Partida Rol por web

SEGUNDO SOL DE TIAMAT 4480:

MEDIODIA.

Otra jornada que la escuela no tenía nada que celebrar.

Poco importaba, realmente.

Sólo salir bien parado del siguiente combate, hasta terminar su compromiso con la escuela.

Y en eso no había ido del todo mal. Hoy podía continuar su entrenamiento.

- Vamos, Pularr, continuemos. A ver si con el entrenamiento el próximo combate puedo ganarlo.

Angel se levantó y, por alguna extraña razón notaba que algo pesaba menos dentro de él. De alguna manera su yo interior aceptó el juego y las normas de su nueva vida.

El momento en el que el público gritó su nombre, pese a estar perdiendo el combate y estar a punto de morir, fué uno de los mejores de su vida.
Puede que lo importante no fuera vencer o perder, sino la forma en que se hacían esas cosas.

También estaba el hecho de haber visto a un humano realizando un conjuro Eladrín.

Humos le había bajado los Humos.

Salió de su celda y se dirigió a la arena para entrenar, allí vió a Petaculos, se le quedó mirando y le levantó la cabeza a modo de mudo saludo. Luego empezó a dar unas cuantas vueltas a la arena corriendo.

- Transcurre una mañana de entrenamientos.

- Apenas falta nada del descanso del mediodía cuando el Heraldo llega a la Arena.

- El Azuzabestias Pularr le recibe con todo el respeto debido a un miembro importante de la Organización de la Arena de Detritus.

- Hola, Angel.- Le saludo cuando llega. "Parece más sociable después del último combate."

Cuando llega el Heraldo voy a recibirle junto con Pularr. Al llegar de sorpresa no he podido asearme antes de recibirle, pero como miembro presente de más experiencia de la escuela es mi deber recibirle con honores en representación de la misma. Aunque al mismo tiempo esté deseando que terminen todos mis compromisos como luchador.

- En nombre de los Capas Rojas le doy la bienvenida.

- "¡Salve, luchadores! He venido a entregaros la edición especial de hoy del Gladiator's Digest y a confirmaros que lo que en este diario se dice es cierto. Los Juegos de Gladiadores van a ser prohibidos en breve en todo el Imperio.

La Organización de la Arena de Detritus desea clausurar la Arena con un gran Campeonato en el que participen todos los luchadores de Detritus y de Malatea. Si el Gobernador de Malatea está de acuerdo, es muy probable que se haga así.

Creo que el premio al Campeón será bastante sustancioso, además el Emperador ha prometido a cada Campeón Provincial una villa rural y la consideración social de Patricio.

Por el simple hecho de participar, ambos quedaréis libres de vuestras obligaciones, Petaculos de su contrato con la Organización, y Angel se convertirá en un Liberto Residente, con opciones a la Ciudadanía.

Para los que ganen dos o más combates es muy probable que haya además un premio de consolación de más de mil piezas de oro." -

- "Vaya, casi me dan ganas de volver a ser gladiador, aunque hace muchos años prometí que nunca más volvería a luchar en la Arena y esa es una promesa que pienso cumplir." -

- Dime, Heraldo, ¿los combates del próximo campeonato serán a muerte?

Angel detuvo su entrenamiento para escuchar que decía aquel hombre.
Libertad, les daban la libertad.

Angel nunca sería libre, estaba atrapado en aquel asqueroso mundo -en el que nisiquiera podría vagar libremente- y ahora que parecía encontrar un lugar como gladiador, como capa roja, incluso un público, gente que lo proclamaba... todo aquello iba a acabar.

De ser así pensaba vencer o morir. Jamás podría vivir como un simple ciudadano, no, ese sería su peor infierno.

Tras escuchar aquellas palabras Angel siguió entrenando con más rábia.

- "En todos los Campeonatos, los combates siempre son todos a muerte. Con Veredicto de Muerte o Clemencia, claro está." -

- El Heraldo se retira y el resto del día transcurre con normalidad, mientras Angel y Petaculos entrenan con la ayuda de Pularr.

HA TRANSCURRIDO UNA SEMANA COMPLETA.

CUARTA LUNA DE TIAMAT 4480:

POR LA MAÑANA.

- Tras su regreso a Detritus, Champiñón y Muñón han vuelto a entrenar con sus compañeros Capas Rojas Angel y Petaculos, diariamente en la Arena. Todos tienen diferentes experiencias que contar.

Entro en la arena en busca de mis compañeros, quiero ver cuanto a progresado, quiero ver si están bien. No es que esté unido a ellos emocionalmente, pero son mi equipo, y yo soy su capitán. Necesitan de mi ayuda. Y yo la suya.

Entro dando zancadas por los pasillos y corredores del edificio. Busco a cualquiera de mis compañeros o a Pularr.

¡Plaf!, ¡Plaf! Sonaban mis zapatos de cuero al pisar la piedra fría. Corría buscando a alguien.

- ¿Champiñon? ¿Tapón?

Dejo mi entrenamiento y voy a saludarles. No es que estuviera entusiasmado pero al menos eran, por el tiempo que tocaba, lo más parecido a unos aliados que teníamos.

- ¿Cómo os ha ido? Al menos estáis enteros. Por aquí... Bueno, se alegrarán de la vuelta del campeón.

¿Tapón?

Harold entró a la zona de entrenamiento en pos de Champiñón, siguiendo al que se había convertido en líder de la curiosa expedición detriniana.

Ejem... si vas a llamarme por mi mote, al menos recuerda que es Muñón  le dijo el enano sonriente al elfo La verdad, nos ha ido muy bien. Mucho mejor de lo que yo esperaba, todo sea dicho  dijo ufano el mago.

- "Pues eso merece un brindis. Da la casualidad de que tengo un barrilete de cerveza enanil en la Sala de Guardia, si me acompañáis os serviré una jarra." -

Angel, aunque no dijo nada a los llegados les saludó levemente con la cabeza y fué hacia donde se habían reunido junto al elfo para escuchar sus historias.

Cuando Pularr les ofreció cerveza Angel no vió que podía haber de malo en beber un poco y se acercó a su entrenador.

- Vaya, un mes fuera y me olvido de los nombres de mis compañeros. Perdona, Muñón. Celebremos entonces vuestro retorno.

 Sonrío ante el agradable recibimiento de todos, también por la torpe equivocación del elfo. 

-En verdad, fue muy valioso para todos, allí pude vencer al luchador que estaba por encima mía en el ranking. Y Muñón venció también.