Partida Rol por web

Maldita sea, son más escurridizos de lo que pensaba, pensó tras disparar sus llamaradas. Algunos de ellos le dispararon pero sus proyectiles no pudieron alcanzarle entre pirueta y pirueta en el aire. Mientras tanto la mujer se batía el cobre a base de bien. Sus movimientos eran ágiles y espectaculares, aunque no conseguía dejarlos fuera de combate.

- Hay que ponerse serio .- dijo. - Creo que abajo pueden necesitar nuestra ayuda.

Bajo a la azotea y juntó los puños.  Las llamas que lo rodeaban comenzaron a moverse más lentamente hasta quedar "congeladas" a su alrededor. Después alzó sus brazos sobre algunos de los matones y al grito de Llama Fantasma!!!, nuevas llamaradas surgieron de sus puños.

- Se la llevan porque creen que así alguien les dejará en paz. Les manda El Bandolero, le he visto en la mente de uno de ellos.

Balthazar tardó unos segundos en darse cuenta de que ese tipo trajeado con máscara le estaba hablando a él.

—Eh... ¿gracias? —respondió, con la ceja arqueada. Seguramente a una persona mucho más implicada en su comunidad sabría quién era El Bandolero, pero a él le sonaba a película mala de los 90. No obstante, tomó buena nota de que el susodicho podía leer las mentes. Nunca se sabía cuándo podía venir bien algo así. Tengo que pedirle el teléfono. En ese momento, un estruendo de pisadas y pistones neumáticos llegó hasta su altura, haciéndole sombra y obligando al mago a mirar hacia arriba para saber qué era lo que se aproximaba. El puto robot policía, claro. La inspectora le acompañaba, siempre preparada para hacer cumplir la ley, pistola reglamentaria mediante. Decidió seguir su ejemplo y se parapetó detrás de un mostrador de cosméticos cuando comenzó la lluvia de balas— Inspectora, sospecho que las negociaciones no han ido como esperaba. ¿Esperamos al especialista o me permite ocuparme?

Sin esperar realmente a que la policía le diera permiso - al fin y al cabo, estaba metido de lleno en la maldita situación - apoyó la espalda en el mostrador y empezó a gesticular nuevamente. El hechizo era peligroso en manos de un practicante de lo arcano menos preparado, pero era mucho más peligroso para sus oponentes. Descargas del color de la sangre se enroscaron entre sus dedos como si tuvieran vida propia, iluminando el rostro de Balthazar con un fulgor siniestro— Espero que tengáis seguro, porque os va a doler.

Tomo aire dos veces, y luego se asomó, liberando el hechizo como una tromba de relámpagos rojizos contra los pandilleros que rodeaban a la metálica mole. 

Los bandoleros se habían separado en dos grupos y la mitad de ellos podía ver a un robusto robot. Era la máquina más avanzada que había visto nunca Kevin en la Tierra y a pesar de ello muy rudimentaria comparada con los insectos robóticos tianeses. De inmediato sus pensamientos mezclaron su conocimiento sobre su planeta natal con los de aquellos extraterrestres, encontrando a D-03 como una maravilla técnica y a la vez, una primeriza aproximación a las máquinas sintientes de Tian. Los insectos de aquél planeta contaban con máquinas conectadas a sus mentes a modo de colmenas de operarios. Cada insecto se convertía en su propio Rey. Ahora, sólo máquinas sin propósito alguno y fantasmas poblaban aquél remoto planeta. D-03 sin embargo, parecía tener una personalidad propia y eso le llamó la atención. Un detalle que difería de la historia de los tianeses que era muy significativo.

Mindforce se percató también en los gestos místicos del hechicero. No había visto nunca un acto mágico y descuadró un poco sus esquemas mentales. No tenía información sobre aquello en su "doble cerebro".

Analizando la situación en términos de combate, aunque abajo habían más enemigos, el mago actuaba contra varios a la vez y la máquina resistía contra los seis bandoleros, así que parecía que era arriba donde él podía ser más necesario.

- Nos vemos en un momento.

De inmediato se levantó en el aire para acercarse a la mujer y al hombre en llamas. Concentrándose en su mente, proyectó un asalto mental, aunque quizás demasiado pronto pues llegó con poca intensidad hasta la cabeza de uno de los que atacaba a la joven de los bastones.

-...tenidos en nombre de la Ley, depongan sus armas... - Resultaba complicado detener y que escuchen sus derechos mientras siguen disparando. La irracionalidad humana, ¿qué se le va a hacer?.

>Protocolo Gorilaconda iniciado>

Y entonces uno de los malechores atravesó la cristalera que antes destrozara Karen (es posible que se lo descuenten del suedo, otra vez). Por algún motivo, alguien supuso que incorporar escenas de películas, algunas incluso de Serie B en el repertorio de movimientos de D-03 sería buena idea.

>Recalibrando tensores>

Aunque claro, los extras de las películas no eran tan blandos como los humanos de la vida real. 

El intercambio de disparos con su compañera parapetada a sus espaldas todavía no había terminado y eso era un riesgo a tener en cuenta, por suerte el robot la había adelantado quedando ella en la retaguardia con el Sr. Desconocido-no-enemigo. 

- Último aviso... - que por supuesto iban a ignorar así que no quedaba más remedio que buscar un modo de terminar con la amenaza rápido a pesar de su superioridad numérica y potencia de fuego. Esperando que su blindaje todavía aguantase lo suficiente, hostigó un tanto a los matones que lo rodeaban (o más bien dejó que lo tomasen como blanco mientras se movía aparentando buscar cobertura), hasta llegar a una columna de la que colgaba el típico extintor rojo. Cuando estuvieron lo suficiente cerca aplicó toda la fuerza de la que era capaz para hacerlo estallar, confiando que la nube de nieve carbónica los cegara y aturdiese un tanto. A diferencia de los humanos y para la desgracia de los delincuentes, D-03 no necesitaba respirar.

No solo había venido a ayudar el hombre en llamas, sino otro metahumano que parecía poder volar y, por los movimientos que realizaba, tenía el perfil de un psíquico. Todo esto lo deducía Echo mientras esquivaba golpes e intentaba devolverlos. La batalla sobre la azotea se estaba alargando demasiado. Tendría que darles las gracias a los refuerzos cuando terminara.

"Si son de fiar..."

La mujer apartó ese pensamiento desconfiado de su mente, puesto que ahora lo único que tenía que hacer era concentrarse. Se alejó un par de pasos, lo suficiente como para tener algo más de perspectiva sobre la batalla. Ahora mismo tenía que enfrentarse a dos de ellos, ya que el llameante metahumano los había dividido en dos grupos con esas llamas... ¿congeladas?

Echo se abalanzó hacia delante y blandió el bastón directamente hacia la cabeza del criminal al que el psíquico estaba apuntando, ya que, si no le fallaba la intuición, de alguna forma le estaba atacando. Tal vez si los dos atacaban a la vez podrían dejarle fuera de combate. Antes de poder comprobar el resultado de esto, saltó hacia el otro como si hubiera rebotado en el impacto, propinándole una patada directa al pecho.

El Protectorado, turno 5

El estruendo de los golpes, las alarmas sonando y las detonaciones de los disparos muestran un paisaje de caos total mientras Balthazar se sitúa junto a Karen; "Inspectora, sospecho que las negociaciones no han ido como esperaba. ¿Esperamos al especialista o me permite ocuparme?". La joven policía lanza una risa seca y desagradable; "Ya, claro, como si tú pidieras permiso para algo". El mago, tras invocar un conjuro de místico nombre, se asoma para proyectar por sus dedos una infinidad de descargas eléctricas que rebotan en el interior del centro comercial, generando chispas y encendiendo toda una batería de televisores apagados al fondo de la galería. A pesar del espectacular juego de pirotecnia los matones no resultan dañados, y los disparos que la inspectora cuela entre los rayos sólo consiguen impactar en la pared del Centro Comercial.

En el exterior, en la azotea, Llama Fantasma aterriza con fuerza y riega con fuego el lugar alcanzando de lleno a los pandilleros, que se ven envueltos en la deflagración de fuego azul. Dos de ellos vuelan por el aire varios metros hasta caer inconscientes y chamuscados sobre una claraboya, hundiéndola pero sin llegar a romperla, y un último adversario al otro lado de las llamas se ve impulsado contra Echo. Ésta salta en ese momento hacia él, propinándole una patada voladora cruje-huesos que termina con el pobre diablo volando y cayendo inconsciente junto al hombre llameante. El pandillero que queda se planta frente a la chica del uniforme brillante, abre los brazos en una posición de fiereza y pega un grito de furia y desesperación dispuesto a lanzarse contra ella.

La carga se ve frenada con un bastonazo en la cabeza, y la joven comienza a dar vueltas sobre sí misma lanzando varios zurriagazos a las rodillas del caribeño, haciéndolo caer, a su mano, lanzando la navaja por el aire, y finalmente a su cabeza de nuevo en una serie de metálicos y rápidos golpetazos. Cuando termina el festival de ostias su adversario está completamente inconsciente en el suelo.

Mientras, en el interior del Centro Comercial quedan cuatro pandilleros luchando mano a mano contra un robot gigante, pateándolo y golpeándolo sin mucho éxito. La mole está tranquilamente inmóvil, impertérrita mientras los golpes resuenan en su sólida y blindada estructura metálica, hasta que uno de los caribeños, harto de la situación, agarra un extintor de la pared e intenta entrellarlo sobre la cabeza de D-03. El robot por fin reacciona, y deteniendo el avance del botellón rojo con una mano procede a aplastarlo, produciendo una detonación (más) y llenándolo todo de neblinosa espuma que impide la visión. Entre toses, reniegos y resbalones, los cuatro matones emprenden la huida.

En el exterior, Mindforce asciende como un mesías flotando en el aire para ayudar al hombre llameante y a la chica que lucha en la azotea, pero cuando les tiene a la vista descubre que todos sus atacantes están inmóviles y la situación es segura. También ve varios coches patrulla girar la esquina, con sus luces dando vueltas histéricamente, tiñendo de repente todo el escenario de rojo y azul.

Una docena de policías salen de sus vehículos boquiabiertos, con un hombre mayor a la cabeza que mira en todas direcciones con los ojos como huevos duros.

(Sigue...)

El hombre tiene pinta de sabueso clásico, como salido de otra época. Pasa la vista por todos vosotros, por la puerta del Centro Comercial, (ahora llena de niebla y espuma), por la azotea en llamas, por los agujeros de bala en la pared y por una sección del escaparate del Centro Comercial que, contra todo pronóstico, sigue entera hasta que se desploma en un ruido de cristales rotos.

La alarma del comercio que saltó con la explosión del cohete parece quedarse sin energía, apagándose tras un ridículo sonido de reminiscencias ebrias, "UeeUUUeeeUUeeeeee...". Finalmente, el hombre fija la vista en Karen. Parece muy cansado.

"Joder, Inspectora. Joder. Que me jubilo el año que viene". Prototipo D-03 emerge del mar espumoso del Centro Comercial, mientras el hombre suspira quedamente y mira al cielo.

(Sigue...)

El combate ha finalizado. Hay unos cuantos huidos, y la policía empieza a engrilletar a los inconscientes. El Jefe de policía quiere tomar declaración a todos los presentes, pero en principio sólo va a detener a los pandilleros caídos. ¿Qué haréis?. ¿Os piraréis de allí estilo Spidey?. ¿Desapareceréis en las sombras cuando no mire nadie rollo batman?. ¿Os presentaréis entre vosotros?. ¿Colaboraréis con la policía?.

Karen observa a Balthazar y a D-03, y se encoge de hombros con cara de circunstancias dejándoos las explicaciones a vosotros.

Es vuestro turno, y vuestra explicación.

Su hechizo no había conseguido el efecto deseado, aunque en cierto modo estaba aliviado. Si alguno de esos morenos llega a chamuscarse demasiado me habría dado más quebraderos de cabeza de los que ahora necesito. Ni tan mal. Con un suspiro, se incorporó de su improvisado parapeto, se sacudió las manchas de polvo de los pantalones y el guardapolvos, y se dirigió a la Inspectora Murphy— Tenemos que dejar de vernos así. La gente va a empezar a hablar.

De una profunda bocanada, consumió lo que restaba de vida al cigarrillo posado en sus labios y lo lanzó lejos, observando cómo la neblina del contenido del extintor se disipaba lentamente, formando un manto níveo sobre el suelo. A quien le toque limpiar esto le va a cabrear de verdad. D-03 había resultado ser una formidable e imparable máquina de combate, y el mago se preguntó si habría servido de ayuda en realidad. Tengo que dejar de hacerme el puñetero héroe.

—Oh mira, los refuerzos —dijo, a nadie en particular, cuando las fuerzas policiales entraron en el Centro Comercial y comenzaron con la parte más satisfactoria de su trabajo: esposar a los tipos malos. Balthazar buscó con la mirada la causante de todo el alboroto y suspiró. Joder, se la han llevado. Tocaba dar explicaciones, aunque quizás lo más apropiado sería que el guardaespaldas de la muchacha, que había salido con el rabo entre las piernas, explicase quién era en realidad. Y como el tipo de la máscara que leía mentes había salido literalmente volando, le tocaba a él charlar con las autoridades— Hay que ver cómo está la juventud, ¿eh inspector?

Ese último acercamiento había sobrado porque la pareja de arriba los puso fuera de combate.

- Ya veo que no me necesitaron, buen combate. Nos vemos abajo si tienen intención de seguir adelante.

Allí abajo también hubo una rápida limpieza. Si lo hubiera sabido se habría quedado escondido en lugar de mostrarse como el "ejecutivo enmascarado". Tampoco iba vestido de esa forma habitualmente pero hoy tenía reunión y creía que cuanto el posible comprador escuchara que su hija había sido secuestrada la cancelaría.

"Conflicto de identidades. Kevin tendrá que fingir que escapó a toda prisa del lugar y rezar para que nadie lo asocie con Mindforce".

Lo de la identidad secreta quizás no le durara demasiado pero todo dependía de la atención que le dedicaran y ahora mismo nadie estaba teniendo en cuenta ese detalle de la persona que iba en la limusina. Por eso, para que no se fijaran demasiado en él, prefirió bajar hasta al suelo en lugar de seguir volando. Se acercó hasta el robot de combate, la policía y el mago.

- He visto que se han llevado a una chica, agentes. Pude leer la mente al jefe del equipo y el secuestro fue organizado por el bandolero. Por cierto, yo soy Mindforce.

Se presentó. Ahora tenía la necesidad de ir a rescatar a la adolescente. Estaba un poco chalada pero no era más que una joven con problemas con su padre.

Cuando los criminales ya estaban en el suelo o huyendo, Echo plegó su bastón y lo colocó en el cinturón con rapidez. Sin un momento de distracción, se acercó al borde de la azotea y miró hacia la limusina. ¿Dónde estaba el hombre que había salido de ella? ¿Quién era la chica que había sido secuestrada? ¿Y por qué unos delincuentes como esos habían atacado a plena luz del día a una chica?

Apretó los puños. Había demasiadas cosas que se le escapaban. ¿Acaso tendrían algo que ver con la organización, o era una coincidencia que fueran dentro de esa limusina? Podía ser un vehículo alquilado. Oyó a ese tal Mindforce hablar sobre un bandolero al que ella no conocía. Si tuviera más información.

Se giró y se acercó a uno de los malhechores inconscientes, ignorando por completo la presencia del hombre llameante, que parecía ser una presencia casual por lo que, seguramente, no tendría más respuestas que ella. Se agachó al lado de la víctima y empezó a rebuscar entre sus bolsillos. No esperaba encontrar nada, pero así podía concentrarse en él, intentando percibir algo que le diera respuestas sobre por qué perseguían la limusina.

La escaramuza parecía haber llegado a su fin, más delincuentes de los deseados se habían dado a la fuga aprovechando la confusión y la falta de medios pero al menos podrían interrogar algunos y quizás con la adecuada presión, revelaran el paradero de la chica y el móvil del secuestro.

- Encantado Sr. Midnforce, puede llamarme D-03. - Saludó cortés mientras rebuscaba en su base de datos sobre ese metahumano con capacidades telepáticas.

El rostro del Jefe de policía no auspiciaba nada bueno, seguramente se pasaría semanas cumplimentando burocracia por los daños y rindiendo cuentas al alcalde. A la Inspectora Murphy parecía importarle poco ese hecho y Prototipo poco podía hacer por su superior.

- La mayor parte del incidente en la calle y planta baja ha sido grabado, no puedo decir lo mismo de lo ocurrido en la azotea. Tiene el vídeo y el informe en su bandeja de entrada Jefe. - Informó solícito el armatoste de metal que ahora mismo estaba cubierto por una capa de polvo lechoso; le iba a tocar pasar por el lavado de vehículos antes de que lo viese Trisha. 

Siendo un secuestro tan poco habitual esperaba que el Jefe los admitiese como investigadores entre tanto, se acercó para preguntar a su compañera que había salido visiblemente indemne del encuentro.

- ¿Amigo suyo? Encantado, puede llamarme D-03 aunque la inspectora prefiere llamarme Latas. - dijo tendiendo su articulada manaza a Balthazar.

Jesúsmaríayjosé, ¿pero tú has visto qué mano? Balthazar se encogió ligeramente cuando aquel mastodonte metálico le saludó con intención de estrecharse como si fueran viejos amigos. El mago dudó unos segundos y, finalmente, correspondió al gesto rezando a todos los dios antiguos y nuevos que no fuera la última vez que usaba la mano buena. Aprovechó también para saludar al tipo de la máscara que leía mentes. Mindforce, muy apropiado— Encantado. Balthazar Stone. Asesoría mágica y paranormal, mi dirección está en la tarjeta.

Cuando D-03 y Mindforce parecieron preguntarse a qué tarjeta se refería, repararon en un pequeño rectángulo blanco que había aparecido en sus manos. 

Balthazar Stone
Mago

Se encuentran objetos perdidos. Investigaciones paranormales. Asesoría. Precios razonables.

No se hacen pócimas de amor, ni bolsos sin fondo, ni fiestas u otros entretenimientos

En el reverso aparecía una dirección cercana al Barrio Antiguo de El Protectorado, aunque no había número de teléfono.

—La inspectora y yo somos... socios colaboradores —explicó al androide policial— Ya te acostumbrarás a verme por la central. Cuando os encontráis con cosas que no tienen mucha explicación, mi oficina suele ser el cajón de sastre donde termináis acudiendo. 

Llama Fantasma observó como los matones eran derrotados con satisfacción. Luego escuchó las sirenas de la policía y varios coches patrulla llegaron hasta el lugar de la pelea. El robot gigantesco, el enmascarado y el tipo raro de la gabardina salieron del centro comercial. Al parecer la chica no estaba con ellos.

Se volvió a la chica y se presentó. - Me llaman la Llama Fantasma. Ha sido un placer vapulear contigo a estos tipos. Tienes mucho estilo para patear culos. La poli está abajo, quizás deberíamos darles explicaciones de lo que ha pasado. Y también hay"otra gente" involucrada en la pelea, en nuestro bando. Podríamos unir fuerzas. Bueno, ya voy a bajar. Veo que estás ocupada. Quizás ellos sepa alguna cosa más sobre lo que ha ocurrido.

Las llamas volvieron a activarse y Llama fantasma se alzó en el aire. Tendió una mano a la chica por si quería bajar fácilmente de allí, aunque adivinaba que tenía recursos para hacerlo por sí misma. Después comenzó el descenso velozmente, dejando una estela verde tras de sí.
Al aterrizar saludó tímidamente.
- Hola a todos. Soy la Llama Fantasma. Señores agentes, en aquella azotea encontrarán alguna gente que detener. Estaban involucrados en todo el asunto y tenían armas peligrosas.

El Protectorado, turno 6

Balthazar baja las escaleras del centro comercial y se acerca al mando de policía mientras charla con Karen; "Tenemos que dejar de vernos así. La gente va a empezar a hablar". La inspectora se encoge de hombros con su media sonrisa; 

(Sigue...)

"¿Y qué?", pregunta. "A mi me gustan los rumores, me entero de cosas que ni yo sabía que había hecho", dice despreocupada acercándose al jefe de policía.

(Sigue...)

En ese momento Mindforce baja del cielo flotando como una pompa de jabón envuelta en su traje con corbata, y se posa junto a los demás. "He visto que se han llevado a una chica, agentes. Pude leer la mente al jefe del equipo y el secuestro fue organizado por el bandolero. Por cierto, yo soy Mindforce". Los agentes han salido de sus coches y están asegurando a los pandilleros inconscientes. El único que queda es el jefe de policía, de aspecto bastante cansado.

(Sigue...)

"Ah, el Bandolero, claro", suspira sin modificar su cara agria. "Otro de esos enmascarados, se le relaciona con el crimen organizado en el barrio de Costa Bonita. Marihuana sobre todo, no es de los peores malos de la ciudad. También protege su territorio de otras bandas, así que allí le aprecian bastante". Y después se encoge de hombros, "Oh, y lanza rayos, claro. Ahora todo el mundo tiene que lanzar rayos", afirma mientras Llama Fantasma baja volando desde la azotea. "O fuego. Joder, cómo echo de menos lo buenos viejos tiempos".

(Sigue...)

D-03 se acerca y se presenta formalmente a varios de los presentes, brillante tras la explosión de espuma del extintor.

(Sigue...)

"Uau, Latas... brillas. Parece que te han dado cera", sonríe Karen.

(Sigue...)