Partida Rol por web

Pasaron 20 minutos hasta que ocurrió el aviso. No fue una sorpresa, todos sabían lo que haba pasado. En algún momento ocurriría algo, algo que lo hiciese... oficial. El ambiente enrarecido podía cortarse un cuchillo. Ya fuera por el morbo, el temor, la curiosidad, la resaca o el duelo, o una mezcla de varios de estos factores, el tiempo se sentía espeso. Como si en vez de fluir a través de los segundos y minutos arrastrados hacia el futuro, los jóvenes tuviesen que abrirse paso a través de una sustancia gelatinosa, sudando por cada instante que avanzaban.

Había muchas ausencias hoy. Minerva fue ágil y se salto su nombre al pasar lista. No tan avispada fue su colega de la otra clase que se mordió el labio tras pronunciar el de su hermano, haciendo que varios ojos se posaran sobre el pupitre de Karter, igualmente vacío. Un agujero negro que atraía la atención de todos los presentes como hacia el de ella en la otra clase.

Finalmente tuvo lugar el chasquido estático que sonó, gracias a la magia de la electrónica, en todo el instituto.

Su atención, por favor. Habla la directora Möller

Me entristece tener que decirles que ayer en la noche encontraron muerta a su compañera Kelly Langford...

Es un momento terrible para todos nosotros. Para todos los que la conocíamos. Para sus amigos y su familia...

Es muy importante que todos intentemos ayudarnos en estos momentos difíciles...

La policía me pidió que les dijera que si tienen cualquier información sobre las actividades de Kelly ayer, después de la escuela o en la noche, por favor, notifíquenla.

Dos agentes tomaran declaración a todo aquel que tenga algo que aportar en el aula de música. El psicólogo de la escuela está a su disposición en su despacho.

Suspendo las clases de hoy, aunque no pueden abandonar el instituto hasta que los agentes decidan que se han entrevistado con quien consideren oportuno.

Pero, antes de que se levanten de sus pupitres, quisiera pedirles que me acompañen en un minuto de silencio por Kelly... en su memoria.

AULA DE HISTORIA

La profesora miró a los alumnos con expresión cansada y solemne. Cuando no había nada más que añadir, no lo había. Miró el reloj de la pared hasta que el minuto de silencio pasó y cerro el libro que tenía sobre su escritorio. En menos de un minuto había recogido todos sus bártulos y se dirigía a primera hacia la puerta.

-No es necesario recordares las normas de educación, respeto y seriedad que rigen hoy.- Dijo en un tono que deja explícitamente claro que, si alguien hacia algo de mal gusto aquel día, las consecuencias serian... "minervescas".  -Estaré en el sala de profesores.- Añadió con un tono más dulce y lazando una mirada a los estudiantes. -Si alguien necesita unas palabras alentadoras de un profesor  que le den sentido a la desgracia ocurrida,... no tengo de eso, pero tengo un chip para sacar gratis café de la maquina.

AULA DE HISTORIA

Antes de que nadie se levantase, Markus tomó la iniciativa -Gente, ¿creéis que deberíamos pensar en flores y esas cosas? ¿O en hacer algo? No sé, ¿escribir algo o recopilar fotos para hacer un mural?

AULA DE HISTORIA

El chico miró a todos con un amago de curiosidad o incluso preocupación que florecieron en su fría indiferencia. -¿Qué dicho ha la director?- Abrió los ojos aún más al escuchar unos gritos de mujer desde otra aula.

AULA DE QUÍMICA

En el aula que había al otro lado del tabique, el profesor de química terminó el minuto de silencio con solemnidad, aunque no parecía ni la mitad de afectado que los demás. Tampoco daba saltos de alegría, evidentemente. Simplemente era un hombre acostumbrado a que el mundo fuese un sitio horrible donde el dolor y la desgracia esperaban a la vuelta de cualquier esquina.

-Sin desmerecer el respeto expresado con el silencio, me gustaría añadir una oración. En momentos como este, los creyentes debemos ejercitar nuestra fe. El que quiera permanecer en el aula conmigo es bienvenido.

AULA DE QUÍMICA

La trabajadora del supermercado se levantó de la silla al oír la palabra "oración" de tal respingo que pareció que hubiesen dicho "vamos a matar al ultimo en salir del aula y esparcir sus tripas por el pasillo" Fue tan repentina, que la silla que había ocupado hasta ahora se volcó con un pequeño estruendo.  De hecho la palabra "oración" coincidió con un estallido de gritos que, al proceder el aula de arte, no alarmaron a nadie.

-Perdón.- Fue lo único que dijo antes de encaminarse a la puerta con la mochila a un hombro y el rostro tenso.

AULA DE ARTE

El minuto de silenció termino y la profesora de arte soltó un grito desgarrador. -¡Nada de silencio! ¡Sacadlo! ¡Sacad el dolor! Sacad el sentimiento!- La mujer dio un golpe a los libros que había sobre la mesa derribándolos al suelo de un barrido. -¿Por qué? ¿Por qué alguien joven? ¿Por que? ¿Que mierda es esta? Siento frustración y dolor y no puedo hacer nada por la pobre chica. Y tengo miedo de mi propia muerte. ¡No quiero silencio! ¡Quiero gritar! ¡GRITAR!! Gritar hasta quedarme vacía de esta mierda!- La mujer agarró de los hombros a un alumno de la primera fila. -¿Que sientes? Dilo sin temor

AULA DE ARTE

-No lo sé, no sé que debería sentir.- Dijo el pobre asiático zarandeado por la mujer. -¿Es eso malo?

AULA DE ARTE

-No, cielo. Esa es la respuesta más humana que podrías darme.- Dijo antes de darle un fuerte abrazo al chico

AULA INDETERMINADA → BAÑO DE LOS CHICOS

Kelly Langford había muerto. ¿Kelly Langford había muerto? ¡Kelly Langford había muerto! Jesse abrió los ojos de par en par y sintió como si su corazón se parara por un momento. Acababa de escuchar aquello de voz de Frau Möller y casi no podía creerlo. De hecho... ¡No podía creerlo! ¿Cómo había sucedido, cuando?

Kelly Langford había sido su amor platónico prácticamente desde que la conoció cuando eran pequeños. Habían quedado para cenar y reconciliarse con Juniper y ahora una estaba muerta y el otro en coma en un hospital. Y pensar que por fin estaba dispuesto a decirle lo que sentía a Kelly y ahora... No podría hacerlo nunca.

- ¿Cómo...? - Dijo Jesse. - Pero... ¡Kelly, joder, Kelly!

Quizás Jesse era el único de los alumnos del instituto que no se había enterado del suceso. Tras los incidentes de la noche anterior, se marchó a casa. Su teléfono móvil se había roto durante la noche y decidió simplemente ir a dormir nada más regresar a casa. Se despertó tarde, agotado y perdió el autobús. De hecho llegó tarde a clase, por lo que no pudo ponerse al corriente de las trágicas novedades con sus compañeros, pues llegó a clase cuando ya habían entrado todos. Si que notó entre sus compañeros tristeza, pero nunca podría haber imaginado aquello. Möller no tardó demasiado en desvelar el porque de la actitud de sus compañeros.

- ¿Cómo...? - Le preguntó al compañero que tenía al lado. - ¿Kelly? Yo... - Las lágrimas brotaron de sus ojos en ese preciso momento. Se puso en pie y salió corriendo hacia el baño.

Asimilar aquello le iba a costar. De todos los acontecimientos que habían destruido su mundo así como lo conocía hasta un par de días atrás, la desaparición de Kelly era con todo, lo que más le había afectado. Les pedían que se quedaran a hablar con la policía, pero él no estaba en condiciones de decirles nada. Es más, no sabía nada.

Su padre ya no estaba en activo, pero sus como seguían contándole casi todo lo que sucedía. Si todavía no lo sabía, era porque aquello debió suceder durante la noche, quizás en la fiesta de la playa. ¿Qué había pasado allí? ¡Si hubiera ido con él a la montaña quizás...! Quizás también estaría muerta... Tenía que saber lo que había pasado, por ello se limpió la cara y salió del baño. Tenía que pregúntale a alguien por como había sido. Que mierdas había pasado.

AULA DE ARTE

Al se debatía entre dormir o fingir que el arte era algo que le importaba. En esa extraña vigilia le pareció escuchar que decían algo por los altavoces, pero no le prestó demasiada atención. Debía ser algún tipo de tontería a añadir a las que estaban sucediendo últimamente.

No fue hasta el grito de la profesora que se irguió y sus neuronas se conectaron para formar una red de información que consiguió deducir que se trataba del asunto que habían estado hablando hasta altas horas de la noche. Bostezó. Y tras bostezar golpeó la mesa y gritó, un grito de rabia. Tal vez aquella clase estuviese empezando a gustarle.

¡Me cago en la puta hostia! ¡Malditas ratas asesinas que se esconden! ¿Es que no se atreven con alguien de su jodido tamaño? ¿Tenían que enfrentar a una comelibros en mitad de una fiesta? ¡JODER! ¡Ganas de romper algo contra la cabeza de alguien!

Propinó un puñetazo cargado de rabia contra la mesa instantes antes de volver a sentarse. Apretando los dientes se pronunció.

No tengo miedo. Tengo rabia. Mucha.

Se cruzó de brazos.

AULA DE HISTORIA → CAFETERÍA

Candy solía sentarse en los pupitres a mitad del aula, tenía la misma o más picardía que quienes se buscaban irse al fondo pero la falta de vergüenza que estos no como para no importarle que la vieran adormilada o de chismes con sus compañeros que le ganarían alguna regañina durante el año, así que al escuchar la megafonía se desperezó y aprovechó el minuto de silencio o menos para recoger sus cosas y, mientras sus compañeros se dedicaban a hacer planes sobre un mural, ella prefirió irse a solas del aula con toda tranquilidad, evitando la compañía de nadie pero sin una actitud negativa, sólo a su aire. Pasados unos tantos minutos volvería a vérsela por la cafetería, decidiendo que dulce iba a comer.

AULA DE MÚSICA

Al escuchar que harían los interrogatorios en el aula de música tuvo una ocurrencia, había un micro junto al puesto del profesor e imaginaba que usarían esa mesa, igual podría sacar un buen audio. Se encaminó hacia allí y encontró que el aula estaba abierta. Mi sangre irlandesa viene con un trebol de cuatro hojas. Así que entró sin más, con naturalidad, sabía que si la descubrían tendría miles de excusas que dar. Se apresuró a conectar el equipo, con un ojo puesto en la puerta. Si le daba tiempo a acabar antes que alguien apareciera volvería a irse y haría tiempo por ahí, seguramente por la cafetería, hasta que terminaran los interrogatorios.

PASILLOS-->PISCINA

Aquel día Holly parecía mas solitaria que de costumbre ni siquiera con su mejor amiga deambulaba por los pasillos, Roland no había ido a clases ese día, y pensaba que la sobre protección de su madre lo tenia encerrado en casa, lo cierto es que Holly necesitaba centrarse de nuevo, por lo que fue al único lugar del instituto donde podía calmarse, la piscina.

Tras estar un rato en los vestidores y cambiarse la ropa, salio con su bañador de entrenamiento, tras un rodeo a la piscina, se lanzo en un perfecto clavado en ella para nadar y nadar, de un lado a otro, sin importarle nada mas a su alrededor que calmar su propia mente y espíritu por decirlo así.

PASILLOS-->PISCINA

Aunque a esta hora debería de estar en clases con la profesora Minerva, había pedido unos minutos antes de que terminara su clase, un pase para "ir al baño", aunque como era costumbre lo hacía para caminar por allí para hacer tiempo, incluso tenía pensado el colarme en el aula de Arte hasta que en todo el lugar empecé a escuchar el anuncio de Frau Möller, a unos pasos antes de llegar a la puerta mientras que mi expresión algo divertida junto a esa sonrisa ladina desaparecieron poco a poco.

¿Kelly? ¿De verdad? ¿Como era posible? Es que si el otro día antes de clases la vi perfectamente bien, y ahora... ¿Acaso en la playa había pasado algo igual que en la montaña? No sabría decirlo, pero era algo probable, y aunque no la conocía muy bien sabía alguien que si le afectaba la noticia, y ese era Jesse. Antes de poder hacer algo el anuncio terminó y del aula de arte provinieron esos gritos de la profesora la cual pude distinguir lo que decía, y más atrás escuché una puerta abrirse de golpe, observando al darme la vuelta Jesse alejarse rápidamente.

Tanto el grito como el sonido de la puerta me dieron un ligero sobresalto, y luego aquellos aullidos sin sentido de Al en el aula de arte, de seguro lo hizo como una excusa para maldecir en voz alta y ya. Solté un ligero suspiro, negué con la cabeza y solo decidí ir a un lugar el cual estaba seguro que estaría vacío, es decir, después de un anuncio así dudaba que Candy viniera a hacer otro de sus vídeos hasta acá, o siquiera alguien se acercara, así que me pareció buen lugar, después de todo no tenía ganas de ver al resto de personas tristes o siquiera hablar con la policía, digamos que era algo difícil el mostrar algo de tristeza por mi parte, y no quería que se llegara a mal interpretar.

Al ir llegando a la piscina podía escuchar el sonido del agua chapotear, al final si había alguien, pero al asomarme podía ver una figura femenina... ¿Era Holly no? Pues tal parece que no era el único en pensar en venir hasta acá. Salí desde la esquina de donde me asomaba y caminé hacia la piscina, antes de llevar dos dedos a mi boca y silbar para llamar su atención. -Hola Holly.- Y así le saludé a la distancia con mi mano derecha. No éramos muy conocidos entre ambos, pero obviamente si que la conocía por sus méritos, ahora la cosa sería, ¿Ella sabría de mi o no?

AULA DE MÚSICA

La chica era consciente de que se le iba a caer el pelo como le pillasen espiando a las fuerza del orden "Me va a salir el corazón por la boca" pensó por costumbre. Aunque su corazón no latía. ¿Había latido a lo largo del día? Aquel pensamiento elevó su estrés a niveles estratosféricos. Y entonces el susodicho órgano empezó a latir, como diciendo "Esto ya no hace falta, pero como tu quieras"

Candy salió del aula y doblo la esquina justo antes de que llegaran. Las tres figuras caminaban paralelamente. La mujer en el medio y los policías a los lados.
 

AULA DE MÚSICA

-Si necesitan algo más, estaré en mi despacho.

AULA DE MÚSICA

-No gracias, ya ha hecho usted bastante hoy.- Respondió el Sheriff costes aunque tajante

AULA DE MÚSICA

-Debe ser un día terrible en el instituto hoy.- El ayudante del Sheriff tenía más sensibilidad que su jefe.