Partida Rol por web

 Sí, supongo que será lo mejor...además tienes razón, William es demasiado reservado para sus sentimientos como para exteriorizar lo que siente tan...pronto. 

Subo las escaleras con pesar...un tanto airada por la desastrosa situación que han causado los sangre sucia en el despacho de los Carrow. No sé muy bien cómo actuar, al fin y al cabo Nikola tiene razón...ha pasado mucho tiempo desde que tuvo su desliz con William...y ya lo habrá olvidado. Por otra parte William es mi amigo...lo conozco de...hace siglos, y se merece mi apoyo incondicional.

Me detengo ante la puerta de la habitación y toco en la puerta intentando mantener su privacidad.-¿Podría hablar contigo unos segundos Nik?

Sera estúpido… ¿que se cree? ¿Que tiene derechos conmigo? ¡ja!  Pensaba mientras acariciaba a Caín, mi gato negro. Lo estaba cepillando bastante fuerte hasta lastimarlo. -¡¡AY!!- grité mientras daba un leve salto –¡¡maldito asqueroso, lar-ga-te!!- miré con odio a Caín y vi este como se metía debajo de mi cama. Miré mi brazo y allí estaban las garras marcadas del animal; salía un poco de sangre de ellas. Bufé exasperada.

Tomé una pequeña toalla y me comencé a limpiar la herida; me interrumpió unos golpes en la puerta. Miré en esa dirección y escuché la voz de Niahm. Suspiré –un momento…- me puse en pie y recogí del suelo mi túnica, corbata y zapatos, acto seguido, los puse en mi cama –te irá muy mal maldito gato; ya veras…- murmuré.

Arrastrando los pies y presionando la herida, llegué hacia la puerta y la abrí –pasa Niahm; ¿Qué se te ofrece?- me dirigí nuevamente hacia mi cama, sentándome en ella.

 Entro con el máximo cuidado posible para poder ser comprensiva con Nikola, y no llegar a molestarla...sino más bien ayudarla, al fin y al cabo somos pocos en estos tiempos que corren, y es mejor que los Slytherin nos mantengamos unidos.

Espero no molestarte, después de lo ocurrido con William en la sala común...supuse que querrías hablar con alguien.-Hago una pausa antes de continuar, he de ser lo más cauta posible, no creo que provocar a Nikola sea una buena opción en estos momentos. -Pero bueno...es eso, no quería ser inoportuna, sé que quieres tener unos momentos de privacidad después de lo ocurrido y no quería interrumpirte...así que ya sabes, si necesitas a alguien con quién hablar...o simplemente alguien quién te escuche, no tienes nada más que decirlo.

Espero cerca de la puerta impaciente por su respuesta, lo principal es no agobiarla...y espero que no se haya tomado mal mi visita.

Enarqué una ceja y entrecerré los ojos; estaba un poco prevenida, no solía contarle mis problemas a nadie, no tenia un buen amigo digno de mi confianza, pero Niahm me había ayudado en la mazmorra. Relajé mi cuerpo y abracé mis piernas con mis brazos.

–Gracias por tus palabras Niahm; tu también puedes contar conmigo para lo que necesites- le sonreí con sinceridad –antes de hablar acerca de William, quiero darte las gracias por lo sucedido en el castigo; significó mucho para mi – imágenes de Thomas invadieron mi mente y un leve escalofrío recorrió mi cuerpo.

–esto… yo la verdad no se que demonios le sucede a William; cree que tiene derechos sobre mi y eso no es así, nunca los tuvoe y nunca los tendrá- hable rápidamente y cierto enfado en la voz –se que es tu gran amigo Niahm, pero se ha pasado lo único que le falto decirme fue zorra- fruncí el ceño y dije una mala palabra, en tono bajo –son celos y tiene que disculparse, de lo contario…- me detuve y mire detenidamente a Niahm–se comporta como niño- me encogí de hombros; no iba a decirle aquello, por eso desvié la conversación.

Cierro la puerta tras de mí...con cuidado y movimientos pausados, he de mostrarle una situación cómoda y de confianza a Nikola...no creo que sea conveniente perturbarla más después de todo lo ocurrido.

Lentamente me siento en una esquina de su cama y respiro para poder ser más empática con ella.-Siento mucho lo ocurrido de verdad...y por lo ocurrido en la sala de castigos no tienes por qué darme las gracias. Con timidez intento mirarle directamente a los ojos, manteniendo la situación tranquila para poder solucionar el tema de una vez por todas.- Te entiendo perfectamente Nikola...sé que tu eres libre para actuar, sin embargo ten en cuenta que William es muy diferente, siempre ha sido muy reservado y le cuesta mucho olvidarse de las cosas...y de ti no se ha olvidado Nik. Es por ello que me encuentro en un punto muy díficil, Will es mi amigo de toda la vida, y entiendo su postura, él no ha tenido una vida fácil y tiene problemas a la hora de confiar en la gente y cuando se encariña con alguien...suspiro y me llevo la mano derecha a la cabeza intentando ordenar mis ideas para ser lo más clara posible con Nik.

También entiendo tu situación perfectamente...al fin y al cabo de lo tuyo con él hace mucho, y no tienes que dar cuentas a nadie sobre lo que haces o dejas de hacer. Algo intranquila jugueteo con mi reloj ansiosa por su respueta para poder romper con mis miedos de una vez por todas.

Mientras Niahm hablaba jugueteaba con mi pelo, entrelazándolo en mis dedos. La miraba fijamente a sus ojos; una mirada tranquila. Por Salazar… así que porque el idiota ese tuvo una vida difícil me tengo que aguantar sus estupideces. Ni en broma. Respiré profundamente y le sonreí.

-Lo entiendo, pero eso no le da derecho de tratarme como lo hizo- seguía sonriendo. No podía creer lo bien que me salía hacer de niña buena, era increíble. –Siento mucha atracción por Thomas y créeme –me pongo una mano en el corazón –que nunca olvidaré lo que tuve con Will, fue algo maravilloso y a veces esos sentimientos vuelven a surgir – con mi otra mano limpio una “lagrima” que había en uno de mis ojos –me siento confundida…- dije con un hilo de voz. Pero que conmovedora eres Niko… pensé.

Lo que realmente quería era estar con Thomas, William fue un buen momento, nunca estuve enamorada, pero podía distraerme… -tal vez aun tenga sentimientos hacia el; no lo se…¿Qué hago?-

No sabes quién es, pero es Griffindor. Si lo vuelves a ver, lo reconocerías.

Las horas pasan lentas.

Soy incapaz de concentrarme en nada, me tiro sobre mi cama y dejo pasar el tiempo, luchando contra esa rabia que me urge a salir de alli, ir a la torre de los griffindors y lanzarlo desde la zona mas alta... Pero se que no es una bena solución...

Bueno, el colegio es diferente, con esto, Pienso mientras muevo la chapa donde pone DD. Puedo conseguir que ese imbecil y la zorra de Alexis lo pasen mal, muy mal...

De pronto, me doy algo salta, no quiero seguir asi, total, Alexis y yo tampoco eramos absolutamente nada, solo ibamos a quedar... Decido ir a volar, ya que es una de las cosas que mas me gusta y que mejor se me dan... Una vez en el campo, embrujo una pelota para que vuelva a mis manos cada vez que toque el suelo y asi poder tirar...

Vuelvo a mi dormitorio y me tiro encima de la cama tras ducharme... me pasan multitud de pensamientos, que van desde mi mala suerte a ideas sobre como entrar con la escoba en la torre griffindor y cargarme a ese tal Mathias...  Dejo pasar el tiempo haciendo circulos en el aire con mi varita que sueltan pequeñas volutas de humo... habria sido bonito...

Dejo a Patt libre por la habitación, para que busque alguna araña que cenar, ya que con el ajetreo ni el ni yo hemos tomado nada, pero no estoy de humor para ir a buscarlo... Intento repasar la lección del dia con escaso exito, de todas formas 4 es uno de los cursos mas tranquilos, ya que aunno tenemos la presión de los T.I.M.O.S. y los profesores se centran mucho mas en los alumnos de quinto y septimo... Cuando ya no puedo seguir con los ojos abierto trato de dormir, sabiendo que me espera una mala noche, con sueños frustrados...

Me levanto cansado, atormentado por sueños confusos...

Bajo al comedor dispuesto a desayuñar algo y esperar que el día y las clases pasen lo mas rapido posible...

vuelvo a la sala comun pensativo...

No entiendo nada... ¿que es lo que quiere Alexis? Esta misma tarde me dejo muy claro lo que sentia, y ahora esto... no se...  no quiero que juegue asi conmigo...

Murmuré la contraseña y entré a la sala común. -¿Will?- pregunté en voz alta, caminando hacia la chimenea y mirando por todos lados en busca de el.

Una vez entra Nikola, se me nota nervioso.

-Menos mal que no hay nadie más...-

-Nik yo...esto...bueno me voy a tener que ir, antes de comer..así que yo...en fin. Perdoname.-

La beso sin más, de forma algo nerviosa.

Cerré los ojos y respondí a su beso. Sentía sus nervios en su cuerpo, en sus labios. Me aparté unos pocos centímetros de su boca y no pude evitar saborear mis labios –había olvidado a que sabían tus besos- susurré sonriéndole, sin apartar mis ojos de los suyos.

Acerqué más mi cuerpo al suyo, rocé su rostro con mis dedos. Acorté los centímetros y mordí su labio inferior de forma traviesa -¿Por qué te has comportado indiferente conmigo?- susurré, tomando su corbarta para jugar con ella.

-Por que no quería que jugaras conmigo otra vez...pero...ahora que me voy...- los nervios le abandonan poco a poco y acompaña sus frases con nuevos besos y caricis cada vez más atrevidas. -supongo que podría despedirme de ti.-

Abre la puerta del cuarto de los chicos.

Me detuve a unos pasos del cuarto de chicos, con una mano en la cintura y con la otra jugando con un mechón de pelo, de forma coqueta –no jugué contigo Will, lo sabes, las cosas se complicaron…un poco- suspiré y caminé un poco más. Miré hacia el cuarto de chicos y le dediqué una sonrisa traviesa –se supone que las chicas no debemos entrar allí- mordí mi labio inferior y quité mi corbata pasándola por encima de la cabeza.  

-Tú no eres una chica...eres un maldito súcubo...- tiro de ella y cierro la puerta de una patada mientras la beso con una cierta rudeza. La verguenza ha quedado atrás. La dejo caer sobre la cama antes de quitarme la túnica.

Apunto a la puerta con la varita y digo:

-Fermaportus. Así no nos molestarán.-

La excitación se adivina en mis ojos.

Sonreí al verlo conjurar el hechizo.-Me sorprendes Will, has dejado de ser el chico tímido, aunque para ser sincera, me gustaba mucho tu timidez- mientras le hablaba, me quitaba los zapatos dejándolos en el suelo, al igual que la túnica y el jersey –así que tendremos despedida muy interesante...- me puse de rodillas en la cama, mis ojos pícaros brillaban y la sonrisa traviesa no desaparecía.

Cogí su corbata y lo acerqué hacia mí, mirándolo a sus ojos. Comencé a desabotonar mi camisa, dejando a relucir una piel blanca y sedosa. Lo acerqué más a mí y rocé sus labios con mi lengua. Le sonreí y comencé a besarlo en el cuello -¿te gusta?- le susurré en su oído mientras pasaba una mano por su suave pelo.