Partida Rol por web

Es invierno, el año nuevo está próximo y el solsticio de invierno también, las noches son largas y frías y el sentimiento de tensión que gobierna vuestras vidas desde la oleada de desapariciones resultaba agobiante, por eso en una discoteca del centro, el "tresor club". Toda una institución en la ciudad ha dado una fiesta, buena música, gran ambiente, los camellos del club solo pasan mierda de la buiena, el alcohol es de calidad y los seguratas estan en sus cabales.
Además ya empezáis a ser conocidos por todos los clubes de la ciudad.
La fiesta a servido para quitaros esa sensación invernal de encima, pero cuando salíais de la discoteca os ha sorprendido una fuerte granizada con un viento fuerte que hace que el frío os cale hasta los huesos como si fueran agujas. En mitad del centro a una hora intempestiva bajo las peores condiciones del mundo, os encaminasteis por inercia al milliners.
Llegar hasta allí ha sido difícil, la granizada ha generado aglomeraciones de hielo que ha dificultado caminar por la calle, el viento os ha zarandeado, al caminar pegados a la pared de los edificios os han caído goterones de lluvia fría y sucia encima.
Al empujar la puerta de Milliners os reconforta su familiar peso y el calor que os golpea la cara. Atrás dejáis una noche enfurecida que promete esperaros a la salida con un relámpago iluminando el cielo.
Dentro os sorprende ver a muy poca gente, acostumbrados a verlo siempre lleno, hoy solo hay 2 personas a parte de Milliner, que os mira entrar con cierta expresión de asombro en la cara.

Marie y Jakob han salido contigo esta noche, cogieron un taxi antes de que empezara a caer el diluvio universal, acostumbrados a que tu tengas chofer no se han preocupado demasiado por ti, pero esta noche te has escabullido y no quieres llamar al chofer de tu padre que de buen seguro se chivaría de que has salido y cualquier aguanta a tu padre últimamente.
Tras varios intentos infructuosos de conseguir un taxi has decidido ir a tu refugio de madrugada más socorrido, el milliners, desde allí podras pedir el taxi y esperar a que legue a techo y en un lugar calentito.

La noche prometía ser alegre, y yo me vestí para la ocasión. Íbamos a ir al tresor club y, aunque al ir con Mary Ann no pensaba ir a ligar, me vestí bien: camisa bien abotonada que mostrara mi musculatura más o menos bien definida, pantalón de vestir color azul oscuro y zapatos, acompañado de un buen perfume.

La fiesta no defraudó. Música, baile, bebidas, un poco de... otras cosas más duras, aunque no mucho. Pero al salir la noche se enfureció de vernos pasear por la ciudad. Nos estábamos calando, yo no estaba para conducir y... bueno, la inercia nos llevó al Milliner's. Ese era un faro en esta noche enfurecida.

Allí están, las luces del bar. Me aproximo a la puerta y miro un momento dentro antes de abrirla. El agradable calor invita a entrar, a reconfortar el cuerpo y la mente en este agradable sitio. Curiosamente, no hay apenas gente. ¿Quizá otros fueron más listos que nosotros y volvieron antes a casa? Como sea, ya estamos allí, y deberíamos intentar entrar en calor. Si la tormenta sigue, igual llamamos un taxi, pero por ahora deberíamos esperar a ver si pasa lo peor.

¡Milliner! grito desde la entrada, antes de dirigirme a la barra, saludando con la mano. Al llegar le indico, mirando alrededor, vaya, que vacío está esto hoy. Será por la tormenta, otros debieron ser más listos que nosotros. ¿Qué te cuentas, amigo? termino con una sonrisa.

Milliner vestía con vaqueros camiseta y mitones en las manos, como de costumbre fiel a su estilo pasado de moda. Y del chaleco mejor no hablar. Si seguía tan persistente como desde que lo conocéis en su linea de moda, quizá dentro de unos 30 años aquel estilo vaquero punk desgarbado volvería a estar de moda.
Como siempre que entrabais por la puerta os obsequió una cálida sonrisa.
Dieter y Mary ¡¿como se os ocurre salir con esta noche?! No me gustaría perder a dos clientes tan buenos.
Hoy Milliner no estaba fuera de la barra sino que estaba sentado al otro lado de la barra en unos taburetes hablando con las otras dos personas del bar.
No es solo la tormenta, últimamente con esas noticias horribles y sensacionalistas del asesino la gente no viene mucho, un periódico amarillista como esa dichosa gazeta va a hundir mi negocio. se quejó incorporando se y yendo a la trastienda.
Apareció al instante mientras os acomodabais con un par de toallas. para que os secarais.
Estais empapados. dijo explicando el gesto, aunque no necesitaba explicación. Las toallas estaban calientes como si hubieran estado sobre un radiador.

Las otras dos personas que había en el local compartían el gusto de milliner por la moda punk de principios de los 90. Eran un hombre y una mujer, cuando entrasteis por la puerta callasteis, salvo por el hombre que estaba riéndose de algo y seguía riéndose de ello. Su risa es pegadiza.
La mujer lleva gafas de sol incluso dentro del local y una cresta punk con las sienes afeitadas. Pese a lo frío de la noche llevaba uno de los hombros desnudos, vistiendo una camiseta negra con un logo que no reconocéis, que le quedaba grande. Era extremadamente delgada y extremadamente pálida. Ahora mismo esperaba con aire de irritada a que su compañero dejara de reírse.

Evidentemente ella se esta encabronandocon él cuanto más se rie y él esta en mitad de un ataque de risa.
Milliner esta como siempre, un poco sorprendido que con la que esta cayendo haya entrado nadie. También parece divertido por lo que le haga gracia a su amigo. Claramete le estaban tomando el pelo a la chica.

Una noche más, un día menos. La fiesta había sido bastante completa, no sabía cuanto había gastado, ni me importaba, mañana habría más. El punto que llevaba con los chupitos de jägermeister se me había pasado con la granizada. Me gusta el hielo pero en el vaso, no en el cuerpo.

Di un pequeño sprint para acercarme al bar. El pantalón de cuero y las botas estaban empapadas, así que recibí con alegría el calor del Milliners. Me sorprendió que estuviera tan vacío. Además del viejo Milliner reconocí a dos personas, Dieter y Mary Anne. Los conocía de... durante un segundo me paré a pensar y creo que el frío y el cansancio atenazaban algo mi mente, al menos de compartir copas sí los conozco seguro.

Me quité las botas dentro, el suelo no era el más limpio del mundo pero estaban demasiado húmedas. Con las botas en la mano me acerqué hacia Dieter y Mary Anne, —hola —sonreí mientras les daba dos besos a cada uno, —creo que no soy la única que ha decidido salir esta noche —reí mientras echaba un vistazo alrededor recogiéndome el pelo algo y escurriéndolo, —aunque cada vez seamos menos por ahí —me fijé en sus toallas y busqué a Milliner mientras estornudaba —¡achís! —y pasándome la mano por debajo de la nariz le dije —jefe, ¿No tendrás otra de esas para mi? Y algo calentito, por favor —. Me fijé en la pareja que estaba hablando con Milliner, no me sonaban.

- Mierda!- solté riéndome casi por inercia cuando entramos en aquel sitio.

No es que el sitio estuviera mal. Solia ir bastante a menudo allí. Tenían buen café, se estaba calentito y además la compañía era agradable. Era como el Central Perk de Friends del otro lado del charco. Un gran charco, desde luego. Pero el problema era que Dieter y yo habíamos salido sin paraguas y estaba prácticamente calada.

No ayudaba que me encogiera como una tortuga, escondiendo el pescuezo, agarrada al brazo de Dieter. Lo que si ayudaba era el olor que desprendía mi compañero de piso. Aunque no para no mojarse... em.. vale, ¿lo he dicho en alto? Y es que puede que no buscara nada, pero una no era de piedra.

Además , estaba ese punto de rebelde en la noche cuando había dado el toque de queda ya por el tema del asesino ese. Bah! Era como buscar a Wally. Tampoco me lo creía demasiado, a fin de cuentas era prensa amarillista. De hecho en el periódico en el que trabajaba, ninguno sabía demasiado del tema, por lo que bien podían ser rumores. Seguramente el toque de queda era como medida preventiva. Un por si caso. Algo que siempre llegaba tarde. Era como... subir el nivel de amenaza terrorista a nivel 4, cuando ya la bomba ha estallado. Joder, hazlo antes!

-Milliner!- Me acerque soltando a mi acompañante para saludarle con un par de besos.- Oh, vamos. ¿En serio te crees eso del periódico?- Pregunté mientras se encaminaba a la trastienda. - Trabajo en uno, ¿sabes? - Dije alto para que me oyera.- No todo es cierto. Pero...- palmeé mi bolso, un poco grande, pero lo lo suficiente para que entrara la cámara que siempre llevaba a manos. Ellos lo sabían. Reportera hasta la médula!-... una buena foto nunca miente.

Casi al instante entro Norb. Una amiga, mas loca que yo. Puede que mas pija. Nunca mas guapa. Pero se lo podía perdonar porque era supermaja y tenía un... buen par de razones para hacerme reír.

- Cielo- Dije sonriente dándole un par de besos.- Creí que no vendrías por la lluvia...

Norb, un placer verte por aquí digo, sonriendo y devolviendo los dos besos. Me parece que somos como un caldo, todos mojados como pollos. Lástima que con frío, pero eso entraremos ahora en calor.

Milliner, pon algo calentito también para mí. ¿Tú también, Mary? Pues eso, algo que nos haga recuperar el calor perdido a los tres.

Me giro a ambas mujeres y las observo. Verlas siempre me hace darme cuenta de lo distinto que pueden ser las personas. Y, sin embargo, en cierto modo tienen un caracter bastante parecido... y alocado. Me sonrío yo solo.

Al ver que Mary había estornudado, busco en uno de los bolsillos de mi traje y le ofrezco un pañuelo deshechable. Ni siquiera lo pienso, lo hago automáticamente. Tú tampoco tuviste la idea de coger un paraguas, vaya... yo que esperaba que fuéramos todos a casa bajo él. Pongo cara de pena, pero está claro que es una broma, porque o es un paraguas como una casa de grande o no cabíamos los tres ni por asomo, más conmigo.

Me giro pasando la mirada por Mary. Mierda, por qué tienes que estar tan buena... y encima con el pelo y parte de la ropa mojada... Termino el recorrido en Milliner, solo para no pensar cosas... malas de mis amigas. El alcohol que he bebido antes parece estar empezando a provocar ciertas cosas en mi que prefiero evitar. "evita las tentaciones y no pecarás", ¿no era eso lo que dice la biblia, el corán o algo de eso?

Luego compartimos un taxi que nos lleve a casa, ok? Pero vamos a secarnos aquí un rato, a ver si deja de llover...

Milliner desapareció en la trastienda unos segundos para volver con otra toalla, esta era de otro juego y no estaba caliente.
Mi problema no es lo que me creo yo sino lo que se creen mis clientes dijo sonriendo a Mary con amabilidad. Pero en el mundo hay dragones y son depredadores carnívoros, eso nadie lo puede negar. dijo aquello con voz desenfadada pero era una forma rara de expresarse y os llamó la atención.
Tengo una cerveza tibia de Inglaterra que es la bomba si queréis probar algo diferente, pero si queréis ser más conservadores y aburridos.... os provoco en contestación a la petición de Norb.

La mujer al lado del hombre risueño y alegre es una mujer muy delgada de facciones muy bellas y que cuando se mueve lo hace con una gracia propia de una bailarina de Ballet, su look punk es diferente, hace años que quedó pasado de moda, pero le da un aspecto fiero y sus pantalones ajustados se ceñían a unas piernas perfectamente torneadas. El hombro que asoma por el cuello de la camiseta es blanco y redondeado y le da un aire insinuante, como una promesa jamás dicha.
Te puedes imaginar la camiseta cayendo y atrayendo a aquella mujer hacia ti buscando su boca con la tuya.
De repente la ensoñación se rompe y te descubres mirando fijamente a sus ojos de improvisto. Tu corazón late desaforado y ese cruce de miradas e repente te parece demasiado intimo como para mantener el contacto visual.
Apartaste la vista como un acto reflejo, esa mirada quemaba.

El hombre que reía acabo por refrenar sus risas e interpeló a Mary, ahora que estaba serio por cómo se movía o como os miraba os dio la sensación de ser un depredador. No era como Milliner aunque vistiera parecido, Milliner era amable. Transmitía confianza, este hombre por el contrario parecía nervioso y crispado, transmitía agresividad y daba un poco de miedo en ese sentido pese a ser delgado y algo enclenque. Quizá fuera su aspecto desgarbado y desaliñado. De no haber estado allí en el local hubierais dado la vuelta o cambiado de acera para no cruzaros con él en la calle.
Eres reportera? se interesó Entonces has visto de primera mano los asesinatos, las escenas de los crímenes ¿Verdad? Su mirada se posó sobre Mary y sus ojos se encontraron, la sensación de que este hombre era un problema con patas se intensificó para Mary en aquél momento.

-Si, la cerveza estará bien.- contenta me predispuse para aquella copa.- Esta vez pasaré del Jagermaiter o como se diga eso. La última vez... creo que estuve media noche vomitando. Y ya sabes lo rarito que se pone Duncan con eso de la limpieza y los gérmenes.- Me encogí de hombros divertida mientras hacía referencia a nuestro compañero de piso.

¿Dragones? Eso solo era cosas de frikis jugadores al D&d. Pero si se refería a gente mala...si. Definitivamente el mundo se estaba yendo a la mierda. A la gente cada vez le gustaba mas ir a su bola, y lo que ello con lleva: violencia, robos...etc. Incluso un hombre que me asustó un poco por su aspecto se nos acercó, y mas en concreto se dirigió hacia mi.

-Bueno, ayudante gráfica.- Respondí desviando la mirada pero orgullosa de ello.- La que hace las fotos. Aun tengo que terminar un par de asignaturas y que la señora Brigitte Fehrle me deje escribir algo. - Sonrei aunque de forma forzada.

- Pero si, estuvimos en algún sitio y.... bueno, la policía no nos dejó pasar de primeras. Solo vimos los restos de lo que podía haber sido una pelea callejera- Me quedé pensando un momento.- Puede que incluso usaran navajas. -Suspiré para quitar importancia al asunto. - El cazador amarillo..¿en serio? ¿Es que creen que es chino o algo así? La gente ve demasiadas cosas bajo los efectos de las drogas... como ese tio que se suicidó en el hospital. Mañana tenemos que hablar con el policía que le detuvo. Hacerle una entrevista... ya veremos que sale de ahí.

Tu comentario le divirtió, esbozó una sonrisa felina enseñando unos dientes blancos impolutos que contrastaban con todo lo demás que era él.
El cazador amarillo, pues a mi me gusta dijo reflexionando El amarillo esta asociado a una enfermedad mental desde tiempos de Dickens. El libro amarillo en Dorian grey era un libro que te volvía loco, lo recupero un tal Chambers a principios de siglo XIX para una serie de relatos de terror, "el rey púrpura", y se cree que sirvió de inspiración a Lovecraft para su famoso necronomicom enumero aquello sin darse importancia no sonó a clase de literatura, pero fue un comentario raro para el lugar y las horas.Y este cazador amarillo no solo ha cazado a sus víctimas a acorralado a toda la ciudad y estamos perdiendo totalmente la razón presa del pánico.... Y milliner la cartera volvió a reír de aquella forma tan peculiar suya.

La mujer al lado del risitas suspiró.
¿Ya empezamos con las clases profesor? le dijo irónicamente. No es el momento ni el lugar. Dejemos los solos, además se nos empieza a hacer tarde, tenemos muchas cosas que hacer antes del amanecer. Mientras hablaba se incorporó e hizo un gesto a su compañero para que la imitara.
Él no miró ningún reloj, se limito a levantarse con cara de fastidio.
Adiós Jimmy, si nos necesitas ya sabes como encontrarnos se despidió la mujer de Milliner, al contrario que su tono duro que había usado al llamar al ordena su compañero, al hablar con Milliner su voz sino sorprendentemente dulce y cálida.

¿No podemos quedarnos a jugar, señorita? le preguntó a modo de burla como si de un niño pequeño se tratara.

—Dragones —digo entre risas, risas que corté automáticamente cuando se acercó aquel hombre tan delgado, de reojo observé a Milliner que no parecía estar nervioso así que supuse que no había ningún problema, de todas maneras, metí mi nariz en la cerveza tibia y bebí un trago. Tenía un sabor amargo, no es mi tipo de bebidas, me gustan las bebidas dulzonas pero no voy a ser yo la que corte la fiesta.

Escuché el intercambio entre Mary y aquel tipo tan extraño. Estaba cansada del maldito cazador amarillo, me estaba fastidiando de lo lindo.

—Odio los asesinatos, mi padre me tiene frita, no puedo irme en el coche, no me deja ir a ningún sitio sola —digo mientras busco en el bolsillo el paquete de tabaco, extraigo un cigarro, lo enciendo, doy una calada y exhalo el humo intentando hacer un aro. —Aunque yo lo hago, claro —digo complacida.

Parece que el que sonríe tanto no para de soltar un rollo ¿Dickens? ¿Chambers? ¿Lovecraft? Arqueo una ceja y miro extrañada a Mary y Dieter. —¿Jugar? De todas maneras ya está acabando lo bueno —hago un inciso —la noche —saco el móvil y miro la hora —dentro de un rato tengo clase —añado con gesto de hastío.

Ha sido solo un momento, apenas un instante, pero ha sido suficiente para que mi corazón lata desbocado. ¿Qué me pasa? Yo nunca tengo pensamientos como esos con una desconocida. Y sin embargo, esa mujer...

El cruce de miradas no hace sino ponerme más nervioso, y aparto rápidamente la vista de ella. Cuando me quiero dar cuenta, tengo delante una cerveza. La pruebo, está buena. El sabor amargo es quizá algo más suave que el de la cerveza alemana, pero no cabe duda que hace entrar en calor. ¿O ya había entrado antes?

Mi mente vaga, mientras escucho como de fondo la charla de mis compañeros. Hasta que un nombre se abre paso. Duncan. Entonces devuelvo mi atención al grupo. Mejor que no, Mary. No quiero volver a aguantar su chapa de "es que yo me paso todo el día limpiando para que vengais vosotros y me lo ensucieis todo" una y otra vez.

El cazador amarillo... Miro a la calle, pensando que ahora tenemos que volver a casa. Los otros se van a ir. ¿Se van con la lluvia que hay? se me escapa, casi sin querer. Pero también Norb parece querer irse. Suspiro.

En fin, supongo que tenéis razón... ya es tarde, y yo mañana tengo que ir al taller. Sería mejor que nos tomáramos esto y nos fuéramos yendo, ¿verdad? Supongo que tendremos que pedir un taxi.

Doy un nuevo trago a la cerveza, y siento su calor bajando por mi garganta reconfortando todo mi cuerpo. Centro mi vista en Mary, prefiero no volver a mirar a esa mujer...