Partida Rol por web

Veo a Champiñón y Grumcha, allí donde me habían indicado que estarían, y me acerco a ellos con cierta extrañeza. Me sorprende verles allí, a esas horas.

- Buenas noches a ambos, ¿qué os trae por aquí a estas horas? ¿Ocurre algo? - pregunto con cierta preocupación.

Mi corazon se acelera cuando veo venir a Heresunge Menos mal que no ha tardado....

-No, no ocurre nada. Solo quise venir a decirte en persona la contestacion de Champi y Peta. No sabia que esto estaba tan lejos... En fin, Champi si que acepta pero Peta... - lo miro mientras me encojo de hombros - ...no quiere, creo que lo que mas le ha pesado para esa decision es que no puede llevar lo que ha ganado aqui, no quiere luchar de nuevo solo con una daga. Su decision es firme, no ira a Malatea.

-Champi ha venido conmigo porque te quiere proponer algo -Me dirijo a Champi intentando controlar mi preocupacion - Champi...

Intento disimular mis nervios, pero cada minuto que pasa se me vuelve mas complicado. Es noche cerrada, si siquiera quiero saber la hora que es. Estoy por dar media vuelta e intentar llegar yo a la Escuela desde alli. Me vuelvo hacia atras, hacia las calles oscuras de Detritus decidiendo que hacer.

-Heren...sunge-El nombre sale de mi boca  silaba a silaba, intentando pronunciarlo bien-Tenía ganas de salir a dar una vuelta, así que me ofrecí a venir yo mismo, y es que quiero que sigas con tu idea inicial y  se lo pidas a Muñón.

La noche casi está llegando

- De modo que el elfo se ha negado - digo y un ramalazo de furia se enciende dentro de mí tras escuchar a Grumcha -. Espero que no llegue el día en que necesite de la ayuda ajena para algo, ni volver a ver su rostro en la Arena. ¡Maldito cobarde!

Después me vuelvo hacia el mediano.

- ¿Mi idea inicial? ¿Qué idea inicial? No sé de qué me estás hablando. En cuanto a que sea el enano quien vaya a ir en sustitución de el elfo... no me gusta. Ha llegado a donde ha llegado más por suerte que por una validez real y demostrada en la Arena. Nunca se ha enfrentado cuerpo a cuerpo contra un guerrero y, sinceramente, dudo que él sobreviviera y venciera salvo que la suerte estuviera de su parte. Y necesitaría mucha. Aun así, meditaré tu propuesta pero no te prometo nada. Quizá, al final, y gracias a tu compañero elfo deban ser tres amarillos los que acompañen al Campeón de Detritus a Malatea. Y te digo que agradezco que tú hayas consentido en acompañarnos y formar parte de la delegación que represente a esta ciudad. Con lo que sea, te haré llegar mi decisión. Ahora debéis volver. Especialmente tú, Grumcha. El campeón es un liberto y puede andar por donde le plazca - digo sonriente -, pero tú... deberías estar ya en la escuela. Las calles de esta ciudad no son el mejor lugar para una sacerdotisa. Mi maestro me ha concedido un par de horas de descanso. Si quieres, puedo acompañarte hasta las puertas de la escuela. Con un poco de suerte incluso, es posible que Skara ya tenga una respuesta que darme.

-Tranquilo, Lagartija, nunca te vi tan nervioso, bueno, parece que de nuevo, tienes razón, aunque Muñón es un buen apoyo si luchamos en equipos, y bastante táctico, su bola de fuego puede evitar que nos ataquen por un lado, pero si es un uno contra uno, lo tiene dificil.

Pero yo sigo hablando:

-Quedate tu, yo la acompañaré, si no te importa Grumcha- Miro a la enana

- No estoy nervioso, mediano. Ni un ápice. Simplemente me molesta el escaso honor y compromiso de tu compañero. Aunque para qué engañarnos. A la vista parece estar que los Capas Rojas no son demasiado de fiar - comento recordando a la mediana Bizcochito -. Y de todos modos acompañaré a Grumcha a la Escuela. Me apetece un paseo y dos horas son más que suficientes para ir y regresar. Si quieres venir, estás en tu derecho.

-Estare encantada de que los dos me acompañeis -les digo sonriendo - pero, por favor, vamonos ya, me temo que al Instructor y a Limonero no les va a gustar la hora de mi llegada.

-Espero aprenderme el camino de vuelta, es muy grande la ciudad y creo que no sabria volver sola a la Escuela esta noche. Pero es necesario que lo aprenda para no depender de vosotros para otras veces. ¿Es muy peligrosa la ciudad de noche? Pero vamos... -les digo agarrando a los dos y empujandolos hacia delante - vamos andando perezosos que esta pequeña enana rubia tiene prisaaaa.

Mientras que nos adentramos en la ciudad le comento a Heresunge -No te preocupes por lo de Malatea, encontraras al tercer gladiador. Ya sabes lo que hablamos en la Escuela antes de irte.Tienes voluntarios...y voluntaria.

- Lagartija, Champiñón y Bella se dirigen a la Escuela Amarilla, todo lo deprisa que puede caminar la enana.

- Tras salir de la Escuela, Lagartija se dirige corriendo hacia la parte noroeste de la ciudad, hacia las puertas. Champiñón le sigue ágilmente.

- El frío es intenso y no se ve un alma por las calles, negras como la pez en la oscuridad reinante.

- Lagartija y Champiñón llegan en mitad de la noche a la Fortaleza de la Legión.

- Allí, Lagartija entrena duramente durante todo el resto de la noche en la plaza de instrucción de la Primera Centuria.

- Durante muchas horas golpea con una espada de madera un recio tronco, atacando una y otra vez con todas su fuerzas. Champiñón le observa en silencio.

- Transcurre la noche.

PRIMER OCASO DE TIAMAT:

POR LA MAÑANA.

¿Porqué entrenará aquí?

Cansado, de no haber dormido nada, me dirigo a hablar con un viejo conocido, para buscar mis nuevas ganzúas. Babelín tiene que volver al negocio, pero está vez lo hará de otra forma. 

Harold despertó ansioso por una vez en su vida. Tenía muchas esperanzas colocadas en ese día, de modo que en cuanto se hubo aseado, se dirigió directamente al gremio de cazarecompensas.

- "La cosa está mal, Babelin. Cuesta mucho encontrar material y más desde que la Legión acabó con los restos que quedaban del Gremio de Ladrones.

Las ganzúas están a una moneda de oro la unidad. Y es precio de amigo." -

VESTIBULO DEL GREMIO DE CAZARRECOMPENSAS:

- "Sí, ya sé que eres un gladiador conocido y todo eso, pero mira si crees que aquí te vas a hacer rico, vas listo. Yo llevo mucho tiempo en el Gremio y soy pobre como una rata.

Mira, la cosa funciona así. Tiene que apadrinarte un miembro del Gremio, y créeme que aquí no hay nadie dispuesto a hacerlo, excepto tal vez Lagartija. Sí, Lagartija es tu mejor opción. Consigue que organice una cacería y que te deje participar en ella. Si tu ayuda es importante, y Lagartija te avala, tal vez la Líder de Caza Kara Strauss te admita en el Gremio." -

PLAZA DE INSTRUCCION:

- "Bien, un nuevo día comienza. Un día en que volverás a desear no haberme conocido ni haberme pagado las cien monedas que cuesta este entrenamiento.

Necesitas comprender que el verdadero poder de un líder de hombres reside precisamente en el liderazgo. Debes de liderar con el ejemplo y afrontar los peores peligros para que tus seguidores se sientan seguros combatiendo a tu lado.

Hoy liderarás a doce soldados auxiliares. Te enfrentarás a Leocadio y a tres de sus mejores soldados. ¿Crees que esta vez conseguirás aunque sea arañar su escudo?" -

Jadeo. Una y otra vez y aun así siento que el aire no llega a mis pulmones en cantidad suficiente. Tengo el brazo entumecido y sacudido por los calambres que van desde la muñeca hasta el hombro. Mi mano, agarrotada, es incapaz de soltar la gladius sobre la que hizo presa hace ya tantas horas, pero veo mi sangre verde correr desde la palma y caer al suelo. Y mis dorados ojos están clavados en el grueso tronco objeto de mi furia y ataques. Mil marcas se han dibujado en él. Han saltado astillas y corteza y se ve trazada en él una falsa cintura.

Pero golpear por golpear no tiene sentido. Debo reflexionar sobre la esencia de este entrenamiento. Ya fracasé cuando encabecé a los novatos frente a los veteranos por no haber buscado la verdad intrínseca al liderazgo en el ataque. No quiero que vuelva a ocurrir.

Cierro los ojos y busco para encontrar dentro de mí. Soy un Señor de la Guerra. Debo liderar el ataque y, bajo mi dirección, lograr que las flechas alcancen su blanco, que las hojas afiladas sajen a mi enemigo. Para mí y para aquellos que se hallen bajo mi autoridad. Nuestras vidas, sus vidas dependerán de ello. Esa es la verdad, ese es el objetivo.

Abro los ojos y soy consciente del amanecer, de los primeros rayos de sol que iluminan el día. La osucridad deja paso a la luz. Inspiro con profundidad el frío aire de la mañana, lleno mis pulmones y un profundo grito surge de mi garganta cuando ataco nuevamente al tronco con una lluvia de golpes de mi gladius de madera, empuñada con una mano, sujetada con un brazo que ya no duelen.

- Estoy seguro de que sí, maestro. Quizá sea a él a quien le cueste alcanzarme - digo con un rostro tranquilo. No hay prepotencia, no hay dudas. Estoy camino de conseguirlo y lo sé.

Mmmpff... ya veo  contestó el enano al portaantorchas. ¿Tienes idea de dónde puedo encontrar a Lagartija? No se dónde vive, la verdad. Tan sólo que acude por las mañanas a la escuela amarilla, pero si se va a marchar a Malatea, seguro que hoy no irá alllí...

Maldita sea esta sociedad de humaanos...¿porqué no harán las cosas a la manera sencilla...?

- "La verdad es que no sé dónde vive ni dónde puedes encontrarlo. ¿Has probado a preguntar en la Escuela Amarilla?" -