Partida Rol por web

- Bueno, Saki. Si te fijas, Lylia lleva mucho tiempo viniendo a la biblioteca y quedándose hasta tarde.

Era un hecho. Hacía bastante tiempo de ello. Desde que Saki recuerda de su estancia en la biblioteca.

- Si ha sido siempre por lo mismo, seguramente no estemos ante poca cosa. Mantener a alguien alejado de su propia casa día sí y día también durante tanto tiempo...

Tsukihime deja las palabras en el aire. Era difícil no pensar en ello como algo peligroso para Lylia, pero a excepción de no querer volver a casa, tampoco habían pruebas muy convincentes. Lylia nunca había llegado con moratones, por ejemplo, cosa que sería lógica en un caso de maltrato físico.

¿Maltrato psicológico, quizás? No... Si llevara tanto tiempo siendo "maltratada" se notaría en su carácter. Lylia podía ser una chica muy fuerte, pero el suyo tenía que ser otra clase de problema. 

Entonces una chispa se encendió en la cabeza de Saki. 

"Su carta... Su carta era la sacerdotisa." 

Saki sacó su teléfono e hizo una búsqueda rápida por internet...

[1] LA SACERDOTISA es sinónimo de virginidad o pureza (La Virgen María, la diosa Isis). En este caso, la virginidad es el símbolo de la pureza de pensamientos, sentimientos, deseos, miradas, palabras y gestos.

Algo comenzó a encajar en la cabeza de Saki. 

Siempre hay un punto en el que se llega a intereses contradictorios con tus padres... Quizás ahí estaba la clave del problema de Lylia. 

"Es solo una idea pero... ¿Y si en el fondo Lylia se encuentra... Perdida en el mundo? Es decir, como un ser ¿Puro? que desconoce la verdad sobre la sociedad... Ella quizás solo quiera investigar por si misma las cosas mientras que su madre actua sobre ella de una forma sobreprotecora o controladora..."

Si eso fuera así, eso explicaría porque Lylia odia a su madre, a nadie le gustaría estar bajo el mando de otra persona. En la cabeza de Saki, su idea no era una locura, y no le extrañaba pensar que encajaba con el carácter de Lylia. Además, el hecho de que este perdida o desorientada dentro de la sociedad explicaría porque su arcano se representaba a si mismo como una niebla.  

Como si la situación fuera perfectamente normal. Sin dejar de caminar digo a la niebla. - Hola. 

Aún el miedo que sentí cuando descubrí la niebla en el camino me recorre el cuerpo cuando pienso en ello. "Su propósito es ayudarme... " me repito a mi misma mentalmente. 

- Hola, Lylia.

Simplemente, la niebla dice eso, y siguen caminando.

Después de un minuto más o menos caminando a su lado, la niebla vuelve a hablar.

- ¿No encuentras el ambiente algo cargado?

Realmente, no había nada que Lylia pudiera ver. Pero de alguna forma sentía que la niebla tenía razón. Algo le estaba comenzando a dar escalofríos, pero en toda la calle estaban solas.

Tsukihime se encoge de hombros.

- Es una posibilidad. Pero creo que si le preguntaras te lo diría directamente. Sé que este es tu estilo... pero soy de la opinión de que podemos ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza.

Ciertamente, Lylia no daba largas en ningún momento y respondía sin pensar a lo que le preguntaran, fuera cosa de su carácter o fuera por algo externo. Pero parecía obvio que podía obtener una respuesta de ella.

- Pero sé lo que dirás. - Tsukihime hace una mala imitación de Saki - "No quiero meterme en su vida personal. Si ella quisiera me lo diría, blablablá."

Era irónico que Tsukihime quisiera imitar la voz de Saki cuando eran la misma persona, y esa imitación quedó más en espectáculo que en otra cosa.

Dejo de caminar un momento para intentar descubrir dónde está es el origen de esta sensación. 

- ¿Qué está pasando? - Digo mientras tengo escalofríos por todo el cuerpo. 

- No lo sé. Mejor que aceleremos.

Ciertamente, los Arcanos no parecían ser seres onmipotentes o sabelotodo. Cierto que decían cosas que sus dueños jamás hubieran dicho por si solos, pero si realmente eran solo parte de ellos, la niebla no sabría mucho más que Lylia.

Tras la recomendación de la niebla, aceleraron un poco el paso, y unos segundos más tarde, empezaron a correr. Algo iba realmente mal.

En un momento en que a Lylia le dió un escalofrío especialmente molesto, giró la cabeza.

https://www.youtube.com/watch?v=09ENkQYyQ3Q

Una figura le perseguía. Les perseguía. Parecía humana, pero era completamente negra, como si fuera una sombra.

NEGRO ABSOLUTO 

No había ojos.

No había boca.

Incluso el pelo, largo, parecía compuesto de carbón, pero con una textura ligera, que ondeaba al viento mientras corría a una velocidad incomparable.

Pero si la sola visión de esta figura ponía los pelos de punta a Lylia, lo que había encima de la sombra era suficiente para que se desmayara.

Un ser monstruoso, enorme (de unos 3 metros de altura), salía desde la espalda de esa figura.

Tenía una armadura de placas parecida a la de los samuráis, y sostenía una katana con cada mano. Al igual que la sombra, era completamente negro, pero además este ser era translúcido.

http://fc01.deviantart.net/fs38/f/2008/326/5/f/KNI...

Tenía las katanas cruzadas, pero miraba fíjamente a Lylia, yendo a una velocidad igual a la de la sombra. De esa criatura sí se distinguían los detalles de la cara, al contrario que los de la sombra, pero eso no ayudaba a los nervios de Lylia. Al contrario, la ponía más nerviosa. No tenía cara de querer abrazar a Lylia exactamente.

Lylia y la niebla iban lo más deprisa que podían, pero no parecía ser suficiente. La sombra corría como un atleta profesional, y tomaba las curvas de tal forma que no perdía un instante. En cuestión de unos segundos las alcanzaría...

[Últimas palabras]

- Oh. Dios. Mio.  -

A Saki le irrita la respuesta de Tsukihime, pero ahora no era el momento de comenzar una discusión. Sabía que podía decirle a Lylia que le dijera la verdad, pero Lylia no era solo un objeto que respondiera a sus preguntas... Seguro que tenía sentimientos aunque no los exteriorizara. Que alguien le preguntase de forma directa sobre su vida personal estaba claro que iba a provocar alguna reacción, aunque solo fuese interna. 

Tras esto, Saki se mantiene en silencio, caminando. No sabe por donde continuar la conversación (Y al fin y al cabo tampoco tenía sentido obligarse a continuarla, estaba hablando sola).