Partida Rol por web

Poco a poco va amaneciendo nublado en la aldea, como vino haciendo el alba del día anterior. El ambiente estaba cargado y se respiraba tensión entre los aldeanos en el aire. Sabían que se acercaba la aparición del malvado Dios de las bestias y sabían que su garra era imparable.

Con un estruendoso crujido, se abrió una brecha en el suelo, de la que emanó una figura que fue temida por unos cuantos el día anterior. Sin mediar ni una palabra, con las dos manos repletas de garras preparadas para matar, se dirigió corriendo a la aldea y cual rayo procedió con la sentencia ante la mirada atónita de los presentes sin poder hacer nada.

Pasó por al lado de su víctima y le puso la mano en el pecho, atravesándola y llevándose el alma camino a la iglesia. De camino, topó con su segunda víctima e hizo lo mismo con la segunda garra.

-¿Creíais que ibais a burlaros de mi el primer día, infelices? Para que veáis que no me ando con jueguecitos, hoy he decidido llevarme dos almas. La próxima vez aprenderéis a no hacer frente a vuestro enemigo.

De repente, veis que los cuerpos de Alfonso Bernardino y la pequeña Felicia caen al suelo.

Después de acabarse las miradas atónitas de los presentes, recogéis los cuerpos y los lleváis a la iglesia a que se reúnan con sus almas.

El día empieza a clarear, y el sol empieza a asomar la cabeza por el este. Día radiante, pero empiezan a verse las primeras heladas en los campos. La temporada de lumbre en las casas está empezando, y la gente iba apañándose las pieles que podía para sobrevivir al duro invierno.

Cómo no, los negociantes empiezan a abrir sus puestos ya que algunos aldeanos han estado tan inmersos en sus sueños que la mayoría ni se entera de lo que está pasando, excepto nuestros aventurados compañeros, que se reúnen de nuevo, después de la noche pasada para debatir sobre lo ocurrido e intentar apaciguar la oleada de muertes que se está cometiendo en Castronegro.

-Buenos días compañeros. Como ya sabéis, durante esta noche, la persona que me posee me ha enviado para señalar en secreto a uno de los aquí presentes como hombre lobo, ya que sus actos le parecen sospechosos.

-Dicha persona es Jorge Trujillo. Que sepas Jorge, que durante este día, permaneceré a tu lado y tendrás un voto extra en las votaciones.

La niña huraña y solitaria ha caído fulminada. Nada sulfuraba tanto a Viganna como que a los niños se les molestara de cualquier manera, tanto más si morían cruelmente.

- ¡Malditos!, ¡malditos sean!

Mira a todos uno por uno.

- No han servido de nada tanta cháchara y tantas precauciones para pasar la noche... dos muertos nos contemplan esta mañana.

Miró a Jorge Trujillo, ahora el cuervo revoloteaba a su alrededor. Vinganna pensaba que el cuervo no era más que una estupidez... se posara sobre quién se posara daba igual. No haría caso a nadie y a la hora de acusar a alguien lo haría sin tener en cuenta mas que su criterio.

Más muertes no. No podría aguantar tanta presión.

Aunque pareciese un tipo duro por fuera, en su interior las emociones se disuadían lentamente, le marcaban. Emprendió su camino hacia aquella con quién habló el primer día. Intentaría consolarla.

- Viganna, no es gusto de nadie que muera más gente. Ni me gusta a mi, ni te gusta a ti, ni a nadie de los que estamos aquí. Exceptuando esos perros rastreros, que sabemos que matan por placer. - Se acercó algo más, cuanto pudo sin que le molestase-  tranquilidad, eso es lo que necesitamos. Paciencia y efectividad para lograr  que nadie, nunca más, se sienta acechado por esos seres. Ánimo, creo que al final lo conseguiremos.

Sabía que sus palabras podían resultar malsonantes, pero creía que era lo correcto. Hizo una mueca casi sonriente, lo que se pudo, nunca se podía estar feliz cuando alguien moría.

Cuando Fabricia vió, tras el escalofrío y el pánico que le producía la aparición de la enorme criatura, cómo la niña caía inerte y blanca al suelo, permaneció inmóvil con la mirada clavada en el cadáver durante unos segundos eternos.

Una persona mayor, que había vivido ya su vida, no era una tragedia. Pero una niña... una niña...

Recuperando el movimiento, se apresuró a salir de la multitud hacia una esquina algo más oculta donde agarrarse el estómago con ansiedad tratando de no vomitar, blanca como la cal.

Creo que en este caso el Cuervo ha acertado. Me fío de Basil, de sus deducciones también

Yo acuso a Trujillo y el siguiente será Bonny, que por cierto, me votó el otro día ¿no es acaso eso sospechoso?

De repente, con un gran estruendo, las puertas de la iglesia se abren de par en par. Todos giráis la mirada hacia ella y veis una pequeña figura salir de ella.

Se acerca cuidadosamente andando hasta vosotros y todo el mundo empieza a reconocerla y sonreís al verla. 

Saludad todos a Felicia.

Te han revivido. Vuelves a poder espiar a los enamorados, como hacías antes.

Al ver los dos cadáveres me lleve las manos a la cabeza con ansiedad. Un muerto ya es mucho, pero dos... Es demasiado para mi esto ya no lo aguanta nadie.

-Por los cuernos de Jesus...- Digo mirando a la iglesia con los ojos desorbitados.- Esta... ¿Viva?

La alegría embargó a Vinganna al ver a Felicia volver de la muerte. ¡Como antes con Ciguaco, los lobos habían fracasado!

- ¡Pero niña!, ¿qué poder te ha traído de la muerte de nuevo al mundo de los vivos?

De nuevo, otra cosa segura era que Felicia, junto a Ciguaco, no eran licántropos. Ya había dos personas en las que podía confiar plenamente.

El cerco se iba estrechando. No sabíamos cómo aquella joven muchaha había regresado de entre los muertos ¡qué milagro! ¿Qué diría el cura Mel Chorizzo ante tal resurrección?

¿Cómo ha podido ser, chiquilla? -le pregunté a Felicia- ¿Cómo has logrado... regresar?

Ni tan siquiera las mis potentes pócimas lograría conseguir tal eficacia a cualquier guerrero que las llevara a una batalla, en absoluto.

Cuando salgo de la esquina miro a Felicia con los ojos abiertos como platos.

Dios mío... ha vuelto.

Suspiro y me apoyo contra una pared llena de alivio.

Esto significa que hay alguien que puede devolvernos a la vida. Podría salvarme después de todo.

Recobrando mi compostura, regreso hacia la multitud estupefacta porque aunque haya estado fuera de la vista, lo he oído todo.

-Tom, estás haciendo demasiadas acusaciones, muchas de ellas sin motivo suficiente. Todos hemos votado a alguien. Creo que deberíamos concentrarnos en Felicia en este momento, quizá pueda decirnos algo, aunque ella votó al cura el primer día.
 

- No soy el único que señala a Trujillo y a Bonny ¿no habrá algo de verdad en nuestras palabras?- A mí la chica guapa no me iba a intimidar. No tenía yo cuerpo aún para sentirme seducido así.

Después de haber hecho las votaciones, nervioso por si se podía haber equivocado, Garos vuelve a dirigirse dónde está la mayoría de gente. Todos los presentes están asombrados de la aparición de Felicia. Y en realidad no era para menos.

Alguien tenía un don para resucitar a gente, eso estaba claro. También estaba claro que debe ser alguien que ya esté aquí. ¿Si no cómo podía haberse enterado?.

Lo mejor era no pensar en eso ahora, e ir a ver qué tal estaba la "recién llegada" a la vida. Aunque no muestre muchas emociones en su pequeño cuerpo, Felicia se había ganado un poco nuestro respeto de alguna forma. Felicia no es un lobo, un perro... repetía constantemente en su cabeza , ya vamos sabiendo más, pero ¿tendrá ella algún dato importante?

- Felicia, qué tal estás. ¿Qué se siente al volver de nuevo a la vida? - No iba, tan repentinamente a preguntarle sobre los lobos. Creía que no debía hablarle de emociones fuertes por el momento.

Todo aquello era demasiado para Lidia. Dos muertos y una resurrección, pero ni dios ponía un duro para contratar sus servicios antes del juicio final...

Le llamó especialmente la atención de la afirmación de Fabricia:

- ¿Así que hacer acusaciones es sospechoso? Pues lo cierto es que tu votaste por matar a Eladius y ahora estas acusando a Tom. Y creo que en ninguno de los casos tienes demasiados argumentos, pero no pensaré que eso te convierta en sospechosa. Pues es el echo de acusar aquellos a los que señalan a Trujillo lo que te hace parecer fiel compañera de éste, quizás de cama, quizás de fechorias.

Vaya, ya empiezan a tirarme del pelo. Me he estado esforzando por ser coherente pero esta tía me revienta.

-Claro que sí, niña, lo que tú digas. ¿Y dónde está tu "compañero de cama"? ¿O es que se fue a por algo mejor?

Este pueblo me va volver loco. Aquí la gente muere, revive, se acusa, se duerme, vuelve a dormir.

Creo que tengo una pregunta para la niña, no vaya a ser que caiga fulminada en dos minutos (Así es Castronegro).

¿Dinos Felicia, que viste anoche, quien te atacó? ¿Puedes darnos alguna pista de utilidad para señalar a uno de nosotros?

La niña a regresado del mundo de los muertos. Y el cuervo a hablado.

-Yo sigo pensado lo mismo que ayer por la noche.