Partida Rol por web

No ves nada anormal, el ruído del agua al caer podría bloquear cualquier otro sonido. Tampoco hay huellas pues tampoco hay mucha tierra, más bien roca.

Continuáis hacía el Sur, por donde parece que el enorme Grundar aún puede avanzar pese a su estatura. No tardáis en daros cuenta que el camino sigue adentrándose y hace un recodo. Ahora, podéis ver  el lago inferior y la caída de agua completa que hay en uno de los lados. En el otro lado, veís parte del otro lago.

- Cueva ser peligrosa... Tener cuidado... - Murmuraba un atemorizado Froug.

Anacteia asintió a la advertencia del exmarino y fijó su atención alrededor, no solo fijándose en los lugares sólidos sino también en los líquidos, a la espera de que cualquier cosa pudiera asomar por allí.

- Que pasar, Froug que preocupar ? dijo Grundar mientras se detenia en seco
 

Por encima del ruido del agua, lo cual no ayuda demasiado para escuchar cualquier cosa en esa cueva, consigues percibir sonido, como un cuchicheo, una especie de conversación, pero el agua no te deja saber de que se trata. Parece que viene de más adelante.

El semiorco se giró hacía su compatriota cuando este le preguntó. No sabía porqué pero era un mestizo bastante miedoso, no como el gigantón del druida.

- No gustar cuevas. Ser sucias y frías. En barco no haber tantos peligros como aquí. Tener ojos bien abiertos, sobre todo Shaun y Anacteia. - Decía, sabedor de que estos no veían tan bien como los pieles verdes en la oscuridad.

- Shhhh - dijo la hechicera, pidiendo silencio -. Hay algo o varios ahí delante, cuchicheando - susurró a los suyos -. Adelante... y abajo - afirmó descendiendo la mirada y avisando que, más adelante, tal vez había un descenso y algo acechándoles allí.

Os acercáis, siguiendo la enorme sombra de Grundar, quien continúa en su forma gigantesca. Al volver la esquina, la cueva continúa por una especie de bóveda, flanqueada por enormes esqueletos de gigantes, o eso entendéis por el tamaño de los mismos. Lo que más os llama la atención, naturalmente, son los cuatro hobgoblins que hay entro de la sala. Aún no os han visto, pero no tardarán en hacerlo, pese al rumor del agua.

SHAUN MICHAELS está con la espada presta, y atento a los Hobbos

"Mejor. Los orcos realmente son más peligrosos que los Hobbos"

El clerigo carga.

Anacteia dudó si lanzar algún hechizo de área contra los hobgoblins. Lo que resultaría después sería algo que quedaría durante cierto tiempo y podía llegar a perjudicar a cualquiera que se acercara demasiado. No obstante la duda se disparó: Shaun cargó contra los bichos, liándose a porrazos. Anacteia sintió ganas de lanzar, más que antes, algo que afectase a los ahí presentes, mas logró evitarlo con una enorme fuerza de voluntad.

Finalmente cambió de idea y conjuró un hechizo, algo más al fondo, dirigido a los dos enemigos más alejados. Bajo sus pies se abrió un agujero y amenazó con tragarlos.

- No os paréis en sus bordes u os tragará a vosotros también - advirtió a los suyos.

Grundar agarrando el baston con las dos manos procedió a atacar al hobgoblin que Shaun habia golpeado, su golpe lo estampó contra la pared, Grundar no gustar hobgoblins ! gruño mientras esperaba

El fuerte ataque conjunto del clérigo y de Grundar acaba de forma rápida con el primero de los hobgoblins, que no pudo ofrecer resistencia alguna al ser pillados por sorpresa. Anacteia se fijó en los de la retaguardia y conjuró un hechizo de foso sobre ellos, para que cayesen, pero por fortuna pudieron moverse lo justo para no caer en la trampa de la hechicera del grupo. Por su parte, Froug dió un paso a un lado para coger ángulo y lanzar una de sus flechas al otro hobo que quedaba de los cuatro que había.

- ¡Aaaaaaggggg! ¡Alerta, intrusos! - Gritó este al sentir la flecha clavarse en su brazo.

Anacteia se sorprendió ante los ágiles saltos de los goblinoides seres que se libraron de caer en el pozo recién conjurado. Torció el gesto y se resignó. Al menos el paso de huida resultaría difícil de franquear. Decidida a no gastar más hechizos, tomó su ballesta y disparó a uno de los del fondo.

Oye, pues no se me da tan mal, pensó mientras un virote acertaba a uno.

- Grundar hacer callar, dice el semiorco mientras otro cachiporrazo impacta en el siguiente Hobgoblin, mientras avanzaba para dejar hueco a sus compañeros