Partida Rol por web

Ígneas profundidades

Futuro incierto

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14/12/2008, 22:11
Master Indio

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14/12/2008, 22:11
Master Indio

Miró su reloj en un gesto casi sin sentido, como muchos de los que tenía en los últimos tiempos.

Las ocho de la tarde y no se encontraba especialmente cansada, al menos no más que el resto de los días, lo cual no era decir demasiado, puesto que desde que aquello ocurrió tampoco le daba demasiada importancia a las cosas que afectaban a su vida. ¿Cómo podría dársela?

Miró por la ventana a la ciudad eternamente iluminada. Allá abajo quedaba el bullicio que siempre la envolvía, mientras ella la observaba tras la ventana que la mantenía al margen de lo que sucedía en el exterior…..resultaba cuando menos irónico, ya que lo que la destrozaba realmente se encontraba en su interior.

 

El edificio donde trabajaba era uno de los más altos del sector este. Se trataba de una zona dedicada casi de forma exclusiva a oficinas. Demasiado lejos de aquellos a los que se pretendía ayudar, o al menos eso le parecía a Audrey.
Los desfavorecidos no podían permitirse vivir en el sector este. De hecho no se podían permitir nada mejor que el sector norte, donde se encontraban los edificios más viejos y ruinosos de todo Hoffnung.

Esa era una de las cosas que la abogada pretendía cambiar, aunque no era nada sencillo luchar contra el sistema y la superpoblación que albergaba la cúpula.
Era un problema al cual debería enfrentarse la civilización en poco tiempo, puesto que el espacio del que disponían era limitado.

 

Volvió a mirar el reloj. Las ocho y dos minutos. El tiempo se arrastraba en el segundero, como si le costase avanzar tanto como a ella misma.

Debería ir pensando en recoger e irse a casa, pero tampoco había allí nadie que la esperase, sólo unas paredes vacías que la aprisionaban.
No, quizá fuese mejor que pasase por casa de su hermana y se quedase a cenar. Al menos así volvería a casa justo para acostarse. Durmiendo sólo tendría que enfrentarse a sus pesadillas, que jamás serían tan horribles como sus recuerdos.

 

Unos golpes apresurados en la puerta del despacho la hizo salir de sus ensoñaciones y mirar en su dirección.
Pero no tuvo tiempo de abrir los labios para indicar que entrase el que llamaba de esa forma, pues la puerta se abrió de par en par, dejando paso a Lily, su ayudante desde que había vuelvo al trabajo.

 

Audrey – dijo con una voz que indicaba que le faltaba la respiración – finalmente ha ocurrido. Un edificio del sector norte se ha derrumbado.

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14/12/2008, 23:54
Audrey Osborn

El único contacto real es el de los dedos que están delicadamente posados en el frío cristal de la ventana. A esta hora ya no lidia con los problemas del trabajo, ha hecho todo lo posible para arreglarlos, ahora, mirando la ciudad, sólo recuerda los suyos, los que no parecen tener solución.

La mirada perdida, una vez más, como tantas otras. Gesto serio y un pequeño suspiro que se escapa entre los labios. Ellos, los dos… no sé dónde está ninguno... Mirando entristecida la alta cúpula. Este no es el camino, Susan lo ha dicho tantas veces… pero Audrey siempre encuentra una buena excusa para saltarse esa norma. Lo necesita, tanto como la bóveda de la que depende su vida. O incluso más.

Las mismas luces de siempre llegan a sus azules ojos, es la misma hora en la misma noche. Casi indistinguibles, debido a los familiares y anclados sentimientos que cuesta tanto superar. Las cosas están colocadas recogidas en el respaldo de la silla del despacho, listas, que esperen, todavía no sé a que quiero enfrentarme. La soledad de mi piso o creer atisbar compasión en los ojos de mi hermana mientras me escruta. Difícil elección.

El ruido de la puerta despierta rápidamente del letargo a Audrey, y encuentra los ojos de la amable chica con la que trabaja desde hace ya más de dos años, no tiene ninguna queja desde que paso a ser su ayudante, discreta y callada, bastante eficaz.

Una sacudida en el corazón, la mezcla entre no querer sentir nada y el horror de lo que la joven Lily dice hace que parpadee un par de veces, desorientada, apenada e impotente. Bueno… pensándolo bien no son sentimientos nuevos para mí. Los ojos abiertos como platos, espantados por las funestas noticias.

-¿Cómo? –Incredulidad momentánea en el tono de voz. Me adentro en el despacho, dejando trás de mi la oscuridad de reflejos azulados, aparcada momentáneamente por las miles de preguntas que quieren ser pronunciadas –¿Cuál?- Hay tantos edificios en un estado pésimo, independientemente de estar habitados…- ¿Hay heridos? – Pobre gente. Una profunda respiración para tranquilizarme, para volver a mi estado natural. Miro seriamente a la chica. -¿Qué más sabes? Cuéntamelo todo, por favor.- Coloco la mano en el teléfono, casi sin pensar, preparándome para funcionar según los datos que diga.

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16/12/2008, 22:56
Lily

Ha sido el edificio Emperador. - ese nombre llevaba a engaño, por lo menos en la actualidad, ya que aquel que había sido uno de los edificios más lujosos en su momento, ahora no era más que una ruina.....y eso antes de que cayera debido a lo debilitado de sus cimientos. Había sido un emblema hacía décadas, pero debido a la superpoblación y a la falta de empleo, el sector este se había ido deteriorando. Todo había sido una espiral decreciente que arrastró a dicho sector y a todos los que habitaban en él, convirtiéndolo casi en marginal.

Ya sabes en qué estado se encontraba - continuó. Y ciertamente Audrey conocía a la perfección la precariedad de la que hacía gala el edificio Emperador, así como todos aquellos que le circundaban. Pero las arcas de la ciudad nunca tenían lo suficiente como para acondicionar el sector norte.....eso sí, nunca faltaba lo necesario para mejorar una vía del sector oeste, donde muy pocos podían permitirse vivir allí - y que por eso mismo no estaba completamente habitado, pero sí he podido averiguar que dos docenas de heridos y al menos una decena de víctimas.

Una decena de víctimas.....aquella frase quedó planeando en la quietud del despacho, como si ninguna de ellas, ni la que hablaba ni la que escuchaba, quisieran asimilar el significado de aquellas palabras.
Era algo difícil de digerir. ¿Quienes serían los fallecidos? ¿Cuantos niños habría allí en el momento del derrumbe? Muchas preguntas, pero Lily parecía haber terminado de dar respuestas.
En ese instante sus labios se abrieron para completar la información.

Los heridos han sido trasladados al hospital de ese sector, pero ya sabemos que los recursos son bastante limitados - el hospital había resistido un poco más, pero finalmente también se había contagiado de la miseria que reinaba en aquel lugar, dificultando muchísimo la labor de los médicos que aún trabajaban allí.

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17/12/2008, 11:52
Audrey Osborn

Las noticias no pueden ser peores, no hay sólo heridos. Sin abandonar el gesto serio y sin dejar de mirar a Lily empieza a sentir la familiar impotencia que recorre sus venas casi todos los días, pero ahora con muchísima más intensidad que normalmente. Baja la mirada, reprimiéndose un suspiro y de negar con la cabeza, todo lleva demasiado mal demasiado tiempo, no sólo su corazón… Vuelve a levantar la vista hacia su ayudante, aunque en estas circunstancias, es más el ver a una compañera, compartir los fines comunes como éste hacen menos nítidas las separaciones laborales…

Un culpable, alguien que tenga que responder sobre el funesto suceso. Un consuelo mínimo para las familias de las personas fallecidas. Audrey lo sabe, sería mucho mejor que romperse la cabeza eternamente por no entender por qué tuvo que pasar algo así, alguien o algo que tenga que responder y cargar con las represalias. Merecen, como poco, recibir respuestas y que se les indemnice.

Siente que debe intentar hacer algo al respecto. Irónicamente, siempre es más fácil ayudar a los demás que a uno mismo…

-Lily, averigua cuál es la versión oficial del suceso, voy mientras al despacho de Samuel,- el director del departamento de Ayuda de Emergencia Submarina, una oficina que, por desgracia, tiene demasiado trabajo últimamente. Lo ha pensado durante unos instantes y no le parece adecuado ocuparles la linea telefónica, -a ver cómo están y que saben por allí, y en qué podemos ayudar.-

Suspira, imaginar el dolor de tantas personas a estas horas es muy duro, difícil, es una hora demasiado tenebrosa ya de por si para Audrey. Pero, como siempre, lo asimila y lo sobrelleva como puede, hace tiempo que aprendió que no hay muchas más opciones. -No podemos permitir que sigan ocurriendo estas cosas.- Una respiración profunda y ya sí, salgo finalmente por la puerta, con varias ideas rondando por la cabeza….

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18/12/2008, 22:48
Samuel Leidakof

El sector destinado a las labores del Departamento de Ayuda para Emergencias Submarinas, o como solían llamarlo para abreviar...el DAES, se encontraba en el ala contraria de la misma planta donde se ubicaba el despacho de Audrey.
Por desgracia, era un camino que conocía a la perfección, pues no pocas veces ambos departamentos debían trabajar conjuntamente. La desgracia siempre suele recaer sobre los mismos.

Al principio, sus pasos resonaban por el pasillo de suelos marmóreos, pero según se iba acercando a su destino, pudo comprobar que el sonido ambiente, cada vez más agitado, engullía el sonido que ella misma producía.
Cuando atravesó la última puerta se vió inmersa en una borágine de descontrol, carreras, gritos. Incluso dos veces tuvo que apartarse casi de un salto para evitar ser arrollada por uno de los integrantes del DAES, que con los auriculares en la cabeza, iba de un lado para transportando papeles mientras mantenía una conversación telefónica.

El despacho de Samuel se encontraba tan sólo a unos metros de la puerta de entrada, pero Audrey tardó más de lo acostumbrado para llegar hasta él.
La puerta se encontraba abierta, como lo estaba casi siempre. Samuel siempre decía que, si la cerraba, se sentía excluído de su propio grupo, por lo que la mantenía de tal forma que pudiera estar siempre al tanto de lo que ocurría.
En ese momento se encontraba hablando por teléfono.

Sí, me ha oído perfectamente - decía en ese instante - Ese maldito edificio debía haberse desalojado hace años....o mejor aún, habilitado para evitar que esto pasase.....¡¿COMO?! ¿Y a quién coño le importa ahora si se han puesto reclamaciones? ¿Es que no me ha oído lo que le he dicho?....Por supuesto que haré lo que crea conveniente.
Tras un segundo colgó el teléfono con fuerza, dejando la mano sobre él. Parecía estar decidiendo si arrancarlo y tirarlo contra la pared o dejarlo en su sitio por si fuera de utilidad más adelante.

En ese instante percibió la presencia de Audrey en la puerta, alzando la mirada hasta que la línea de visión de ambos conectó.
Te conozco Audrey. Sé lo que quiere decir esa mirada, pero ¿qué quieres que haga? Hace años que estoy avisando de que algo así podía ocurrir, pero tratándose del sector norte nadie hace nada para evitarlo.
Por desgracia no creo que esta sea la última vez que debamos enfrentarnos a algo así.

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19/12/2008, 12:26
Audrey Osborn

El ruido del desastre, ese ajetreo de voces y carreras en aquella planta del edificio era y significaba justamente eso. Embutida en unos nada ceñidos vaqueros y con un jersey marrón, así cruza los atropelladamente bulliciosos metros que la separan del hombre que busca.

Se adentra despacio, procurando no hacer ruido y no desconcentrarlo de la conversación que mantiene. Desplazándose lateralmente y tocando con sus dedos la pared que hay detrás suyo, hasta un sitio que nunca está concurrido, queda apoyada en la pared, a medio metro de distancia de la puerta.

Una conversación nada halagüeña, se mantiene en silencio y con expresión triste, por tantas cosas que ni siquiera alcanza a recordar un par, es un sentimiento conjunto, global, esta vez es multitudinario. Casi se puede tocar.

Muerde el labio inferior cuando acaba de hablar, es uno de los que, afortunadamente bastante comunes en aquellas oficinas, le importa realmente lo que pasa, su mirada era clara, cristalina, una persona que podía mirar directamente a los demás y estar orgulloso de su persona. Audrey ha reparado alguna vez en lo apuesto que evidentemente es, pero ninguna de ellas más de unos breves instantes, siempre estuvo demasiado enamorada. Ahora no se produce la excepción a esta regla.

Escucho atentamente lo que me dice, compartiendo cada una de las palabras y el sentimiento que arrastran, manteniendo la vista en sus ojos, negando con la cabeza cuando acaba, no a él, sino a la cruda realidad que toca volver a vivir. - Me niego Samuel. No más. Tiene que haber algo…- Su cerebro empieza a funcionar, olvidando, como tantas otras veces, la presión que tira de ella hacia la desesperación, hacia el desconsuelo. Una vez superó esa fase. Con sobresaliente… bueno, dejémoslo en que aprendió algunas cosas.

No puede aceptarlo, es imposible que toda la ciudad acuática escuche la situación actual bajo la cúpula y mire para otro lado. Sabe que hay gente que no, su trabajo lo pagan ellos, pero…. -Hay que cambiar de táctica. Tenemos que ponernos más serios, hacer presión. ¿Cómo? Declarando la guerra a las constructoras.- ¿Qué es lo que más les duele?-

Publicidad.- Sin apartar los ojos del hombre, hablando vehementemente con las manos en sendos puños. Tensos -

Nombres de las empresas, de cada maldito técnico que ha permitido que sigan un par de años… o un día. De cada inspector del gobierno, seguramente sobornado, que no obliga a desalojar esos edificios. Maldita sea, ¡ellos dormirán hoy en sus casas, Samuel!- Y tendrán una familia viva, sus hijos… Aprieta los labios, fuerte, un momento, Control, siempre, lo primero es mantenerlo Audrey. Por tí y por los demás. Vuelve a despegarlos, mientras abre y cierra las manos un par de veces. Relaja el tono.

- Hacer pública cada solicitud de mudanza denegada. El nombre de los dueños de cada uno de esos edificios. Lo que sea. Tenemos que organizar una reunión de urgencia de los responsables de departamento, entre todos tenemos que parar esto.- Quizás, consiguiendo algo con respecto a lo que pasa en esos sectores, consiga dormir una noche tranquila en la cama del suyo. Una respiración lenta, con el azul de sus ojos algo más oscuro, sintiéndose un poco culpable, el tono de voz cambia a sosegado y práctico.

-Perdona, no vengo a agobiarte, sólo vengo a saber si necesitas que tramite cualquier cosa para que podáis trabajar libremente allí.-

El colmo del cinismo, por lo menos para Audrey, interferencias decían, se escuchan excusas tan baratas como que entorpecemos el trabajo de los profesionales. La realidad es tan obvia que deberían reírse de la envergadura de semejante mentira. Lo que no quieren es que estemos cerca, metiendo las narices en sus sucios asuntos. La ignorancia es el bien más preciado del que controla a la acuática sociedad. Seguido de la manipulación.

Suponía que todavía no había salido ningún equipo de ayuda a los heridos, piensa que la noticia, cual bomba, acabada de estallar. -Y a ofrecerte al equipo legal para que vayamos a comprobar que se cumplen todos los protocolos de actuación.- Los del gobierno tendremos que supervisar que dejen trabajar a nuestros medios, y por supuesto lo que nosotros hacemos, no podemos arriesgarnos a que nos denuncien, algunos están deseando hacerlo, pero lo tenemos todo en orden, cuidadosamente en orden.

No como ellos.

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20/12/2008, 01:10
Samuel Leidakof

El hombre la observó detenidamente durante unos segundos, para luego sentarse.....o más bien derrumbarse....en el sillón que se encontraba tras el escritorio que presidía su despacho.
Samuel era un luchador, pero en momentos como aquel era cuando realmente se notaba el cansancio que provocaba un día a día de duras peleas políticas, sobretodo cuando los resultados no eran los esperados.
Incluso podía adivinarse, en sus ojos, la desesperación de aque que se ve obligado a admitir que sus esfuerzos resultan inútiles. Seguramente, otro en su lugar haría tiempo que hubiese desistido.

¿Publicidad? - dijo al fin, reposando la cabeza en la parte superior del sillón - ¿Acaso crees que nos lo permitirían? Dominan la información, así como el resto de las cosas. ¿Sabes con quién estaba hablando? Con el concejal de urbanismo y obras públicas......y le da exáctamente igual lo que ha ocurrido. Muy pocos se preocuparán por algo que afecta únicamente al sector norte. Es más sencillo mirar para otro lado y hacer como todo sigue sin problemas.

Suspiró audiblemente, incorporándose y dejando que sus brazos se apoyaran sobre la mesa. - No, no podemos luchar en igualdad de condiciones, es necesario utilizar otros métodos para conseguir que la gente tome conciencia de lo que ocurre.

Sus labios se cerraron y volvió a observar a la mujer que tenía delante, como si quisiera evaluarla antes de proseguir con lo que iba a decir, e incluso abrió la boca para continuar, aunque finalmente volvió a cerrarla sin emitir sonido alguno.
La conocía hacía años, pero.....¿podía fiarse de ella? Se jugaba mucho si se equivocaba en su valoración.

Finalmente se levantó y caminó hasta el amplio ventanal que había en la pared del fondo, justo tras su escritorio, y que le permitía una buena visión de esa parte de la ciudad.
Entrelazó las manos a su espalda, dejando que su mirada navegara por el amplio horizonte de edificios que se encontraban ante él, iluminados por aquella permanente luz artificial.

¿Has oído hablar de los Hijos del Sol? - preguntó.

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21/12/2008, 00:10
Audrey Osborn

Todavía se siente mal por su exaltación cuando Samuel comienza a hablar. No debe y no quiere que se repita algo así, la tranquilidad y estabilidad son compañías mucho más recomendables para Audrey, ella lo sabe perfectamente. Coloca ambas manos en la pared, algunos creerían que para esconderlas y que no la delaten si vuelve a ponerse nerviosa… el caso es que lo hace y que después, se apoya sobre ambas.

Mantiene el gesto serio, está realmente abatida, no quería desanimarlo, se hace una vaga idea de que él no estaba en su mejor momento y sin embargo no lo ha ayudado. Tras el tiempo que llevan trabajando juntos los de la ONG, los gestos y reacciones se identifican con cierta facilidad, normalmente son reflejos de los propios, casi vividos entre todos. Los sentimientos son reconocibles en las personas que luchan por intereses comunes, como si los compañeros fuesen algo así como libros abiertos... Ella cuida mucho serlo sólo en cosas laborables, por eso es necesaria, mejor dicho imprescindible, la calma.

Las primeras palabras no le gustan, le hacen sentirse una cría, y hace mucho que dejó de serlo, a base de lágrimas se borró todo rastro de la que fue. Claro que sabe que no va a ser fácil, pocas de las cosas que los rodean lo son, pero hay que intentarlo… es el único camino de conseguirlas… y eso, si tienes además, algo de suerte. Pero, ¿qué se puede esperar que diga? ¿Quién podría culparlo? Por favor… ¡el mismísimo concejal de urbanismo! Casi surrealista….

Va a contestar pero decide esperar, aprieta los puños escondidos y se calla igual que él, deberían reírse por el extraño ambiente que han creado entre ellos, parecen unos niños vergonzosos, en vez de dos personas adultas que llevan mucho trabajando juntos y que se supone pueden tratar con confianza la mayoría de los temas de la profesión…. Es raro, como poco.

La expresión “otros métodos” es una combinación de palabras que puede resultar peligrosa, o simplemente puede significar “nuevos”. Por el contexto y la brevedad de vocablos es imposible saberlo. Audrey no separa sus ojos de los del (¿Samuel dubitativo?) hombre. y finalmente se desconcierta del todo cuando termina de hablar, sobre un tema que… nunca hubiese adivinado. Está realmente sorprendida, en la actual y caótica situación cada segundo cuenta, sabe que no hay lugar para conversaciones triviales. Y que, consecuentemente, ésta no lo es.

Parpadeo mirándolo un instante, sin entrever nada en los ojos del hombre que de una pista sobre a dónde puede conducir el tema. -Yo,…- Sacudo ligeramente la cabeza para liberar del rostro los mechones de pelo que se pegan al mismo, continúo hablándole con tono de voz vacilante- bueno,… tengo entendido que es un grupo contrario al gobierno,- en los telediarios y periódicos lo llamaban radical, violento o incluso terrorista, pero nunca me he fiado de esas noticias, hay que intentar mantener la mente abierta y leer entre líneas, ya hemos visto con creces la capacidad que tienen para darle la vuelta a la tortilla… -que le preocupa algo de… del calentamiento de la cúpula, ¿Verdad?

Estoy siendo sincera, no tengo ningún motivo para no serlo, cambio entonces a una expresión de confusión, sin entender por qué hablamos de esto en medio del caos que nos rodea. -Lo siento, Samuel, pero creo que no te sigo….- Completamente segura de que es imposible que Leidakof crea que el derrumbe esté provocado por ellos, me levanto un momento y acomodo mejor las manos, procediendo entonces a apoyarme de nuevo. Mirándolo a los ojos.

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21/12/2008, 11:58
Samuel Leidakof

Les preocupan más cosas que el calentamiento de la cúpula, puedes estar segura - respondió tranquilamente, en un cambio tan radical de su anterior nerviosismo que casi parecía que fuese otra persona la que estaba hablando - Y son contrarios al gobierno porque nuestros dirigentes no son lo que deberían ser. Se supone que debería trabajarse para mejorar el medio de vida de todos los ciudadanos y no sólo de aquellos que, precisamente, necesitan menos ayuda.

Parecía una letanía aprendida y repetida muchas veces. Sin pasión, únicamente mostrando una realidad imperfecta, pero esa muestra era realizada con la sobriedad de quien ha perdido casi la esperanza de un cambio y, pese a todo, aún lo intenta con todas sus fuerzas.
Los Hijos del Sol persiguen un cambio, y las clases políticas lo saben. Es por eso que las noticias siempre los muestran como un grupo subversivo y peligroso.....tú misma has mostrado antes el poder de la información, aunque ese poder únicamente sirve a quien lo controla.

Samuel no estaba exponiendo nada que le fuera ajeno a Audrey, pero el contexto podría resultarle extraño, sobretodo encontrándose en la situación actual, donde lo importante ayudar a aquellos que se habían visto involucrados en el desastre del edificio derrumbado.
Y el hombre pareció caer por fin en la cuenta de aquello, así como en que quizá estuviera hablando más de la cuenta.
Conocía a la mujer que tenía delante suyo, pero sobretodo en el ámbito laboral, por lo que no sabía cuales eran sus ideas y pensamientos.

Por eso mismo intentó recular y volver a la conversación original, haciendo como si los últimos minutos no hubiesen existido y él no hubiese expresado unas opiniones que podían resultar peligrosas, según quién las escuchase.

¿Podrías enviar a alguien al hospital? - preguntó finalmente - Es posible que los heridos puedan dar alguna información de lo ocurrido.....y necesitamos toda la que podamos obtener si queremos presentar un informe que le haga abrir los ojos al concejal. Quizá así podamos impedir que vuelva a ocurrir.

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21/12/2008, 14:01
Audrey Osborn

Asiento a lo que dice, creyendo que es la verdad, el hombre que tengo frente a mí no dice las cosas en vano.

Es una diferencia sutil la que expone. Se dedican a lo mismo que nosotros, la mejora en las condiciones de vida de la sociedad marina, pero… no se basan en las leyes para mejorarla sino en ir clara y abiertamente en contra de los que las promulgan, según lo que comenta, usan ¿otros métodos? ¿Quizás un periódico subversivo? ¿Me estabas hablando de eso antes? Ay… Samuel…

Muerdo mi labio inferior, ahora que ha conseguido engancharme se acaba la conversación. Suspiro levemente y me levanto, mirando durante unos segundos al caos que se encuentra a apenas un par de metros, a un umbral de puerta de distancia…. Y vuelvo entonces la mirada al director del DAES.

Cuenta con ello. Saldrá alguien inmediatamente.- Voz firme y práctica, volviendo al ámbito que conoce y que, con el transcurso de los años, domina bastante, una zona en la que sabe desenvolverse como pez en el agua. Justo lo que necesita -Yo personalmente me encargaré de redactarlo cuando tenga la información de todas las partes.- Asiento con decisión, puede estar seguro de que será exhaustivo...-Serás el primero en leerlo.- Ser optimista e infundirle ánimos, no se puede hacer más, y no es poco, es mucho más que lo que consigue en su vida personal… La expresión se relaja, casi parece que esboce una sonrisa.

El tiempo apremia, el equipo médico de Samuel ya debe estar allí trabajando, es normal que no haya esperado a que nosotros nos organicemos para mandarlo. Esa pobre gente…. Creo que es Art el que está de guardia...- Más un pensamiento expresado en voz alta que información para él. -Veré si puedo conseguir a alguien más.-

Es hora de que sea yo la que trabaje. Lo miro por si tiene algún dato más o algo que decir, y tras ello, salgo en dirección a mi despacho. Se prevé que tendré que hacer bastantes veces este camino tras lo ocurrido en el, irónicamente bautizado, “Emperador”.

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27/12/2008, 21:02
Lily

Lily parecía haber estado esperando su regreso, pues antes de que llegase a su propio despacho ya la tenía caminando a su lado y poniéndola al día de las últimas informaciones, conseguidas en el tiempo que ella había estado hablando con Samuel.

Como era de suponer - comenzó - las autoridades no hacen mención alguna acerca del ruinoso estado en que se encontraba el edificio y orientan las causas hacia una posible explosión de gas o algo aún peor.....está comenzando a sonar el nombre de los Hijos del Sol. Ultimamente todo lo que ocurre parece como si fuese cosa suya, y no quiero decir que sean inocentes, pero me parece que les quieren colgar el muerto de demasiadas cosas.

Y Lily tenía razón en cierto modo. En los últimos tiempo se habían producido ciertos altercados con la policía debido a las proclamaciones que hacía este grupo, pero de ahí a culparles de derrumbar un edificio cuando en su interior se encontraban las personas a las que decían querer ayudar......no parecía realmente lógico.
Aunque visto por otro lado, si de esa forma conseguían que la gente se diera cuenta del estado ruinoso de aquel sector y en como malvivían los que allí habitaban, sería un gran triunfo para ellos.
¿Y dónde se ha visto que una guerra se libre sin que existan víctimas inocentes?

De hecho - continuó la mujer una vez ya en el interior del despacho de Audrey - nos han informado que, por lo visto, han detenido a un hombre que quería volar la cúpula, pues tenía en su poder una bomba.
Le llevan a la comisaría del sector sur y, al parecer, la policía había recibido un chivatazo de actividad de los Hijos del Sol en ese lugar. Fue por ello que se presentaron y le encontraron.

Miró a la mujer pelirroja a los ojos - ¿Tú crees que pueda ser cosa de ellos lo que está sucediendo? Claro que existe la posibilidad, pero ¿qué ganarían matándonos a todos y a ellos mismo?

Un ligero temblor acompañó las palabras de Lily. Por su mente había pasado una imager catastrófica, cuando una enorme ola barría la ciudad por completo, arrasando todo a su paso.

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30/12/2008, 11:49
Audrey Osborn

Levanta la vista y asiente a Lily cuando se une a ella, centrándose en lo que dice, y olvidando por completo el camino que llevan sus pies, son tantos años que hasta con los ojos cerrados podría realizarlo. La expresión seria, no desaparece, todo lo contrario, se acentúa con lo que dice.

De mal en peor, eso parece que va a ser la tarde. Funestas es poco para calificar las noticias que trae Lily.

Me adentro en el familiar despacho, dirigiendo mis pasos hacia mi mesa, situándome detrás de la misma, todavía pendiente de lo que sigue relatando mi compañera.

¿Una bomba?- La pregunta va acompañada por el reflejo del horror en sus azules ojos. ¿Pero que está pasando ahí afuera? Niega con la cabeza -¿Contra la cúpula?- Algo parecido a claustrofobia se adueña del corazón de Audrey, litros y litros de agua sobre ellos. No tienen a donde ir, todos depende de todos, siempre. Y que haya gente tan evidentemente perturbada… no eso no ayuda a conciliar el sueño… Como si no fuese ya bastante difícil. ¿Cómo hemos llegado a esto?

Un breve suspiro… -Para mí… nada de esto tiene sentido. Ningún sentido.- Y sabe que esa es la más nociva de las sensaciones para ella. Sobreponerse e intentar solucionarlo. Un (no pequeño) esfuerzo más.

Tras recapitular brevemente sobre un tema que no había tratado nunca y que ahora se ha convertido, como poco, en primordial, llega a algunas conclusiones, que, obviamente, no podrán ser tomadas en cuenta hasta que no sepa algo más.

Si intentan trabajar porque les importa las personas de la ciudad ¿Cómo iban a realizar algo así contra ellos? La idea de que alguien haga algo como derrumbar un edificio de ciudadanos pobres para quejarse de la situación no le entra en la cabeza. Además de la salvajada, sería ponerse a todo el mundo en su contra, sin obtener nada a cambio. Piedras sobre su propio tejado.

Sinceramente no creo que hayan sido ellos. Desgraciadamente, era evidente que iba a pasar algo así.- Me paro y la miro a los ojos.- Yo creo que están echando balones fuera.... Para variar.- Después del comentario irónico baja la mirada, la otra opción es demasiado grave.

Averigua todo sobre el hombre, y si tiene ya abogado, por favor. - Existe la remota posibilidad de que nos avisen de que es insolvente y tenga que ser la ONG la que se encargue…

Voy a llamar a Art para que salga hacia allí.- Cojo el teléfono, suspirando de nuevo, esta vez profundamente y la miro, sus ojos son reflejo de los míos. Preocupación es poco.

Marco el número.

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30/12/2008, 23:16
Teléfono

Lily quedó un instante pensativa, meditando la respuesta recibida por parte de Aubrey, asintiendo finalmente sin saber muy bien si era porque estaba de acuerdo con la deducción que acababa de escuchar, o si simplemente lo hacía para indicar que había entendido la tarea que le habían encomendado.
Se volvió rápidamente y abandonó el despacho para ir a realizar las gestiones necesarias para recopilar la información requerida.

Mientras tanto, el tono de llamada respondía al otro lado de la línea telefónica....una....dos....tres.....a la cuarta ocasión un leve sonido le indicó a Aubrey que el teléfono había sido descolgado, hecho que se ratificó cuando escuchó la voz conocida de Art al otro lado de la línea.

¿Si? ¿Quién es? - aquel hombre no aprendería nunca. ¿Acaso no sabía que los móviles muestran el número que llama? De todas formas, por el tono de voz, hubiese podido jurarse que Art no llevaba mucho tiempo despierto, quizá incluso le hubiese despertado la llamada de Aubrey.

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01/01/2009, 20:40
Audrey Osborn

Tose un poco mientras espera a que descuelgue, ordenando la información en su cabeza y serenándose, coge un bolígrafo y da un par de veces sobre la mesa con él. Un tic laboral como cualquier otro…

Los ojos se abren de par en par con sus palabras, mirando enseguida su reloj, por un segundo ha dudado hasta de la hora que es. Pero no, ella es la que está bien situada.

Art, soy Audrey... Audrey Osborn. ¿Estás bien?– Porque tienes que estarlo ¡estás de guardia! oficialmente estás trabajando. Carraspeo- Escucha, se ha derrumbado el edificio Emperador, y tienes que ir. El equipo médico del DAES ya está en marcha y hay que asegurar que todo vaya correctamente.- Golpecito final, mirando hacia la puerta y sin sentarme.

*** Fiesta del vigésimo quinto aniversario de la ONG “Acuatic Justice Action”

Audrey ya había tenido bastante. Había acudido porque era necesario (mejor dicho obligatorio), ya que todavía no le apetecía ir a fiestas ni actos multitudinarios, imposible adivinar si eso cambiará algún día. Aguantó estoicamente y sin beber, el tiempo imprescindible para cumplir ante sus jefes. Posiblemente era la primera que se marchaba.

No como Art, que estaba pasándoselo estupendamente, animado con sus (ya numerosos) cubatitas y con la música que estaban poniendo. La vio salir y corrió hacia ella, poniendo la que él pensaba era la mejor de sus sonrisas mientras le echaba el brazo por el hombro. - Ehhh ehhhh, Audrey, no pu pu puedes marcharte ya… ssss pronto.- Ella le sonrío educadamente mientras se escabullía del abrazo, como si se estuviese colocando bien el abrigo. El más viejo de los trucos y el más efectivo. – Estoy cansada Art… y mañana tengo varias cosas que hacer….Ohhh, vammos, no te vayasss…. estás tan guapa... - La mujer iba pendiente de su bolso, de encontrar de una vez las malditas llaves del coche y poder subirse, poder desaparecer lo antes posible. Lo demás le daba igual.- Gracias Art, siempre tan amable…. - Y pesado, pensó para si misma, era la quinta vez que se lo decía…. En ese día, claro.

Él negó mientras se acercaba un poco más, claro que no estaba siendo amable… que difícil era tratar a aquella mujer cuando era tan distante, costaba la misma vida ser su amigo...- Ohh, vamossss, te invito a la últ última copa…- Y entonces, para alivio de Audrey, llegaron al coche, con llaves en mano.- Otro día, Art… - Mientras metía las llaves en la cerradura no lo vio venir….

El hombre decidió que ya había esperado bastante, estaban solos, animado, una bonita y rómantica noche... seguro que sólo estaba disimulando… susurró – Hoy… será… per perffecto.- Y no se le ocurrió nada mejor que ponerse a su espalda y darle un beso en el cuello, cerrando los ojos al contacto y a las cosquillas del pelo rojo en su mejilla. Olía justo como se lo había imaginado tantas otras veces.

Ella se quitó inmediatamente, sorprendida y asqueada a partes iguales. Increíble. –¡¿Qué haces?! … ¡Apártate de mí! - Y le dio un empujón brusco, separándolo algo más, ganando el tiempo necesario para introducirse en el coche, sin duda, las copas de más del tipo jugaban a su favor, esperaba no tener que usar lo que estaba aprendiendo en las clases de defensa personal. El estaba igual de incrédulo, sólo que por la reacción de ella, mientras se tambaleaba hacia atrás unos pasos.- Yyyo… ¿Qué te…. Per… perdona Audrey…- Ella no lo oyó, ya había arrancado y estaba concentrada en maniobrar para salir del parking. Ahora sí que tenía ganas de desaparecer

La única mención a lo ocurrido esa noche se produjo tres días después y fue muy breve. El pidió disculpas de nuevo, ciertamente arrepentido y ella le dijo, cortante, que lo olvidase, que no le diese más vueltas. Sí, una conversación muy corta, de apenas cinco frases. ***

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04/01/2009, 16:57
Teléfono

¿Audrey? - el tono de su voz mostraba claramente que estaba intentando despejar su mente hasta encontrar un propietario para aquel nombre, lo que le llevó un par de segundos - Ah sí, sí. Hola Audrey, ¿cómo est.. - su pregunta se interrumpió en el mismo instante en que pareció darse cuenta del resto de la información que le había sido transmitida, dejando únicamente una respiración al otro lado de la línea.

¿Pero qué...? ¿Cómo coj...? - comenzaba las frases, pero parecía incapaz de terminarlas, aunque ahora sí que parecía completamente despejado, claro que, para Audrey sería complicado confirmarlo únicamente con su voz - ¿El edificio Emperador? ¿Pero qué ha ocurrido?

Sin embargo aquellas preguntas no tenían sentido en aquel momento. Ya habría tiempo para las respuestas, por lo que no esperó ninguna por parte de ella - De acuerdo. Salgo ahora mismo para allá. ¿Necesitas algo más?

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05/01/2009, 13:02
Audrey Osborn

La expresión de confusión no desaparece mientras lo escucho. ¿Le pasará algo? De la inflexión primera paso a preocupación, fundamentalmente por el trabajo que tiene que hacer el hombre. Hoy no podemos jugárnosla a estar espesos. Suspiro levemente cuando termina de hablar. La duda ha hecho presa.

Tienes que asegurarte de que se cumplan todos los protocolos y… entérate de todo lo que puedas, vamos a hacer un informe.- Ya tendremos tiempo de explicar los detalles. – Intentaremos mandar a alguien más, para ayudarte...- Una pequeña pausa, no tengo ni idea de quién puede estar disponible ahora mismo... –No dudes en llamarnos a Lily o a mí para lo que necesites, Art…. Cualquier cosa a cualquier hora. Al móvil.- Sí, esta noche parece que va a ser larga. No es una novedad en si misma, sólo por el motivo.

Tú… ¿te encuentras bien?... Puedes ir ¿Verdad? - Muerdo el labio inferior, esperando que lo confirme... con suerte me quedo más tranquila.

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11/01/2009, 17:23
Lily

Claro, por supuesto que puedo ir - respondió Art desde el otro lado de la línea telefónica, con el tono de aquel que se pone a la defensiva ante una posible reprimenda. Pero esta vez no ocurriría nada de aquello, pues no daría tiempo a permitirlo. - Te informaré con lo que averigüe. Hasta luego.

Y colgó de forma inmediata, dejando a Audrey escuchando el sonido de una línea vacía, sin posibilidad de preocuparse de nuevo por su estado ni de repetirle unas instrucciones que ya había entendido.
Art no era un mal tipo, pero debía combatir diariamente con unos problemas que ni él mismo se atrevía a admitir que existieran, aunque fuese el único de su entorno que no se hubiese dado cuenta que esos tragos, que decía tomar porque simplemente le apetecía, se habían convertido en el sustento de su vida cotidiana. Tarde o temprano tendría que enfrentarse a tus temores.

Mientras tanto, Lily volvió a hacer acto de aparición en el despacho, esperando en la entrada hasta que comprobara que la conversación telefónica de Audrey hubiese concluído.
Mostraba claramente una expresión incómoda e intranquila. Por un lado quería hacer partícipe de la información que portaba a su jefa y compañera, pero por otro lado, allí de pie, sentía como si se encontrara espiando una conversación que no le concernía.
Sabía que, en estos momentos, Audrey no tenía una vida plena fuera del trabajo. Y que, con casi total seguridad, la conversación era por temas de trabajo, pero aún así se sentía fuera de lugar cuando alguien hablaba por teléfono delante de ella. Era una manía que no podía reprimir.

Cuando Audrey finalmente colgó el teléfono, Lily avanzó hasta colocarse ante la mesa que presidía el pequeño despacho.

He llamado a la comisaría del sector sur - anunció - para enterarme de todo lo que pudiera acerca del hombre que habían detenido junto a la cúpula. Se llama Mike Portnoy, y por lo visto no tiene abogado.
He investigado un poco más, y por lo visto fué bastante famoso en el mundo de la música hace algún tiempo, pero ahora no se encuentra en sus mejores momentos.
Si quieres intento averiguar un poco más.

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14/01/2009, 21:14
Audrey Osborn

Tras sus últimas palabras abre la boca para hablar, un “Disculpa me refería a….” hubiese estado bien como comienzo. Pero no da para eso, ni siquiera para un triste "Adiós". Se queda así, con los labios entreabiertos y, sobre todo, perpleja. Me ha colgado.

Levanta la vista y se encuentra con la de Lily, hace entonces un ademán con la mano para que entre. Recapacitar sobre él y su comportamiento no es una de las prioridades ahora. Sabe perfectamente que su comportamiento no es debido a lo que paso aquel día, que es debido a otras cosas, y eso es lo peor, porque entonces si que puede afectar a su trabajo. Sería menos trascendente que se tratase de simple incomodidad por hablar con ella tras lo que ocurrió…

Carraspeo tras escuchar atentamente lo que dice, sin que el gesto contrariado desaparezca –No me suena.- El músico. Vaya, que chiste más malo... Niego con la cabeza en lo de buscar más -No es necesario Lily. Seguramente mañana todos los periódicos hablen de él extensamente. Nosotras nos dedicaremos mientras al derrumbe.-

La miro durante un segundo, valorando lo que tengo que decirle. Escogiendo las palabras con cuidado. Es la típica situación incómoda de la que nadie tiene la culpa –He estado hablando con Samuel de mandar a alguien más, que averigüe todo lo posible para un informe que hay que elaborar. Para urbanismo.- Una pausa, mirándola. Ojalá pudiese, ojalá me sintiese preparada y fuese sin dilación. Pero soy consciente de que no es el caso.

¿Se te ocurre a alguien disponible?- Paso la mano por el pelo, apartándolo hacia atrás, notando como el flequillo vuelve rápidamente a la frente, continúo hablando. – Si no, me temo que vas a tener que ir. Es que no hay nadie más.- Mientras yo me quedo aquí, en mi burbuja particular, la que parece a prueba de bombas...

Sorprendida de mi misma, siempre me alegro de tenerla y sin embargo hoy, ahora, es pesada... Ya sé, es debido a la culpabilidad que me invade…. No he tardado mucho en reconocer el sentimiento más familiar desde hace ya años. Intento aliviar la carga, pensando que si ella no estuviese preparada o que yo creyese que lo va a hacer mal, me armaría de valor e iría…

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17/01/2009, 00:23
Lily

No hay nadie más disponible. - respondió Lily tras pensarlo unos instantes - Ya sabes que nuestros recursos no son muy numerosos, y son demasiadas cosas las que hay que intentar arreglar sin medios.....sobretodo cuando parece que nadie nos escucha.

Por un lado le gustaba que Audrey hubiese pensado en ella para una tarea de tal importancia, pero por otro no sabía si estaba preparada para aquello. No por el informe, eso no le asustaba en absoluto, pero ir hasta aquel lugar, meterse de lleno en una desgracia de esas dimensiones, donde posiblemente se encontrase con los cuerpos de las vícitimas, era algo que la amedrentaba un poco.
Sin embargo, era una tarea que debía ser realizada y una gran oportunidad para ella misma.

Al instante se sintió avergonzada de aquel pensamiento, pues le repugnaba la idea de beneficiarse con el sufrimiento de otros.
Puede que muchos no tuvieran reparos en hacerlo, y que incluso durante un momento ella misma había parecido pertenecer a la misma calaña, pero en sus manos estaba el que no volviera a suceder.....no, eso tampoco era cierto. No tenía capacidad para evitarlo, pero al menos podría aportar algo para que aquellos que sí tenían la posibilidad de evitarlo hicieran algo al respecto. Eso esperaba.

Yo iré. - corroboró finalmente - Hablaré con la gente de Samuel que ya esté allí e intentaré averiguar todo lo que pueda acerca de lo ocurrido. Intentaré por todos los medios que se sepa la verdad y que nadie tape las verdaderas causas de los sucedido. No sé si el informe servirá de algo, pero me preocuparé de que en él aparezca todo lo que vea.

Se volvió para salir por la puerta, pero se detuvo en el último instante volviéndose hacia Audrey. - En cuanto a ese hombre que está en la cárcel.....¿y si ha tenido algo que ver? Si es cierto que le han detenido teniendo en su poder una bomba, quién sabe qué estaba intentando o lo que había hecho con anterioridad. Preguntaré si alguien le conoce en las cercanías del Emperador. Sólo para eliminar dudas.