Partida Rol por web

Cuando desaparece de mi vista, vuelvo a sentarme. Me quedo un momento pensando sobre el alboroto pero prefiero seguir leyendo lo que estaba leyendo. 

Después de un buen rato buscando en las descripciones de los arcanos algo que me llame la atención. Pero como me esperaba no encuentro un arcano único con el que me sienta completamente identificada. Frustrada me pongo a estudiar. 

El tiempo pasa lento para Lylia. Estudia, pero no resulta especialmente productivo. Algo la inquieta. Siente de alguna forma a su Arcano en la sala. No había niebla, ni humo. Pero estaba ella misma y eso bastaba.

Pero de alguna manera... sabía que estaba ahí. Vigilándola, o velando por ella. Una de las dos. Pero su presencia era notoria en su interior.

Llegada a un punto, Lylia no estaba segura de estar aprovechando el tiempo en la biblioteca, pues no se enteraba de nada de lo que ponía en el libro. Llevaba casi 15 minutos en la misma página.

Los pensamientos de Saki terminan en silencio. Tsukihime no dice nada al respecto, pero Saki sabe que está pensando también en ello.

Gorou pasa mucho tiempo lejos de Saki. Ella no le ve. Pasan 5, 10, 15 minutos sin que Gorou vuelva con el libro. 30 minutos. Pero no iba a perder en la biblioteca, ¿no?

Finalmente, tras tres cuartos de hora, Gorou vuelve a aparecer, pero con dos libros. Uno de ellos, se titula el método COCOMO. El otro, es una novela ligera que no esperabas encontrar en esa sección, titulada Spice and Wolf. ¿De dónde la sacaría?

- Me llevaré estos dos si no hay problema con ello, chica. A veces también se puede aprender mucho de una buena historia.

Por lo que viste una vez por Internet, ese libro habla de un mercader el cual acaba siendo el compañero de viaje de una diosa loba de forma humanoide, que ha vivido muchas experiencias y enseña sobre ellas al mercader a lo largo de los viajes.

Tsukihime gira la cabeza a Saki, y mentalmente le dice:

- ¿Está de broma? Vamos, esto es demasiada casualidad...

Realmente era una curiosa... ¿coincidencia? Ese hombre había visto a Tsukihime, pero no había parecido impresionarse por su aspecto.

Saki se resiste en pensar en la coincidencia y se limita a continuar con su trabajo. 

- Esta bien, en un momento registro el préstamo y te los podrás llevar... - Mientras teclea sigue hablando. - Recuerda que tienes un plazo de un mes para devolverlos, en caso de que dentro de un mes sigas interesado de tenerlos tendrás que volver o llamar para que se se amplíe el plazo de devolución. 

Tras introducir los datos, una máquina imprime directamente un recibo donde consta el préstamo, la fecha del mismo y la fecha máxima de devolución. Saki le extiende el recibo a Gorou. 

"Este hombre es tan sutil como una apisonadora... Dejemoslo en una simple coincidencia." 

- Gracias chica, aquí los tendrás antes de cumplir el plazo.

Gorou se guarda los libros en bolsillos interiores de la chaqueta. ¿Cuán grandes eran esos bolsillos?

Tras la transacción, Gorou se despide y se marcha por la puerta, pisando tan fuerte como cuando entró, y con ánimos renovados.

Había sido una extraña visita, pero de nuevo había silencio, y Saki podía leer tranquila.

[me quedo en la sala]

Dejo el libro y lo aparto. Aprovechando que la sala de estudio está insonorizada digo. - ¿Podemos hablar? ... Por favor. 

De alguna parte, aunque probablemente de ninguna, aparece la niebla.

Ha respondido a la primera petición de Lylia de aparecer sin demora, y ahora está sentada en la silla al lado de Lylia, con su forma humanoide.

- Podemos hablar, si así lo deseas.

Su voz es calmada y... bueno, sorprendente por el simple hecho de tener voz. Suena casi como un susurro. Si en la sala hiciera aire, podría decir que es la típica voz que trae el viento. Pues es eso, pero sin viento. Aún así, es totalmente perceptible por Lylia, y ni tiene que forzar su oído para entender lo que dice.

El rostro del Arcano transmitía seguridad y calma. No parecía dispuesta a causar ningún mal ni ningún alboroto.

Cuando aparece intento mantener la calma lo mejor que puedo y con una voz calmada respondo. 

- ¿Puedo preguntarte algo? 

- Por supuesto. No he venido aquí para hacer caso omiso a tus preguntas.

Termina de hablar, y cuando Lylia se prepara para formular la pregunta, la niebla habla de nuevo:

- Pero antes, asegúrate de que no sabes tú misma la respuesta.

Con su última frase me paro un momento como si estuviera comprobando si no lo sé ya y digo. 

- ¿Cual es tu razón de ser? Lo digo mientras pienso que su única razón de ser no puede ser simplemente ayudarme a mi. 

- ¿Por qué preguntas, si ya lo sabes?

La voz de la niebla era igual que antes: un susurro.

Ese susurro confirmaba la sospecha de Lylia de que, al menos según el Arcano, estaba ahí para ayudarla. Por si fuera poco, podía saber lo que pensaba, o eso hacía ver.

- Pero puesto que has tomado la iniciativa de preguntarme directamente, te diré que tú eres mi razón de ser.

- Entiendo. - Pienso un momento en lo que ha pasado durante la semana.

- Voy a ser directa. ¿Qué debo hacer? Yo estoy completamente perdida, primero pensé que me querías matar pero ahora pienso que me quieres ayudar con... ¿mi madre? - Digo esto final sin convencimiento. Quiero ser libre, vivir mi vida pero a la vez no quiero <<Deshonrar>> a mi madre. 

Puedes ver como la niebla... sonríe. Sonríe de forma maternal, cálida. Y asiente.

- Quiero ayudarte. Me duele verte sufrir cada vez que estás con ella. Pero de ti depende la forma en que interpretes mi ayuda y cuanto la aproveches.

- Pero.. ¿Qué debo hacer? - Me quedo mirando la mesa mientras digo en voz casi susurrando. - No tengo ni idea de qué hacer. 

- Lylia, llevas toda tu vida haciendo exactamente lo mismo. ¿Por qué quieres hacer ahora algo diferente?

- Quiero ser libre. - Sentencio. 

- Quiero ser feliz y tener mi propia vida... Cuando era pequeña llegué a admirar a mi madre y a creerla pero ahora tengo miedo de acabar como ella... -

La niebla sonríe de forma cálida, de nuevo. Parece que está satisfecha con la respuesta.

- Y el hecho de haberla tenido como madre impedirá que te conviertas en alguien igual. Lylia, ya sabes lo que tienes que hacer. Tienes que enfrentarte a tu madre. Pero aún no estás preparada para ello. Sabes como es tu madre. Esto ya no es solo una cuestión moral.

En la mano de la niebla aparece, sin previo aviso, una carta. Alarga el brazo humoso y le tiende la carta a Lylia. En ella se ve La Sacerdotisa. Irónica después de ser la misma Lylia la que propusiera separarse de Mei.

- Creo que mereces tener esta carta. Pero no te puedo decir como funciona. Es algo que deberás descubrir tú misma.

La niebla desaparece, como si el viento se llevara el humo, y la carta cae justo encima del libro con información del tarot.

Dejo todo y me quedo un momento pensando en la conversación. Dentro de la sala de cristal me siento un poco atrapada por lo que guardo todos mi utensilios en la mochila y voy a sentarme en alguna de las butacas para leer de la biblioteca. 

Lylia sale de la sala de estudio con sus cosas, pero en vez de dirigirse a Saki o a la salida, va a una de las butacas que están repartidas por la biblioteca, cómodas y amplias, y se sienta.