Partida Rol por web

Libris; Estación Colonial Pycon; Estrella de Combate Atlantia; 1ª Flota Colonial; Almirante Nagala.

00:00 Horas desde el ataque cylon...

-Con toda la flota, por favor -dijo el Almirante.

El megáfono resonó al encenderse por los pasillos de la nave. Y los hombres y mujeres de la flota prestaron atención.

-Les habla el almirante. Hace pocos minutos, los cylon atacaron y destruyeron la estación armisticio y el crucero de combate Asterion. El almirante Peterson, en la órbita de Tauron, ha sido atacado, y la segunda flota está contra las cuerdas.

Apoyó una mano sobre la mesa, despacio.

-El día que tanto temíamos, ha llegado. Es la guerra. De nuevo, una guerra contra un enemigo que solo desea nuestra aniquilación.

Dejó un silencio a drede.

-Pero no deben olvidar quienes somos. Nosotros somos la primera flota. Escogidos entre los mejores, y entrenados día a día para serlo. No hay abismo lo suficientemente profundo al que ustedes no puedan adentrarse, ni problema lo suficientemente difícil como para que ustedes no lo puedan resolver.

Tomó aire.

-Deber es la palabra más sublime de nuestra lengua. No pueden exigirse más. No deben conformarse con menos. Lucharemos hasta la última nave, el último vehículo, la última gota de sangre. No nos rendiremos. Lucharemos hasta la muerte, si es necesario, para defender todo lo que amamos. Buena caza, y que los dioses de Kobol estén con nosotros.

Colgó el comunicador, mirando a los que allí estaban. Todos le miraban desorientados, como si no supieran que hacer. Entonces, recordó las palabras de su esposa: "Tu deber es levantarte cada mañana y ser consciente de lo que eres, y de quien eres".

-Oficial de comunicaciones.

Hubo un silencio incómodo.

-¡Teniente Scorpia! -bramó.

La chica tragó saliva, reaccionando rápidamente.

-Órdenes enviadas a toda la flota colonial. Estado de alerta.

El almirante se giró hacia la coronel Anders.

-Salto preparado.

El almirante se colocó en su posición, cruzando los brazos. Stark carraspeó e intervino, como balbuciendo una disculpa por aquella estupefacción repentina de la tripulación.

-Los hombres le seguirán hasta el mismísimo infierno, almirante. No lo dude.

Entonces, Nagala sonrió de medio lado, fúnebre.

-Me alegro, comandante. Por ahí es precisamente a donde les llevo.

Miró a la coronel, que esperaba con la mano sobre la llave del FTL. En ese momento, Stark abrió los ojos como platos, y exclamó.

-¡Múltiples contactos DRADIS!

Nagala apretó los dientes, sintiendo los impactos de las cabezas nucleares sobre la estación Pycon, sobre la 1ª, sobre la 4ª Flota Colonial, sobre la mitad de la maldita flota.

Sobre el mundo entero.

Aproximadamente veinte segundos después logras medio incorporarte de tu Consola de Mapas - donde has caido- A tu lado; Stark intenta ayudarte a levantarte, pero observas que tiene una brecha enorme en la cabeza que sangra profusamente. Parece no importarle. Como siempre claro.

Misiles Termonucleares...y más de uno han impactado en la nave. Quizá la nueva camada, como Ferdinan o ese Almirante novato de Ryan no sepan reconocerlo; Pero...cuando algo así de potente impacta contra tu nave, sabes reconocerlo. Te recuerda tiempos pasados. Oscuros tiempos pasados. Aquellos que imaginaste no volver a vivir jamás.

No hace falta que pidas un informe de situación; La teniente Scorpia comienzaa desgranar informes...¡Gritando! Con una voz de Soprano que hace que todo, excepto las pequeñas explosiones que se suceden por toda la nave callen. -Vaya voz...quién lo hubiera dicho-

¡IMPACTO TERMONUCLEAR EN LA ARMURA DE ESTRIBOR! ¡DOS IMPACTOS MÁS EN LA POPA! ¡PERDEMOS ATMÓSFERA POR CINCO PUNTOS DE LA NAVE ALMIRANTE! ¡ESTADO CRÍTICO!

Scorpio sigue...

¡Pycon ha sido borrada del mapa! ¡POR LOS DIOSES! ¡De la 4ª Flota solo queda la Estrella de Combate ULYSES y dos escuadras de Cruceros!...¡Se han cargado al resto!

Scorpia te mira con ojos aterrorizados, pero sigue...

Más de tres cuartas partes de la 1ª Flota han sido destruidas o están siendo duramente vapuleadas!

Una lagrima se escapa, perezosa de sus ojos mientras logra decir, olvidada su milagrosa compostura incial...tras ver como todos y cada uno de los monitores de navegación se apagan y en ellos salen códigos cifrados cylon. El CIC estalla en caos cuando os dais cuenta que no teneis ordenadores que gobiernen la nave; Que no teneis FTL para poder huir...y que vais a la deriva.

Todo el CIC comienza a gritar presa del pánico...¿Todo? No. Stark te apreta con su mano en tu brazo y susurra un fiero.

Hiza tu gallardón*...y peleemos; ¡Aunque sea en manual, POR LOS DIOSES!

Todo a tu alrededor se hace espeso y lento...tu solo ves tu mesa de mapas, en la cual, a través de la sangre que Stark ha dejado ahí puedes ver, entre coagulos de sangre como la 1ª Flota comienza a desengancharse de Pycon y a girarse sobre si misma para hacer frente a las más de una decena de Estrellas de Combate Cylon que han aparecido.

Atlantia es la Estrella de Combate más cercana a la línea Cylon, y el resto de tu Flota se prepara para formar una línea junto a ti.

Tus ojos siguen fijos en la lista de supervivientes...

8 Estrellas de Combate; Todas marcadas con el amarillo o el naranja indicando su estado Grave o Muy Grave.

Perséfone.

Andrómeda.

Coddington

Libris.

Prometeo.

Hie kon te.

Holmerg.

Atlantia.

3 Escuadrones de Cruceros de Combate; 15 en total. el 7º, el 3º y el 12º.

Las ordenes del Almirante Nagala -emitidas en toda frecuencia Colonial conocida- llegan al CIC mientras el Teniente Coronel Ferdinan y el XO Greko discuten en la Consola de mapas.

Os dirijís a una misión de recepción oficial en Libris, con lo que todos los oficiales, vestidos de gala, se encuentran en el CIC.

Bracket en su consola de Comunicaciones, la Teniente Sinéad en su Consola de Armamento; El joven Ícaro en su Consola Medioambiental. Junto a la Sargento de marinería Colonial Linda Evans. La cual le mira sin demasiada discreción.

Los marines rasos 'Bullfighter' y 'Feuer' se acaban de cuadrar, el CAG Fullerton acaba de presentarse en el CIC:

Así os encontrais cuando Nagala envia su mensaje, un mensaje de honor, lucha y entrega. Un mensaje que proclama a los cuatro vientos la llegada del enemigo más implacable de la humanidad.

A Greko y a Ferdinan no les da tiempo a proclamar ni una sola orden. En el CIC se empiezan a oir sirenas, y Bracket comienza un grito...gutural...pues más de 10 Estrellas de Combate Cylon han aparecido en su Dradis.

Apenas un latido más tarde comenzais a sentir en Bardoon la onda expansiva,una onda expansiva como nunca se había visto hace balancear a Bardoon de una manera brutal. 

El CAG cae al suelo...solo para ser detenido en mitad de su caida por el marine raso 'Feuer'. Ferdinan y Greko caen sobre la consola de mapas. Mientras el resto del CIC -sentados- logran sostenerse en sus asientos.

No por mucho tiempo...pues otra onda expansiva...esta más fuerte, más intensa, más nuclear parece desnudar a Bardoon.

Las alarmas eléctronicas suenan, suenan y siguen sonando sin parar...

Hasta que cesan...y se apagan junto con todo elemento eléctronico de la nave. Dejando tan solo el viejo interfaz de las 12 Colonias. Tras eso solo queda el silencio, aun roto por el eco de los sonidos de la sirena

Pycon Destruido.

4ª Flota destruida.

Pegasus destruido.

Gallardón de Nagala caido.

Estrella de Combate Bardoon

00:01 horas desde el ataque Cylon.

Vuestras consolas se quedan mudas. Al parecer algo las ha infectado, porque se ha caido todo el nuevo sistema informático. Sin embargo aun teneis el control manual sobre el antiguo interfaz. O eso creeis.

Emer desde su puesto escuchó con gesto serio mirando de soslayo a los allí presentes con cara intranquila pero con una mirada que destiladaba determinación. Cuando sus ojos azules se cruzaron con los de Feuer se pusieron mas gélidos que de costumbre y casi pareció que le enseño los dientes... pero no era el momento.

Las potentes sacudidas hicieron que se moviera con violencia hacía adelante y atrás... pero sus años de entrenamiento le ayudaron para no reventarse la cabeza contra la pantalla que tenía delante. En menos de un segundo, como de costumbre tecleo con velocidad y comprobó el estado del armamento así como los daños que pudiera haber sufrido la "Bardoon" pero la boca se le entre abrió en señal de sorpresa al no dar crédito a lo que veía, tragó saliva con dificultad... miró al frente, Ferdinan

- ¡SEÑOR! Algo ocurre con los sistemas electrónicos, ¡No responden! - tecleo con celeridad nuevamente - ¡Es la nueva red! Los controles manuales podrían responder... pero... no estoy segura - no lo estaba en absoluto, pero debía soltar todo aquello cuanto creía que pudiera funcionar y más en esa situación... Logró mirar a los otros técnicos en sus consolas buscando que alguien pudiera secundar su ¿teoría?

Con el corazón en un puño y apretando con fuerza mi arma escucho una por una las palabras del almirante Nagala, por unos instantes siento como la respiración me falta y el miedo me sobrecoge. Las palabras de aquel hombre ciertamente eran motivadoras y podrían dar fuerza hasta al más cobarde de los soldados, pero esto... esto lo superaba a todo, Los cylon, ¿han vuelto?. Fijo mi mirada en el transmisor a través del cual se escucha la voz del almirante como si realmente estuviera allí delante de nosotros hablando... y que los dioses de Kobol estén con nosotros. Cierro los ojos durante un instante, Por favor, que estén con nosotros y los vuelvo a abrir.

El discurso termina, y antes siquiera de poder dirigir mi mirada a Ferdinand el sonido de las alarmas y las luces rojas irrumpen en el lugar... un balanceo y parece que todo se viene abajo; quizá esas sean las últimas palabras de ánimo que vayamos a escuchar. Observo como Hefesto, el CAG parece que va a caer y trato de detener el golpe contra el suelo, lo miro, y le preguntaría si se encuentra bien, pero en estos momentos creo que eso no es importante.

Lo ayudo a ponerse de pie, y ahora si... dirijo mi mirada hacia el Teniente Coronel Anton Ferdinan; a decir verdad, espero que sepa lo que hacer para salir de esta.

Linda rapidamente se incorpora y se pone en pie, estaba claro, estaban en guerra con los Cylon, los malditos habian vuelto, y al parecer habian llegado de una forma bastante fulminante, sin pensarlo rapidamente se pone en pie y observa a los alli presentes, no ve a nigun herido o al menos de momento, inmediatamente sus instintos le decian que debia de mirar si habian sido abordados, asi pues sin perder un segundo rapidamente dice a sus hombres:

- Señores esten en alerta, existe la posibilidad de ser abordados.

Cogiendo su comunicador se pone en contacto con los marines:

- Señores espero que esa sacudida no les haya dañado, les quiero a todos listos y armados por su sufrimos una invasion ya, tengan todo a punto y esperen ordenes.

Seguidamente observa el lugar para observar la accion de sus superiores y estar preparada para cumplir rapidamente las ordenes de estos

El mensaje de Nagala no deja apena tiempo para reaccionar, un instante después un primer ataque golpea la nave y Antón se encuentra tirado sobre la consola de mapas con el XO.

Para cuando se levanta la Teniente Sinéad ya está informando de la situación.

-¡Trate de reiniciar el sistema para recuperar el control! Si no, cambie a control manual.- da las órdenes sin pensarlo, esta entrenado para ello, pero en su mente, durante un segundo, surge la duda. La mayoría habían hecho maniobras en viejas estrellas de combate con control manual, pero eso no tenía nada que ver con plantar cara al enemigo sin el apoyo informático.- ¡Prepárese para un contraataque inminente!

-Teniente Bracket, ¿cual es la situación de los viper que tenemos en el aire? ¿Y el resto de los Estrellas de Combate en órbita? Necesitamos coordinarnos.

Anton mira a Greko, hasta hace un segundo habían estado discutiendo. Ahora ni siquiera podía pensar sobre que. Mira alrededor, todos estaban demasiado cerca, no quería desanimarles pero una mirada entre ambos oficiales bastó para confirmar que los dos sabían lo que iba a pasar aquel día.

De momento estás ciego. Tu Dradis se está reiniciando y no sabes nada de lo que pasa.

-Somos demasiado jóvenes e hijos de puta para morir. - Fue lo único que susurró Allan a Anton antes de incorporarse y empezar a tratar de cuadrar la situación. En su mente una alarma comenzó a aullar. - Si están aquí tienen a alguien dentro de las colonias que les ha pasado toda la información...

Es el momento de trabajar, es el momento de darlo todo, por las Doce Colonias, por los Dioses de Kobol.

-Estamos ciegos y sordos... Todo el mundo a sus consolas. En cuanto vuelva la electricidad todo el mundo a hacer su trabajo, para eso hemos hecho todos esos cientos de simulacros... ¡Enviemos al infierno a esas putas tostadoras!

Allan corre hacia Anton y se dirije a él.

-Anton, si no me necesitas aquí quiero dar una vuelta por la nave para poder evaluar los daños, además necesitamos que todo el mundo esté en su puesto y plenamente operativo, el verme tal vez les de ánimos.

-¡Más de tres cuartas partes de la 1ª Flota han sido destruidas o están siendo duramente vapuleadas!

El almirante se incorporó, escuchando las funestas noticias. Los sistemas se iban al carajo. ¿No habían aprendido nada en la última guerra? Maldito CNP, y maldita tecnología. Era evidente que los cylons eran máquinas, y jamás podrían superarles en el entendimiento de las mismas. Cuanta razón tenía el viejo Bill Adama...

La oscuridad se hizo en el CIC, y el almirante de pronto recordó...

------ Picon, Cuartel General de la Flota, hace menos de un año ------

El despacho del almirante Corman estaba silencioso, y el ordenanza redactaba unos informes en la antesala. El ayuda de campo de Nagala, el joven Smith, abrió la puerta. El almirante entró con grandes pasos, fúrico. El sorprendido teniente se puso en pie de repente.

-Señor, le anunciaré -dijo.
-No se moleste.

Abrió el mismo la doble puerta. Corman estaba hablando por teléfono, y se giró a mirarle.

-Perdona, tengo que colgar -dijo.

Colgó el teléfono inhalámbrico, y sonrió despacio, halagador.

-Almirante, ¿En que puedo ayudarle?

Nagala enseñó los dientes.

-¡Firme cuando le hablo, almirante!

Corman reflexionó un momento, y luego se levantó, cuadrándose. Nagala tiró encima de su mesa un informe.

-¿Que cojones es esto? -preguntó Zeus.

Corman hojeó el informe, bajando la mirada para ello. Los papeles contenían información sobre una operación de alto secreto que involucraba a la estrella de combate Valkyrie y la nueva estrella furtiva, la nave de reconocimiento indetectable. El almirante colonial soltó aire, despacio.

-La operación es un encargo directo del presidente Adar. No se le informó por ello.

Nagala golpeó la mesa con el puño cerrado.

-¡Maldita sea! ¡Todavía no estoy muerto! ¡Soy el Almirante Supremo, y debían haberme consultado!

Por la intensidad de su voz, nadie diría que él era un anciano. Le señaló con el dedo.

-¡Han pérdido la estrella furtiva detrás de la línea del armisticio! ¿A que cojones estaban jugando? ¿Provocar a los cylon? Las vidas de miles de millones de personas están en juego ahora.

Corman puntualizó, herido en su honra.

-Los cylon no destruyeron la nave, ni siquiera hay evidencia de que la detectaran. Adama lanzó un misil nave a nave y la destruyó.

Nagala sonrió.

-Tiene usted razón. Eso poco importa ya. Lo que si importa es que no se me consultó.

Corman parpadeó.

-Como ya le he dicho, el presidente Adar...
-¡El presidente Adar no es su superior, su superior soy yo!

Ambos hombres sostuvieron la mirada un momento. No era desconocido por nadie que Corman ambicionaba su puesto.

-Entrege sus insignias, contra-almirante -dijo Zeus.

Ahora si consiguió que se removiera.

-Esto lo pagará caro, Nagala.

El viejo sonrió.

-El precio que tenga que pagar, no es asunto suyo -sentenció, ofreciéndole la palma de la mano.

Corman se quitó sus insignias.

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La lágrima se mezcló con la sangre.

Stark no era hombre dado a sentimentalismos. Pero en la oscuridad del CIC, con el mundo derrumbándose a su alrededor y sin poder plantar cara al cruel destino, sabía que su viejo amigo se sentía impotente. Hombres como ellos no merecían expirar de aquella manera tan sórdida.

Sintió su mano apretándole el brazo, y escuchó sus palabras.

-Hiza tu gallardón... y peleemos; ¡Aunque sea en manual, POR LOS DIOSES!

De nuevo, su mente se vió asaltada por un súbito y fugaz recuerdo...

------ Luna de Cymtar, cerca de Tauron, último día de la Guerra Cylon ------

Los cylon habían invadido Tauron.

La estrella de combate Triton había sido destruida por tres naves base cylon que habían salido de la nada. Los vipers de la Solaris y la Triton estaban siendo masacrados por el enemigo, y todo parecía perdido. Una nave base cylon saltó en su espacio y acribilló con misiles a la maltrecha Solaris, a quemarropa.

La vibración fue tan grande que dejó a oscuras el CIC, y tiró al suelo al joven capitán Nagala, oficial táctico de la nave. Cuando volvió en si y se levantó, cojeó en medio de los chispazos de los cables rotos hasta la figura del comandante Picard, dándole la vuelta.

-¡Señor, señor!

Picard tenía un cristal atravesándole la cabeza, y no volvería a levantarse jamás.

-¡Coronel Roberts! -bramó.

Giró la cabeza hasta el marine que había ido a quitarle el amasijo de hierros que le había caído encima. Roberts estaba en las últimas, y Nagala se acercó cojeando. Otro impacto nuclear más sacudió a la Triton.

-Señor, señor... -dijo, tomándole la mano.

Habían llamado a los camilleros, pero Nagala pudo leer en sus ojos el espectro de la muerte.

-Ca...Capitán -dijo- Asuma... el mando.

Nagala se resistió a lo inevitable. Él no era un líder, tan solo un oficial experto en consolas y cálculos matemámicos. Eran los jaques de viper los que solían ascender a aquellas posiciones de mando. Pero el CAG había muerto hacía rato, carbonizado en la cabina de su viper mark II.

-No, ¡Señor, señor!

Le zarandeó, angustiado. La vida dejó al viejo coronel, y todos miraron a Nagala. Un misil nuclear explotó cerca de la nave. Nagala respiró fuerte, hiperventilándose. El LSO le miró aún con mayor angustia.

-Señor, ¿Que hacemos?

Nagala sintió en momento que toda las dudas del mundo debían quedar aparcadas en un segundo plano. Ahora él no era él mismo, sino lo que se esperaba de él. Porque ahora él tenía el mando.

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La misma mirada en aquellos viejos ojos, la misma angustia. Sus tribulaciones a penas le habían llevado unos segundos, pero podía leer el ansia en la mirada del vijeo Stark. Scorpia estaba nerviosa. Miró a los oficiales de las consolas. Eran todos tan jóvenes...

Un pulso de adrenalina latió en su viejo cuerpo, haciéndole mostrar los dientes. Las palabras de su vieja esposa resonaron en su mente. Una esposa que quizá ya habría muerto. "He visto sus ojos, Jethro, y se que tienes el deber de hacer aquello que se espera que hagas. Ellos confían ciegamente en ti, y mientras vivas y seas capaz de hacerlo, tu deber es levantarte cada mañana y ser consciente de lo que eres, y de quien eres. Tu eres el almirante Nagala, el héroe de las colonias".

Enseñó los dientes como un chacal, enfadado consigo mismo. Así no podía morir, así no debía morir. Las razones poco importaban. Debía darle a las tostadoras una última y calurosa despedida. Apretó el maldito botón, hizando el gallardón.

-¡Pasamos a manual! -bramó.

Se giró a un marine.

-Sargento, vaya a por un grupo de mecánicos y manejen los autocañones manualmente, dennos algo de tiempo. ¡A paso ligero!

Miró a Scorpia.

-Aislen los sistemas. Reinstale, reconfigure, implemente... ¡HAGA LO QUE SEA NECESARIO! ¡Quiero recuperar el control de mi nave, y lo quiero para AHORA!

Nagala miró el techo del CIC, pensando en cuanto podría aguantar aquella nave. "No me falles", pensó. "Porque si tu me dejas, yo no te voy a fallar a ti". Su mirada se cruzó luego con la de Stark, y sonrió. Parecía que estaba disculpando con él por aquella situación, aunque fuera totalmente ajena a su voluntad.

Nagala hiza el Gallardón. Llama a la batalla *

Icaro no podía creer lo que estaba oyendo, ¡los cylons nos atacan¡. innumerables preguntas rondaban en su cabeza, las cuales ninguna podría tener respuesta en este momento.

Para colmo la sargento Linda no para de mirarme, ¿¡que diablos le estará pasando por su cabeza¡?.
De repente la fuerte sacudida me saca de mis pensamientos, ¿que cojónes fue eso? no me dio tiempo a recuperarme de la primera cuando la segunda me hace golpearme contra la consola. Un hilo de sangre cae por mi frente y comienza a gotear sobre el teclado, la cabeza me da vueltas hasta que la voz de Emer me saca de mi estupor. Vamos reacciona, te han entrenado para esto, compruebo la consola tiene razón no están operativos, operar manualmente tal vez sea la única solución que nos queda.

¡ Señor el reinicio es inútil tendremos que operar manualmente, aun así no sabremos hasta que punto seremos funcionales¡

Maldita sea no me prepararon en la academia para esto ¡ dioses dadme fuerza¡

Escuchó la orden de Ferdinan y asintió con fuerza - ¡Señor! - tomó en controlo de su consola y comenzó a teclear las operaciones correspondientes para reiniciar sistema pero el cadete Parker se le adelantó. Miró al muchacho con una amable sonrisa y fue directamente a ejecutar los comandos para restablecer un control manual de la nave tratando de recabar el máximo de funcionalidad posible...

Esto es un esperpento... Estamos jodidos y todos vestidos de niños buenos... es irónico el destino. De cualquier forma a qué misión pretendías que te enviasen, siendo los más jóvenes de la flota, no nos iban a enviar a misiones importantes...

Al habla el Capitán Richard; Al mando de la Estrella de Combate Ulyses; 4ª Flota.

Este es un mensaje para todas las naves Colonials que puedan seguir luchando en el sistema Libris.

El mensaje es interrumpido por los ruidos de fondo...principalmente explosiones

Los malditos Cylon han anulado todos nuestros sistemas de Navegación y Dradis. Nuestra navegación es ahora visual.

Más explosiones interrumpen el mensaje.

Intentaré ganar algo de tiempo. Para que...si hay alguien ahí fuera pueda organizar una defensa.

Un golpe seco resuena en la transmisión universal -como si el transmisor hubiera sido apoyado en una mesa de cristal-

¡ULYSES!...¡RUMBO DE COLISIÓN CONTRA LA NAVE CYLON MÁS CERCANA!

¡ESO DECIMOS TODOS!

Los ecos de los gritos de la tripulación del Ulyses aun perduran unos segundos más...hasta que son borrados por una explosión que llena de estática la línea. Apenas tres segundos después, esta estática se apaga.

El capitán de la Ulyses es tu hermano Gemelo.

Anton asiente al XO.

-Está bien, quiero a todo el mundo en sus puestos.- le dice antes de que se marche.

Después mira a la consola de armamento donde su Teniente y el cadete Parker se afanan en reiniciar los sistemas, aunque parece imposible.

-¡Cambio a manual! ¡Cambio a manual!- su padre le había dicho muchas veces que la labor de un Comandante era mucho más sencilla ahora que los ordenadores controlaban todo. Bien, ya no lo era.

La comunicación del Ulyses bramó por todos los altavoces del CIC, estaban en su misma situación, no había duda alguna, no era por la colisión, los Cylon habían logrado colarse en el sistema.

Anton observa la imagen del DRADIS que ya vuelve a mostrarse sobre la consola de mapas. En ella puede ver como la Ulyses se acerca a una velocidad demasiado alta hacia una de las naves Cylon antes de parpadear y desaparecer de la pantalla. Los vipers que se encontraban en el aire, algunos de la Bardoon y otros el resto de naves, se muestran estáticos en la pantalla y poco a poco, igual que la Ulyses, van desapareciendo al ser desintegrados por los Cylon.

Anderson, al que había conocido personalmente, había caído luchando, y él no estaba dispuesto a ser menos, si debian morir aquel día al menos acabarían con tantas tostadoras como fuera posible.

-¿Tenemos comunicación con los pilotos?- vuelve a preguntarle a Bracket, después se gira hacia el CAG.

-¡Hefesto! ¿Podemos contraatacar? ¿Tenemos algo que pueda volar en estas condiciones?