Partida Rol por web

Su voz metálica resuena en la calle; "La mayor parte del incidente en la calle y planta baja ha sido grabado, no puedo decir lo mismo de lo ocurrido en la azotea. Tiene el vídeo y el informe en su bandeja de entrada Jefe". Stan asiente maquinalmente, pensando en si vale la pena que su joven asistente le enseñe a utilizar el correo electrónico. Qué coño, le falta un año. Ya se encargará su joven asistente.

El hombre llameante se acerca a todos una vez aterrizado, con una voz curiosamente juvenil; "Hola a todos. Soy la Llama Fantasma. Señores agentes, en aquella azotea encontrarán alguna gente que detener. Estaban involucrados en todo el asunto y tenían armas peligrosas".

(Sigue...)

"Claro, armas peligrosas. Debe ser un término técnico", suspira Stan haciendo un gesto a uno de sus hombres, "¡Fletcher!, ¡cógete a dos y a la azotea!". Con una mirada de sabueso pasa la vista sobre los presentes, (Balthazar, Llama Fantasma, Mindforce y D-03), y saca una vieja y gruesa libreta con las hojas amarillentas llena de garabatos. "Bueno chicos", suspira de nuevo antes de ver a Balthazar. "Y no tan chicos", completa antes de pararse ante la mole de D-03. "Y robots gigantes. En mis tiempos esto era más sencillo. Tengo los nombres-código de Prototipo y de Balthazar, suelen trabajar con nosotros, pero necesito los vuestros", dice mirando a Mindforce y a Llama. "Como siempre, el seguro metahumano se encargará de los daños. Parece que habéis intentado evitar el secuestro... sin demasiado éxito".

(Sigue...)

Sobre la azotea, Echo está registrando los bolsillos de los pandilleros. La policía tarda bastante en subir por la escalera de incendios, así que tiene tiempo de sobra e intenta chequear todos los bolsillos del matón inconsciente. Su poder en esta ocasión parece inerte, y no le informa de más de lo que ella misma descubre: un esmirriado manojo de llaves, un teléfono móvil con la pantalla agrietada y una cartera con cuarenta pavos y la tarjeta de un local, con una "B" rodeada por un círculo rojo en grande y una dirección situada en el barrio de Costa Bonita.

La policía llega, y la invita a bajar y a unirse a los demás en el corrillo que se ha formado en mitad de la destrozada avenida. (Sigue...)

"Bueno, según la matrícula, la calidad de la limusina y ese chófer aterrorizado que hemos encontrado dentro de la enorme guantera, la secuestrada es Cherry Pheller", dice el jefe de policía mientras sus ojos ruedan hacia arriba, "Cómo no, la hija del maldito alcalde. Y como él me obliga a facilitaros las cosas a los encapuchados, podéis ir a verle al ayuntamiento si os apetece. Ya le están dando la noticia".

El viejo policía, con aspecto bastante hastiado, se gira y se dispone a marcharse mientras sus hombres meten en un furgón a los cautivos. Antes de entrar en el coche patrulla, sin embargo, le hace un gesto a Karen; "Tú, conmigo. Alguien tiene que explicarme con pelos y señales qué ha pasado aquí, las grabaciones suelen perder el factor humano", afirma mirando a Prototipo D-03 con una resignada melancolía. "Nunca me gustó tener mujeres en el cuerpo, pero tú al menos eres humana. Al coche", termina tajante con un portazo.

(Sigue...)

La inspectora no parece muy contenta, pero es el jefe de policía y le ha dado una orden directa, así que hace un vago gesto de despedida hacia todos; "Será mejor que no le haga esperar, ya es mayor y puede morirse en cualquier momento", comenta caminando de espaldas y señalando a Prototipo D-03; "Latas, deja bien alto el pabellón de la Metropolitana del Protectorado, me la suda lo que diga el jefe, eres de los nuestros", dice antes de alcanzar el coche patrulla y meterse en su interior. "¡Chao, Balt!".

(Sigue...)

Varios coches de policía y un furgón atestado de criminales a los que habéis apalizado se marchan, y dos patrullas permanecen. El lugar empieza a llenarse de coches de bomberos y de la unidad meta de Limpieza Ciudadana dispuesta a limpiar los destrozos. Algunos curiosos se meten en el área antes de que los policías consigan acordonarla del todo, y varios chavales y chavalas os graban en sus móviles mientras permanecéis en corrillo en mitad de todo el caos.

Parece que la tranquilidad ha llegado, ¿qué haréis ahora?. Es vuestro turno, y vuestra decisión.

Los polis se liaron a discutir y luego se largaron como si nada, tras tomarles declaración. Había que reconocer que habían sido bastante amables.

Malpensando sobre lo que sabía, cabía la posibilidad de que el alcalde no fuera trigo limpio y estuviera haciendo algo que no debía en Costa Bonita. Aquello de descubrirse podría costarle el puesto, o costarle a ellos un poderoso enemigo. Pero la vida era aburrida sin enemigos poderosos. Eso le recordó que tenía que colocarse el uniforme.

- Todo parece indicar que esa chica está en el barrio de Costa Bonita. Pero es un lugar grande y habría que estudiar cómo localizarla. Yo puedo ir leyendo mentes hasta tener algo de suerte.

Estaba seguro de que algunos de los presentes iban a tener mejores opciones que él.

- Prototipo, tengo una pregunta para ti. ¿Vas a grabar todo lo que suceda a partir de ahora?

Indagó por saber a qué atenerse y cuánto cuidado debía de tener. En cualquier descuido la policía descubriría su identidad secreta, eso si las cámaras no le habían captado ya. Ójala tuviera supervelocidad o siguieran existiendo las cabinas telefónicas. Fue un fastidio que desaparecieran.

¿Cómo que nombre en código? Señor mío, que ese nombre es el que aparece en mi documento de identidad. Que yo no soy ningún superhéroe con máscara que necesite un nombre en clave. Pero estaba el Jefe de Policía con un humor de perros como para ponerse quisquilloso. Y por supuesto, el hecho de que la secuestrada fuese la hija del alcalde explicaba por qué Repp había salido de su despacho y se había desplazado hasta allí. No hay nada como tener poder.

—Inspectora... —se despidió el mago, simulando quitarse un sombrero a modo de despedida. Luego dirigió la atención al variopinto grupo que se había juntado allí: un tipo que leía mentes, un muchacho envuelto en fuego, un androide policial, un bombón con traje metálico y él, un vejestorio con un pie en la tumba. Lo mejor de cada casa— Esto... si me permites... Que no es que tu plan no esté bien. Pero no soy muy partidario de entrar en ese barrio llamando a todas las puertas porque nos iban a terminar pasando a cuchillo. Y aunque aquí el amigo sea a prueba de balas, yo no lo soy.

Remató su gesto tocando el blindaje de D-03 con los nudillos.

—Verás, yo os propongo aprovechar la situación: que imagino que vosotros sois autosuficientes y todo eso, pero yo soy perro viejo y tengo que pagar facturas. ¿Por qué no vamos a hablar con el señor Alcalde, nos da más información sobre su muchacha, y de paso... —movió la mano, intentando ver quién de los presentes seguía su hilo de pensamientos— ya sabéis, le pedimos una remuneración por los servicios prestados?

Llama Fantasma alzó la cabeza como si acabara de despertar de un sueño.

- ¿La hija del alcalde secuestrada? Entonces tendremos que ayudarla. Yo puedo preguntar por las calles a ver si averiguo algo. Aunque lo de ir a preguntar al alcalde puede ser útil. Quizás podríamos dividirnos para investigar y luego unirnos en cuanto tengamos algo en claro.

La inspectora y el Jefe partieron para ocuparse por su lado de los detenidos e interrogarlos debidamente. Murphy como de costumbre era poco ortodoxa pero a la vez, muy eficaz para conseguir información y eso ahora mismo era lo que necesitaban aunque tardarían un rato. Y en estos casos el tiempo suele correr en contra de los investigadores.

Por lo visto, con "investigadores" se iba a tener que referir al peculiar grupo de humanos mejorados y a él mismo. Sería un trabajo en equipo de lo más interesante.

 - Sí, por supuesto Mindforce. Respondió mecánicamente con un tono neutral a la pregunta del superhéroe. -El objetivo primario es asegurar la preservación de la vida de la víctima y de los que participan en la operación. En segundo lugar, la liberación inmediata y segura de la víctima y finalmente, reunir la información y de elementos probatorios que conduzcan al arresto y condena de los delincuentes. Empezó a enumerar para los menos experimentados en este tipo de lides.

Las propuestas de actuación empezaron a aparecer, siendo la de Balthazar la que mayor interés despertó en el robot. 

-  1º Investigación minuciosa de los hechos que dieron origen al secuestro.
2º Determinar el tipo de vehículos utilizados en el momento del secuestro.
3º Buscar precedentes de evidencias sobre los secuestradores de acuerdo al modus operanti, banco de voz, información del gabinete o telefónica.
Próximamente: Investigar números telefónicos, correos electrónicos o medios impresos utilizados por los secuestradores para la negociación del pago de rescate.

Saliendo al finalizar del pequeño trance al citar sus bases de datos reemprendió su tono formal habitual. 

- Tal como sugiere Balthazar, recabar información de su círculo cercano nos puede ayudar a determinar el móvil y las personas conocedoras de la ruta, vehículo y horario que iba a seguir la secuestrada. Las armas y evidencias de la escena nos pueden proporcionar información sobre los recursos y localización de los delincuentes.

Sin más guardó silencio esperando que comprendiesen su razonamiento, había notado que en ocasiones los humanos eran bastante lentos a la hora de seguir hilos de pensamiento lógicos.

A Kevin no le gustaba que el prototipo estuviera grabando todo, eso significaba que acabaría por descubrirle y el juego de las identidades secretas terminaría pronto. Si seguía haciendo este tipo de cosas, quizás iba a necesitar una novia secreta porque para ocultar su identidad mundana sólo contaba con aquella máscara. También era cierto que ocultaba casi todo el rostro y las personas no se fijaban en lo demás.

- Voy a buscar mi uniforme. Pienso que el alcalde nos dirá lo que le convenga y no le voy a pedir dinero, pero entiendo que este sea su trabajo. Yo lo que quiero es que la chica vuelva con su padre sana y salva.

En realidad pensaba que el alcalde les iba a mentir como un bellaco pero ya se trataría él de indagar en su mente. Tan sólo tenía que dejar que los demás conversaran con él mientras él trabajaba.

- Vamos entonces los que queramos hablar con el alcalde, nos vemos en la puerta del Ayuntamiento y tras la charla esperamos por allí a que vuelva el resto. ¿O cómo haremos para mantener el contacto? ¿Tienes un número de contacto, prototipo?

Indagó hacia el robot.

Echo registró a los criminales y se guardó las llaves y la cartera. Esperó a que la policía se largara, yéndose antes de que llegaran los agentes a la azotea. No es que no se fiara de ellos... pero no se fiaba de ellos. No iba a exponerse ahí en medio mientras la inspectora y el jefe del cuerpo policial discutían, y aún menos si dicho jefe iba denigrando a los metahumanos y las mujeres, dos grupos a los que Echo pertenecía por suerte o por desgracia.

Cuando estuvo todo despejado, continuó bajando por la vía más rápida, dando algunos saltos en lugares estratégicos de la escalera de incendios y las ventanas cerradas o abiertas. Al caer al suelo respiró profundamente y echó a caminar rápidamente hacia el grupo de "héroes" que se había reunido. Una parte de ella le decía que estaba cometiendo un error, pero podía aprovechar la situación. Esa chica secuestrada era la hija del alcalde. Tenía que empezar a atar cabos.

- Podemos empezar a investigar en esta dirección- dijo, directa y brusca, cuando estuvo lo suficientemente cerca de ellos, y mostrándoles la tarjeta que el delincuente tenía en la cartera-. Un local en Costa Bonita.

Miró a su alrededor. Ver a esa gente haciendo grabaciones con el móvil no le gustaba ni un pelo. Por suerte llevaba su máscara, pero eso no quitaba que se sintiera insegura y vulnerable delante de tantos testigos.

- Si es por dinero, quédate esto- le lanzó (tal vez con una fuerza ligeramente excesiva) al mago la cartera con cuarenta dólares.

No es que a ella no le fueran bien, pero no quería quedarse el dinero de un criminal.

- Voy a ir allí en seguida. Si vais a ir a hablar con el alcalde, que sea rápido. No podemos dejar que escapen- comentó alerta y con prisa.

Ah... la efusividad de la juventud... La cartera impactó en su pecho con fuerza, haciendo que el mago se encogiera de dolor— Menudo brazo, muchacha —bromeó, abriendo la cartera y sacando los pocos billetes de su interior. Diez... veinte... cuarenta. Gracias, esbirro desconocido. Esta noche cenaré un buen chuletón en tu memoria.

Cada uno tenía sus planes, cosa comprensible, pero Balthazar sabía cómo funcionaba esa ciudad y sabía que no podía enfrascarse en una misión sin tener el visto bueno del consistorio. Bueno, poder podía, no era recomendable hacerlo. Luego habría que pasarse horas con las declaraciones con la Policía, los seguros de accidentes... Quizás el bombón del atuendo plateado podía costearse esas cosas sin problemas, pero él no. Y respecto a la cartera, aunque se la había entregado con evidente aprensión, para Balthazar no era nada deshonroso.

—Tiene pinta de ser un sitio acogedor. Yo voy al Ayuntamiento, luego me acercaré por ese garito. Con un poco de suerte quedará alguien vivo después de que los visites —le dirigió una sonrisa cínica a Echo y luego se volvió a Prototipo— ¿Te vienes con Mindforce y conmigo, grandullón?

- Espera, voy contigo. Puedo serte de utilidad en las calles.- le dijo a la chica. - Aunque me va a costar pasar desapercibido con este aspecto. Nos vemos enfrente del local si te parece bien.- e intentó grabar en su memoria la dirección.- Por cierto yo soy la Llama Fantasma, aunque podéis llamarme Llama solamente. ¿Y vosotros?

El gigantesco robot, el hombre de la gabardina y el enmascarado parecían convencidos de ir al Ayuntamiento, él prefería pasar a la acción. Si esa chica estaba en peligro, era lo mejor localizarla cuanto antes y proceder a evitar que le ocurriera algo malo.

Todo indicaba que se separarían en dos grupos y se reunirían más tarde. Había preguntado a Prototipo si había alguna forma de contactarle, pensando que la podrían usar para mantenerse en contacto. A continuación el hombre de las llamas se presentó.

- A mi me pueden llamar Mindforce. Un accidente me conferió poderes telepáticos y telequinéticos. Te daría la mano pero no parece muy prudente.

Dijo en referencia al fuego que emanaba de él. Se preguntó si adjetivar como accidente el origen de los poderes sería adecuado. Todavía no sabía si la aguja espacial había caído en su jardín de forma casual o si buscaba a alguien en concreto. Pero fue que tan diminuto objeto cargaba la información de todo un planeta y al recibir tal volumen de datos su cerebro tuvo que cambiar para sobrevivir. O eso era lo que él imaginaba que había sucedido.

Empezaban las presentaciones. Ella no estaba muy cómoda en esa situación.

- Echo- dijo su apodo secamente, tras lo cual se giró y empezó a caminar en dirección opuesta al grupo-. Nos vemos allí.

Eso iba dirigido principalmente al tal "Llama Fantasma", pero supuso que los demás aparecerían también tarde o temprano. ¿Sería sensato aliarse con esa gente, sin saber quiénes eran? Sin duda era una decisión arriesgada aunque práctica.

Al ver el gesto de aceptación de Echo. Llama Fantasma se despidió de los demás.

- Nos veremos más adelante. Ahora, el deber me llama. - Sus llamas ardieron con fuerza y se elevó dejando atrás una estela verde. Volaba hacia Costa Bonita surcando los cielos de la ciudad.

El Protectorado, turno 7

Los equipos de emergencia y desescombro comienzan a hacer su trabajo, mientras el grupo se reúne en el centro de la calzada, se presenta y discute los cursos de acción. Tras una amena charla, los héroes acuerdan separarse. Echo se dirige hacia el barrio de Costa Bonita a pie, cosa que también hace Llama Fantasma surcando los cielos. Balthazar, Mindforce y Prototipo D-03 deciden dirigirse a ver al alcalde, al ayuntamiento.

(Sigue...)

El Protectorado 7.1 (Echo y Llama Fantasma)

Costa Bonita es un barrio periférico que se encuentra a diez kilómetros de vuestra posición, después de atravesar una maraña de calles anchas principales y varios barrios viejos de casas apiñadas y callejones. Llama Fantasma ve pasar las azoteas de las altas torres de cristal y acero, y después las pequeñas azoteas de los edificios residenciales, mientras deja una estela azulada y llameante. Un grupo de chicos negros dejan su partido de baloncesto en una cancha pública para saludarle, gritarle y señalarle con el dedo mientras surca los cielos sobre ellos.

A Echo esos diez kilómetros le suponen un par de horas de camino, la mitad si va corriendo. Pero en esta ciudad todo el mundo está acostumbrado a los héroes de aspecto estrafalario, así que llega al lugar sólo un poco después que Llama gracias al flamante mono-raíl, tras soportar un cuarto de hora de música de ascensor, anuncios de soda y fotografías que los pasajeros le hacen con el móvil. (Alguno llega incluso a pedir autógrafo y fotografía contigo, si aceptas). Al salir del vehículo Echo descubre una estación bastante deteriorada, a la que le faltan baldosines en las paredes y a la que le fallan algunas luces.

La sensación de barrio deprimido se acentúa al salir de la estación; Costa Bonita está formado por montones de viviendas viejas, apiñadas en una pendiente que desciende hasta el mar, muchas cubiertas de pintadas y con solares cerrados con malla metálica entre las construcciones. Sin embargo la gente aquí, casi todos morenos y mulatos, parece feliz, y los edificios están pintados de colores azules, rojos, verdes y amarillos dando una sensación colorida y alegre. Una señora mayor, desdentada y con un paño de colores en la cabeza, se queda mirando a Echo impertérrita hasta que ésta ve descender a Llama no lejos de la estación; con una pequeña carrera deja a la señora y a los mirones que se le habían ido uniendo detrás, y llega hasta su compañero.

No sabéis cómo se llama el local en el que os encontráis, pero la "B" se encuentra situada sobre un edificio blanco, lleno de balcones, del que sale una música machacona que rebota en las fachadas de los edificios de alrededor. Desde aquí también se ve, dos manzanas más abajo, un montón de palmeras y una playa de aspecto abandonado.

El edificio está rodeado por un espacio amplio y todo está atestado de gente, la mayoría morenos de aspecto caribeño. Debe haber cientos de personas, en corrillos, en parejas, bailando y bebiendo cerveza clara y ron, e incluso hay varias parrillas en las que se fríen enormes salchichas, vegetales y pedazos de carne. El aterrizaje de Llama no parece interrumpir en absoluto la fiesta; de hecho cuando Echo llega a su lado se ha formado un nutrido grupo de bailarines a su alrededor que se menean rítmicamente con la música aplaudiéndole y haciéndole corrillo.

Una morena alta y con el pelo trenzado, todo culo y tetas, "vestida" con unos shorts que parecen un culotte y con un top diminuto claramente insuficiente para su enorme talla de pecho, entra en el corrillo al mismo tiempo que Echo y choca caderas con ella, "!Aai, bienvenida flaca!", antes de ponerse a bailar junto a Llama, "¡Que fogoso, mi amool!", y le invita a bailar meneando escandalosamente todo su equipamiento.

El ambiente es claramente festivo y no detectáis ningún tipo de hostilidad, pero el gentío no os deja llegar hasta la puerta del edificio blanco, aparentemente el núcleo de la fiesta y el lugar en el que, quizás, podríais encontrar pistas. Desde aquí, además, podéis ver a varios dominicanos corpulentos en la puerta con una lista de invitados. Parece que no todo el mundo puede entrar en el edificio principal.

¿Qué haréis?. ¿Os uniréis a la fiesta?. ¿La montaréis gorda?. ¿Intentaréis llegar al edificio escurriéndoos entre los bailarines?. ¿Quemándolos?. ¿Volando?. ¿Trepando la fachada?. ¿Llegando a uno de los balcones?. En todo caso sed conscientes de que el lugar está atestado, y hay cientos de personas mirándoos.

(Sigue...)

El Protectorado 7.2 (Balthazar, Mindforce, Prototipo D-03)

El edificio del ayuntamiento es una mole aséptica de acero blanco y cristal reflectante, y tras presentaros en la entrada una mujer alta, rubia y curiosamente hierática envuelta en una especie de traje tecnológico os ha traído hasta la sala más espectacular de todo el espectacular complejo. En vuestro camino hasta aquí habéis visto el ajetreado trajín administrativo de un gran ayuntamiento, pero también medidas de seguridad futuristas como haces de láser que se desactivan a vuestro paso y sospechosos paneles de aspecto tecnológico en techos y paredes.

El Ave María de Schubert resuena en las paredes enmaderadas del despacho cuando vuestra atlética guía os hace pasar;

(Sigue...)