Partida Rol por web

Vivoras y serpientes es lo que son...temo mas a los politicos que a los barbaros. Por lo menos ellos vienen de frente...la mayoria de las veces Marco Antonio habia vuelvo luego de recorrer la casa en busca de mas militares de los leales ejercitos de Cesar.

Cuando ve a la reina de Egipto hacer su aparicion, Marco Antonio hace una reverencia Reina su presencia es como la de encontrarse un oasis en el desierto, no puede mas que llenar de dicha a quien se cruce en su camino. sabia que sus palabras podrian traerle problemas con Cesar pero el sabia cual es su lugar asi que apenas termino la frase se cuadro y antes de hacer un saludo militar dijo mirando al frente Y las espadas de la XIII legion son una extension de la espada de Gran General Cesar y estan listas para protegerla.

Ohh afortunadamente los dioses me han permitido un buen amo, aunque anciano sabe lo que dice, quisiera que pudieramos salir de este lugar que nos encarcela, quisiera estar preparada para lo que venga. Los nobles hablan de poder, por el mismo, soy una mujer y esclava, y sin embargo pienso y creo que este dilema son como las piedras de la arena pisoteadas por los caballos, son miles, que nadie nunca puede contarlas, y sí se intentara, el viento traeria más de ella. Quedo en silencio al lado de mi amo, ojala los dioses me lo protejan.

- Eeeeeem... - Tito Pullo trataba de buscar las palabras adecuadas detrás de Marco Antonio mientras se le acercaba para hablar bajito y que se enterara solamente él de sus palabras, por eso de no dejarle en mal lugar - Decimotercera, señor. Treceaba es una parte de trece y la Legion XIII es la Legión número trece... osea, la Decimotercera

 Mientras vamos haciendo un inventario de los víveres de la mansión nos encontramos a un esclavo acurrucado tras unos fardos

-pero bueno ¿quien eres tu? levanta y ves a servir a tu amo cobarde, los barbaros no entraran en esta casa-

Su actitud me da mas risa que otra cosa, pero no puedo permitirme la risa ya que alentaría conductas inadecuadas en los otros esclavos

-Gaia, nunca cedas al miedo, siempre hay una opción sensata para actuar, auqnue sea quitarse la propia vida-

-No se trata de quien pueda blandir una espada y quien no, Marco Tulio, se trata de dar la vida por Roma. Y si es así, prefiero morir como un valiente que vivir como un cobarde- y da dos pasos hacia la puerta principal.

-Que sea Roma quien juzgue el valor de sus líderes, y si Roma debe llorar la muerte de uno, o mil de sus generales más valientes para sobresalir de las cenizas como el Fénix, y descubrir quienes se recuestan cómodamente sobre sus pilares. ¡Que así sea! Más, si he de morir, mil veces preferiré el campo de batalla y las calles de la capital, junto a mis leales soldados, que el lujo y el oro de vuestras mansiones patricias!- y diciendo esto, dio un paso fuerte.

-Bruto, en este momento de tribulación, no hay rivales y aliados, hay romanos y bárbaros. Admiro tu valor, y si estás dispuesto a salir, junto con este puñado de soldados, grande será la gloria con que se te recuerde- anuncia con fiereza.

-¡Esclavos! a las puertas...- y diciendo esto, los hombres se preparan -A mi señal... ¡ahora!- las puertas son abiertas y ante la mirada intempestiva de todos, mientras la brillante y cegadora luz del mediodía borra a bárbaros y hogares del paisaje, Egneo Pompeyo el grande entra corriendo en la batalla con un poderoso grito

-¡¡Ad astra per aspera!!!-*

Y cuando él y quienes le siguieran hubiesen salido, los esclavos empujan la puerta con fuerza, estas se cierran con un retumbar poderoso y un eco que deja en silencio a la mansión y todos sus ocupantes... afuera, el sonido de metales colisionando, los gritos de guerra y agonía inundan la mansión. La suerte de Egneo Pompeyo y los demás soldados será incierta.

Ya es tarde, me han visto y yo ni siquiera me he enterado, los reflejos de este viejo ya no son lo que eran. Bien, mi muerte ha llegado, me encojo más si cabe esperando... ¿A qué? Cuando abro los ojos y miro al hombre, por fin consigo entender lo que me ha dicho, parece que no estoy en peligro de momento.

-¿Amo? Mi amo no va a volver... Salió con las primeras noticias de invasión y no se ha vuelto a saber nada más de él.

Me levanto con la cabeza gacha, sin amo no dejo de ser un esclavo y por eso debo mostrar respeto a quien está por encima de mí.

-¿En qué me convierte eso ahora? Si no conozco otra vida que la de esclavo.

 Me giro hacia este esclavo, que actitud mas deprimente

-posiblemente tu amo este ahora luchando por la salvación de roma, deja de gimotear. Cuando esto acabe volverás a su servicio, o al de sus herederos, ahora dirígete al salón principal y ponte al servicio de los señores que ahí se encuentran, haz algo útil-

Me aparté del camino de Pompeyo pues estaba intentando bloquear el sitio. Una vez más mis intentos por hacer algo útil habían sido en vano. Buena suerte, Pompeyo el grande... no pude más que desearle buena suerte y cerrar las puertas tras su salida. Realmente no quería que nadie resultase herido.

Él lo ha querido así, quizás nuestra vida sea más indigna que su propia muerte. Seguí con mi labor, no quería morir allí. Quería vivir, y contra más pudiese mejor.

-Un suicidio nunca sera admirable, aunque se le vista con las mas nobles sedas del honor. -Dice sombrio a los que estan cerca de el al observar como Egneo sale de la casa a morir. Coge una silla y se sienta, abatido.

Bruto se puso un peto de cuero y un casco, . – Antepasados, velad por mí pues intento ser digno de vuestro nombre. Dioses permitidme alcanzar la gloria y os la brindaré en el templo. - aceptó un escudo de legionario y asiendo su gladius salió justo por detrás de Pompeyo -¡Por la república. Por Roma!-

Gaia contemplaba como Egneo salia, y rezo para salvarle, no solo a el, sino a todos los demas romanos que estaban ahi fuera, luchando para salvar lo que quedaba de la hermosa Roma.

-Y ojala los dioses nos protejan a nosotros tambien.

 De modo que los ruidos que oía venían de gente refugiada en la casa de mi amo. Entrar en una casa sin ser invitado es una indecencia pero no puedo recriminarle a nadie el buscar un lugar seguro donde guarecerse hasta que todo acabe, hasta escasos minutos yo estaba escondido en esta misma despensa.

-Gracias señor, tiene toda la razón. Ahora mismo iré a ver si alguien necesita de mis servicios, pero antes dígame si puedo ayudarlo en algo en agradecimiento a haberme sacado de mi error. Al fin y al cabo yo sirvo al dueño de la casa.

- ¡¡Por Roma!! - grita Pullo lanzándose tras Pompeyo "El grande" con el gladius preparado para dar muerte a los invasores bárbaros. Por fin podría divertirse un rato en vez de esconderse sin vino entre viejos parlanchines, mujeres y esclavos. Mala suerte para los bárbaros.

 Tras Pompeyo marcha César a la batalla. Los Pilum surcan los cielos tiñendo de vino el suelo y sembrando bárbaros al piso. Escudo y espada en mano, César se lanza al combate, deseoso de cobrar la afrenda que osan hacer aquellos bárbaros a Roma.

Salir en la lucha de los bárbaron, tanta gente guerrera y soldados distingidos, solo traerá sus muertes, ya la legion XIII se anda encargando de los bárbaros, además de las demás legiones, pero por Roma que no me quedaré aqui quieto, seré viejo como soldado, pero mi vista es tan buena como de joven...., ¡¡Vorena, consigueme un arco y flechas !!, aunque mi cuerpo sea ya débil y viejo para el combate cuerpo a cuerpo, mi vista es un don de los dioses, les cubriré desde arriba de esta mansion, que los dioses guien mis flechas para que flecha que salga del arco, sea un bárbaro abatido.. - sin más demora se encamina a los pisos superiores -

Los que tengan buena vista y don con las armas a distancia, que suban conmigo, les cubriremos desde arriba, tendremos una mejor cobertura para defenderlos - dice con voz autoritaria pero educada -

-Creo que habia visto en alguna habitacion armas u objetos que nos pueden servir.

Las busco por las habitaciones, cojo varios tenedores y cuchillos que podrian ser utilizados como flechas. "Pues al dueño de la casa no le gustara nada" se dice a si misma mientras sonrie.

Cruenta batalla la que tiene lugar entre barbaros y romanos, y ha Lucio apenas le quedan compañeros en quien respaldarse, no ve ya conocidos vivos y los barbaros son mas de cuatro por romano, su fin esta cerca pero luchara por roma hasta el final.

Entonces de una mansion cercana el grito de Pompeyo, llega a sus oidos apesar del ruido de la guerra y por el rabillo del ojo mientras trincha un nuevo enemigo vio como su amigo y compañero Pullo llega por su retaguardia con el mismo Pompeyo y Bruto, incluso el Cesar esta con ellos y Voreno no sale de su asombro.

Abatiendo a otro barbaro se acerca a su compañero.
-¡¡Por los dioses que ya pensaba que estabas muerto, bienvenido a batalla y veo que traes contigo hasta al mismo Cesar con su hijo. Este es un buen dia para teñir el suelo aunque sea con nuestra sangre si asi Roma resiste!! ¡Por la DecimoTercera!-Al grito, alzo su arma y volvio a la carga

Malcarado, indisciplinado, hosto, violento, borracho, un bastardo pendenciero... y el mejor en su trabajo, así era Tito Pullo (para desgracia de los bárbaros que se cruzaban con él) Cuando nota a alguien a su espalda se gira listo para acabar con él... pero cuando ve a su antiguo superior, sonríe cubierto de sangre - Hace falta algo más que un puñado de bárbaros para acabar con un buen legionario. Me alegra volver a verte, Voreno. Volveremos a luchar como en los viejos tiempos en la Galia, liderados por Cesar contra unos bárbaros que pronto caerán ante el poder de Roma

Cuando Voreno vuelve al combate llamando a la legión, Pullo se le une - ¡¡DECIMOTERCERAAAA!!

 Mira que susto me habéis dado joios, escribiendo del tirón 6 páginas, me niego a leerlas por cierto, no serán joios que creía que era ya la partida, malditos!!

Y yo con exámenes!! un poco de compasión que aún no puedo tener vida social, hasta dentro de unos días.XD

 Oh que tonteria. Murmuro  acostada mientras avanican mi hermoso cuerpo. Esclavos, traerme algo de comer.