Partida Rol por web

MANSION DE PINFALO:

- La cena transcurre tranquilamente.

- El Maestro de Ceremonias explica a los nuevos Capas Rojas que su líder es Champiñón, el Campeón de Detritus, aunque siempre serán bienvenidos en su mansión para lo que necesiten.

- Los Capas Rojas tienen permitido vivir y entrenarse en las instalaciones de la Arena de Detritus. Pueden utilizar todos los materiales de entrenamiento que necesiten y solicitar cualquier cosa que sea razonable para entrenar. También cuentan con la ayuda del Azuzabestias Pularr y de los demás Azuzabestias, guardias y barretripas, y de todo el personal de la Arena en general.

- Lo que no tienen los Capas Rojas es maestros. Cada Capa Roja debe buscarse la vida lo mejor que sepa, ya sea entrenando por su cuenta o encontrando (y pagando) maestros en la ciudad y sus diversas organizaciones.

- El Maestro de Ceremonias le da a Champiñón un documento llamado Juramento de Servidumbre, redactado expresamente para Angel. Eso es que para que cuando Champiñón juzgue que el Eladrin es de fiar y de plena confianza, es decir cuando esté dispuesto a responder por él, le ofrezca firmar el juramento y pasar de ser Esclavo a ser Siervo de los Capas Rojas. Eso le daría algo más de libertad, ya que a cambio de una continuada buena conducta podría visitar la ciudad, tener derecho a la propiedad privada y otras ventajas.

- El Maestro se percata (es fácil darse cuenta dado el tintineo) de que Petaculos lleva encima varios cientos de monedas de oro. Le recomienda que no lleve eso siempre encima, que ingrese la mayor parte cuando pueda en un banco.

- Tras la cena, Champiñón lleva a Angel de vuelta a la Arena y él regresa a su cervecería. Petaculos y Muñón se encaminan a la Posada, dispuestos a descansar un poco y celebrar su libertad.

Tan intensos están siendo los entrenamientos en la fortaleza de la Legión, que Lagartija pierde por complejo la noción del tiempo.

TRANSCURREN DOS DIAS.

PRIMER MENSAJERO DE TIAMAT:

POR LA MAÑANA.

POSADA DEL PICO TORVO:

Ayer Champiñón fue a la Posada a buscar a sus nuevos Capas Rojas para comenzar los entrenamientos, los encontró bebiendo vino, y al final una cosa llevó a la otra y ha habido una juerga monumental.

Los tres despertáis en la habitación asignada a Muñón, que está hecha un desastre, la resaca es probablemente la peor de vuestras vidas.

El posadero os está regañando por haber lanzado anoche la cama por la ventana.

- "¡Esto es una zona catastrófica! ¡Largo de aquí! ¿Pagará el Magister Pinfalo estos destrozos?" -

A pesar de mis intenciones, absorbido por el frenético ritmo impuesto por los entrenamientos, aún no he pasado por la escuela amarilla. Pero no puedo demorarlo más. Con paso veloz, para perder el menor tiempo posible, corro hacia la escuela para dar razón de mi situación actual y hablar sobre los rumores que me han llegado.

- "Cierto, ya mencionaste que querías visitar a tus amigos.

Hoy has conseguido mantener a raya a doce hombres. Claro que son doce novatos, nuevos reclutas recién llegados y armados con simples palos. Pero parece que vas mejorando.

Ve y no te entretengas. Correr te vendrá bien como parte de tu entrenamiento." -

- LAGARTIJA se dirige a la Escuela Amarilla y Sale de Escena.

Primero me extraño por lo de la cama pero luego vagamente recuerdo haber dicho algunas cosas en la línea de que un explorador no necesita una cama para dormir.

- ¡Nada hubiera pasado si vuestro vino no fuera tan peleón! Oh, mi cabeza... La próxima vez te compraremos mejor vino.

Siguiendo el consejo de Pinfalo tomo mi oro con la intención de ingresarlo en un banco pero dejo unas monedas como compensación al Posadero. "Espero que con esto sea suficiente. Es la primera vez que uso mi dinero aquí.". Llevo también mis dos dagas al cinto. Nunca se sabe.

Me parecía recordar del Digest que el Banco Imperial abrió sucursal hace poco haciendo competencia a los locales.

Después quería volver a hablar con Pinfalo. Necesito saber cómo puedo cambiar el escudo por otra arma. Quizá fuera de la Escuela Amarilla encuentre una oferta mejor.

- Champiñón, Muñon, os veré después en la Arena, supongo.

- PETACULOS abandona la Posada del Pico Torvo y se dirige al Banco Imperial.

BANCO IMPERIAL:

Tras una larga cola, el monje banquero de la ventanilla alza la vista hacia Petaculos.

- "Buenos días, señor. ¿En qué puedo servirle?" -

- ¡Yo no fuí!, con mi fuerza me he imposible- Grito riendo.

Me voy a entrenar, pero antes, recuerdo que ya tengo compañeros, y miro a Muñón, imvitandole a que me acompañe... mis pasos sin desastrosos, y voy a tumbos, pero puedo mantenerme en pie.

"No me ha reconocido. Tanto mejor, quizá no sepa nada de gladiadores".

- Quiero abrir una cuenta. Ingresaré 650 monedas de oro. Y quizá venga algún día a pedir una hipoteca. Y... ¿puedo dejar en el banco otras cosas además de dinero?

BANCO IMPERIAL:

- "¿Algo además de dinero? ¿Se refiere a joyas o lingotes de oro? Tendré que consultarlo con la Directora..." -

BANCO IMPERIAL:

- "¿Petaculos? ¿Es usted? Creo que le vi matar a un oso gigantesco hace pocos días en la Arena..." -

BANCO IMPERIAL

"Petaculos... Parece que arrastraré mi nombre de gladiador a todas partes..."

- Sí, soy yo, señorita. - Ahora que me fijaba, era atractiva. - ¿Sois la Directora? ¿Tan joven? - Sonrío.

"¿Qué estoy haciendo?"

- Em... En realidad me refería a si puedo dejar aquí, en lugar seguro, documentos o lo que fuere...

- "Por favor, pasemos a mi despacho." - La Directora conduce a Petaculos a su despacho.

- "Le acabamos de abrir una cuenta en la que ha depositado 650 monedas de oro, lo que le convierte de entrada en un cliente interesante. Además, hemos recibido información del gobierno local de que está usted avalado por la Organización de la Arena en caso de que decida solicitar una hipoteca. Eso le permitirá conseguir una hipoteca en las condiciones más favorables posibles, las de clientes de confianza.

Además, querría comentarle que el Banco Imperial está interesado en patrocinar a uno de los luchadores de la Arena de Detritus.

Le ofrezco un contrato de publicidad de un año de duración. A cambio de su plena cooperación en nuestras campañas publicitarias y de marketing, recibirá usted en su cuenta la suma no negociable de 750 monedas de oro. ¿Lo toma o lo deja?" -

BANCO IMPERIAL

"¿Un año de duración? Ni siquiera sé si quiero luchar o si sobreviviré tanto tiempo... Pero con esa suma podría conseguir vivienda rápidamente, sin el compromiso de la hipoteca..."

- Es... interesante... pero ¿cuáles son las condiciones? ¿Se trata sólo de hacer publicidad? ¿O me dirá el banco cuándo y con quién tengo que luchar?

- "No nos meteremos en principio en sus combates, pero sí tendrá que llevar en todo momento el logotipo del Banco Imperial cosido a sus ropas, le acompañará frecuentemente el estandarte del Banco Imperial, podrá tener consignas publicitarias en su armadura, y deberá repetir a menudo frases como: "Patrocinado por el Banco Imperial", o: "El Banco Imperial, un banco sin igual". Por citar algunos ejemplos." -

Me costaba encontrar una razón para decir que no. ¿Salvo que podía ser poco dinero? ¿Tener que decir esas frases ridículas? ¿Que el banco tenga sus propias razones oscuras para hacerme esta oferta? ¿Y por qué a mí con mi fama de poco honorable? Insignificancias...

- Está bien. Acepto el contrato.

Cojo los papeles del contrato, los reviso y los firmo: "Elessar Tasartir..."

- "Excelente, deje aquí sus ropas de los Capas Rojas, la capa y la armadura. Se las devolveremos en breve. Los fondos han sido transferidos a su cuenta, lo que hace un saldo total de 1400 monedas de oro. Eso es una pequeña fortuna, que le permitiría incluso pagar una casa pequeña al contado." -