Partida Rol por web

-Es porque en los años en que tu mamá y la mía estuvieron aquí no hubo torneo.- Explicó Noelle, ella conocía un poco del tema debido a que su madre trabajaba en esa rama, pero no porque hubiera participado. Antes de seguir hablando, sintió el tirón de Donnie y miró en la dirección que le señalaba. Bufff. Ruffus Blade, uno de los cazadores de Gryffindor, ya comenzaba su ataque intimidatorio del nuevo año. Tanto ella como Ruffus habían sido elegidos cazadores el año pasado, estando Noelle en segundo y Ruffus en tercero. El primer juego de aquel año había sido Gryffindor contra Hufflepuff, y había sido un gran partido. Noelle era rápida, y más de una vez le robó la Quaffle a último momento a Ruffus, antes de hacer un pase a otro de los cazadores para que anotaran. Ella sabía que su fuerza no estaba en apuntar a los aros, pero para atrapar y robar la gran bola roja era excelente. El Gryffindor no se lo había tomado bien, y desde ese día empezó una curiosa rivalidad entre ellos. Por suerte no tenían clases juntos, pero las veces que se encontraban, por mala suerte, en el mismo pasillo, podía sentirse la tensión entre ambos.

-Ostras, pensé que luego de las vacaciones a Blade se le habría pasado el cabreo.- Dijo la chica rodando los ojos, e ignorando la mirada del estudiante, relatándole la anécdota a Xand. En ese momento vio como muchos comenzaban a callarse y mirar en dirección de la mesa de profesores, donde ahora se encontraba Charles. Le sorprendió un poco aquello, pero se quedó callada también. Media sonrisa se le fue dibujando mientras el muchacho explicaba cual sería su función ese año, y al final se unió a los aplausos y soltó un chiflido.

Tan solo se permitió un asentimiento en comprensión de lo que su amiga compartía con él, luego su mirada siguió a la del resto posándose en el Gryffindor.

-vaya se ve que aún le escuece – sonrió con cierta sorna ante la anécdota

Por suerte a él no le iba competir, los deportes que practicaba lo hacía porque disfrutaba con ellos y le ayudaba a evadirse cuando lo necesitaba. Una lástima que el bosque fuera territorio vedado porque le causaba gran curiosidad, al menos le quedaba el consuelo que había mucho terreno por explorar en torno al lago y el castillo*.

-tengo ganas de verte en acción este año – le confesó a Noelle – nunca he visto un partido en vivo

Es silenció se apodero de la sala, los jóvenes rostros se giraron hacía el pilirrojo, Alexander dudo en seguir comiendo pero por no parecer irrespetuoso se sumo a los demás. Unos instantes después la celebración volvía a estallar en todas las mesas.

Cuando me reclaman en el escenario me levanto de mi asiento y me acerco al centro para hablar.

Buenas noches. Mi nombre es Sean Nash y, aunque soy estadounidense de nacimiento, me he criado en este colegio – me presento mientras hago una ligera inclinación de cabeza a modo de reverencia, aun con las manos dentro de los bolsillos de mi túnica –. De hecho, fui elegido como Ravenclaw antes de que me pusieran casi el sombrero, no es que se lo pensara mucho. En fin, como supongo que muchos sabrán, voy a ser su profesor de Defensa contra las Artes Oscuras. Mi cátedra, a diferencia de otros años, pretendo que sea la de mejorar por medio de la colaboración y el desarrollo de sinergias entre diferentes campos de la magia y, sobre todo, de estos con la propia mente humana.

Saco las manos de los bolsillos para comenzar a explicar.

Por ahora se ha limitado el uso de la magia en el combate, lo que es la esencia de mi campo, a una serie de preguntas y respuestas casi predeterminadas. Pongamos un simple ejemplo – invito con la mano a la profesora Tudor a unirse a mí, la cual se acerca diligentemente y con una sonrisa en los labios que no presagia nada bueno –. Pongamos un simple duelo. Somos oponentes y, lógicamente, no queremos perder.

Señalo a uno de los estudiantes de Gryffindor.

¿Qué haría? – pregunto, obteniendo como respuesta que debo desarmar a mi oponente.

Excelente respuesta – respondo antes de señalar a la señorita Tudor –. Expeliarmus.

Protego – responde al instante mi compañera, mientras da un paso atrás y se coloca en guardia.

Como podéis ver, no ha funcionado demasiado bien – explico casi más que afirmo –. A esto me refiero cuando digo que todos conocemos esta secuencia de memoria. Casi incluso podríamos desarrollar un árbol de decisiones no muy tupido con todas las posibilidades. Sin embargo. ¿Lista? – pregunto y mi compañera asiente mientras se posiciona, lista para mi siguiente ataque –. Movere vestimenta.

A pesar de que repite el hechizo de protección, casi como un automatismo, la túnica de la profesora Tudor comienza a moverse sin control, alzando la mano de la varita hasta dejar de estar en posición de defensa, momento en el que sin perder un segundo lanzo un segundo hechizo de desarme que lanza su varita a mis manos.

¿Ven? Su ropa – explico –, a diferencia de su persona, no está dentro del rango de acción de un Protego. Por tanto, no puede defenderla de este ataque y, por tanto, es fácil sacarla de posición y, posteriormente, desarmarla cuando no está en disposición de hacer efectivo su siguiente hechizo contra mí.

Lanzo la varita a mi pelirroja amiga y hago una reverencia no muy diferente a la que se haría en esgrima para despedirla, gesto que recibo en respuesta.

Este es un simple ejemplo, como ya he dicho. Existen muchas otras aplicaciones no convencionales de los hechizos que pueden implicar la victoria en un duelo, una diferencia enorme cuando hablamos de defendernos de alguien que maneje las artes oscuras contra nosotros.

Sonrío y hago una reverencia también a mis futuros pupilos.

Espero verles en mis clases listos para aprender algo más que lo que contienen sus libros de texto y en mi club de duelo prestos a ponerse a prueba. Gracias por escucharme.

La demostración del profesor Nash terminó con una reverencia por parte de la profesora Tudor al igual que el había hecho antes. Cuando se sentó pasó por detrás del profesor y le susurró algo al oído.

— Espero que la próxima vez que quieras jugar con mi ropa... me avises antes... —

Tras lo que tomó su asiento con una sonrisa en su rostro y prosiguió con la comida.

— Parece que es muy querido y apreciado entre los estudiantes Charles. Eso le vendrá bien para su trabajo. Pero procura no guardarles demasiados secretos — Delford se rió y Sean tomo su turno.

— Una interesante forma de presentarse ante los alumnos... sin duda no les habrá dejado indiferentes. —

— Este año los elfos han preparado una comida deliciosa sin duda. — Dijo finalmente mientras observaba a los estudiantes. Un año más comenzaba y parecía que iba a ser uno especialmente movido.

En realidad me gustaría ante todo finalizar lo que tengo pendiente. Quiero decir: Poder hablar con Gaelos para ver qué recuerda de lo que pasó, poder hablar con Fineas (sigo sorprendido por no haberlo visto cuando busqué por los departamentos), y en función de lo que allí ocurra quizár comentar mis impresiones con el director.

En esta escena no vas a poder hablar con Gaelos porque sigue en la enfermería, pero si quieres podemos empezar tu siguiente escena en la enfermería cuando Gaelos despierta, y ya dejamos para un poquito más adelante las visitas de alumnos ;)