Partida Rol por web

Comienza un nuevo día en Hogwarts y desde temprano algunos Colegios ya comienzan con su entrenamiento. El primero en despertar es Durmstrang para realizar sus ejercicios matinales y mantener la mente muy despierta para lo que se viene hoy. No obstante a medida que se van reuniendo en el gran salón, Peter Hamilton es quien oficia el nombramiento de los futuros protagonistas de este Torneo de los Tres Magos. 

Todos los presentes sin importar lo realizado durante las primeras horas de la mañana, se encuentran allí expectantes y muy atentos a la elección del aquel Cáliz de fuego bajo un maravilloso despliegue de magia y misticismo. Una vez el silencio se hace presente entre los que allí están reunidos, comienza la pequeña Ceremonia. 

Peter disfrutando lo suficiente de su propio poder, alza la varita y tras un elegante movimiento de la misma, surge el primer papel que flotando en el aire y un tanto caliente al tacto, revela el primer nombre del concursante. 

—Veamos... —dice y sonríe.—¡Lorelei Ambrose de Hogwarts! 

Tras pronunciar con un evidente entusiasmo a su alumna favorita, todo Gryffindor festeja y se emociona con la elección, sin dudas debido a su desempeño y gran talento, es la indicada para representar al Colegio Británico. Pero esto no queda allí, ya que de repente otro papel comienza a flotar de forma delicada, es uno circular y de color azul. No sólo es apariencia, sino que destila un hermoso aroma a jazmín. 

—Oh, que delicia—comenta anonadado el Director. —¡Amelie Cotillard de Beauxbatons! ¡Felicitaciones! 

Ya guardando aquello en su bolsillo mientras Celina abraza a su alumna para felicitarla, surge una pequeña explosión donde el fuego se acrecienta y la llama se torna de un color más rojizo, fulgurante. De repente otro papel en un tono más oscuro, aparece volando hasta caer con suavidad en las manos de Hamilton. 

—¡Visna Hansen de Durmstrang! ¡Cuánto poder pequeña! —halaga a la joven. 

Y al guardarlo, intenta contener el fuego que se ha alborotado un poco mientras Markus le dedica una significativa mirada a su favorita y un gesto claro que refleja respeto, como así también orgullo. No obstante la Ceremonia no ha terminado aún, no cuando el fuego del cáliz cambia de repente su color a un tono blanco, brillante y tras liberar un papel en ese tono el Director de Hogwarts lee en voz alta. 

—¡Hiro Susuki de Mahoutokoro! —pronuncia. 

Rápidamente la mujer encargada de aquel Colegio se acerca a su alumno y realiza una reverencia con sumo respeto. Muy orgullosa del resultado. 

—Bueno, eso es todo. Por favor los alumnos nombrados pueden ir a prepararse y los espero en la tienda especial para los participantes del Torneo junto a sus Directores, allí nos recibirá nuestra periodista favorita y les hará una entrevista antes de comenzar oficialmente con el Torneo de los Tres Magos—explica feliz. 

Ya apartando a Lorelei, el Director de Hogwarts le deja a solas para conversar con sus Directores ya que pronto está por comenzar el Torneo. 

—Mi querida Lorelei, sé que tienes a todo Hogwarts sobre tus espaldas pero sé que estarás a la altura—confiesa Peter—.No temas por las pruebas, no son difíciles si usas esa astucia que anida en ti.

Tras aquellas palabras, aquel hombre apoya su mano sobre tu hombro con la intención de hacerte ver que el apoyo es único hacia tu persona. No duda de ti y es consciente de que estarás a la altura de las circunstancias como todo alumno de su Colegio. 

Una vez menciona aquello, observa que la periodista aparece y prefiere pasar a segundo plano antes de ser invadido a preguntas. 

Amelie había descansado tan bien como podía esperarse, aunque quizás un poco menos al encontrarse en un lugar extraño a su colegio, y un poco nerviosa por lo que estaba por venir. Se levantó entre las primeras de su grupo y dedicó varios minutos a su propio cuidado personal, dejando su cabello reluciente, su rostro impecable, los labios retocados con un muy suave carmín sonrosado. Una vez estuvieron todos listos, el grupo de estudiantes salió en dirección al Gran Comedor, volviendo a ubicarse en el lugar que habían tomado la noche anterior.

La primera escuela en anunciarse fue la de los anfitriones, y la francesa se unió a los aplausos con suave entusiasmo. En el segundo papelito se dio a conocer su nombre, y la rubia sonrió graciosamente, abrazando también a su directora agradecida. Vinieron las otras dos casas, y dedicó para ellos también suaves aplausos. Mientras se daban las indicaciones finales, se acercó a Madame Briand para escuchar lo que tuviera que decirle y recomendarle antes de seguir hacia la tienda especial mencionada por el director de Hogwarts.

Orgullosa de su alumna favorita, la Directora de Beauxbatons acepta de buen agrado el abrazo y te mira a los ojos de una forma muy penetrante, como si quisiera compartir contigo cada uno de sus secretos. Está claro que no tienen demasiado tiempo, no obstante te aparta con la intención de brindar algún que otro consejo. 

—Las pruebas tienen su punto estratégico, si las resuelves rápido mejor será—comenta y susurra—. Una criatura salvaje te espera, pero es a libre elección. Ya sabes que es, los Ingleses no son muy creativos en sus pruebas. Pero la cuestión es intentar ser rápido, hay hechizos simples que te dan la ventaja. 

Tras brindar aquel consejo, aguarda tu respuesta. 

Aquel comentario era lo que necesitaba la joven para estar segura sobre a qué se enfrentarían. Dragones, por supuesto. Era famoso ya aquel enfrentamiento durante el torneo anterior. Resistentes a la magia, excepto en los ojos y dentro de la boca. Si era cómo había sido la vez anterior, no sería enfrentarse a al dragón como tal, sino distraerlo lo suficiente para tomar aquello que guarde. Había que ser rápida, había que ser astuta. Y había que intentar no huir de terror por ello. La rubia inspiró hondo, ciertamente el miedo acostumbraba a ponerla en situaciones poco agradables, pero iba a tener que lidiar con eso llegado el momento.

-Estoy lista, madame.- Respondió en francés con confianza.

Carga, golpea, suelta, lanza... Los entrenamientos matutinos de Durmstrang eran fuertes y exigentes, y en especial en el año tan elevado en el que ella se encontraba. Levantarse por la mañana y preparar su cuerpo y mente para la acción, durante los dos últimos años les enseñaban a pelear con técnicas muggles muy diversas, tales como el Krav Maga o el Sambo. Nunca sabían cuando la iban a necesitar, ya que las varitas, lo quisieran o no, eran frágiles.

Durante la meditación como finalización Visna se sentía fresca y expectante, aunque no saliese como campeona de su colegio, seguiría siendo igual de digna y apoyaría al campeón.

Un potente ánimo le llenó el cuerpo cuando salió nombrada campeona, fue recibida entre abrazos y golpes en el hombro, la escuela Durmstrang se estaba dejando llevar por la euforia y el ánimo del torneo. Y dentro de aquellos abrazos y ganas de que comenzase todo buscaba en especial el abrazo de su hermano

¡Lo logramos! ¡Aquí estamos! Gritaban los dos casi al unísono llenos de excitación.

Esperó sentada lo mejor que pudo mientras los nervios la comían esperando nuevas ordenes de su director, Markus Andersen.

Hiro se había levantado temprano y había acudido a la biblioteca de Hogwarts. Había una cosa que sí le había gustado del colegio, y era la curiosa biblioteca con ejemplares que no tenían en su colegio natal. Ojalá pudiera colarme en la zona prohibida. Pensó, ávido de conocimiento.

Como un reloj, cinco minutos antes de que comenzase el evento de selección, dejó los libros y se dirigió al lugar, completamente en solitario. Allí esperó a que el cáliz diese el obvio resultado aunque, por alguna razón, sintió una extraña tensión en el pecho cuando el cáliz iba nombrando uno a uno los demás campeones. Si no sale mi nombre ahora, sería la mayor deshonra de todas.

Sin embargo, ninguna de esas emociones se dejó ver en el rostro de Hiro, que asentía en dirección a los demás campeones a medida que éstos eran escogidos. Su nombre salió el último, aumentando la tensión del chico. Cuando el director de Hogwarts pronunció su nombre, ni siquiera sonrió. Le devolvió la reverencia a la directora con el mismo respeto y miró a los demás alumnos de su colegio. Nadie había aplaudido y lo miraban con resignación. Se lo esperaba. Perdedores.

Finalmente se acercó a los demás aspirantes con paso elegante y la mirada alta hacia el lugar que les habían señalado.

—Puedes ganar, sé que lo tienes todo—responde.

Y al ver la mujer que es momento de retirarse hacia la tienda en donde estarán los competidores, deja en tu bolsillo un pequeño pergamino enrollado para que puedas leer en cualquier momento en el que estés sola. Está claro que la mujer cuenta con sus pequeños trucos y ahora mismo, no le importa comenzar a ofrecértelos para que puedas ganar. 

—¡Hermana! Estoy muy feliz por ti, eres la mejor representante que Durmstrang puede tener y te aseguro que Markus está más que orgulloso—responde tu hermano al abrazarte con fuerza—. Los dioses te bendicen, que alegría me estás dando. 

Es tanta la alegría que emana Utz que es imposible de contener, es una persona muy unida a ti y desde el momento en que la posibilidad estuvo en tus manos de competir en el Torneo, hizo lo posible para que estar allí acompañándote en este día que seguro marcará un precedente que nadie olvidará. 

Pero como todo, la inmediatez de iniciar aquella afamada competencia los obliga a separarse mientras te diriges hacia la Tienda junto a tus futuros rivales. 

—Estoy contigo hermana—. 

Tan orgullosa de su alumno, a un punto de admiración que se refleja en cada uno de sus gestos, te mira desde la distancia mientras sonríe al saber que harás todo lo necesario para ganar. Es importante para Mahoutokoro que logres obtener la copa, y lo bueno es que al haber visitado la biblioteca has encontrado un pergamino de Cedric Diggory que se encontraba escondido en la estantería de Criaturas Mágicas donde habla de los dragones siendo la primer prueba y la segunda es en el Lago, preguntándose así mismo que podía servir para nadar en las profundidades. 

Pero casi al final de todo ese escrito claramente habla del casco- burbuja como forma usual para realizar la prueba con total avidez o las branquialgas, siendo una planta que también otorga ciertas condiciones físicas similares a la de los peces. Método que ha utilizado Harry Potter en esa misma prueba. 

Rápidamente gracias a las indicaciones de sus respectivos Directores, avanzan por un pequeño camino al salir del Castillo con la intención de ir hacia la Tienda de los Competidores. Una vez allí pueden ver que hay una mesa con diversos platos de comida y bebida a merced de los participantes del Torneo. No sólo eso, sino que apenas cruzan el umbral un flash detiene sus pasos, es el camarógrafo de la periodista reconocida de El Profeta: Alice Belmont. 

—¡Oh! ¡Carne fresca y variada!—comenta la mujer a modo de saludo—. Buenos días mis queridas bellezas, hoy comienza el día más importante de todo el Londres Mágico, bueno del mundo entero. A ver, quiero ver esas caritas y Richard por favor, no dejes de tomar fotografías a cada gesto mientras los voy entrevistando.

La mujer se muestra como alguien muy verborrágico, pero también filosa a la hora de hablar y manejarse dentro del entorno. Su vuela pluma escribe a medida que ella habla y se detiene con algún que otro gesto de su parte, quien la acompaña no para de sacar fotos haciendo esos chispazos incómodos que los deja cegados por breves instantes. A ella no le importa, tiene la primicia en sus manos. 

—Bueno, que tenemos aquí...—da golpecitos con su dedo índice mientras elige a su víctima—. Esta hermosura es la primera, ven aquí mi niña. 

Decidida y sin preguntar siquiera, coge la mano de Amelie mientras Alice la mira de arriba hacia abajo, como un escaneo alevoso visual. 

—Amelie Cotillard. ¿Qué se siente al ser elegida por el cáliz? —pregunta directamente—. Como verás, no se tiene mucha fe en Beauxbatons, lo consideran como uno de los Institutos Mágicos más débil de la competencia. ¿Estarás a la altura? ¿Serás una bruja tan excelente como lo eres de bonita? 

Tras decir aquellas preguntas, aguarda por sus respuestas y ya se fija cual será su segunda víctima. 

Ni bien había cruzado la entrada de la carpa cuando es sorprendida como a un cervatillo por el repentino flash de una cámara, sin embargo Amelie se recompuso rápidamente, sonriendo plácidamente para la cámara y mirando con curiosidad a la periodista. No le sorprendió ser la primera escogida para ser entrevistada, y con un movimiento rápido de su mano sacudió su rubia cabellera antes de acercarse hacia la mujer, aunque le sorprendió que le tomara de la mano.

Las preguntas, claro está, no fueron realmente agradables, pero no le costó mantener la sonrisa. -Oh, Meglín, ha sido una magavilla seg seleccionada, me ha tomado pog sogpgesa.- Dijo, con total dulzura en su voz. -Entiendo pegfectamente que la actuación de mademoiselle Delacour en el togneo más guecogdado de la historia mágica gueciente no haya sido el mejog, pego le asegugo que soy mucho más capaz de lo que fue ella, y que no segá tan fácil supegagme. Me encanta su atuendo, pog ciegto, muy... pintogesco. Vintage, diguía, estaba de moda hace unos tgeinta años, c'est ne pas?- Terminó de decir, con inocente expresión en su rostro.

Iba ya con unas crecientes ganas a por todas; pero ahora tocaba la parte de la fama, esa asignatura que realmente tenía pendiente desde hace bastante, y no sabía como lo llegaría a gestionar realmente.

Al menos tomó a la francesa la primera, y pareció defenderse bastante bien.

Pf, simplemente leyendo  "breve historia de Beauxbatons, magos con encanto" verías que hay magos muy sobresalientes que salieron de aquel colegio.

Aunque estaba tensa por las fotografías y por aquellas cosas, sabía que era mero trámite hasta comenzar de verdad lo que vendría a continuación. Y estaba preparándose mentalmente, por si era la siguiente en ser elegida por aquella reportera.

—Estaré a la altura, director —respondí con confianza, apoyando las manos en las caderas—. Hasta que termine el torneo, seré más que una Gryffindor. Demostraré aquello de lo que Hogwarts es capaz.

Sabía que podía enfrentarme a ello. Fácil, difícil, eso no importaba mientras fuera posible, y sabía que lo era. Si tenía que esforzarme mucho más de lo normal lo haría sin dudarlo ni un solo segundo. Claro, que en ese momento me tocó enfrentarme contra una de las cosas que más temía.

Los periodistas.

En sí mismo, en realidad, me encantaba la oportunidad. Pero había una pregunta... Un solo tema que no quería que tocaran.

Ya era oficial.

Lorelei Ambrose de Hogwarts, la primera elegida por el Cáliz. Seguramente el orden no importaba, pero me sentía bien por ello. Las pocas dudas que me habían quedado se habían esfumado en un momento, y me sentía más energética que nunca. Ni yo sé cómo aguanté las ganas de correr, brincar y abrazar a mis amigos, pero lo hice. Aunque la sonrisa, ancha como ella sola, no me la quitó nadie. Con el porte que merecía una campeona, caminé con los gritos de cuatro casas a mis espaldas, preparada para lo que estaba por venir, o, más bien, impaciente.

¡Aunque ojalá hubiera sido cualquier otra cosa!

No era que no tuviera ganas de que me entrevistaran, pero... Todo dependía de quién lo hiciera, y cómo. Y esta vez, resultó ser Alice Belmont, que nos asaltó apenas llegamos hasta la carpa. Y la primera víctima fue Amelie. Quedó bastante claro que iban a ser preguntas a cuchillo, pero me pareció que la representante de Beauxbatons se defendió más que adecuadamente, dejando claro que estaba ahí para dar guerra y, además, cuestionando a la entrevistadora muy de refilón. ¡Bien jugado, Amelie!

Al llegar a la tienda un flash cegó al Japonés, que se sorprendió, rompiendo por primera su expresión de total neutralidad. Sin embargo, se recompuso en seguida, mirando alrededor una vez el efecto de la luz le permitió. Con expresión neutra miró a las cámaras y a los periodistas con indiferencia. Lo cierto es que él no estaba ahí por la fama, pero para que uno pudiera disfrutar de los logros, era necesario que fuesen inmortalizados.

Se acercó a la mesa donde había platos y se sirvió un poco de agua. Le habría encantado comer algunos de los canapés que tan buena pinta tenían, pero no quería ser el primero en hacerlo. Se quedó allí, viendo como la mujer intentaba despellejar a Amelie con afirmaciones absurdas. Fleur Delacour fue una contrincante muy dura que, de no ser por la intervención de los mortífagos podría haber ganado. Pensó, mientras escuchaba con atención.

El principal problema de Beauxbatons es que se centran tanto en mostrarse bellos que hace que lo demás quede en segundo plano, pero habría que ser muy poco inteligente para bajar la guardia por algo así.

—Me encanta esa convicción querida, seguro la veremos reflejada en el Torneo cuando debas mostrar de qué estás hecha—responde la mujer—. Oh. ¡Qué detallista! Sólo alguien de Beauxbatons es capaz de prestarle atención a algo tan superficial como mi ropa. ¡Bravo! ¡Llegarás muy lejos! 

Sonríe bajo cierto halo travieso mientras pilla a Visna con toda la intención de ofrecer la cara opuesta a la joven alumna del Instituto Francés. Muy osada en gestos pero más en acciones, Alice avanza entre los presentes y sujeta el brazo de su nuevo objetivo ya con todas las ganas de comerla cruda. 

—Ahora, contrarrestando la elegancia y el glamour de un Colegio de Elite, tenemos aquí a una representante de un Instituto creador de Mortífagos y magos Tenebrosos. Visna... ¿Cómo te sientes? —pregunta sagaz y continúa—. Imagino que al ser la primer mujer que ahora representará a Durmstrang debe ser una carga enorme, aunque da a entender la clase de bruja que eres. ¿Cómo se lo han tomado tus compañeros? Nadie olvida a Viktor Krum, tan fuerte, austero y sexy... 

Tras echar leña al fuego se mantiene expectante mientras desvía la mirada hacia el asiático, con ese también tiene material y ni hablar de la chica de Gryffindor, dejando como nota mental que será la última en padecer su incómoda entrevista. 

Escondido detrás de la carpa, se encuentra tu mejor amigo que tras ver como te liberas estoicamente de aquella mujer insufrible, te coge del brazo a escondidas así puede sacarte un breve instante de la carpa. 

—Sé que no es el momento, pero tengo decirlo o muero—dice el chico tan apuesto—. Te amo, Amelie. 

Y sin dudarlo siquiera, te coge del rostro con la intención de ofrecer un dulce beso en los labios mientras la gente va y viene para ubicarse en las gradas del Estadio de Quidditch para ver la primer prueba. Lo curioso es que una chica de cabellos fuego saca una foto y ríe divertida. Una Gryffindor que le divierte haber descubierto aquello. 

—Ups, escribo la gaceta y esto será lo mejor de lo mejor. ¡Beauxbatons de romance!—grita divertida, como si estuviera haciendo una travesura. 

No obstante tu mejor amigo se queda mirándote a los ojos, un poco sin saber que hacer mientras todo sucede demasiado rápido. Tiene los sentimientos a flor de piel y hubiera deseado que la intromisión de la chica simplemente no hubiera pasado. 

—¿Le conjuro un desmaius y seguimos conversando?— pregunta divertido Jacques. 

Antes Visna era alguien callada y silenciosa, y ante las burlas prefería dejarlas pasar, pero demasiados años en Durmstrang había templado su caracter para ser más lanzada y decidida ante estas cosas. Y evidentemente, por error, le soltó un bufido

Aguanta, no le saltes

Sí, tienes razón el listón está muy alto, Viktor era un hombre bastante fuerte además de guapo. Aunque... Le da una pausa dramática. Mis compañeros muy bien, entre nosotros somos una buena familia.

La mira ahora un tanto desafiante.

Y estoy tranquila, ya que, bien como dices, en nuestro centro nos entrenan en muchas artes, entre ellas las tabú por aquí. Soltándole una sutil pero notablemente irónica risa malévola*.

Visna estaba un poco nerviosa por esto, y lo que quería hacer era que Alice Belmont no le diese demasiado trabajo, ni hoy, ni durante la competición