Partida Rol por web

Aquello le estaba sobrepasando a niveles críticos. Se llevó las manos a la cintura mientras miraba de un lado a otro, con el ceño fruncido, sin entender nada- El video tiene que estar trucado- Sentenció. Si, no había otra opción. No le entraba en la cabeza otra idea.

¿Boda? ¿Qué boda? Alzó la vista hacia el vehículo donde estaba el Sherrif del condado o de lo que fuera, ni lo sabía ya- ¿Un holocausto caníbal? ¿Pero está usted- de unas cuantas zancadas ya estaba al lado de la camioneta- mal de la cabeza? Tanto avisar tanto avisar pero estamos aquí, en la...lo que sea de un crimen, una escena, si, eso, una ESCENA de un crimen teniendo una casa que quizás esté habitada a unos minutos andando y ¿ni siquiera vamos a ir a ver si esa gente está bien? Tiene usted un serio problema caballero! Somos varios, que unos sigan intentando avisar y otros vayan a ver la casa!- Le bufó, incluso si estuviese lo suficientemente cerca igual hasta le salpicaba de saliva. 

El perro se queda muy atento mirando a la espesura y gruñe.

-Tranquilo chico- el agente deja la mochila y el móvil en el suelo para sujetar a su fiel amigo y acariciar su lomo - si estamos juntos, es posible que no nos pase nada. De otra forma, quién sabe que ocurrirá.

—Los Emerson solo vienen aquí a veranear. Lo más probable es que no estén en casa. Además ¿quién coño le ha dado a usted la potestad de dirigir MI caso?— le dijo casi a gritos Frank a Tom, resaltando el 'mi' claramente —Como bien dice esto es la escena de un crimen y usted es un civil, así que va a meterse en el todoterreno y quedarse allí calladito para no molestar ni interferir. ¿Lo ha entendido?

Aún así Frank sabía que lo que había dicho Tom era lógico. ¡Pero que le aspen si lo iba a reconocer! Se volvió hacia Thomas malhumorado:

—Nos acercaremos a casa de los Emerson por si los pirados han buscado refugio allí.— dijo como si la idea fuera suya desde el principio —Por muy locos que estén no llevan armas de fuego Thomas. Me preocupan otros civiles pero si crees que debemos pedir pañales para ti lo haremos. ¿Y qué puñetas le pasa al perro?

Frank había desenfundado su pistola mientras apuntaba a los matorrales.

—Echa un ojo Steve. Yo te cubro.

Un pequeño animal, quizás una liebre, abandona su madriguera para salir huyendo.
Wednesday deja de ladrar mientras Thomas tranquiliza al animal.

Era impresionante. Que se quedara en el coche, que se...Pues si.- Eso haré- Se fue al coche, y se metió en él tras dar un señor portazo que igual alteraba al perro o los agentes. ¿Por qué? Era simple, ni siquiera tenía un arma con la que defenderse, y no pensaba en nada de fuego, si no más bien en algo mas contundente que letal. 

Una vez dentro, con la puerta cerrada y los nervios, se puso a buscar una palanca, palo, pala, lo que fuera que le sirviese para poder enfrentarse de necesitarlo con un animal o una persona que no tuviese demasiado juicio ahora mismo. 

—Joder... puta liebre. Maldita sea. Vamos. Trae al perro y vamos.

Frank se metió en el coche y arrancó hacia la cabaña de los Rosen.

La porra, una buena porra podría ayudarle en un momento de incertidumbre. También unas esposas....si...se guardó unas en la chaqueta, como quien no quería la cosa. 

Por parte del científico al borde de un ataque de histeria el trayecto no sería muy sonoro, lo que si es que miraba incesantemente de un lado a otro, buscando gente, señales, cuerpos...lo que sea. 

LUGAR: Cabaña de Roy y Emma Emerson DÍA: 10. HORA: 13:00.

Durante el corto trayecto nadie habla. El perro está alerta.

La cabaña es pequeña y está construida casi toda en madera. Sin duda es lo suficientemente agradable para vivir unas pequeñas vacaciones alejadas del ruido de la ciudad.

Al detener el vehículo y descender el primero que reacciona es Wednesday, que olfatea el aire y ladra. Ambos agentes empuñan sus armas reglamentarias.

Os acercáis unos pasos y podéis observar que las ventanas están cerradas. Hay varias pisadas y restos (trozos de carne y sangre seca) cerca de la entrada. La puerta está forzada, el gran candado que la cerraba está roto. Lo golpearon con una gran piedra que se encuentra tirada a un metro escaso. La puerta fue abierta a patadas y empujones, haciendo que saltasen algunas astillas. Ahora está apoyada contra el marco, aunque algo torcida pues una de las bisagras está a punto de ceder.

- Es una pena que hayan allanado el lugar, sobre todo por la pareja tan agradable de propietarios. - comenta el agente antes de arrugar su rostro apretando los labios con fuerza.

- Cállate - susurra su compañero - o seremos los siguientes en ser pasto de los gusanos.

Que horror. 

Mira a los agentes para saber que debería el de hacer. Por un lado el miedo le puede y le gustaría no salir del vehículo, pero por otro, quedarse solo tampoco le hace ninguna gracia. Opta, a preguntarle al jefe, aunque no le hace ninguna gracia- Rosen...¿Me quedo guardando el coche o...?- Realmente lo que menos le gusta de todo el lugar son los restos de carne.- Siempre podría salir y quedarme al lado del vehículo para que...- piensa, piensa- no lo roben- Carraspeó levemente.  

—Quédese dentro del coche bien calladito. Si alguien intenta robarlo usted se baja de él de inmediato. Sobre todo nada de hacerse el héroe, ni aunque vea a su novia ¿de acuerdo? En estos momentos puede ser peligrosa.

Se aproximó a la puerta de la casa con la pistola en alto.

—Cubridme.— le dijo a sus dos compañeros.

Frank era un paleto fascista y presuntuoso pero, por lo menos, no era ningún cobarde. Si había riesgo y estaba al mando prefería ser el primero en enfrentarse a él.

—¡Si hay alguien ahí dentro que salga con las manos donde las veamos! Hay una situación de riesgo y dispararemos ante la menor provocación.

Nadie responde, ningún sonido se escucha en el interior de la cabaña.

Pero claro, si se quedaba dentro y alguien intentaba acceder a la parte delantera y robar el coche...iba a ser lo mismo. Como quien no quiso la cosa se acabó bajando del coche, para quedarse justo en el capó. Pensaba, que si alguien se acercaba para robarlo, le daría tiempo de defenderlo, o avisar. 

Con la porra en la mano, siguió vigilado los alrededores por si acaso. No es que se fuera a hacer el heroe, si no que sin vehículo, solo serían tres personas mas perdidas en lo que bien podía ser un brote de alguna especie de hongo, musgo, niebla tóxica o Urogallos mutantes. 

Frank hizo un gesto a sus dos compañeros para que estuvieran atentos y entró con el arma alzada en la cabaña. Al menor movimiento que viera abriría fuego.

Al abrir la puerta una ráfaga de aire pútrido sale del interior.

Con las ventanas cerradas, la única luz entra por la puerta e ilumina la escena. En el suelo hay toda clase de animales a medio devorar, incluyendo el cadáver de un ciervo, que al parecer han abierto por la mitad para que alguien pudiese dormir en su interior.

No hay demasiados insectos y es señal de que los cuerpos han sido dejados hace unos días.

Wednesday se mueve inquieto y los agentes de policía retroceden a vomitar. Steve ya no tiene nada dentro de su maltrecho estómago.

Frank ya no tenía mucho más que largar así que aguantó las arcadas. ¿Qué estaba pasando en aquel lugar? Rebuscó por el sitio para ver si encontraba huellas o alguna pista de quien había hecho aquello. ¿Una persona? ¿Varias? ¿Por qué se habían metido dentro del ciervo?