Partida Rol por web

III Campeonato de RPW

[PARTIDA 1] Escena de juego

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21/02/2019, 03:01
[1] Andrea Rogers

Andrea Rogers estaba viendo tres muertos vivientes delante: Alexander, John y Julio... "—¡Hombres!".
La duda ahora en su cabeza era si lo sería ella también. La muerte no le daba miedo ni morir allí, pues haber confirmado que existían los fantasmas, los extraterrestres y los dioses era un tres en uno haciendo las veces de un gran cóctel molotov en conocimiento. La inmensa mayoría de la gente en el mundo no saben si hay algo o no después de la muerte, porque desconocen si existen o no cada una de esas cosas que Andrea había vivido en primera persona. Andrea Rogers lo había vivido, Andrea Rogers lo había confirmado... "—¡Andrea Rogers estoy preparada!".

Pero Andrea Rogers aún quería salir de allí para vivir una vida extensa, pues ya habría tiempo de morir más adelante, su reto era vivir en un futuro que se le abría ahora de gran tranquilidad interior (una paz que no había tenido hasta ahora como becaria en la oficina). Quizás esa confianza le abriría ahora un mundo inmenso de posibilidades.

El pobre Julio Cruz había expresado que solo existía un Dios, típico de los señores ya mayores con esas ideas retrógradas de "—¡Antes todo esto era campo!", que se cierran a los cambios de las nuevas generaciones y ya no ven la verdad ante sus ojos.

—¡Adiós Julio! —exclamó tranquila despidiéndose.

El tozudo John Simmons siempre quería tener la razón como los niños pequeños, la increpó que ella no se preocupaba por ellos.

—¡Adiós John! —exclamó tranquila despidiéndose y continúo:— Andrea Rogers pudo irse antes arriba, pero bajó a ayudar a la niña y sus compañeros, Andrea Rogers descubrió por fin que la dulce niña debió ser un sacrificio y que sus compañeros no pueden ser salvados de sí mismos.

¿Y Alexander Dupont? ¡La había llamado cría! El machito que discutía con John Simmons cada dos por tres para medir la largura de sus miembros, el machito que se ofendió porque supieran que llevaba unas barritas enérgeticas como sino fuera a compartirlas con nadie en ningún sitio, el machito que se adueñaba del trabajo de todos los demás en la oficina para hacerlo suyo. "—¿Te lo puedes creer Andrea Rogers? ¿Para él todo eso era ser adulto?" Pues Andrea Rogers ni corta ni perezosa iba a enseñarle ahora mismo lo que era ser un verdadero adulto.

Entonces las brújulas estallaron manchando los pantalones de aquellos hombres que estaban dispuestos a bajar, pero con el despiste Andrea Rogers aprovecha justo antes de que Alexander Dupont fuera a bajar.

—¡Mmmmmmmmmuac! —besó Andrea Rogers apasionadamente con lengua en una de los mejores besos de su vida, un beso de película profundamente con sentimiento robando su boca a un Alexander Dupont que llevaba su cigarrillo entre los dedos como llevaba también ella el suyo como dos almas gemelas, el hombre no pudo reaccionar a ella y tras finalizar dijo:— ¡Adiós Alexander! ¡Qué se joda Meredith, Andrea Rogers fue la última en besarte!

Y acto seguido sin esperar respuestas de nadie allí, ni escuchar aposta cualquier cosa que pudieran decirle (pues si querían algo era tan fácil como seguirla arriba), Andrea Rogers corrió de allí en dirección a las escaleras de subida a la trampilla y consiguió llegar de nuevo hasta el primer piso de la casa donde estaba la salida afuera por donde todos entraron una vez al comienzo de sus aventuras. Allí estaba Andrea Rogers dispuesta a enfrentarse a todo lo que hubiera (Shoggots, perros, niñas espectrales, nieblas...) aunque le costará la vida... pues ya no había nada que pudiera hacer allí abajo por las almas de sus pobres compañeros.

Andrea lloró hasta arriba por todo el camino, lejos de la vista de sus compañeros.

- Tiradas (5)
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21/02/2019, 12:45
[1] Julio Cruz

¡UNA SALIDA!

Aún estaba nervioso pero al ver la puerta de abajo, consigo centrarme un poco. El olor era cada vez más intenso pero no conseguía echarme atrás, en ese momento noto a John cerca de mí y le escucho. Por supuesto que había oído todo lo de su ruptura y el hombre no lo había llevado bien. Pero aún así era raro que este se abriese a mí así sin más.

Tranquilo, has encontrado un camino que nos llevara afuera, así que podrás ver crecerla y ademas te prometo que esta vez no te detendré si decides quemar algún despacho que otro.- le susurro intentando reconfortarlo y con un tono de voz tan seguro que por un momento no pienso que sea yo el que habla.

Por otro lado Alexander parece estar más a favor de venir abajo que subir con la becaría, cosa comprensible pues su forma de actuar no era normal. Lamentablemente la chica sigue en sus trece y empieza a despedirse de todos, ¿como podía tomarse esto con tanta calma?

No seas tonta, Andrea. Si vamos juntos sera mejor...- le comento preocupado aunque es obvio que la chica me ignora y antes de que pueda insistir noto como algo estalla en mis pantalones por lo que meto la mano en el bolsillo para encontrarme la brújula reventada. Aún así lo siguiente es mucho más sorprendente, definitivamente esa mujer necesitaba una ayuda que ninguno de nosotros podía dársela.- Que conste que la última con la que se lió era la ex de Tyrone, fue poco antes de que este empezase con las drogas...

Esto último lo digo de manera automática y curiosamente conseguía calmarme más. Esas anécdotas eran lo único que me ayudaba a mantener la cabeza en el trabajo y parece que aquí también tenían un efecto parecido. Fuera como fuese y viendo que la mujer pasaba por completo de nosotros sigo para abajo y compruebo la puerta por si es necesario abrirla y poder continuar con nuestra vía de escape. Una vez ya abierta avanzo junto a los otros dos hombres con la linterna preparada mientras intento notar cualquier amenaza.

- Tiradas (2)
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21/02/2019, 15:48
Director 1

La disyuntiva puesta sobre la mesa por Andrea había sido resuelta en su contra. Nadie la iba a seguir, nadie confiaba en ella a pesar de ser la más preparada para salir de vida de ello. Andrea Rogers estaba preparada y toda su preparación no servía para nada. Alexander parecía haberse convertido en un viejo beato religioso y John la miraba con asco y prefería compartir la petaca con Julio, ¡Como si tener problemas con una deidad extraída de las pesadillas de Lovecraft pudiera solucionarse en el culo de una botella!. Aun así musito entre dientes que se quedara, creyendo que así sus posibilidades serían mayores. Julio intentó convencerla tratándola como si fuera una niña, una con problemas con las drogas para ser exactos, pero así era Julio, una persona mayor que no era capaz de entender esas cosas, un simple bedel que se había ganado la vida limpiando suelos, haciendo reparaciones y pequeños encargos. Andrea estaba decidida, Andrea estaba preparada y lo que le dijeran le daba igual, ya no estaban en la empresa y en ocultismo ella era la máxima autoridad, era la jefa.

Julio y John se dedicaban a sus pequeñas confidencias. Lo que estuviera contando John a Julio le hizo aflorar una sonrisa triste en los labios y Julio lo intentó reconfortar sacándole la sonrisa del que rememora una anécdota de la que no oía hace tiempo. Mientras John y Julio investigaban el laboratorio por si encontraban la llave de la puerta de abajo Andrea decidió que era el momento de las despedidas. Se despidió de Julio, sin demasiados aspavientos, y algo más efusivamente de John, si por efusividad se entiende el culparle veladamente de provocar su muerte y la de sus otros compañeros de grupo. El final fue completamente inesperado pues Andrea aprovechó la explosión de las brújulas para besar a Alexander en lo que podría denominarse un beso de película antigua, tipo lo que el viento se llevó, al que Alexander no correspondió de la misma manera, tal vez por vergüenza, por miedo o porque aquella mujer era inaguantable, lo que estaba claro era que era la única mujer a mano y tal vez no habría otra más en su vida

Andrea se marchó a la carrera y los tres hombres se miraron. Estaba loca y había sellado su destino. Su mejor oportunidad estaba al final de aquellas escaleras, cualquier cosa antes de enfrentarse con lo que estuviera allí arriba. No podía haber muchas cosas peores, era totalmente imposible desde un punto de vista racional.

Notas de juego

No posteéis todavía. Ahora os narro lo que pasa una vez separados los grupos y os doy más instrucciones.

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21/02/2019, 16:42
Director 1

Andrea salió del laboratorio y empezó a llorar. No sabía porque, si por ellos, por ella o por miedo pero lloraba. Al entrar al depósito sintió la intensa atracción de la estatua. La estaba llamando, la llamaba con la insistencia de un hombre que se ahoga, la escuchaba llamarla pero no con los oídos. Lo notaba, notaba como trataba de alimentarse de lo más oscuro de su alma y quebrar su voluntad para arrastrarla a su perdición. Andrea no estaba preparada para eso, pero aquella estatua tampoco lo estaba para Andrea. 

Ignorando su llamado se dirigió hacia la puerta de salida, subiendo un escalón tras otro hasta llegar a la trampilla. Una trampilla que estaba cerrada y que cuando intentó abrirla desde abajo no pudo, como si hubiera un peso apoyado, consiguiendo abrirla un par de centímetros antes de ser cerrada de nuevo por la presión de lo que estuviera arriba.

Ese no era el mayor de sus problemas. La bombilla de su linterna explotó sumiéndola en la oscuridad. Sola. Atrapada.

Notas de juego

Comienza el turno 10. Fecha límite 22/02 a las 23:59

Un par de indicaciones. La trampilla se acaba abriendo y no hay nadie en la habitación.

La puerta de la casa, o ventanas,  también te pondrán resistencia para salir pero al final podrás hacerlo.

No hay cambios en la decoración de la habitación.

Narra si quieres hasta salir por la puerta. Desde que sales me encargo yo para el cierre de la partida.

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21/02/2019, 16:56
Director 1

Andrea se marchó y los tres hombres descendieron por la escalera. La ausencia de la becaria había dejado una sensación de alivio difícilmente imaginable porque ya estaban asustados, algunos lo manifestaban más abiertamente que otros, y lo único que hacía aquella loca era ponerles de los nervios con sus fantasías,  dioses, demonios y otras criaturas salidas de la mente de un escritor tarado, un escritor de Rhode Island, un pueblerino asustado que se había ganado la vida asustando a otros.

John empezó a inspeccionar aquella pequeña habitación de roca pero salvo el mobiliario destartalado, la humedad y el olor a pútrido no había nada más. Rápidamente Julio se puso a trabajar con la cerradura de la puerta mientras que John le iluminaba. La cerradura no tardó demasiado en ceder con un chasquido antes los hábiles dedos del bedel dando paso a una gran caverna donde la estalactitas y las estalagmitas se sucedían formando figuras caprichosas.

Desde donde estaban tenían dos caminos que tomar:

una ancha galería a la que se accedía siguiendo en línea recta y que descendía en lo más profundo de la tierra o una galería que quedaba a su derecha, algo más estrecha y al mismo nivel de la que el oído de Alexander pudo escuchar el débil murmullo de agua goteando, agua cayendo sobre agua, seguramente algún tipo de lago subterráneo.

Tenían una decisión que hacer, aunque bien podrían llegar a la conclusión de que lo mejor era correr junto con Andrea, solo para protegerla por supuesto.

Notas de juego

Comienza el turno 10. Fecha límite 22/02 a las 23:59

Tenéis que dejar claro hacia donde vais, si bajáis hacia el interior de la gruta, si os decidís por el lago o si volvéis con Andrea.

Evidentemente cada uno puede tirar a donde quiera.

En cuanto posteéis yo me encargaré de dar final a la historia y decir que pasó a vuestros personajes. Elegid bien ^^

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21/02/2019, 17:16
Director 1

Notas de juego

Muy agradecido por vuestro esfuerzo. Mi mujer no me matará por no asistir a la cena de nuestro aniversario XDDD

Solo queda este turno. Haced caso de las indicaciones que os he dado en el último post y ponedle el broche de oro a la historia sin preocuparos del final, yo me encargo.

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21/02/2019, 17:33
[1] Alexander Dupont

Andrea realmente está completamente ida. Ahora empieza a despedirse, como si fuéramos a morir o vete a saber qué. Pero es ella la que va a enfrentarse a lo que sea que hay allí arriba. Julio intenta en vano convencerla que no se vaya, que sigamos juntos. Ya sabía que no lograría nada. Al menos se ha despedido.

Lo que no me esperaba es la despedida que me da. Me ha besado. ¡La puta loca me ha besado! Joder…y lo malo es que me ha gustado. Bueno, soy humano, coño, y que te bese una mujer joven y bonita te tiene que gustar. Otra cosa es que esa mujer también esté loca, pero eso es tema aparte.

Miro a mis compañeros. ¿Compañeros? ¿Desde cuándo los he empezado a ver como algo más que simples empleaduchos molestos? ¿Desde cuándo me parece que la amargura de John esconde un pragmatismo que nos ha salvado aquí dentro, o que la habilidad de Julio con las cerraduras es asombrosa? Y, ¿desde cuándo me he vuelto un blandengue temeroso de todo y que no deja de temblar? Quizá desde ver aquella estatua. Quizá Andrea tenía razón y esa estatua te roba la, valga la redundancia, razón.

Suspiro, intentando tranquilizar mi alma, mi cuerpo. Enciendo otro cigarrillo, cuando el anterior aún no estaba terminado. Miro a mis compañeros. Una cueva que baja implica meternos en las profundidades. En cambio, por ese camino digo, señalando la cueva que se abre a mi derecha se escucha agua. Agua gotear sobre agua. Los ríos se forman de manantiales subterráneos, de lagos. Quizá encontremos por allí un camino, algún espacio que se abra al exterior. Quizá… quizá sea nuestra mejor ruta de escape. Yo pienso que debemos ir por allí.

Finalmente, me encamino en esa dirección. Espero que los otros dos me sigan, realmente lo deseo. No sé si podré llamarles amigos, pero realmente siento que, si salimos de aquí, se convertirán en alguien que no me importará volver a ver, que me alegrará volver a ver y saludar.

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22/02/2019, 07:32
[1] John Simmons

¡Sabía que  le estaba coqueteando!-pienso tras ver la despedida de la rubia y su salida a luchar contra lo imposible.

Siempre pensé que esta chica era un poco tímida pero nunca pensé que ocultara tal grado de  desequilibrio, aunque he de decir que a este nivel me pregunto si ella sobrevivirá o si terminará muerta por pensar que ella sola podía ser la caza fantasmas sin tener mejor conocimiento que leer libros de superhéroes y ver películas de miedo. No creo que se diera cuenta que nosotros no la abandonamos cuando  ingresamos a la trampilla, ella decidió ir a otra parte, es fácil culpar a los demás de tus malas decisiones, y ahora ella decide irse otra vez llorando porque nosotros no la apoyamos, ni sé como coños la íbamos apoyar luchando contra una fuerza que no conocíamos y que tenía todas las de ganar. No soy un caza fantasmas, soy un simple e insignificante coordinador financiero que trabaja mucho y que esta cansado… muy cansado.

Mi rostro mostraba alto nivel de preocupación, parecía que  Julio estaba más concentrado, yo no sabía si lograría salir  de esta pesadilla. Yo trataba de concentrarme en buscar respuestas pero no veía nada que fuera útil, un cuarto oculto conectaba con otro, y con otro… era una pesadilla, y la estatua, esa maldita estatua…solo pensar en ella me hace sentir enfermo.

Era raro, al inicio estaba muy molesto con Dupont pero ahora no sentía tanto enojo, posiblemente era porque estaba pensando en cosas diferentes a los desplantes sufridos, y a  no ser reconocido de ninguna forma, pero ahora, en esta cueva  después de tanto jaleo mental no quiero  pelear más, solo quiero salir de aquí.

Y es en ese momento que el jefe dice la primera cosa en la que estoy de acuerdo. Bueno por lo menos tiene algo de lógica lo que dice.

Me parece bien,  la caverna de la derecha esta menos iluminada y parece más salvaje, más natural, mientras que la de abajo es obvio que fue reformada por quienes construyeron esa maldita capilla, si seguimos bajando no creo que encontremos una salida, pero como dice Alexander es mejor seguir el agua porque arriba debe cruzar algún rio.

En ese momento saco el mapa que guardaba acercándome tanto a Dupont como a Julio.

  Y según este mapa  cerca a donde estábamos  está el rio Watson y, este otro más pequeño, el Agora,  cualquiera de los dos si se sigue el cause nos llevará algún sitio poblado. No sé exactamente donde estamos, pero lo cierto es que el sitio del  ejercicio fue aquí – señalo el mapa siguiendo con el dedo- luego  caminamos   hasta acá donde nos perdimos,  sospecho que  estamos por este sector, no tenemos las brújulas pero se pueden fabricar algunas de manera natural  y si salimos de este sitio y  miramos el sol  cuando amanezca se puede llegar algunas conclusiones.

Ojala la niñita fantasma  de verdad fuera buena como dijo la loca y nos quisiera indicar la salida, solo quiero irme.

Claro que la cueva salvaje deberemos caminar con cuidado, pisar bien el terreno, e ir con cautela pues no sabemos que nos encontraremos. Digo pensando que afortunadamente me quedaba la linterna y todos teníamos calzado deportivo(por indicaciones previas al ejercicio de recursos humanos) que nos ayudaría sobre el terreno.

Era consciente que ahí podíamos tener una muerte fácil, pero quería pensar que podíamos escapar a pesar de que la loca de la Rogers nos dijo que moriríamos, ojala ella se equivoque.

Pues nada, que haya suerte, el ser ese nos quitó las brújulas pero  todavía sabemos que es arriba y que es abajo, y hacia arriba vamos.

Ojalá haya suerte.

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22/02/2019, 12:13
[1] Julio Cruz

Y al final volvíamos a ser tres, no es que fuese muy reconfortante dejar a una detrás pero tampoco es que pudiese hacer mucho. Por otro lado la tranquilidad y silencio solo hacia que aumentasen mis remordimientos ante lo relajado que me sentía al librarme de su incesante parloteo sobre blasfemias de dioses oscuros que tanto les gustaban a los jóvenes.

Todo hasta el momento había sido una locura detrás de otra y aún así no tenía ganas de contárselo a nadie. Esto era algo privado entre nosotros y no me veía con el derecho a decirlo. Quizás fuese por respeto a la memoria de la becaria que había ido a buscar la muerte sola o puede que simplemente sentía que sería traicionar a estos dos hombres. Seguía siendo obvio que no eramos amigos pero hacia muchos años que los conocía y junto a lo que había pasado hoy tenía que servir de algo.

Y hablando de locuras y milagros otro acababa de pasar enfrente mío, esos dos hombres estaban de acuerdo en algo. Al principio la exposición de Dupont no me convence, al fin y al cabo estamos en un monte. Por lo que la gruta que baja debería llevar a la base de esta, sin embargo cuando John se pone de acuerdo con él y saca el mapa explicando lo de los ríos veo que ambos tienen razón.

Sí, seguramente sea el mejor camino.- apoyo lo dicho mientras me preparo para seguirles.- Creo que cuando salgamos de aquí no deberíamos contar lo que ha pasado, bueno salvo lo de John tirando una puerta a empujones y Alexander es capaz de seducir a cualquiera...- las malas costumbres eran difíciles de perder...

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22/02/2019, 13:48
[1] Andrea Rogers

Andrea Rogers lloraba sin saber muy bien la razón, pues no era lo que quería y sin embargo así se sentía, pero de entre todas las posibilidades había una que tenía menos sentido de serla y es que quizás no lloraba por miedo. Quizás Andrea Rogers no pudo reprimir sus lágrimas por darse ahora cuenta de lo que había sido ella misma durante todo este tiempo en su vida, quizás Andrea Rogers no estaba tan preparada para todo como pensaba.

Andrea Rogers conocía muchas cosas sobre la teoría de las cosas, pero poco sobre la práctica de llevarlas acabo debido a sus eternas dudas. Andrea Rogers quizás lloraba por el fracaso de convencer a sus compañeros a seguir con vida o quizás lo hacía por amor sino representaba lo mismo.

Andrea Rogers se había pasado toda su vida informándose sobre cada cosa, como bien se repetía en su cabeza una y otra vez a modo de maldición las palabras que su padre le pronunciaba ya desde pequeñita "—¡Andrea Rogers! Aprende de todo en la vida para que sepas desenvolverte en las cosas que versan sobre la esencia de la vida y afrontarás mejor los problemas". Estas palabras eran la mayor ventaja, pero a su vez eran el mayor lastre para el amor. Su padre era otro hombre más y ella una simple mujer, al no tener más hermanos la había tratado toda su vida como si fuera un hijo primogénito, un heredero que debía cargar con el peso del apellido Rogers. Andrea Rogers se daba cuenta que nunca entendió del todo bien a su padre, como al resto de hombres.

Toda su vida mencionándose en tercera persona delante de los demás para reafirmarse, para reafirmar que si era una Rogers como su padre quería. ¿Pero quién era Andrea Rogers en la oficina? Era solo una mindundi más de la empresa, Andrea Rogers no destacaba por convencer a nadie ni tampoco lo hacía por el amor que los hombres sentían por ella.

Andrea Rogers no había tenido suerte con los hombres en la vida, quizás saber tanto de todo los asustaba al compromiso. Andrea Rogers sabía mucho de todo pero el problema era que los demás no, es por ello que no podía sentir que ninguno la quisiera. Se creaban barreras invisibles en el amor contra Andrea Rogers que la impedían convencer a ninguno de amarla tanto como para hacerla caso en lo que proponía con su conocimiento.

Quizás Andrea Rogers lloraba porque se había dado cuenta que en una situación tan extrema había roto su coraza de persona real perdiendo las formas, tuteando a todos y no había servido para convencerlos de sobreponerse a sí mismos como había logrado ella en esa situación tan extrema. Quizás Andrea Rogers lloraba porque el origen de todas sus indecisiones en la vida (su mayor desventaja) se debían a eso, a la falta de que sintieran amor por ella, de lo que se refugiaba huyendo en el conocimiento de todo.

Andrea Rogers se había quitado la máscara allí abajo para mostrar el amor que realmente tenía enterrado en su alma por los demás, era irónico que llevará siempre una máscara invisible como Hastur el Dios Primigenio que allí era adorado. ¿Sería ella como Hastur en vida? ¿Sería Andrea Rogers la Reina de la Locura con una máscara por la vida como llevaba Hastur en versión hombre infundiendo locura?

Sea como fuere Andrea Rogers ya no estaba allí abajo con sus compañeros como para seguir llorando, ahora estaba a unos pasos de estar arriba ya que solo una vieja trampilla se lo impedía. Andrea Rogers había pasado por mucho aquel día, Andrea Rogers en su sexto sentido de mujer al desandar lo andado para volver arriba sintió en su alma como la presencia maligna de Hastur la reclamaba durante el trayecto hacia las escaleras. Pero lo que Andrea Rogers dudaba era porque sentía que era la estatua quién lo hacía, pues pensaba que estaría abajo en la oscuridad de las escaleras más profundas y no en la estatua, pero Andrea Rogers ya no quería saberlo, ya no quería saber más de nada.

Andrea Rogers vio como la trampilla seguía cerrada en la posición que ella antes había dejado al shoggoth (que por aquel entonces desconocía que lo fuera), en un claro desafío a que el monstruo comprobará que no le tenía ningún miedo, como parar ella a detenerse en cerrar la trampilla aposta con toda la tranquilidad del mundo. Eso era bueno y malo, bueno en el sentido de que no había bajado tras ellos después (aunque quizás por su envergadura no hubiera podido hacerlo tampoco) y malo en el sentido de que quizás pudiera seguir afuera ahora por los alrededores de la casa.

Andrea Rogers se había secado el fluido de lágrimas de su cara como pudo con el brazo antes de hacer el primer intento por abrir la trampilla, pero aquella trampilla no cedió ni un milímetro como si estuviera atrancada o algo pesado la estuviera sujetando contra el suelo. Andrea Rogers dudó entonces una vez más de nuevo en sus eternas dudas de si realmente era la alfombra que había tapado reposando encima presionando la madera, más por la largura de su superficie que por el peso a modo de ventosa contra el suelo. Pero Andrea Rogers se convenció de que no era la alfombra cuando tras el segundo intento consiguió abrirla cediendo un par de centímetros y se cerró de golpe como si algo la hubiera empujado de nuevo.

La bombilla de su linterna explotó como lo hubiera hecho la brújula antes de no haberla estallado ella contra el suelo cuando se encontraba ante el shoggoth. ¿Significaba eso que el shoggoth estaba encima de la trampilla para que Andrea Rogers no saliera nunca? Eso no podía ser por la envergadura del cuerpo de aquel extraterrestre que hubiera impedido que hubiera sido posible ni un milímetro, Andrea Rogers lo dudaba porque también podría ser un cuerpo adaptable aunque dudaba también en ese caso porque razón no hubiera bajado.

Unos compañeros con sus máscaras defensivas puestas, una niña espectral, una niebla densa, una casa quemada, unas fotografías borrosas con brillos, unos lobos acechando, una silla volando, un dibujo con cenizas, una brújula rota, unas escaleras estrechas, un depósito vacío, una capilla de adoración, una estatua de Hastur, un laboratorio maligno, unos fragmentos de libro maldito, un hueco oscuro con escaleras a las entrañas del suelo, un beso con Alexander Dupont, Hastur llamándola, una trampilla que no se abre....

—¡No!... ¡¡¡NOOO!!! ¡No padre, no necesito saber más!...¡Siempre fui Rogers! ¡¡¡Soy... SOY TU HIJA!!! —expresó en un increscendo desde el susurro inicial al grito final mientras la trampilla cedía del todo con excesiva facilidad provocando una desestabilización física de Andrea que había disparado en ese preciso instante el flash de su otra cámara al mismo tiempo que se revelaba que nada había con ella allí, solo estaban sus lágrimas brotando de nuevo por sus ojos.

Andrea Rogers se había roto al completo como persona. En aquel primer piso, en aquella estancia no había nadie; seguía todo igual a como estaba la última vez que había bajado y allí solo reinaba el silencio más absoluto sino fuera porque lo único que se oía era... una mujer llorando.

Andrea Rogers era un mar de lágrimas que no secaba con sus brazos, pues estaba intendo abrir su botiquín como podía cuando se le cayó al suelo junto a la alfombra. Aquella cajita cayendo al suelo le provocó aumentar la sonoridad de sus llantos, pues para ella representaba ser un símil de lo que era ella... una mujer cayendo.

Andrea Rogers entre lágrimas se dejó caer sobre sus rodillas, lloró desconsoladamente durante unos segundos bamboleándose y entonces se inclinó a juntar lo que podía de los objetos en el suelo (los objetos estaban fuera de la cajita pero no lo suficientemente apartados unos de otros, pues el peso del plástico de las tapas los habían frenado de esparcirse por toda la sala), las clases de supervivencia que conocía por haberse informado al final servirían para algo. Fabricó disparando con la cámara para lograr luz como pudo una especie de cóctel molotov con las gasas y el botecito de plástico con alcohol de 96 grados que ardería con mucha facilidad, no sin antes distribuir en el borde de la astilla de la silla que todavía llevaba un poco (por su boquilla diversificadora del propio botecito que filtraba gotas y pequeños caudales si se presionaba en su largura a modo de pipeta) y entonces se levantó muy despacio mientras mantenía la cabeza mirando a la puerta desde el suelo antes de intentarlo, dejando de repente de llorar completamente.

Allí estaba Andrea Rogers de pie mirando a la gran puerta cerrada pero rota por una esquina de abajo, donde el tiempo se detuvo unos segundos. Unos segundos que parecieron eternos donde si hubiera sido una película, se intercambiarían en zoom progresivo dos imágenes:

1- Andrea de cuerpo entero con la linterna de bombilla fundida en su mano derecha y la astilla a modo de antorcha ardiendo en su punta, con la mitad de su cigarrillo entre los dedos como podía. Y en la otra mano, la izquierda estaba su improvisado cóctel molotov (se había guardado el resto de los objetos del botiquín como tijeritas en sus bolsillos por si pudieran ser útiles junto con las dos cámaras que estaba una en cada bolsillo). Esta escena iba haciendo zoom hasta mostrar al final solo su cabeza definida con el fondo borroso de la estancia.

2- La puerta totalmente con el marco de las paredes, todo la estancia en silencio iluminada por el resplandor de la antorcha y lo poco que quedaba de su cigarrillo. Esta escena iba haciendo zoom hasta mostrar al final solo el hueco de abajo roto.

Entonces Andrea Rogers en un acto de valentía despertó en la mayor rapidez de acción con aquel silencio y detenimiento absoluto, para cruzar la antorcha a las gasas colgantes empapadas en el propio alcohol que iban a parar al botecito de alcohol por el que había roto su boquilla diversificadora para que entrará mejor dentro. Acto seguido lo lanzó con todas sus fuerzas como si fuera aquello una bolera con carrerrilla hasta la puerta, pero sin rozar el suelo con el bote planeando como un avión por el agujero de la puerta.

—¡¡¡ARDED EN VUESTRO INFIERNO!!! —gritó con una rabia que nunca había sentido Andrea Rogers en su vida, mientras lanzaba aquello hasta tropezar parando de bruces en vertical contra la puerta

Andrea Rogers acto seguido se cambió la antorcha, la linterna y el cigarrillo a su otra mano izquierda y con la derecha saco la segunda cámara de su bolsillo para hacer una fotografía por el hueco donde antes había estado asomado el shoggoth cuando la miraba. Entonces intentó una vez abrir la puerta pero esta no cedía, lo intentó una segunda vez pero tampoco cedió, hubo una tercera, una cuarta, quinta, hasta que se perdió la cuenta pues Andrea estaba ofuscada en ella bloqueada mentalmente como sino fuera capaz de hacer otra cosa que insistir e insistir como si aquella puerta fuera a ceder en algún momento.

—¡Abre! ¡Ábrete! ¡Estúpida puerta! ¡Ábrete maldita sea! ¡Ábrete! ¡Deja! ¡¡Déjame!! ¡¡¡Déjame Padre!!! ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡SOY TU HIJA!!! ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡NUNCA ME DIJISTE QUIÉN ERA MI MADRE!!! ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡NUNCA ME QUISISTE!!! ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡SOLO TE IMPORTABA EL APELLIDO!!! ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡SÓLO ERA UNA NIÑA!!!  ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡NO QUIERO SABER MÁS!!! ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡QUIERO VIVIR!!! ¡¡¡DÉJAME!!! ¡¡¡SOLO QUIERO QUE ME AMEN!!! —expresó en un increscendo desde el susurro inicial a los gritos finales mientras la puerta cedió en la última exclamación del todo con excesiva facilidad provocando una desestabilización física de Andrea que la tiró al suelo hacia atrás cayendo sentada, sus lágrimas habían ido brotando desde que empezó a gritar con mayor intensidad y se reflejaban a mares por toda su cara.

Andrea (ya a secas sin el apellido) creía que el cóctel molotov que había creado la ayudaría a escapar de allí; como si fuera una distracción; pues pensaba que el fuego algo tenía que ver en todo aquello. Y se levantó gritando de la posición sentada con sus manos en ambos lados del suelo mientras aún llevaba las cosas que tenía en ellas.

—¡¡¡YO VOY A SALIR DE AQUÍ!!! ¡¡¡EN PRIMERA PERSONA!!! ¿¿¿ME HAS OIDO PADRE??? ¡¡¡YO TU HIJA SALDRÉ DE AQUÍ!!! ¡¡¡ESTA VEZ NO!!! ¡¡¡ESTE ES MI CONOCIMIENTO!!! ¡¡¡NO SERÁ ANDREA ROGERS, VOY A SER YO!!! ¡¡¡UNA MUJER COMO MI MADRE!!! —gritaba llorando desconsoladamente al tiempo que atravesó por fin aquella puerta que la había separado de conocer la verdad.

Y ella... a la que no se podía escribir ya más mencionándola como Andrea Rogers; al salir miraba como podía entre ojos llorosos aquella luz del fuego a la distancia como si fuera su padre, entonces se puso a correr tomando fotografías con sus dos cámaras con flash, como si fuera ella misma su propia madre sin mirar nunca ya más atrás, lloraba, corría, lloraba y corría... dispuesta a defenderse con todo lo que tuviera y seguir corriendo si se le acercaba por cualquier lado... su padre.

- Tiradas (8)
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23/02/2019, 02:02
Director 1

Cuando sus caminos se separaron pensaron que jamás se volverían a ver, ya que el otro había tomado la decisión incorrecta, la que le arrastraría irremisiblemente a la muerte por ignorar la voz de la razón, mientras que la suya le acercaría a la salvación. Estaban equivocados, todos ellos lo estaban, y así se lo contaron un año justo después de aquel día, tomando una copa en el bar de abajo de su antigua empresa, cerrada por los desmanes de un hijo que no supo continuar con el legado paterno. Gracias a Dios el señor Hayes no lo llegó a ver porque la enfermedad se lo llevó antes. Aunque era un buen tipo para ser un ricachón, que cuido de todos mientras estuvo al frente de la compañía, en su debe siempre estaría el haber traído un hijo al mundo que pensaba más con la bragueta que con el cerebro.

Allí estaban, reunidos en torno a una mesa, John con una buena pinta de cerveza negra, Alexander con un Dry Martini a lo James Bond, Andrea con un sex on the beach y Julio con un té. Todos tenían buena pinta y parecía que las cicatrices físicas y emocionales habían sanado a excepción de un brillo extraño en los ojos que solo se observaba si reparabas en ellos durante mucho tiempo, el brillo de quien ha estado al borde de la locura y la ha esquivado por un estrecho margen. No habían hablado antes de lo ocurrido aquel día y ese día lo harían, sabrían toda la verdad de lo ocurrido en aquella casa.

Andrea comenzó a relatarles, refiriéndose a si misma en primera persona, lo que pasó después del beso apasionado, y augurado como el último, que compartió con Alexander. Les contó como nada más dejarles se vio tentada por la estatua de Hastur el innombrable, el Dios primigenio al que estaba dedicada la capilla, pero que reunió fuerzas de flaqueza para ignorar su influencia y subir las escaleras donde una trampilla cerrada la esperaba sin ella saberlo. Nunca supo porqué le costó tanto abrir la trampilla y la puerta, o porque la bombilla de su linterna explotó en ese momento, pero si les explicó la angustia sentida y como esa experiencia le hizo encontrarse así misma y dejar atrás a Andrea Rogers para ser solo Andrea. Al salir de la casa Andrea le prendió fuego y huyó del lugar en una carrera enloquecida para evitar que lo que estuviera allí se vengara por destruir la casa. Ya fuera por la carrera o porque lo que había allí no podía dejar la casa, lo único que la persiguió fue el peso de la conciencia de no saber si sus compañeros habrían perecido en las grutas o a manos del incendio provocado por ella. El resto quedó atrás, la indecisión, las dudas y Andrea Rogers, Andrea era una nueva mujer, libre por fin, preparada para amar y lista para ser amada.

Tardaron 3 días en encontrarla, perdida en el bosque, después de haberse alimentado de raíces y frutos. La ingresaron durante dos semanas en un hospital en el ala de psiquiatría porque al encontrarla balbuceaba sobre los terrores de Lovecraft como si fueran reales. Nadie podía creer su historia y pensaron que estaba loca y lo achacaron al stress postraumático pero ella tenía su prueba, lo poco que quedaba de la astilla de la puerta, la que utilizó como antorcha. Ellos no la creerían nunca pero ella  sabía la verdad y que no estaba loca, aquella astilla era su ancla a la cordura y decoraba la repisa de la chimenea de su nuevo apartamento.

Lo primero que hizo al salir del hospital fue presentar su renuncia y recibir una compensación económica por su silencio. Con el dinero compró material de grabación y abrió un blog sobre ocultismo que se hizo muy famoso en la comunidad friki. El blog la convenció de que tenía talento para escribir, de forma creativa en lugar de hacer tediosos informes, y se lanzó a autoeditarse el primer libro de la saga de "Mistery Rogers", detective de lo paranormal. No era millonaria pero no podía quejarse de las ventas y había empezado a salir con un trabajador social especializado en niños de familias desestructuradas. No era rico pero era guapo y la quería, por primera vez se sentía querida y era muy feliz.

Alexander tomó la palabra y le relató a Andrea lo que les había acontecido en las grutas subterráneas cuando les dejó. Al bajar a la gruta Julio, con su habitual maestría, se había hecho cargo de la cerradura de la puerta dándoles acceso a dos amplias galerías, una descendente frente a ellos, y otra algo más estrecha y plana a su derecha. John tomó el relevo para contar como en aquel momento se había producido el milagro mayor de aquel día, él y Alexander se habían puesto de acuerdo, y aunque Julio no lo tenía claro no podía dejar escapar esa oportunidad única, si aquellos dos se habían puesto de acuerdo sin discutir todo era posible, incluso salir de aquel sitio con vida.

Sus pasos le llevaron a una laguna subterránea guiados por el fino oído de Alexander donde volvieron a ver a la niña, flotando sobre las aguas como una versión barata y fantasmal de Jesús. La dulce niña fantasma les habló diciendo que estaba atrapada, que necesitaba su ayuda y que debía hacerse rápido, que el monstruo reptante vendría y se los comería a todos como la última vez, que ella solo necesitaba que hicieran un ritual para ser libre. John no la creyó, diciendo que estaban en aquella casa por ella y que no debían hacer caso, y Alexander volvió a estar de acuerdo mientras Julio callaba. La niña bramó enfurecida mientras en lo profundo de la caverna se escuchó un rugido mucho mayor que hizo temblar la cueva, el rugido jubiloso de un depredador que ha olfateado la presa.

La forma de la niña se desdibujó, tomando la forma de una nube grisácea con la vaga forma de una persona antes de decirles.

Os comerá, ya viene, solo si me salváis os salvaré, no tardará, no podéis hacer nada contra él, el shoggoth lleva alimentándose de todos los que vinieron desde hace siglos. A mi ya no puede hacerme daño. Ayudadme y os ayudaré.

Y le ayudaron, Julio les convenció, si iban a morir bien podían hacelo ayudando a un espíritu descarnado a encontrarse con el señor, hacer algo bueno antes de enfrentarse a su creador, sumar algún punto extra para acabar de inclinar la balanza entre cielo e infierno a su favor . El ritual era simple, mojar sus frentes con el agua de la laguna y formar un círculo con sus manos  entrelazas mientras recitaban un extraño salmo que extrañamente aprendieron a la primera, como si estuviera grabado en algún rincón oculto de su ADN

"’a k’nark Cthultu kyr’w qu’ra cylth drehm’n El-aL U’gnya] kraayn."

El monstruo estaba cada vez más cerca, le oían reptar y derribar las estalactitas y estalagmitas de la cueva, cada vez más cerca. En el centro de la laguna apareció un portal y la figura etérea se volvió a materializar en niña,sonrió mientras se acercaba y les besó la frente antes de decirles

Soy libre y vosotros lo seréis. Recibid estos dones como mi tesoro

La niña cruzó el portal y una sección del muro de la caverna se derrumbó mostrando unas escaleras ascendentes. Corrieron sin mirar atrás, sin necesitar cerciorarse de lo que venía a su encuentro y sabiendo que les costaría la muerte de hacerlo, corrieron hasta que le dolieron las piernas y los pulmones pero unas horas después consiguieron llegar al borde de una carretera desde un buen samaritano les retornó a la ciudad y dieron parte de la desaparición de Andrea, descubriendo que el coach se había desentendido completamente de ellos. Estaban vivos, eso era lo único que importaba, eso y abandonar la empresa, jamás volverían a trabajar allí, ese si que sería su tesoro, la vida, lo único que les había dado la niña.

No lo entendieron entonces, les costó un tiempo darse cuenta de lo que había cambiado en su interior. Alexander se había vuelto mucho más seductor y carismático que antes, tanto que el número de mujeres que pasaron por su vida en aquel año eclipsaba a sus conquistas del resto de su vida. No sabía como funcionaba, tampoco lo necesitaba, pero decía y hacía siempre lo necesario para que no se le escaparan las mujeres a las que echaba el ojo, y así fue como la conoció, Amber, una rica heredera que se prendó de él y gracias a la cual no tuvo que trabajar nunca más. Era guapa, tal vez un poco sosa, pero no se podía tener todo siempre. La sal y la pimienta en su vida las conseguía mientras su mujer trabajaba, mediante sus excitantes aventuras con otras mujeres.  Nunca le había sorprendido y nunca lo haría.

El cambio en John fue más sutil. Después de montar un pequeño despacho de inversión de activos donde era su propio jefe John descubrió que podía predecir con exactitud lo que haría la bolsa. Era como una especie de sexto sentido que le decía si subiría o bajaría, tan exacto como leer los resultados del día anterior en el periódico por lo que empezó a hacer dinero y llamar la atención de las compañías de inversión que le ofrecían cheques en blanco por sus servicios. John las rechazó a todas y siguió trabajando para él, yendo a trabajar cuando él quería y tomándose grandes vacaciones por todo el mundo para conocer todo lo que se había perdido encadenado a aquel escritorio. Era libre y nadie se forraba a su costa, y la empresa a la que tanto odiaba había cerrado y, aunque jamás lo admitió, él había sido el culpable de ponerle la puntilla a ese ataúd.

En cambio, las preocupaciones del bueno de Julio trascendían la empresa. No lo había dicho en la empresa pues esperaba obtener la compensación para la jubilación pero se estaba muriendo, tenía un cáncer terminal que, según sus oncólogos se lo llevaría en 6 meses con suerte. Necesitaba aguantar 3 meses y 27 días para cobrar la compensación. No era mucho pero era un dinero que le iría bien a su familia porque los entierros eran caros, su querida mujer Rosita se había quedado en paro tras una larga vida de trabajo honrado y había que ahorrar para la universidad de los hijos. Julio se sintió afortunado al ser despedido de la empresa para silenciar un suceso en un bosque que podría manchar la reputación de la firma, recibiendo tres veces más dinero de lo esperado por su silencio. El bedel firmó encantado de librarse de aquel uniforme azul pero algo triste de no poderse enterar de más cotilléos, era libre de disfrutar de su tiempo con su familia durante el poco tiempo que le quedaba. Pasó un mes y luego otro y Julio no enfermó, al contrario, su salud mejoró y recuperó el vigor de su madurez mientras que los médicos se intentaban explicar que había pasado y él aparecía en varios programas de la televisión como "el hombre milagro".

Las copas se fueron sucediendo, copas salpicadas con risas y alguna que otra lágrima con las que alcanzar la paz. Ese día prometieron no volver a hablar de lo ocurrido en la casa y todos cumplieron. No se volvieron a ver más que en los funerales de los otros siendo Julio el que más longevo de todos, 70 años más con una gran salud, batiendo incluso el récord Guiness de longevidad, y tuvo la suerte de conocer y criar a sus nietos, bisnietos y tataranietos.

De la casa calcinada solo quedaron los escombros. Los escombros y una criatura reptante que espera, dormida, a que un incauto la despierte.

FIN

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23/02/2019, 02:29
Director 1

Notas de juego

Con esto se cierra la partida y vuestra participación en el III campeonato de rol por web. El módulo que habéis jugado es una adaptación de "El fragmento", módulo ganador en el concurso de módulos del año pasado. Os recuerdo que debéis respetar el anonimato hasta que el jurado tenga su veredicto. Cuando será? ni idea, como tarde este domingo a las 20:00 se anunciará el ganador en la gala.

Agradeceros vuestra participación y compromiso con la partida esperando que la hayáis disfrutado tanto como el equipo de directores adaptándola para vosotros.

No sé si Chemo bloqueará la escena o no. Mientras no esté bloqueada me podéis encontrar por aquí.

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25/02/2019, 19:46
[1] Andrea Rogers

Notas de juego

Hola buenas, quería dejar escrito un post final con unas palabras dedicadas como persona real para todos aquellos usuarios que como yo lean esto, ya que quedará liberado de forma absoluta para ser leído por cualquier persona del foro y para el año que viene con toda seguridad podría ser utilizado como referencia de lectura para el nuevo Campeonato RPW por ser esta casualidades de la vida la "Partida 1" (y es que yo hice eso, antes de participar había leído la "Partida 1" del Campeonato RPW del año pasado).

Siento que debo confesar algo y abrirme con la verdad:

En mi mensaje de intervención final como Andrea Rogers que me llevó horas escribirlo, cuando lo estaba creando he llorado al extremo como persona real durante bastante tiempo, hasta el punto de llevarme las manos a la cara y sentir mucha tristeza por Andrea como si estuviera viendo una película. Por la tarde/noche me dolía la cabeza de lo mucho que había llorado.

También es que había utilizado esta música de fondo para mi proceso creativo (que dude de incluir en mi escrito por si se consideraba metarrol, tampoco de haberlo consultado con el "Director 1" si era digamos legal que me hubiera permitido incluirla me hubiera parecido justo por ser quizás una ventaja o que alguien pensará que me las daba):

Jamás había sentido una catarsis (Entre los antiguos griegos, purificación de las pasiones del ánimo mediante las emociones que provoca la contemplación de una situación trágica) semejante con un personaje ni en rol ni como actor en la vida real, actualmente en la vida real estoy ensayando todas las semanas un personaje en una obra de teatro a representar en marzo de este año y posteriormente en otros teatros.

Siempre he tratado de evitar las interpretaciones en papeles de personajes en la vida real que impliquen un proceso de emociones de tristeza, no por no poder hacerlo que con mentalización y querer insistiendo por tu parte se podría conseguir, sino porque nunca he querido mostrar esas emociones y me encuentro más cómodo con otro tipo de papeles. Además yo suelo tener un registro como actor más para la comedia, esto ya me lo confirmaron en persona un realizador, un director de cine italiano y un profesor de teatro.

Pero a mí como persona real con sus gustos muchas veces me gusta más contemplar el drama visualmente, por ejemplo yo adoro el spin-off de la serie "Better Call Saul" por su dramatismo más que "Breaking Bad" por sus acciones y adoro especialmente capítulos odiados por lo que he leído en comentarios de una mayoría de espectadores con "The Walking Dead" donde se narra una situación vivencial de un personaje. Como por ejemplo una gordita llamada Tara que sin zombies de por medio descubría una agrupación de mujeres escondidas en un bosque, a muchos espectadores les parecía una trama sin acción de zombies de por medio que aburría por no intercalar con más actores del elenco que eran más famosos. Yo debo ser raro pues esa diferenciación me parecía una oxigenación del mundo zombies y un ahondar en la psicología de una mujer personaje que tenía que mostrarnos como era ella una persona de nuestra especie ahora sola moviéndose entre escombros y zonas abandonadas.

No me arrepiento de todo lo escrito anteriormente durante toda esta partida, pues se puede comprobar que yo no fui la persona que inicié nada en contra de nadie, sólo me defendí de algo que consideré sentir que estaba siendo demasiado "políticamente correcto", no escribí el primer o segundo mensaje para quejarme de nadie y a pesar de que alguna persona pueda creer que a mí en algún momento de la partida me perdieron las ganas de ganar porque al menos una persona me lo ha expresado fuera de aquí, eso para cualquiera que tenga un poco de sensibilidad podrá entender que entonces me hubiera ido al comprobar que no iba a ganar pues seguí escribiendo los "ladrillos" de texto que a veces incluso me daba apuro porque quizás me estaba pasando en mi alegría de narrar.

Yo no estoy entre las cinco primeras personas más valoradas por el jurado y quizás sea de las últimas por considerar "metarrol" mencionar un objeto de otro PJ como si de un gran sacrilegio se tratará. Yo ya admití mi error en "Nota de juego" anterior y comprendo perfectamente las reglas, pero también deje claro que el "Director 1" se equivoca al decir que no hizo metarrol o cualquiera del resto de mis compañeros, lo hicieron pero a niveles inferiores y si eso no se puede considerar algún grado menor de metarrol y es otra palabra, se podría definir como que no es manejar los más altas exigencias de calidad en un trabajo más que en una diversión que era esto. Es decir yo no juzgo a mis compañeros o al Master por hacer lo que hicieron y yo hice también porque estabamos aquí para divertirnos y vivir una experiencia aprendiendo, cosa que yo al menos si he logrado.

Esto no es mi opinión sino una verdad que cae como una losa sobre la conciencia de todos porque en la RAE para descripción "juego de rol" dice textual "1. m. juego en que los participantes interpretan el papel de un personaje de ficción, en una historia de carácter misterioso o fantástico." por lo tanto tú solo puedes interpretar un papel como si fueras ese alguien y no puedes hacer nada más.

Eso es lo que yo hago como "actor" que trabaja en la vida real, yo no soy un narrador de los "demás", no puedo decir lo que hacía "Julio Cruz" o lo que me había dicho la semana pasada "Alexander Dupont" en el pasado, ni siquiera el "Director 1" tiene poderes porque de lo contrario estaría anulando "posibilidades interpretativas a esa persona".

Por ejemplo si yo no quería que Andrea Rogers hubiera fumado en el baño de la oficina en el pasado, al decirlo otro PJ convierte eso en un hecho pasado, en una realidad vivida para mi PJ, está anulando una de las miles de posibilidades que tengo yo de elegir con mi PJ, está enrutando mi personaje, esto con el transcurso de la partida con más nodos dichos por el resto de personajes incluido el Master va enrutando cada vez más al personaje que ya no puedes considerar al 100% tuyo puesto que está hecho como un puzzle con cachitos aportados por todos.

Es por tanto que ya no habría yo interpretado el rol de Andrea Rogers al 100% como persona, sino que otros me lo habrían interpretado en un segundo plano.

Y eso no es "Rol puro" en la más "alta calidad y excelencia mundial", esta partida jugada aquí no podría considerarse como referencia mundial de la más alta calidad como un 10/10 en nota a sentar cátedra y no lo sería porque yo haya usado el metarrol de un objeto de otra mochila, aunque eso no hubiera ocurrido seguiría siendo por el metarrol de todos incluyendo el Master.

Esto no pasa sólo aquí, ni se puede culpar a los demás en esta partida por ello, sino en toda Umbría es difícil encontrar a personas que todas sus partidas las jueguen como "rol puro" en su sentido más literal.

¿Son partidas de rol? Si.
¿Se puede jugar así? Si.
¿Hay algo de malo? No.

Pero que no venga nadie a ponerme como ejemplo de "los mejores roleros de España o del mundo" a estos usuarios (incluido yo mismo) que no lo son aunque llevan toda la vida jugando rol, como el ejemplo anterior que había puesto de Messi o Cristiano Ronaldo que hay muy pocos, el resto son jugadores profesionales de fútbol que se ganan la vida como todos, juegan al fútbol pero no desarrollan "fútbol puro a la más alta calidad".

Por todo ello quiero dejar claro que yo no vine aquí creyendo ser mejor que los demás, sino a vivir una experiencia gran experiencia que he sentido con Andrea Rogers y no tengo nada en contra de la gente con la que compartí partida, sino con el hecho de que se valore que el "rol normal" es "rol puro" cuando no lo es como la cocaína que es muy difícil verla "pura", siempre la encontrarás mezclada con otras sustancias.

Gracias por leerme, si has llegado hasta aquí.

Cargando editor
25/02/2019, 21:18
Director 1

Notas de juego

Es una pena que no quieras atender a razones y que no sepas cuando dejarlo, una verdadera lástima.