Partida Rol por web

Abstraída por las palabras de la hermana Sturzo Irina se sobresaltó cuando oyó al señor Smith a su lado.

-¡Vaya, señor Smith! Me alegrra verrlo después de tanto tiempo-comentó en tono educado sonriéndole a través de la mesa, que poco a poco había sido vaciada de platos y ya sólo contenía copas de licor y champán a medio consumir. Viendo que la hora de los puros había llegado, la joven echó mano de su bolso y tras abrirlo sacó una fina pitillera lacada en verde de su interior.- Ni que decir tiene que su aparrición parrece providencial...justamente ahorra estábamos comentando lo interesante que nos ha parecido su diserrtación-agregó desenfadadamente mientras sacaba un cigarrillo y con gestos comedidos lo colocaba en el largo filtro negro.

Aunque no estaría de más que nos diera alguna explicación del motivo de nuestra presencia aquí - añadió Connely tras el comentario de Irina - Sabe perfectamente que no me interesan, en absoluto, la clase de temas que ha tratado en su disertación.

James se mostraba serio pero, extrañamente, no parecía querer ser hiriente con sus comentarios. Quizá el respeto que tenía hacia aquel hombre, que ahora compartía la mesa junto a ellos, le llevara a hacer una mera exposición, pero sin intentar ser ofensivo.

Pero ya que estamos - continuó - ¿desde cuando se dedica a estudiar ese tipo de...ehmmmm....sucesos?

Alargó la mano y tomó entre sus dedos uno de los habanos que había colocado sobre la mesa el profesor y, tras estudiarlo un par de segundos, lo acercó hasta su nariz para olerlo como si se tratara del mejor perfume.
Con un gesto de aprobación terminó por encenderlo y aspirar unas primeras bocanadas.

El humo se diseminó por toda la mesa, como si la neblina de Londres hubiese conseguido abrirse camino hasta el interior de aquel lugar, envolviéndolos como un manto.
Unos ojos, los de Connely, miraron al profesor a través de aquella cortina.

-El placer es todo mío, señorita Vasilieva. Y debe usted disculparme, James. La culpa es mía, sin ninguna duda. Parte egoísmo, por querer compartir con usted una velada más antes de su desafortunado viaje... -dirigió una mirada cargada de odio hacia Poulsend, que en ese momento reía a carcajadas en su mesa- y otra parte, egocentrismo. No tiene uno la oportunidad de dar una conferencia ante un público tan selecto.

Dió un par de chupadas a su puro con cara de satisfacción.

-Confío en tenerle de vuelta pronto, mi buen amigo. En cualquier caso, mis trabajos en parapsicología son relativamente recientes. Creí que estarían al corriente.

Sabe que me encanta ver sus disertaciones asi como conocer como desmantela esas fantasmadas, asi que ahora cuando le he oido defender que la posibilidad de la existencia de esas cosas la verdad me da que pensar Regi se lo quedo mirando
Cuando usted ha dicho esto es que tiene pruebas que lo demuestran ¿ podría verlas ?

- Tengo que decir que todo esto me ha resultado ¡absurdo!- el general por primera vez intervenía en la conversación y en sus ojos chispeantes quizás se reflejaba que no era la mejor ocasión. Su voz, contra su aspecto, apenas reflejaba su acento ruso, pero si el tono gangoso de quien ha bebido demasiado - Mi querido amigo... ¡Supercherías! No es que yo sea un entendido de ciencia pero...- parecía costarle seguir el hilo de su propia conversación - ¡Ese canalla de Rasputín engañó a gente tan culta como el propio Zar con este tipo de super... sup... supercherías! ¿Acaso entiendo que usted ha picado también el anzuelo? ¡Valiente tontería! ¡Caballos fantasmas, botes invisibles y mujeres que bajan escaleras! ¡Absurdo!

Satisfecho con su primera intervención que incluyese más de dos frases el general se sirvió otra copa de licor. Sus ojos brillantes estaban fijos en Smith como diciendo ¿a qué te he dejado sin palabras?.

Vaya parece que por fin abre la boca...aunque no sea muy acertado con sus comentariospensó Irina observando de reojo a su compatriota que estaba visiblemente borracho. Con movimiento elegantes sacó unas caja de cerillas del bolso y encendió el cigarrillo aspirando largamente.

-Bueno, Lord Balmister...realmente las pruebas las hemos visto esta noche con nuestros prropios ojos ¿no, señorr Smith?-retirando el filtro de la boca Irina alzó ligeramente el mentón y expulsó el humo que se elevó a su alrededor. Mirando al conferenciante através de sus pestañas negras continuó-Lo que estábamos comentando el señor Bruswell y yo-con un leve gesto de la mano que sostenía el cigarro señaló al oriental, un atisbo de sonrisa bailó en sus pintados labios- era si ha confirrmado la autenticidad de esas imágenes...-sus delineadas cejas se arquearon interrogantes mientras volvía a llevarse el cigarro a los labios.

Smith sonrió divertido ante la intervención del general sin darle más importancia. El profesor conocía las inclinaciones de Dimitri por el vodka y no le sorprendía verlo algo achispado.

-También le dijeron eso a Leonardo cuando mostró sus primitivos diseños para permitir que el hombre conquistara los cielos, mi querido Dimitri. ¡Que diantre! Yo mismo hubiera sido incapaz de evitar una sonrisa burlona hace cinco años, pero es posible que las cosas cambien dentro de poco.

Siguió dándole caladas a su puro y se sirvió un buen vasito de Kirsch, su bebida predilecta. Sorbió el licor y lo mantuvo en la boca dejando que se deslizara suavemente por la garganta con expresión extasiada.

-En cuanto a la validez de las pruebas... no, yo no he confirmado su autenticidad porque no soy fotógrafo, pero un equipo de expertos en Cambridge y otro en Oxford han determinado que la película no ha sido manipulada, cada uno por separado. Reconozco que fue mi primera impresión también, pensar que se trataba de una falsificación... de una broma. Pero no lo es.

Cuando se quiere que el mundo acepte hechos que son difíciles de entender o de creerse, debemos aportar pruebas que demuestren sin lugar a dudas que eso es cierto. Créame si le digo que si hay algo cierto en este mundo es que el ser humano desde que tiene uso de razón ha buscado una explicación lógica a todos los fenómenos que le rodean, y si bien el ser humano ha seguido dos vertientes para hacerlo, la religiosa y la científica. si no se aporta algo solido es dificil que la gente cambie su forma de pensar o sus creencias

- Supercherías...- insistió el general levantando su copa - Solo si lo veo con mis propios ojos podría... debería verlo... podría... solo si lo veo con mis ojos me lo creería, como les iba diciendo... ¡Camarero! ¡Traiga más de todo!

Rebuscó torpemente entre sus bolsillos hasta dar con una pitillera de plata en la que había unos finos hábanos, que ofreció a todos los de la mesa mientras él mismo tomaba uno.

- ¿Por qué ese interés ahora en creerse... por qué... en creerse algo así?

Mirando de reojo al militar, Irina sacudió el cigarro en el cenicero al tiempo que agitaba ligeramente la cabeza, su rostro sereno dominado por una sonrisa divertida.

-Me temo que debo contrradecirle en un punto, Lord Balmister...sincerramente en lo referrente a la religión creo que pocas prruebas sólidas hay acerca de la existencia de Dios ¿no cree?-luego se volvió de nuevo hacia el señor Smith-Si lo que dice es cierto, Mr Smith, y las películas no han sido manipuladas creo que debo unirme al comentario de Mr. Zoriangski; por desgracia o suerrte, según se vea, soy una persona profundamente escéptica por lo que, me temo, que hasta que no lo vea por mí misma no acabarré de creerlo-dejó escapar una risa cantarina y volvió a llevarse el cigarro a los labios al tiempo se reclinaba en la silla. Su naturalidad y seguridad en sí misma era algo palpable mientras les observaba con mirada inteligente, pendiente de sus próximas palabras.

La Hermana Sturzo se hizo ligeramente a un lado, para evitar, aunque con discreción, el humo del tabaco de sus compañeros. Pero no mostró señal alguna en su rostro de que le molestara. Era más bien la evidencia de que no estaba acostumbrada a ello.

Iba a servirse un poco de agua, pero el camarero, rápido, se anticipó a su movimiento, y llenó su copa. Ella sonrió, y bebió un sorbo. Después de rozar los labios con su servilleta, que estaba descuidada sobre la mesa, habló a nadie en particular.

-El acto de creer es personal, e íntimo. No tiene nada que ver con las demostraciones. Las demostraciones entran en la racionalidad, en lo material, en la experiencia. El problema radica en esos sucesos que se sitúan entre dos aguas. Sucesos que no creemos que puedan ocurrir, y que sin embargo, ocurren. Y que no son explicables racionalmente. Sinceramente, no me importa averiguar si esas filmaciones son auténticas o han estado modificadas en un laboratorio. Hechos así ocurren constantemente, sean o no sean registrados. Muchos son explicados en un segundo paso. Pero otros muchos no lo son. Y no hablo de hechos que caigan dentro del ámbito de lo religioso. No, los encontramos en cualquier cultura, y están en boca de agnósticos, de ateos. Entonces les adjetivan de esotéricos, y la gente se queda tan ancha. Pero enigmas como esos, inexplicados y probablemente inexplicables están registrados en todo el mundo, en todas las culturas, y desde el amanecer de los tiempos. Y fíjense que he dicho "registrados..."

Era curioso que una representante del Vaticano, alguien del clero, religiosa de hábito y votos, hablara de ese modo. Quizá, después de todo, era cierto aquello de que "de todo hay en la viña del Señor..."

-Lo entiendo, mi querida Irina. No crea que sus sentimientos me son desconocidos porque yo también he estado donde usted se encuentra ahora. Mi ventaja es precisamente esa, que ya he recorrido ese camino y usted se plantea las mismas dudas... o certezas, si lo prefiere, que yo me planteé hace años -dicho esto se dirigió a los demás-. En cualquier caso no pretendo convencerles de nada, mi trabajo todavía está empezando tan solo a dar sus frutos. ¡Habrá tiempo para convencer al mundo!

Se levantó de la silla y sostuvo su copa de champagne en alto. Sonreía francamente, contento de estar rodeado de amigos, como si aquello fuera suficiente para hacerle feliz.

-¡Por la ciencia! Y por ustedes, amigos míos -brindó-. Gracias por haber venido y que siga la fiesta.

Lord Balmister levanto su copa para unirse al brindis ! Por la ciencia !
Le hubiera gustado replicar y continuar la charla, pero hora no era el momento adecuado, quizás mas tarde habría ocasión. Observo como sus compañeros se unían al brindis de fondo la orquesta había vuelto a tocar
Algo que le había gustado es comprobar que ninguno de los que estaban en la mesa con el era uno de esos charlatanes, gente de esa que habla por hablar, como le cansaba esa actitud en al gente.
Regi miro a Smith con cara intrigada ¿ Que planes tiene ahora, va a seguir sus investigaciones aqui en Londres ?

James se unió al brindis porque su educación así lo reclamaba, pero sus labios comenzaron a moverse antes de que el profesor tuviera tiempo para responder a la última pregunta de Balmister.

No obstante - Connely había permanecido callado mientras el resto comenzaba de nuevo a hablar de creencias y pruebas, pero algo le incitaba a expresar algo que tenía en mente desde que había visto las fotografías - creo que el profesor podría satisfacerles en su necesidad de pruebas, y de paso intentar convencerme a mí de que eso no es un mero truco.

Guardó unos segundos de silencio, hasta haberse asegurado de tener la atención de sus compañeros de mesa, antes de explicar lo que quería decir.

Las fotografías que ha enseñado, supuestamente han filmado el suceso desde tres posiciones diferentes - levantó tres dedos de su mano derecha para reafirmar lo que estaba diciendo - por lo que deduzco que no fué por casualidad, sino que quien quiera que sean los que han hecho las fotos, debieron desplazarse hasta un lugar donde la "aparición" - recalcó aquella última palabra con un deje de ironía - sucederá con cierta asiduidad, así que es tan sencillo como ir hasta ese lugar y esperar a que aparezca.....aunque, sinceramente, creo que deberían esperar mucho, mucho tiempo, tal vez de forma indefinida, para lograr verlo.

Caramba con la hermana...tiene unos puntos de vista muy interesantes...Irina expulsó el humo asintiendo mientras meditaba las palabras de la hermana Sturzo. Con expresión atenta escuchó la réplica del señor Smith y sonriendo alzó su copa junto a los demás uniéndose al brindis. El espumeante líquido le hizo cosquillas en la garganta y durante unos segundos sólo se dedicó a paladearlo con deleite.

Cita:

-¡Qué buena idea, lorrd Connely!-exclamó con entusiasmo mientras depositaba la copa en la mesa. Con los ojos brillandole de excitación miró a sus acompañantes sonriendo ampliamente-Sincerramente, Mr. Smith ¿cree que eso serría posible? Sin duda alguna usted debe de haber ido en perrsona a esos sitios y podría acompañarnos para que lo obserrvemos con nuestros prropios ojos...-su acento se agudizó mientras miraba al científico persuasivamente-así tendrríamos todos esas prruebas que necesitamos para crreerlo.-sus ojos se desviaron durante unos segundos hacia el señor Bruswell mientras sonreía traviesa.

-Estos sucesos son más frecuentes de lo que creen -respondió sin alterarse el profesor-. No sería necesario esperar tanto. De hecho, yo mismo lo he presenciado con estos ojos que se tienen que comer los gusanos y les aseguro que es real.

Se recostó un instante y torció la cabeza mientras meditaba su respuesta.

-¡Hecho! Si a todos les pica la curiosidad estaré encantado de satisfacer sus necesidades. ¿Qué me dicen? ¿Están dispuestos a pasar frío mañana por la noche? Dudo que vayan a cambiar de opinión así, de repente, pero seguro que les dará algo que pensar.

Una sonrisa pícara se plantó en el rostro del profesor, como si esperara que sus invitados fueran a rechazar la oportunidad que les brindaba.

Será realmente interesante, debo advertirle que soy una persona con una mente racional y me resisto a crer en supercherías, asi que si es usted capaz de demostrarlo me sacare el sombrero ante semejante muestra Lord Reginal estaba excitado por la emoción.
Y usted hermana ¿ cual es la posición de la iglesia ante estos hechos?