Partida Rol por web

III Campeonato de RPW

[PARTIDA 5] Escena de juego

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20/02/2019, 10:17
Director 5

Alexander se adentró en las profundidades que había al final de las escaleras, en pos de la niña que acababa de desaparecer. No se preocupó de si le seguían. Y no lo hicieron, sus compañeros le acababan de dejar solo.

Allí no había ni rastro de la chiquilla, aunque aún tenía sus ojitos y su sonrisa grabados en la mente.

Estaba en una zona salvaje, entre calabozos y túneles de grutas. Lo primero que su linterna enfocó fueron un par de celdas excavadas en la roca, una con barrotes y entreabierta, y otra con un jergón de paja roída y mohosa, con una llave colgada en la pared. Por la forma de la llave y la de la cerradura de la reja, parecía bastante claro que eran el aposento del carcelero y la cárcel de su prisionero. No había ni uno ni otro allí dentro.

Un poco más adelante otra celda, más amplia, con la puerta entreabierta. Y allí, un esqueleto humano, sentado junto a un montón de ropajes sacerdotales. El cráneo reposaba en la pared, como si el desgraciado hubiera muerto sin luchar, de cansancio, o de inanición. En la entrada de la celda había una gruesa línea hecha con algo blanco y grueso, como si fuera sal.

Notas de juego

Turno 8

Estás solo. No marques a tus compañeros, sólo a ti y a mí.

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20/02/2019, 13:12
[5] Andrew Rogers

- Inconsciente, espero que no nos mate a todos - murmuró Andrew al observar como Alexander se adentraba en la oscuridad.

Sin embargo, fueron las palabras de Joanne las que más le preocuparon. Lo cierto es que no sabía como responder a sus preguntas. Lo poco que había leído hablaba de horrores inenarrables, pero no detallaba demasiado cuales eran esos horrores. Precisamente, eran "inenarrables". Sin embargo intentó explicarse

- Como dije, no sé tanto como quisiera. Algo he leído pero más como hobby que por que realmente creyera en estas cosas. Sin embargo cuando vi esas imágenes, ese libro, esa estatua, me di cuenta que había visto dibujos que coincidían con ellos... No lo sé. Quizás haya algo de cierto en lo que leí. Quizás no se trataba de desvaríos de algunos locos sino que había algo de realidad en ellos - El becario, trataba de organizar sus ideas, pero resultaba difícil hacerlo cuando el mismo no estaba seguro de lo que estaba hablando - A ver, si esas ciencias ocultas tienen algo de cierto, significa que hay fuerzas en este mundo, o más bien debería decir, fuera de este mundo que son capaces de afectarlo ¿Como? No lo tengo claro pero nunca para bien. Esas promesas de poder y deseos cumplidos no dejan de ser un engaño. Algo que finalmente se volverá contra el que intente aprovecharlos -

Meneando la cabeza, sin siquiera estar convencido de que sus palabras fueran convincentes, Andrew miró primero al viejo bedel y luego a la mujer - Lo cierto es que preferiría salir de acá, pero tengo miedo que ese loco abra ese portal y suceda lo que no debiera suceder. Creo que es lo suficientemente inconsciente como para intentarlo. Y quizás ni darse cuenta de lo que está haciendo -

Al elevar la vista y notar que la trampilla estaba cerrada agregó - Aunque quizás no tengamos alternativas - Lentamente levantó la pata de la silla que llevaba en la mano y empujo con fuerza hacia arriba para asegurarse si realmente existía la opción de escapar del lugar

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20/02/2019, 13:49
Director 5

No, la pata de la silla no logró levantar la trampilla. Estaba cerrada a cal y canto. Por mucho empeño que el muchacho puso en abrirla.

Notas de juego

Agilizo para el resto.

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20/02/2019, 19:08
[5] Alexander Dupont

Joder, ¿Por qué no estaba la niña? Esto parece una broma macabra del destino, justo cuando veo a la niña, esta escapa, lo mismo me esta llevando hasta una posible solución a este embrollo, o eso espero, porque cada vez me estoy metiendo más en la "boca del lobo"...

Recorro los pasillos escavados en roca viva, eso si, cada ciertos metros con el cuchillo hago algún tipo de marca en la roca para no perderme, no me gustaría morir aquí por no encontrar el camino de vuelta, y hablando de eso, mis compañeros de trabajo quizás han hecho lo más inteligente. Pero dudo mucho que puedan salir de la casa, darán vueltas como pollo sin cabeza, y como cruel símil encuentro en mi andar una celda entre abierta donde yace un esqueleto al lado de ropas de sacerdote. -Joder, joder, joder... ¿Este será el cráneo de la foto? Mierda, estamos jodidos...- Como me jode tener razón en éste ámbito...

Enfoco al suelo al pisar algo terroso y veo que es sal en la puerta de la celda. No me lo pienso y me lleno los bolsillos de sal, algo he leído, oído, o visto en pelis que eso funciona contra lo sobrenatural, no se exactamente cómo funciona pero prefiero tenerla en caso de desesperación. A él parece que no le funcionó del todo, o si, porque parece muerto por inanición o algo así y no por causas "violentas"...

Veo otra celda con un camastro, esta parece la del alguacil, por llamarlo de alguna manera, tiene una llave, no se si entrar o seguir, pero al final me decido a seguir. Ahora debería encontrar más adelante el cuchillo ceremonial, si es que es un objeto o por el contrario vale cualquier cuchillo, y eso ya me dejará con el culo torcido definitivamente...

Sigo adelante haciendo marcas buscando a la niña, las voces decían que la salvase, presumo que aquí hay dos fuerzas sobrenaturales, una que quiere despertar y otra que es la de proteger a la niña, espero que no sean las mismas y que salvando a la niña esto se acabe.

Mientras ando hago dos cosas, bueno en realidad tres: una, encenderme otro cigarro que saboreo como si fuera la cosa más deliciosa del mundo, dos, seguir haciendo marcas en las paredes de roca para no perderme, y tres, buscar a la niña en estado de alerta a todo lo que me rodea. 

-Venga niña, aparece, manifiéstate...- La reclamo, debo encontrarla, aclarar esto, joder, tan solo quiero que me diga qué pasa y cómo poder ayudarla...

- Tiradas (2)
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21/02/2019, 00:28
[5] Joanne Simmons

A su lado, pasó Julio como alma que llevaba el diablo, camino de reunirse con Andrew y largarse lo antes posible de allí. Era la reacción normal después del susto que se habían llevado. Pero Joanne, una vez pasada la primera impresión, se estaba planteando cosas, se estaba preguntado qué era lo que acababa de pasar, el sentido de las palabras que habían resonado por sorpresa en la enorme sala.

Así, pensativa, decidió seguir los pasos de Julio. Llegó al inicio del pasillo casi a la vez que él y escuchó atenta el discurso que se marcó Andrew como respuesta a la pregunta que le había hecho antes. Mantuvo su silencio cuando este terminó de hablar, sopesando lo que había dicho mientras que, con su linterna, lo alumbraba en su intento de abrir la trampilla que comunicaba con el piso superior.

-Déjame que adivine. Está cerrada, ¿verdad?-preguntó retóricamente cuando vio que Andrew intentaba hacer palanca con la pata de la silla y abrir la trampilla sin éxito-Pues vale, creo que no tenemos muchas opciones. Me queda clara una cosa, que no tienes ni idea de lo que ha pasado aquí. Que has leído cosas, que has visto cosas, pero ni dices qué has leído, ni qué has visto, ni nada de nada, es decir, que estás igual que Julio y yo, muy asustado. ¿Fuerzas de fuera de este mundo con poder para destruirlo?. A mí me ha sonado muy humano, de ultratumba, sí, pero humano, he entendido perfectamente lo que ha dicho. ¿Lo habéis escuchado vosotros?. Me da que se ha referido a hacer eso que has sacado en la foto, Andrew y, o lo hacemos, o nos va a echar a su perro para que seamos su cena-hizo una pausa, pensativa de nuevo, evaluando los pros y los contras de algo que desconocía y que su mente no podía abarcar-Esa trampilla no se va a abrir, estamos aquí abajo encerrados y si echa aquí dentro a un perro hambriento y rabioso poco vamos a poder hacer para defendernos. Propongo lo siguiente, continuar tras Alexander, a no ser que tengamos en esa sala de allí, en el templo o lo que sea ese lugar, alguna otra puerta que nos lleve al exterior. Y, para cubrirnos las espaldas por si el perrito aparece, nos llevamos lo que tenemos aquí y que sabemos que él quiere. Me refiero al frasco de cristal con el líquido rojo y ese... libro. Buscamos a Alexander que, con suerte, habrá encontrado a la pequeña y cogió un cuchillo antes de largarse sin esperarnos a ninguno, y ya iremos viendo lo que nos vamos encontrando. Vamos, no perdamos tiempo, esto se está alargando demasiado, a mí me esperan en casa desde hace ya un buen rato y no pienso convertirme en pienso para perro con gusto y sin oponer resistencia, no sé vosotros.

No esperó la respuesta de sus compañeros, no creía que hubiese otra opción. Si la trampilla estaba cerrada no podrían abrirla, como la puerta de entrada que había intentado abrir con todas sus fuerzas en el piso superior sin resultado, y no pensaba quedarse allí a que las pilas de las linternas se acabasen y apareciera el perro o lo que fuera que esa voz había amenazado con azuzarles.

Se dio media vuelta y se metió de cabeza en el laboratorio a por el frasco de líquido rojo que había visto antes, el de los símbolos raros en la etiqueta. La cogió con cuidado, temiendo que se rompiera con algún mal movimiento. Con ella bien sujeta en la mano y la linterna en la otra, volvió a los pies de la escalera en la que aún estaban Julio y Andrew-Vamos, nos os quedéis aquí, las pilas de las linternas se acabarán y... no tenemos mucho tiempo, ya habéis visto lo que pasó antes, se apagaron...-hizo una pequeña pausa mirándolos a ambos durante un instante antes de dar media vuelta y dirigirse, pasillo a través, hasta donde estaba el libro en el suelo. Lo iluminó con la linterna durante unos segundos, segundos en los que fue consciente del miedo que le transmitía. ¿Cómo podía infundir miedo un libro? Aquellos símbolos que tenía grabados eran raros, diferentes, producían inquietud de una forma que ella no entendía. Era algo que nunca había sentido y que le producía rechazo y atracción al mismo tiempo.

Por una vez, desde hacía muchos años, se sentía viva. Sentía que podía perder algo que, hasta hace unos minutos, no había valorado. Su propia vida. Sumergida en la rutina diaria, el tedio la había consumido, dejando pasar día tras día sin hacer otra cosa que dejar que el tiempo corriera, sin mayor preocupación, sin mayor importancia, sin disfrutarlo, sin vivir realmente. Había dejado que el hastío que sentía en su trabajo se reflejara en su vida fuera de la oficina, había dejado morir la ilusión, la esperanza, el optimismo. Le había echado la culpa a su jefe, lo odiaba por ello, lo seguiría odiando por siempre. Pero ahora que había recibido aquella amenaza tan clara, ahora que había sentido un miedo tan profundo y real, reconocía que había perdido un tiempo precioso. Tuvo claro que no iba a vender barata su vida y que ella tenía poder para cambiar las cosas, que siempre lo había tenido.

Aquella voz, aquella presencia, había sido clara. Seguir sus instrucciones y seguir con vida y con recompensa o morir. Si la amenaza era cierta, haría lo posible por seguir viviendo. No había otra opción.

Resuelta, se agachó, dejó la linterna en el suelo un momento y cogió el libro, acomodándolo bien entre su brazo y su cuerpo, sin pensar, sin dudar, agarrando fuertemente el frasco para que no cayera. Y, sin dar lugar a que nada sucediese de nuevo, recogió la linterna, se incorporó y comenzó a andar siguiendo los pasos de Alexander iluminada por la débil luz de la linterna en aquel lugar tan enorme.

Saldré viva de aquí, lo juro se sorprendió pensando mientras andaba en medio de la oscuridad temiendo a cada paso escuchar algún sonido espectral o animal cerca de ella e ignorando los fuertes latidos de su corazón.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La tirada la hago por si Joanne encuentra, mientras que atraviesa el templo, una calavera. Supongo que alguien ya la habría encontrado si hubiera estado en esa zona, pero repito tirada por intentarlo de nuevo.

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21/02/2019, 02:59
[5] Joanne Simmons

Notas de juego

Dire, he tirado dados ahora, despues de postear hace rato, un intento para Jeanne de no dejarse la calavera atras si es que está en esa zona del templo.

Como Julio no ha posteado aun y el turno no ha terminado, he pensado que se podía hacer pero, en el caso de que no sea así, solo ignora la tirada y como si no la hubiera hecho.

Gracias!

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21/02/2019, 08:17
[5] Julio Cruz

Julio vio como el muchacho trataba de abrir la trampilla con la pata de la silla que le había dado el espejitos y, lógicamente, fue incapaz de levantarla.

Si es que está claro, desde que no hacéis la mili, estáis la juventud que no dais pie con bola… - gruñó mientras apartaba suavemente a Andrews y se acercaba él a la trampilla.

Sacó su navaja suiza, comprada por doscientas pesetas mientras hacía la mili en Melilla y que aún funcionaba perfectamente después de años utilizandola.

¡No como las cosas de ahora, que ya se hacen sabiendo que se romperán en dos días!

Cuando Joanne empezó a hablar de la voz, contuvo otro escalofrío y optó por ignorarla, no queriendo rememorar la sensación que de vez en cuando afloraba desde que habían entrado en aquel sitio.

Primero empujó la trampilla con las manos, con intención de comprobar su resistencia, y luego comenzó a sacar los distintos instrumentos de la navaja. Sabía que podía rascar la superficie para ver si encontraba algún tornillo que soltar si era incapaz de abrirla.

Sintió a Joanne moverse a su espalda, escuchó el tintineo del cristal cuando entró a aquella especie de laboratorio y luego tomar el camino del espejitos.

Muchacho, no seas un inconsciente. – dijo a Andrews. – Hay que tratar de salir, no continuar metiéndose en la boca del lobo.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tiro fuerza y reparar o forzar cerraduras por si es posible abrir la trampilla aunque doy por hecho que no ;)

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21/02/2019, 10:07
Director 5

Joanne se alejó, y desapareció escaleras abajo, después de tomar la botella y el libro, partes necesarias de lo que ella consideraba el Ritual a seguir. Quizá lo hiciera, quizá no, pero no se detuvo.

Julio tomó la iniciativa junto a Andrew, y manipuló la trampilla, intentando forzar sus goznes, o alzarla a la fuerza bruta. Entre ambos consiguieron que cediera un poco, apenas unos centímetros... y cayó de nuevo con estruendo, como si se hubiera burlado de su esfuerzo. Estaba firmemente cerrada. Sobrenaturalmente cerrada.

Tenían que tomar una decisión. Y no les quedaban demasiadas alternativas, tal como Andrew suponía, si querían ver de nuevo la luz del día alguna vez. Salir de allí, pero no por la casa, no, estaban atrapados. Ni siquiera la maña del habilidoso Julio lo había conseguido.

La alternativa era clara y meridiana, debían seguir los pasos de sus compañeros. Y, llegado el caso, decidir entre ejecutar el Ritual... o no. En sus mentes las palabras lúgubres y condenatorias del ente que había hablado seguían estando perfectamente presentes. Pero para Andrew seguir adelante con la orden emanada de la estatua de Hastur era la verdadera condenación.

Perro, había dicho Joanne. Sin embargo lo que presagiaba la amenaza si no cumplían con el Ritual iba mucho más allá...

...debían decidirse. Y debían hacerlo ya.

Notas de juego

Turno 9

Estáis juntos, y ni Alexander ni Joanne están con vosotros.

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21/02/2019, 10:47
Director 5

Joanne, con el Necronomicón bajo el brazo, la botella de contenido rojo en una mano y la linterna en el otro bajó las escaleras hacia las profundidades que antes había cruzado Alexander. 

A su paso vio incluso unas marcas en la roca que quizá él había dejado, u otro antes que él, posiblemente con un cuchillo Quizá para no perderse. Entró en una tenebrosa zona de calabozos y túneles de grutas. Cruzó junto a un par de celdas excavadas en la roca, una con barrotes y entreabierta, y otra con un jergón de paja roída y mohosa. Pero nada había allí que llamara su atención. Ni cráneo, ni Alexander, ni la niña, ni... el perro.

Un poco más adelante se encontró con otra celda, más amplia, con la puerta entreabierta. Y allí, un esqueleto humano, sentado junto a un montón de ropajes sacerdotales. El cráneo reposaba en la pared, como si el desgraciado hubiera muerto sin luchar, de cansancio, o de inanición.

En la entrada de la celda había una gruesa línea hecha con algo blanco y grueso, como si fuera sal. Pero estaba removida, rota la línea, y como si alguien la hubiera agarrado a puñados.

Al fondo del túnel excavado que seguía a partir de la celda en la que se encontraba pudo ver la luz oscilante de una linterna. ¿Alexander? Tenía que ser Alexander...

Notas de juego

Turno 9

Estás sola.

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21/02/2019, 11:12
Director 5

El cigarrito le supo a gloria, teniendo como tenía los nervios a flor de piel. Hizo otra muesca en la roca, y siguió adelante, enfocando con la linterna a uno y otro lado. Pero ni rastro de la chiquilla, que no aparecía por mucho que la llamara.

De pronto se encontró en una caverna más amplia... y sin salida. Por lo menos a la vista. Un cul de sac, roca viva en las paredes, y en el centro... un lago. Sí, un lago como el que habían comentado de la fantasmal foto de Andrew. El lago subterráneo de la imagen. El del posible Ritual.

Se detuvo en seco, sin aliento.

Detrás suyo, al fondo, en la penumbra del túnel que acababa de dejar atrás, vio moverse el haz de una linterna de un lado a otro. ¿Alguno de sus compañeros...?

Notas de juego

Turno 9

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21/02/2019, 11:22
Director 5

Notas de juego

Bueno, equipo, el próximo turno es el último. Así que afilad las hachas, que esto se acaba.

Hagáis lo que hagáis y pase lo que pase, el sábado os haré un Epílogo para cerrar la historia con coherencia. Pero si queréis darme pistas para hacerlo, en vuestros dos últimos posts ponedme también pensamientos e intenciones, para que me quede clarito si no llegáis a tener ocasión de rolearlo. :)

 

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21/02/2019, 13:54
[5] Andrew Rogers

Por un momento, al ver como el encargado utilizaba sus mañas para forzar la trampilla, Andrew sintió que había alguna esperanza de abandonar el lugar. Si había algo que tenía claro es que no tenía ninguna intención de estar presente, ni siquiera cerca, cuando sucediera lo que temía que iba a suceder.

Sin embargo sus esperanzas fueron vanas. Estaba claro que la trampilla estaba cerrada. Y que lo que la cerraba era algo más allá de lo físico, de lo normal, de lo natural - La reputísima madre que lo recontramil parió - El insulto surgió de sus labios casi sin pensarlo, más por impotencia que por que sirviera de algo.

Tras respirar profundamente un momento trató de volver a sus cabales - Parece que salir, no salimos - comentó con un tono algo más calmado, pero que no por ello denotaba menos impotencia.

Por su cabeza rondaron las amenazas que había proferido apenas unos minutos atrás y se dio cuenta que, le gustase o no, eran la ultima oportunidad de evitar el desastre que se veía venir - ¡No, no completarán el ritual! - exclamó sin saber como sería capaz de impedirlo - ¡No se cómo, pero no lo harán! - se terminó de convencer a si mismo antes de girar su cuerpo y comenzar una carrera desesperada siguiendo a los dos "locos" que creían que podrían conseguirlo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso PIES LIGEROS (+2 al paso, 1d10 en vez de 1d6 para correr) para acercarme a los otros dos. Ya veré como los detengo... si puedo

Uf! justito, parece que casi me tropiezo cuando empiezo a correr, pero la tirada la paso igual, incluso sin el +2 que no se si correspondía usar.

La idea, es hacer un lanzamiento de pata de silla (aunque solo tenga un 1d4 a Lanzar) apuntando a algún sitio que crea que puede ser útil (quizás al vial de liquido rojo si la alcanzo a Joanne antes de que llegue a donde está Alexander, o a la cabeza de Alexander si lo veo intentando hacer algo raro, o a... en fin a donde parezca que pueda ser útil)

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21/02/2019, 17:43
Director 5

Notas de juego

Déjame la tirada de lanzar hecha, por si acaso.

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21/02/2019, 18:35
[5] Alexander Dupont

Sigo adelante mientras exhalo el humo del cigarro por la nariz, fumar me tranquiliza, máxime en una situación como esta en la que la realidad y lo extraño se mezclan como un cóctel barato de bar de carretera, sigo haciendo marcas para no perderme en caso de que no haya salida y tenga que volver atrás.

Al final llego a un lago dentro de roca viva, parecía que había encontrado el lugar donde se debería realizar el ritual pero ni rastro de la niña, y no se por qué pero me da que también este sitio es la guarida del monstruo, así que mi nivel de intranquilidad sube exponencialmente.

En un principio no parece haber salida, pero me niego a creer que no la haya, aunque sea sumergida tiene que haber una salida y la niña tiene que aparecer por algún lado ¿no? Entonces unas luces a mi espalda me indican que alguien se acerca, parecen luces de linterna ergo he de suponer que son mis compañeros.

Pero en estos momentos estoy un tanto paranoico, no se que se les pasará por la cabeza y si al final han sucumbido a hacer el ritual, aunque no parecía posible por sus reacciones. O quizás tan solo han venido a buscarme porque saben que sin mi no podrán salir. Tampoco parece que vengan huyendo de nada pues no parece que vengan corriendo ni pegando voces.

Les preparo una emboscada, no se que intenciones tienen y no quiero que me pillen a contra pelo, así que preparo el arma: clavo el cuchillo en la madera y golpeo el mango contra el suelo para que la hoja atraviese la pata y hacer un arma más efectiva y letal, quedando una especie de hoz o pico...

Para que sea lo que sea me encuentre dejo la linterna en el suelo encendida a unos metros de la entrada, luego, me dirijo a la entrada de la gruta y me pongo a un lado a cubierto tras una roca, esperando a que entre, quien sea que lo vaya hacer, con la nueva arma preparada para meter un golpe certero en caso de que sea necesario...

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21/02/2019, 20:48
[5] Andrew Rogers
- Tiradas (1)

Notas de juego

Va la tirada... y es un éxito!

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21/02/2019, 23:09
[5] Joanne Simmons

Comenzó a andar con mucho ímpetu, muy segura de sí misma y de lo quería, pero la oscuridad y el silencio pronto empezaron a hacer mella en Joanne. La luz de la linterna no llegaba a alumbrar aquellos pasillos subterráneos en su totalidad. Nunca había echado más en falta la luz eléctrica que en aquellos momentos en los que parecía que la roca se cernía sobre ella, en los que se imaginaba ciento y un lugares en donde se podía esconder algo peligroso. La luz de la linterna danzaba de un lado a otro, frenética, mientras avanzaba por el pasillo con paso tembloroso. Quería ver lo que había en todos los recovecos, en todas las sombras, adelante, atrás, arriba. Quería ser más rápida que cualquier cosa que se le acercara, quería ver venir a lo que fuera que se le acercase.

Había andado a oscuras hasta tropezarse con una celda y, ahora, había encontrado la segunda. Se detuvo un momento junto a la puerta, abierta al igual que la primera, revisando su interior con la luz de la linterna. Pero también estaba vacía, aunque no totalmente. Un montón de paja se pudría en una de las esquinas, una antigua cama que ahora sería nido de arañas y pulgas. Con un escalofrío, giró el haz de luz hacia la pared del corredor para corroborar que las señales que había visto desde que había bajado allí seguían estando. Y allí estaban de nuevo. No pudo evitar pensar en quien las había hecho ni por qué. ¿Qué sentido tenía arañar la pared en aquel sitio? Apoyó la espalda en los barrotes de la celda, alumbrando el camino por el que había venido y protegiéndose las espaldas a la misma vez, pero no encontró lo que quería.

Se han quedado arriba, no van a bajar... ¿Me estaré equivocando? ¿Conseguirán abrir la trampilla y me abandonarán aquí a mi suerte? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que alguien venga a por mí si me pierdo aquí abajo? ¿Y dónde diablos está Alexander? No ha pasado tanto tiempo desde que bajó aquí, no ha podido correr tanto... aunque conociéndolo un poco a saber lo que se le ha ocurrido hacer aquí abajo. Pero tiene que estar ahí delante, no me lo he cruzado desde que he bajado...

Apretó el libro contra su pecho, pero no encontró el ánimo y el consuelo que buscaba, aunque estaba convencida de que, mientras lo llevara con ella, no le pasaría nada. Como con el frasquito, agarrado fuerte en su mano. Eran su salvoconducto para que quien quiera que fuese el que los había amenazado, la dejara tranquila. Su respiración resonaba agitada y superficial en el silencio que la rodeaba, demasiado fuerte para su gusto, demasiado espeso. Se podía cortar con un cuchillo y la soledad allí abajo pesaba como una losa.

¿Por qué pensé que Alexander estaría junto a las escaleras y no se me pasó por la cabeza que iba a estar aquí abajo sola? Tranquila, tranquila, Joanne. Seguro que Andrew y Julio bajan, es imposible abrir la trampilla. Ese tipo, o lo que sea que fuera esa voz, nos ha encerrado aquí así que tienen que bajar tarde o temprano.

Pero no se escuchaban pasos, no se veía luz de linternas aproximándose por donde ella había venido. Solo oscuridad. Estaba tentada de echar a correr, pero el peligro de tropezar y perder la linterna se lo impedían. Además, haría mucho ruido y si esa cosa andaba por ahí suelta ya, podría escucharla antes de que se le acercara demasiado. Cogiendo aire y armándose de valor de nuevo, retomó su camino en la oscuridad hasta topar con la siguiente celda.

Ella no se consideraba una persona impresionable pero, ver a aquel esqueleto allí sentado, casi dulcemente dormido, se le antojó una visión terrorífica. Algo tintineó en su mente, recordando la actividad de la empresa y ofreciéndole la posibilidad de pensar que lo que estaba viendo era un muñeco, un esqueleto de cartón piedra muy bien conseguido. Pero le importó bien poco aquella posibilidad. Estaba demasiado asustada como para retomar la idea de que aquello era una inocente actividad de hermanamiento empresarial.

Al moverse, notó algo bajo su pie, algo de textura diferente a lo que venía pisando desde que había entrado allí. Extrañada, observó aquel reguero blanco que parecía sal y, de repente, se iluminó. Fue algo leve, un suspiro casi, pero hizo que levantara la mirada y devolviese su atención al túnel. Había luz allí adelante.

Alexander, ¡al fin!

Dio un paso hacia la luz y se detuvo.

La calavera, necesitamos esa calavera. Pero yo no puedo... yo no... yo no toco a ese. Me faltan manos y puedo tirar el frasco y romperlo... Alexander puede venir y cogerla. Espero que todos se den cuentan de que hay que hacer lo que nos dijo para que nos deje marchar. Esa voz nos lo dijo bien claro. Nos dejará ir y, encima, nos dará lo que pidamos pensó, mientras una idea se formaba en su cabeza Y ya se lo que pedirle...

Miró un instante al esqueleto antes de retomar su camino hacia la luz. Estuvo tentada de llamar a Alexander en voz alta para no tener que ir en su busca y volver de nuevo allí a recoger la calavera. Pero romper el silencio se le hacía muy duro, casi impensable, así que, en silencio y casi de puntillas, caminó apresurada hacia la luz sin llamar en voz alta a su compañero.

- Tiradas (3)
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22/02/2019, 08:14
[5] Julio Cruz

A lo largo de su vida, Julio había visto a más de uno perder los papeles en momentos de estrés.

Un alto cargo de la empresa había comenzado a insultar al señor Hayes una semana que habían tenido que trabajar muchas horas extras por un cúmulo de pedidos y aún recordaba a aquel muchacho de Cuenca que había saltado contra el cabo en su primer día de maniobras.

Ninguno de ellos había acabado demasiado bien, la verdad.

Así que cuando al muchacho se le saltó la tecla y anunció sus intenciones, Julio solo pudo dejar escapar un suspiro y seguir tras él, esperando que no se liara la de San Quintín en aquel sótano.

El viejo bedel no quería saber de rituales y satanismos de esos que parecían estar volviendo majaras a sus tres acompañantes, fuesen ciertos o simplemente una broma dentro de aquel jueguecito al que les había traído el joven Nicolás. Pero tampoco quería tener  que explicar a la policía por qué sus compañeros habían terminado peleándose entre ellos.

Él solo quería irse a casa, sentarse en el sofá con Carmiña y ver un poco la tele con una cerveza en la mano.

¡Muchacho, espera! - instó a Andrews mientras echaba a correr detrás de él, esperando alcancerle antes de que aquello acabara como Puerto Urraco.

- Tiradas (1)
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22/02/2019, 09:58
Director 5

El sonido de los pasos de Andrew corriendo hacia las escaleras que bajaban a las profundidades resonó no sólo en el Templo, también en el inicio de las cavernas y túneles que había debajo.

Julio trató de seguirlo a su ritmo, pero era imposible, el muchacho corrió como un poseso, intentando alcanzar a Joanne y a Alexander e impedirles realizar el Ritual. El bedel, acelerando tanto como su cuerpo le permitía llegó a las escalera resoplando, pero el becario ya había desaparecido de su vista.

Lo que ambos se encontraron al entrar fueron túneles y celdas excavados en la roca. Había muescas en las paredes, hechas a cuchillo, a propósito para rehacer los pasos si el que las había hecho se perdía. No, no había posibilidad de perderse, incluso aunque sólo se tuviera una triste linterna para alumbrarse.

No había encrucijadas, sólo túneles que morían en celdas, o seguían adelante. Una celda con barrotes, a modo de calabozo, otra con un jergón de paja mohosa, sin nadie dentro. Y tampoco rastro de sus compañeros.

Julio se encontró con Andrew cuando éste se detuvo en una celda más adelante, una celda con un tétrico esqueleto dentro, y un montón de túnicas sacerdotales en el suelo. 

Y entonces, más adelante, vieron el haz de una linterna moverse de un lado a otro. Hasta que se detuvo unos instantes.

Era Joanne, quien, a su vez, llegaba sigilosamente a un punto en el que otro haz de luz iluminaba una caverna desde el suelo de piedra. Era otra linterna, caída, y nadie a la vista. 

Pero lo que la linterna iluminaba lo reconoció claramente la mujer: era el lago subterráneo de la foto de Andrew.

Entonces, como si se tratara de una orquestada coreografía, entre el esperpento y el terror, todo se precipitó:

Joanne iba a entrar silenciosamente en la cueva cuando el brillo metálico de un cuchillo atravesado en una especie de pica se levantó a su vera, amenazador. Andrew, que venía ahora corriendo de nuevo, apuntó la pata de su silla, la lanzó, y le dio con certeza a la hoja de acero, que cayó con estruendo sobre la roca... dejando expuesto a Alexander, que había empuñado su pata de silla con el cuchillo en ella, dispuesto a usarla contra según quien entrara.

Julio no pudo menos que jadear cuando vio lo ocurrido, entre la sorpresa y el cansancio.

Y fue en ese momento, los cuatro frente al lago, cuando apareció la niña de la nada, en el fondo de la caverna.

Sonrió dulcemente, como otras veces. Y su vocecita infantil sonó como cristal roto mientras canturreaba de modo muy adulto vuestras alternativas.

-¡Habeis llegado! Gracias, gracias. Ahora, decidid, pero sea lo que sea, mi tarea está cumplida. Podéis abrir el Portal para mi Señor... o podéis dar de comer a mi mascota. En ambos casos, me haréis feliz. Tenéis diez minutos antes de que lo suelte. Aprovechadlos... ¡Adiós!

Se desvaneció, tal como había aparecido. Pero donde había estado se mostró poco a poco otra cosa, una forma... que crecía. Una forma bulbosa, horripilante. Que Alexander había visto puerilmente dibujada en el papel que llevaba en el bolsillo. Andrew sabía lo que era: Un terrorífico Shoggoth...

Notas de juego

Turno 10, último.

Estáis juntos finalmente. De lo que hagáis escribiré un Epílogo mañana, a modo ya de cierre de la partida.

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22/02/2019, 12:37
[5] Andrew Rogers

Andrew no tuvo tiempo de regodearse de su magnífico "lanzamiento de pata de silla" cuando hablo la niña y dejo a sus espaldas la horripilante criatura - ¡No! Se supone que los Shoggoth no existen - atinó a decir demostrando que había identificado a la masa de carne, ojos y tentáculos de alguna manera - Son sólo delirios de algunos locos, No puede existir - añadió, antes de ser consciente que la realidad estaba demostrando que no se trataba de ningún delirio y que, aunque no quisiera aceptarlo, eso podía existir.

- Salgamos de acá, esa cosa es casi inmortal - le explicó a sus compañeros antes de dar un paso atrás - Y sepan que si abren el portal lo que salga será aún peor que eso. Y encima más inteligente - añadió antes de darse cuenta que engañar a la criatura quizás fuera la única opción que tenían de sobrevivir. -

- Hagan lo que quieran. Yo me voy de aquí - definió finalmente - Quizás podamos engañarlo. Si conseguimos que no nos siga, que crea que nos fuimos hacia un lado cuando realmente fuimos hacia otro, con suerte, podremos escapar. Alejémonos y si nos animamos a volver en la oscuridad, quizás, podamos lanzar las linternas en otra dirección para que siga las luces - propuso - Solo debemos llegar hasta el pasillo de las celdas, lanzar las linternas en una dirección e ir hacia la salida. Es lo único que se me ocurre -

Notas de juego

Pues eso. Andrew (solo o acompañado) intenta avanzar hasta el pasillo al que llegamos desde las escaleras, lanzar su/s linterna/s en una dirección y tratar de subir (a oscuras) la escalera hacia el sótano, cruzando los dedos porque el bicho siga la luz y no a la gente.

Con suerte, cuando se haga de día podemos abrir la trampilla y salir del sótano.

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22/02/2019, 18:18
[5] Alexander Dupont

-Ouch.- Me quejo cuando la pata de la silla de Andrew golpea mi arma improvisada y esta cae al suelo con estruendo. Parece que Peter Parker malinterpreta mi acción cuando veo aparecer a Joanne, ya que no la iba a golpear a menos que fuera necesario, pero entiendo la paranoia de éste, ambos no sabíamos las intenciones del otro, recojo el arma de nuevo pero no la alzo ni la muevo de forma amenazante, simplemente la tengo a mano.

Y los posibles reproches hacia mi quedan opacados cuando nos juntamos todos y aparece la niña, que por fin rompe su silencio y esquivas para hablar claramente. -Mierda...- Sale de mis labios, era una posibilidad, una alta posibilidad que se me cruzó por la mente pero decidí ignorarla en pos de hacer una buena obra para con la niña...

Peter Parker parece que conoce a la criatura que se forma tras desaparecer la niña con su ultimátum, es como en el dibujo que saco y tiro al suelo, me pongo de espaldas al monstruo y miro a mis compañeros. -Si vamos hacer el ritual hay que ir a por las cosas.- Les digo guiñándoles el ojo a modo de que estoy mintiendo, no es bueno que salgamos corriendo a lo Forrest Gump ya que esa cosa nos va a pillar si o si en caso de salir despavoridos.

-Andrew tú que pilotas coge el libro, yo iré a por la calavera a la celda, Joanne ve a por la botella roja, y tú Julio, ven conmigo para darte la calavera, yo ya tengo el cuchillo.- Les insto a que salgan de la caverna del lago mientras sigo guiñando el ojo y poniendo caras de que me hagan caso, tenía un plan, no es que fuera el mejor plan del mundo pero creía que podría funcionar.

-Vamos, fuera de aquí y a por las cosas...- Sentencio y presumo que lo harán ya que no quieren estar aquí con esa cosa asquerosa. Una vez fuera de la caverna, en los pasillos me dirijo donde las celdas y allí les hablo si es que el monstruo no nos sigue, en teoría nos ha dado 10 minutos.

-Vale, Andrew, ¿la sal funcionará para pararlo? he visto una celda, donde esta el esqueleto que ha muerto por inanición no por causas violentas, tenía sal en la entrada de la celda. Así que en éste pasillo la verteré a modo de barrera, no es un plan de la ostia, pero es lo mejor que tenemos....- Le digo vaciando mis bolsillos llenos de sal y a modo de loncha de coca lo esparzo formando una linea que recorra todo lo ancho del pasillo formando una barrera de sal estando todos nosotros a un lado.

Una vez termino de hacer eso me alzo y les miro. -Correr insensatos...- Cito a Gandalf mientras echo a correr hacia la salida de esta pesadilla de casa. -Julio, cierra todas las puertas con llave que hemos abierto por si la sal no funciona.- Le pido pues deduzco o que se ha guardado la llave o esta en la puerta y él será el último entre nosotros, no creo que corra más que el resto.

-Si conseguimos salir de ésta hay que reducir esta casa a cenizas...- Añado a modo de consejo, pero como he mentado, si salimos de ésta, que tal y como esta el patio, parece bastante jodido...