Partida Rol por web

Con más maña que fuerza, el enorme simio logra esquivar el ataque de Grundar, mientras ve como el clérigo, que ha recibido una somanta de palos de sus enormes brazos, se retira malherido tras la hechicera. Aún así, nada puede hacer ante la flecha que le lanzó Froug, así como contra el ataque de llamarada arcana que le lanza Anecteia, aunque esquiva lo más grueso del hechizo por poco. Ahora está más enfurecido, al tener el pelaje blanco chamuscado. Enfurecido, suelta un mordisco con sus poderosos colmillos en el hombro del druida, que comienzan a chorrear sangre al retirar los enormes colmillos del simio, que vuelve a chillar de rabia.

Aprovechando la distracción del simio, durante su mordisco, el otro mestizo semiorco del grupo no desaprovechó la ocasión. Froug dió un paso atrás para aumentar la distancia con el simio para acto seguido lanzarle otra de sus flechas que se clavó en su costado. Esta vez, el simio gritó de dolor y puso sus ojos rojos, buscando al arquero que acababa de herirle.

Anacteia observó sorprendida la agilidad del gorila monstruoso, pese a su tamaño, y de nuevo se encontró con el dilema de cómo causarle más daño. Había demostrado tener cierto aguante mental y una agilidad sobresaliente, haciendo que sus hechizos no tuvieran excesivas opciones de perjudicarle plenamente. Tras contemplar cómo esquivaba un muy dañino rayo ígneo con facilidad, la joven supo que no tenía más opción que jugárselo, una y otra vez, a las inciertas probabilidades. Eso jugaría en contra del tiempo y tiempo era lo que no tenían, ya que el monstruoso ser amenazaba con abatirlos en breves momentos.

Pero desgraciadamente la hechicera no disponía de nada definitivo ni certero y solo podía abandonarse al azar. Suspiró desalentada, pero pronto ya estaba de nuevo conjurando contra el gigantesco simio, con la esperanza de que esta vez no estuviera tan ágil como la primera.

Y un nuevo rayo igneo apareció de las manos de Anacteia que surcó el aire y se lanzó a por el Girallion.

- ¡Vamos, fríete de una vez! - exclamó la joven.

Viendo el percal, SHAUN MICHAELS, desde la distancia relativamente segura, hace una plegaria rápida y cura sus heridas con un hechizo Lvl-2

Y luego, se prepara para volver, avanzando unos cuantos pies

"Si salimos de esta, os tengo que ibvitar a todos a mi bar favorito. El dueño se llama Mastur"

Viendo la gravedad de sus heridas, la furia del semiorco estallo - GOOOOOOOOORUM, invocó la furia de su dios mientras le daba un golpetazo a la criatura en toda la espalda

- ¡Arrrrrgggggggg! - Chillaba el enorme simio.

No en vano, a duras penas otra vez, había conseguido librarse de lo peor del ataque de llamaradas de la hechicera, cosa que empezaba a angustiarle. Pero lo que no pudo esquivar fue el ataque del druida semiorco que le propinó un testarazo que dejó al animal con un hilillo de sangre calléndole desde la cabeza y manchando su blanco pelaje.

Volvió a alzarse sobre sus dos patas y se lanzó a dar otro mordisco a Grundar, pero esta vez el mestizo estaba preparado y consiguió eludir las mandíbulas poderosísimas de aquella criatura. Aquello dejó muy desprotejido al enorme animal blanco, cosa que aprovechó el otro semiorco del grupo, lanzando otra flecha a bocajarro contra la criatura, hiriéndole esta vez en una de sus patas traseras.

Anacteia observa como en un instante el simio gigante recibe diversas heridas y tambalea por instantes. También es consciente de que su agilidad será difícil de superar por sus rayos ígneos. La joven asiente.

- ¿Con que esas tenemos, eh? ¡Esquiva esto! - exclamó mientras pronunciaba unas palabras arcanas y de la punta de sus dedos aparecían tres proyectiles de energía que impactaron sobre el monstruoso peludo.

Visto lo visto, el bueno de SHAUN MICHAELS se prepara una vez más, y carga con todo.

Y claro, falla. Por supuesto falla ¿A quien queremos engañar? Teniendolo todo a tiro, va y fracasa así.

Mientras Shaun distrae al mono abrazandose a él, Grundar se juramenta a si mismo

- Mono no volver a arañar a Grundar

Grundar con los ojos ensangrentados berrea de manera sobrenatural un - GOGOGOGOGGOOOOOOOOOOOOOORUUUUUM que retumba en todo el barco mientras su baston golpea la cabeza del extraño mono con efectos devastadores.

El cuerpo sin vida se tambalea y cae de espaldas

El pobre simio se desplomó en el suelo, inerte, sin vida. Tal había sido el ataque conjunto del grupo que, aún con la falta de "precisión" del clérigo, que trastabilló en el último momento, consiguieron derrotar al enorme girallon. El ataque combinado de Anacteia lo debilitó sobremanera, pero la puntilla la dió el druida, Grundar, que le reventó los sesos, literalmente.

Al momento, como suele pasar en estas situaciones, el capitán bajó la escalera trasera junto con otros de la tripulación todos armados.

- ¡Venimos a ayudar! Espera... ¿Lo habéis matado? Vaya, pensé que no lo contaríais. Está bien, de todos modos me ha costado un par de tripulantes en la enfermería, que más dá... - Concluyó, mientras el resto de la tripulación se retiró escaleras arriba, murmurando.

El capitán no parecía muy preocupado, aunque voceó nuevamente. - ¡Quedáos con la piel de este girallon y lo demás tirarlo por la borda! ¡Su carne es durísima! - Espetó.

Viendo vuestras caras, supuso que tendríais preguntas y quiso adelantarse a vosotros. Algunos estábais heridos por la lucha contra el enorme simio, era normal. - Este girallon lo llevábamos de contrabando. Pensábamos venderlo en el próximo puerto y sacar tajada por el. No se como se ha podido escapar, pero lo averiguaremos, os lo juro. Aún fugado, no debería estar tan agresivo, pues le hemos estado alimentando. Será mejor que lo examine alguien que entienda. - Os mira buscando si alguien puede hacerlo. - Después, os llevaré, como prometí, a ver todo el barco de cabo a rabo y encontraremos al culpable, si es que lo hay. - Concluyó.

¿Venís a ayudar? ¿A despellejarlo?, se preguntó irónica la joven, viendo cómo la caballería llegaba cuando todo ya había concluido.

- Sí, ver íntegramente esta nave puede que nos de muchas respuestas - afirmó la hechicera ante el ofrecimiento del capitán. Acto seguido se inclinó a observar al animal. Si lo que decía era cierto y el bicho no había dado ningún problema hasta ahora, es que algo le había ocurrido. Y desde que observaron el sabotaje premeditado, bien valía considerar que este ataque pudiera ser otro.

Viendo esto, SHAUN MICHAELS contempla la piel del Girallon antes de despellejarle.

Al fin y al cabo, una carne dura aun puede aprovecharse. Puede picarse, freirse, tajarse... Y cuando navegas, cualquier provisión fresca vale su peso en oro.

Pero eso, sobre todo eso. El ESTUDIA

Y luego, a espaldas del capitán, irá a la enfermería. Va a curar a la gente -pero no lo dirá en voz alta, para que puedan tener un dia libre- con la idea de que le deban un favor.

"Anne, Grundar ¿Me acompañais a la enfermería? Un semiorco fuerte y una sonrisa pícara de maga pueden ser lo que necesitemos para sonsacarle algo a los enfermos" dice en voz baja.

Grundar escupe encima de los sesos del mono un poco de sangre que tiene en la boca. - Mono estupido no volver a molestar a Grundar, se jacta mientras se acerca a la pared y hace un gesto para que los restos de los sesos de mono abandonen su garrote.

- Deber explicacion, capitan. Grundar apostar a que mono no escapar, sino que alguien liberar. Mueve la cabeza negando, Barandilla serrada y mono escapar. Muchas coincidencias para Grundar

Las capacidades de Shaun, que sabe curar y remendar heridas, además de canalizar energía positiva, le ayudan a descubrir que el pobre girallon tiene un corte en la espalda, que a todas luces es de una daga o cuchillo, por el tamaño. No solo eso, logra descubrir que quien quiera que apuñaló por la espalda al animal, lo envenenó,a juzgar por el rastro que detecta en la herida.

Sin vacilar, el capitán accede a mostraros todas las salas que os quedan por visitar. - Seguidme, lo revisaremos todo de arriba a abajo. - Os insta.

De las salas que os quedaban por ver, Anacteia ya conocía el cuartucho de la limpieza, así como la habitación de la pitonisa semiorca. Pero el capitán os lleva a visitar el trozo que le falta a dicha habitación, a la cual se accede desde la habitación del cargamento. Una vez allí, constatáis que hay varios animales, como gallinas verdes y otras cosas raras, así como una jaula enorme y abierta, que os indica que era la del Girallon. - Pues aquí es donde llevábamos el contrabando. Eran solo algunos animales exóticos. El que más dinero nos iba a dar era ese pobre simio que ha escapado... - Os comenta.

Las otras salas, las abre sin problemas. Una es una especie de letrina y la que está cerrada con llave es una habitación personal del capitán, con multitud de trastos y algún que otro cofre que no piensa compartir con vosotros, por supuesto.

- Un momento... Si alguien se oculta en mi barco tendría que estar en cubierta, en algún bote salvavidas o incluso en el carajo. Aunque también podría ocultarse en la sentina o en el cuerto de la bomba de achique. No entramos ahí desde los primeros días que bajásteis a limpiarla. Deberíais echar un vistazo ahí abajo. Mientas, mis hombres y yo revisaremos la cubierta y sus rincones. - Os invita a visitar la sentina.

Junto con Froug os dirigís a la sentina. Nada más bajar la escalera ya se siente el calor que hace en la parte baja del barco debido a la humedad del ambiente. - Aquí es, esta ser entrada a sentina. Tras puesta. - Dice señalando la puerta.

"Lo primero sería intentar identificar el veneno" dice SHAUN MICHAELS". Sabe que es un tiro dificil, pero huele la piel cortada y cuarteada.

Intentará ver si puede reconocer por el olor y por los efectos en el maltrecho animal, que en vez de intentar escapar se metió en una pelea, aun cuando la tenia perdida

Luego informa al grupo con el resultado de sus pesquisas.

No logras averiguar de que tipo de veneno se trata de forma concreta. Pero tus conocimientos te indican que, como mínimo, causaban un estado de furia incontrolada, más que causar la muerte.

El semiorco que os acompaña empieza a impacientarse y os mira, preguntándose interiormente que debe estar pasando por vuestras cabezas.

- ¿Entrar a sentina? Faltar por inspeccionar aquí abajo... - Os dice.