Partida Rol por web

- Akito Maeda.

Le agarro de un solo brazo y le llevo de vuelta a la biblioteca a rastras.

- Vamos, tenemos que hablar.

Youta hace un gesto rápido y se suelta de Akito, pero no hace ademán de escapar, y le acompaña silencioso de nuevo a la biblioteca.

Cuando van a entrar en la sala de estudio, se encuentran de frente con la bibliotecaria, que justo sale de la sala de estudio.

Cuando Saki sale de la sala de estudio, se encuentra de frente con los chicos que se habían marchado corriendo, volviendo juntos y tranquilos.

Saki saluda a los chicos formalmente con la cabeza. Parece algo nerviosa. Le devuelvan o no el saludo, una vez que hayan entrado en la sala de estudio ella vuelve a su escritorio a paso acelerado. 

Cuando Saki vuelve a sentarse detrás del escritorio retira la placa y mira la figura del perro para despejar su cabeza. Se siente algo ridícula por intervenir en una disputa que parece haber acabado tan amigablemente, la próxima vez se aseguraría de que de verdad pasara algo antes de moverse de ahí. Por tal de calmarse un poco decide volver a intentar hacer el perro de Origami, antes de volver a su lectura. 

Le hago un ligero gesto de cabeza a la bibliotecaria, que no sé si ve. Y entro de nuevo en la sala de estudio. Empujando delante de mi a Watanabe.

- ¡Oi! Le alcancé, y ahora nos va a explicar muchas cosas.

Me acerco a Kyoya y le pregunto en voz baja.

- ¿Qué ha pasado mientras no estaba?

Kyoya hace un gesto negativo con la cabeza.

- Lleva leyendo desde que te fuiste.

Señala a Lylia. Ella está leyendo un libro sobre el tarot, y parece bastante concentrada.

- Saki, no pienses más de la cuenta. Te pones muy fea cuando le das muchas vueltas a las cosas.

La voz viene de... de dónde viene? Además, es una voz grave y algo forzada, hasta el punto de ser cómica.

Pero no hay nadie. Está Saki sola, con la figura de origami que hizo antes. Será que...

- ¡Bu!

Hana aparece detrás del mostrador, levantándose de golpe y haciendo que Saki pegara un salto en su silla.

- Jejeje, ¡no me has visto venir! - dice Hana, con la voz grave y cómica que habló antes. Aún así, controla su volumen. No es la primera vez que va a visitar a Saki a la biblioteca. - ¿Te he asustado mucho?

- ¡Hana! - Dice Saki, primero sorprendida y después con una gran sonrisa. Después controla el volumen de voz. - Hacía tiempo que no te veía. 

Entonces se levanta de la silla y la abraza. La cabeza de Saki en ese punto se olvida de todo en lo que había estado pensando y se centra en tener a su amiga delante. Le echa una ojeada comprobando que sigue siendo la misma chica de siempre. 

- ¿Como es que te has pasado por aquí? - Saki, que se da cuenta de que sigue teniendo un perro de Origami a medias, lo deja encima del escritorio. - No me avisaste de que vendrías. 

Saki le ofrece una silla plegable que guarda debajo del escritorio a Hana y se sienta en la suya. 

- ¿A vosotros también o-os persigue un Arcano? - dice Youta con voz débil, más allá de simplemente controlando su voz - E-es peligroso estar conmigo. Siempre viene cu-cuando estoy hablando con alguien.

Parece extremadamente nervioso por alguna razón.

Hana está con una sonrisa de oreja a oreja con las manos en la espalda. Cuando Saki saca la silla plegable, Hana se gira con delicadeza y se deja caer de culo sin perder la sonrisa.

- Tenía un rato libre y decidí venir a verte, que hacía mucho que no nos veíamos. - Hana mira a la figura que Saki hizo hace unos minutos y dice - Anda, ¿sigues haciendo origami? ¡Qué gato más mono! Dime, dime. ¿Qué tal la universidad? ¿Hay chicos guapos por allí? Jijiji.

Hana hace una sonrisa sugerente y levanta las cejas acompasadamente. Esa expresión de Hana es muy divertida, y hasta ella misma no aguanta y hace una pequeña risita. Hana extiende un brazo y acaricia amistosamente la cabeza a Saki.

- ¡Que tenía muchas ganas de verte Saki!

Saki no sabe que pensar sobre que Hana diga que su perro es un gato, pero no le presta demasiada atención al comentario. 

- Nada en particular. - Dice Saki, intentando desviar el tema. - ¿Y tú que? - Dice en tono de broma. - ¿En que gastas tu tiempo ahora? 

Saki es consciente de que Hana había estado buscando trabajo, pero sin mucho existo. La mayoría de trabajos en los que había estado la echaban a las pocas semanas. Dentro de la broma de Saki existía un cierta preocupación... Pero Saki no era directa para evitar que Hana se pudiera entristecer. Al fin y al cabo era la pura imagen de la felicidad.  

- Hehe... no te lo vas a creer - dice Hana emocionada, sonriendo de tal forma que se le ve cada uno de sus dientes -. Fui a realizar un casting para ser seiyu de un nuevo anime que saldrá pronto. ¡Y me eligieron! Dijeron que encajaba perfectamente en el papel. Aunque mi personaje solo aparecerá en los primeros capítulos. ¿No es genial?

Saki puede imaginar qué clase de personaje será si Hana encaja perfectamente con él, pero no puede evitar alegrarse por su amiga.

- Si quieres podré llevarte algún día a una de las grabaciones~

- ¿En serio? - Dice Saki ilusionada. - ¡Enhorabuena! - Entonces mira alrededor, sabiendo que había elevado demasiado el tono de voz. 

No era muy aficionada al mundo del anime pero tenía la impresión de que Hana era perfecta para hacer esas cosas. Estaba acostumbrada a hablar, y parecía que le gustaba imitar. Aunque realmente Saki veía posible que incluso llegará a ser actriz. Las chicas como ella el futuro lo tenían garantizado. 

- Ahí estaré. - Dice Saki después de su propuesta. - Espero que no me decepciones. 

- Hola! Por favor siéntate, tranquilo.- Digo con la voz más dulce que puedo para que se siente en una de las sillas. Si hace falta me levanto yo y hago que se siente. 

- Nosotros también estamos siendo atacados por arcanos. ¿Podemos ayudarnos? - 

-  Yo me llamo Lilya Repin ¿Cómo te llamas tu? - Añado poco después de que me diga su nombre y fijando mi mirada en él. - A raíz de tu nota he estado buscando información en un libro sobre el tarot y me preguntaba si el hermitaño invertido crees que tendría alguna relación contigo. - Le muestro la pagina del hermitaño invertido. 

- ¡Oh! Eso suena interesante. ¿Has logrado averiguar algo sobre tu propio arcano? - le doy una toque en el hombro a Watanabe y me siento a su lado - ¿qué? ¿crees que tiene razón? - y le sonrío tratando de ser agradable. 

El resultado es una especie de mueca de macarra chungo que no ayuda demasiado a calmarle. Oigo la risa de Kyoya de fondo.

- Creo... jujjaja... Solo creo, que deberías dejar a Lylia hablar ahora... JUAJAJJAJA

- Tsk. - Me levanto y me apoyo en la pared con cara de pocos amigos - ¡Lo siento! No se me da bien tratar con la gente- Trato de tapar un ligero sonrojo con la mano y mirando hacia otro lado. - Perdona por la interrupción Lylia...

- Youta. Youta Watanabe - se sienta a regañadientes y cierra los ojos fuertemente antes de abrirlos de nuevo -. Estamos todos en peligro.

Después de la escenita con Akito parece aún más nervioso y le cuesta más hablar.

Pero de repente levanta la cabeza y comienza a mirar a izquierda y derecha.

- No... ya viene. ¡Veáis lo que veáis, volved a vuestra casa ya, por favor! - esta vez habla bastante más alto, hasta el punto de que la bibliotecaria podría haberle oído.

En ese momento, las luces de la biblioteca parpadean y todos os ponéis en tensión.

Las luces vuelven a apagarse, pero esta vez no se encienden de nuevo.

Se hace el silencio.

Completo silencio.

TODO NEGRO

Cuando la luz se va, ves todo absolutamente negro.

Todo, excepto a ti mismo. Te ves como si estuvieras iluminado desde todas partes a la vez, pero en cambio no ves ninguna luz. No oyes a nadie, ni nada.

Cuando la luz se va, ves todo absolutamente negro.

Todo, excepto a ti mismo. Te ves como si estuvieras iluminada desde todas partes a la vez, pero en cambio no ves ninguna luz. No oyes a nadie, ni nada.