estaba de un humor agridulce. Por un lado había conseguido rescatar a su padre, y por la parte que le había tocado, ella había cumplido con su misión sin más problema. Pero también había sacado malas notas en los exámenes y aunque a ella por la posición y los negocios de su familia no le iba a afectar en la práctica, era algo que la hería profundamente en su orgullo. Y luego estaba el tema de Sean Pullap. Seguía fijada en él, pero ya no era lo mismo. Se sentía profundamente engañada por él y por la que creía su amiga. Sólo de pensar en verlos juntos se le revolvían las entrañas. Aún tenía intención de hacérselo pagar.

Le había llegado una nota de Tabatha agradeciéndole el rescate (más vale tarde) y pidiéndole que se despidiera del resto. Ja, mucha fe tenía la Hufflepuff si pensaba que Anwen se iba a molestar en hacer algo así.

La verdad es que a ella no le apenaba demasiado que su estancia en Hogwarts se terminara. La mayoría de las personas que quería conservar seguirían formando parte de la alta sociedad y se seguirían viendo. Lo que iba a cambiar es que ella iba a sentar la cabeza. La vida fuera de Hogwarts no le iba a permitir el libertinaje que estaba llevando hasta ese momento (eso si que era una pena). Así que era el momento de elegir quien era el afortunado...

Miro a Alex y sonrió. Mientras negaba con la cabeza. Se mantuvo en el pequeño grupo en el que charlaban los Slytherin, donde estaba Roy. Se colgó del brazo del prefecto de su Casa como si fuera suyo.