Partida Rol por web

Infierno Verde

Escena de Juego "Viaje al Amazonas"

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06/12/2019, 12:17
Director

Sin tiempo para pensar demasiado, Luise fue la primera en decidir mojarse las prendas para bajar ahí abajo. Quizá su contacto con la naturaleza, debido a su profesión, no mermara en ganas (sino que la impulsaba) a ayudar en tal tarea, sumergiéndose en el río para inspeccionar (y retirar, si fuera posible) la tapaia que ofuscaba la hélice. De la misma manera, Daniel se ofreció para bajar. Pensó que había que hacer algo y en ello insistió. Detrás de él, el joven Juanjo se adelantó también, y los tres comenzaron a descender por una escalerilla metálica que había soldada en unos de los laterales del pequeño buque. Tras unos minutos de preparación, los tres tripulantes descendieron por ella, y se hundieron en el Urubi, de color marrón por las características del cauce bajo el agua. El capitán detuvo el motor por completo, y allí quedaron, de momento, Woodstock y Henry, Jeffrey y Drake y por último Leonard, confiando en el buen hacer de su esposa y sus compañeros.

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06/12/2019, 12:18
Juanjo Barreiro

Juanjo nadó unas brazadas hasta colocarse detrás del barco. El agua no estaba muy fría. Tanteó con su mano bajo el agua.

Suerte que la tapaia no parece muy arraigada, o eso creo -aseguró el muchacho-. Luise y Daniel notaban entre sus piernas y las manos, cuando las sumergían en el agua, la gran cantidad de maleza tapaia por allí dispuesta, y cómo su concentración en ese tramo era un verdadero problema. Sin embargo, eso no era el problema que más os preocupó instantes después.

¡¡AAAAAAAAAAHHH!!! - de repente Juanjo gritó un par de segundos antes de ser sumergido violentamente en el agua-. Momentos después, los que estaban arriba en cubierta mirando el proceso de los de abajo vieron de igual manera lo que ocurría: una criatura alargada y verduzca luchaba por ahogar al joven Juanjo, mientras éste se desesperaba por salir. Su cabeza subía y bajaba de la superficie, y sus manos y pies pataleaban... ¡¡CAIMAAAAAAAN!! ¡Ayu... ayud...! ¡GLUP! -¡Juanjo trataba de SOBREVIVIR!, y es que el animal debía haber estado escondido en pleno proceso de depredación-. Ahora el muchacho era su presa. ¡¡AYÚD...ADME, Aaaaaaaaahhhh!!

Notas de juego

Próxima actualización: martes 10.

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06/12/2019, 12:49
John Drake

Drake se arrepentía profundamente de no haber acompañado Juanjo, Luise y Dunham a retirar la tapaia, principalmente al considerar que tanto el estudiante como joven herpetóloga estaban arriesgando la vida de forma innecesaria habiendo otros miembros de la expedición más capacitados para dicha labor.

De pronto, escuchó el grito de Juanjo pidiendo auxilio, pataleando al haber sido agarrado por un caimán que había estado en las cercanías, aguardando una presa a la que atacar. Drake no se lo pensó dos veces. Tomando su rifle, se aproximó todo lo que pudo a la zona donde se encontraba el joven guía, sin entrar en el agua, y trató visibilizar un tiro limpio.

-Vamos, vamos... -murmuró, intentando discernir la posición de la cabeza del caimán.

Cuando creyó poder ejecutar un buen disparo, apretó el gatillo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He realizado dos tiradas. El segundo dado se debe a que, al ser aventurero y haber estado en otras expediciones donde se ha enfrentado a otros peligros, Drake tiene destreza con las armas de fuego.

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08/12/2019, 19:09
Leonard Colleman

Si algo caracterizaba a su esposa era su tozudez y su valentía y una nueva prueba de ello fue ver cómo, una vez el barco se detuvo de forma abrupta y conocida la causa de dicho parón, ella fue la primera en ofrecerse voluntaria para tirarse de cabeza al agua y, de esa forma, intentar quitar las tupidas plantas acuáticas que impedían a las hélices del barco moverse y con ellas moverlos a todos.

Ni siquiera tuvo tiempo de intentar hacerla entrar en razón, algo por otra parte que sabía sería imposible de conseguir, cuando aquel jovenzuelo se apuntó a acompañarla. A Leonard le preocupaba la seguridad de su esposa y ya se estaba empezando a quitar la chaqueta para ser él otro de los que se sumergiera, cuando también Juanjo se lanzó al agua. Con tres ya era suficiente y que Leonard se tirara también sólo serviría para entorpecer la retirada de las plantas.

Por ese motivo se quedó en cubierta, observando con suma atención las maniobras de los que estaban en el agua y en especial a Luise dispuesto a que, en el momento que viera el más mínimo peligro, ayudarla a subir cuanto antes. Pero el peligro estaba más cerca de lo que él creía y había llegado sin avisar.

Por dios... dispare, dispare —gritó nervioso a Drake cuando vio al caimán intentando llevarse al pobre de Juanjo mientras Leonard corría por la cubierta buscando a Luise con la mirada—. ¿Dónde estás? —Refunfuñó para sus adentros y, cuando la vio, se dobló sobre la borda estirando el brazo en dirección a su esposa para intentar cogerla e izarla, esperando que el resto también ayudaran al joven Daniel.

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09/12/2019, 18:00
Daniel Dunham

 

Me dirigí al camarote comunitario para cambiarme de ropa. Tuve que rebuscar entre mis pertenencias para encontrar mi bañador de una pieza. Lo dejé lo más al fondo puesto que solo tenía intención de usarlo recreativamente y nunca pensé que se daría una situación tan estrambótica en la que lo necesitaría. Más tarde tuve que recoger todo lo que había quitado de la mochila, pero en ese momento lo importante era ayudar.

Subí las escaleras rápidamente moviendo los brazos y realizando respiraciones profundas y rápidas para entrenar el aguante. Cuando baje unos peldaños de la escalera que habían puesto en la borda, me tiré de cabeza. No caí en lo frondosa que era la maleza que había en el río hasta que la note rozandome al tirarme, tuve que volver a flote para concienciarme pero una vez te acostumbras es fácil ayudar.

Cómo sucedió todo lo demás lo recuerdo vagamente. Me encontraba apartando la maleza de la hélice del motor con cuidado cuando empecé a ver cómo se agitaba el agua y escuchaba gritos rebotando en el agua. Al salir de la superficie todo quedó claro y decidí actuar en consecuencia como un acto reflejo.

Había leído que los caimanes tienen una fuerza descomunal, intentar agarrarlos podría provocar los desgarros en los brazos de quien intentaba capturarlos. Solo le bastaba empezar a girar sobre si mismo y entonces los brazos se convertían en carne picada. El disparo de uno de los tiradores que se encontraban en la barca había impactado en el caimán y ahí vi el momento. Estaba débil y podía atacarlo con más facilidad. Saqué el cuchillo de la funda que tenía atada a la pierna y se la clavé en el costado del caimán. El bicho era fuerte, pero yo también. Digamos que las fuerzas estaban igualadas al haber recibido un tiro.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Fuerza descomunal para agarrar al caiman y experto en supervivencia para saber como hacerlo debidamente.

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09/12/2019, 18:06
Luise Hayes

Había visto caimanes disecados en museos, coronando las entradas de la zona de reptiles con majestuosas piezas reales o recreaciones con muy buen acabado. También los había estudiado, no recordaba todas la tipología en la que se dividía ya que se había orientado más a la rama de anfibios, pero conocía lo suficiente como para saber que nunca se debía enfrentar a uno de ellos, menos de los grandes en su propio terreno.

Posiblemente el hecho de escuchar los gritos de Juanjo, o ver rastro de su sangre en el agua hicieron que descartara la opción de huir a pesar de que Leonard la esperaba, pero era allí donde debía estar. Tenía suficientes conocimientos médicos como para ayudar al herido, o al menos intentarlo, sumado a que conocía los hábitos de esos reptiles. La necesitaban abajo, junto al peligro.

¡No tires de Juanjo, primero tiene que soltarlo! – Se imaginaba que el pobre hombre no estaría viviendo precisamente un momento indoloro, pero necesitaba reducir el daño lo máximo posible antes de que fuera catastrófico.

Quería ayudar, así que se acercó junto a Daniel para sujetar la cola e inmovilizarlo ya que la parte de la cabeza con los peligrosos dientes estaba ocupada en esos momentos, intentando así quitar la segunda amenaza, un coletazo que podrían romperle huesos de un golpe.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He sumado una segunda tirada porque Luise es herpetóloga, es decir que es experta en reptiles y anfibios.. y el caiman es un reptil. Si no se puede contabilizar simplemente omite una de las tiradas

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10/12/2019, 23:05
Director

Drake no se lo pensó dos veces. Tomó su rifle, se encaramó a la bardilla metálica de la cubierta y allí apostó su arma larga. Y, pese a que tenía el caimán asido a Juanjo por algún lugar (las zambullidas y la lucha de presa y captor hacía difícil determinar a qué altura estaba atrapado el guía), logró disparar al animal con el rifle.

¡¡BANG!! El impacto golpeó la dura piel del caimán, logrando que la bala se incrustase en su interior. Acto seguido, casi al mismo tiempo, mientras Spaulding miraba desde arriba al igual que Leonard, Daniel tomó uno de sus cuchillos y se abalanzó hasta el caimán, a escasos metros a su lado. No todos se atreverían a lanzarse contra un depredador así. Él, lo hizo filo en mano, al igual que Luise no salió del agua en pos de ayudar a Juanjo en su violento "tira y daca". Mientras ella se acercó hasta la cola del animal, Daniel comenzó a clavarle el cuchillo. Luise logró tener entre sus manos la cola, totalmente resbaladiza para ella en esos duros momentos. Ello tan sólo entorpecía al animal, pero nada más de momento.

Allá arriba Henry miraba la situación estremecido (su cara era un poema), y Woodstock había desaparecido por momentos. Había ido a por el rifle que guardaba, el que Leonar rechazó momentáneamente, y entonces lo apoyó en la barandilla, al igual que Drake, dispuesto a disparar. Sin embargo, el aventurero duró al haber más personas implicadas en el asunto: él no era un soldado.

Tras unos instantes el agua marrón se tiñó de rojo (del animal y del muchacho), y el caimán soltó a Juanjo. Luise no pudo retener más tiempo su cola, y el animal debía estar herido, y ya no estaba en la superficie (debía haberse ido nadado o algo así). Juanjo quedó tenido, como flotando, y todos vísteis que tenía tres dedos arrancados. Elmuchacho gritaba, GRITABA DESCONSOLADAMENTE, ¡¡gritaba de puro dolor!! Se agarraba con su mano izquierda lo que había sufrido en la derecha: todos vísteis las graves heridas del joven...

Notas de juego

Jeffrey, acabo de leer tu post: actualizo yo y ya puedes continuar.

Drake, tú deberías haber tirado 3 (1 dado normal, otro por explorador y otro por tu objeto espcial "rifle" o por tu habilidad "disparar armas de fuego"). Vas sobrado ;)

Luise, el razonamiento de los reptiles es totalmente válido ;)

El caimán aún no está muerto. No se ve en la superficie (se ha hundido), pero sabéis que no está muerto.

Próxima actualización: viernes 13

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11/12/2019, 15:29
John Drake

Sin dejar de apuntar en dirección al agua, cerca de la posición de Juanjo, Drake permaneció apuntando con su rifle en todo momento, atento por si aquel caimán volvía a hacer acto de aparición.

Sabiendo que se trataba de uno de los pocos integrantes del grupo que sabía utilizar las armas de fuego decentemente, no podía arriesgarse a abandonar su posición y bajar al agua a por el joven. Por ello, gritó a Luise y Daniel, quienes se hallaban más cerca de Juanjo y podían ayudarle:

-¡Señora Hayes, señor Dunham, intenten subir a ese hombre a la embarcación! ¡Sáquenlo del agua y dénse prisa! ¡El caimán también puede intentar atacarles a ustedes!

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12/12/2019, 09:10
Luise Hayes

Tenía claro que si lograban salir de esta, la historia de “el día que estuve mano a mano contra un caimán” la contaría a sus hijos, nietos, y posiblemente la escribía en una pequeña biografía de un par de líneas que no leería nadie en la introducción de su tesis, llenándola de florituras para que quedara más heroico e intrigante para el lector. Luise, céntrate, tienes que pensar.

La primera parte del plan ya estaba, el caimán había soltado a Juanjo, quien había sobrevivido a pesar de perder tres dedos. Mejor tres dedos que una vida.- y ahora se hundía, entendiendo al instante lo que pretendía hacer el animal.

Está cazando.- Advirtió a su compañero de aventura, Daniel, aunque se imaginaba que ya estaría al tanto de la situación. El caimán había decidido soltar a su presa para hacer frente a la nueva amenaza, ellos.

Miró a todos lados pendiente de cualquier movimiento bajo el agua sabiendo que los estaría buscando, aunque el color de la misma y la sangre dificultaba su localización. No podía fiarse de su vista y esperar a verlo era un suicidio, así que tenía que recurrir a otro de los sentidos más importantes de los reptiles, el oído.

Buscó lo que tuviera encima que pudiera tirar, desde una pulsera, una roca cercana o un zapato para tirarlo a otra zona lejana a ellos y que así hiciera un movimiento en el agua lo suficiente para que se diera cuenta el caimán. Sabía que los gritos de Juanjo dificultaría la distracción, pero ahora mismo su única idea era alejarlo de ellos ya que en el agua estaban en clara desventaja.

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12/12/2019, 11:27
Daniel Dunham

 

Agitarse en agua es una tarea difícil y más si no has practicado debidamente. Tragué un montón de agua del río mientras el caimán me zarandeaba como si fuera un muñeco de trapo. El disparo y el apuñalamiento fueron suficientes para ahuyentar al animal que se hundía en el río conmigo en su costado. La presión y el movimiento fueron lo suficientemente incomodo como para provocar que me soltara. Cuando llegué a la superficie me encontré con una imagen de horror.

Juanjo estaba gritando a horrores y por las heridas de su mano y todo lo que sangraba, tenía motivos para aquello. Asentí ante a la advertencia de mi compañera. Ella había estudiado aquellos animales mucho más que yo y aunque daba por sentado que había huido como síntoma de su autopreservación, no podía negar la posibilidad de que pudiera volver.

Con brazadas lentas y fuertes, avanzaba poco a poco hacia Juanjo. La lentitud provocaba que moviera las aguas lo menos posibles. Cuando llegué, intenté inmovilizarlo (tarea mucho más complicada en el agua) manteniendo el brazo herido lo más alejado del agua posible. Lo último que necesitábamos era que se le infectaran los dedos amputados. 

Ya solo faltaba salvarlo por completo, así que con el brazo libre y los mismos movimientos, intenté acercarlo a la escalera por la que habían bajado anteriormente.

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12/12/2019, 12:30
Jeffrey T. Spaulding

El capitán se encontraba apuntando con su escopeta al agua, totalmente paralizado cómo si no supiera reaccionar en situaciones de tensión, ver como al menos el Sr Drake impactó el disparo con semejante precisión fué un gran alivio para el y volvió en si mismo.

Mientras los demás luchaban por poner a Juanjo a salvo Spaulding mantenia su arma apuntando al agua vigilante de que no vuelva a aparecer ese o algun otro tipo de odioso ser.

La dispersión de mi arma hace difícil el disparo en una melé - dejó caer al señor Drake, dejando claro que un rifle es mucho más preciso que una escopeta.

Notas de juego

Siento la ausencia compañeros, he estado desaparecido un tiempo pero ya lo hablé con el máster.

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12/12/2019, 21:04
Leonard Colleman

Leonard seguía muy preocupado por la suerte que podían correr los que estaban en el agua y, como era lógico, sobre todo por su mujer. Seguía doblado en la borda, con medio cuerpo caído hacia el río con la esperanza de que alguien cogiera su mano para subir y, por unos instantes, cuando pareció que el caimán había soltado por fin a su presa y se había alejado, pudo ver con horror cómo la sangre teñía el agua y a Juanjo con varios dedos menos en su mano.

Había que sacarlos del agua cuanto antes así que, no dejándose vencer por el miedo, Leonard siguió insistiendo para que aceptaran su ayuda y, de esa forma, poder subir todos sanos y salvos, o más o menos, a la embarcación.

¿No tienen un salvavidas o un cabo que puedan tirar al agua? —Preguntó sin dejar ni un momento de mover su brazo buscando una mano que quisiera asirse a la suya—. Vamos, vamos... Traíganlo hasta aquí para subirlo cuanto antes. Vamos Luise, no te quedes más en el agua —tenía miedo que el animal regresara y se llevara a su querida esposa.

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13/12/2019, 12:45
Director

Henry se percató de la palabras de Leonard. Echó a correr al interior del barco, y enseguida trajo una cuerda ancha, que había estado a la vista de todos en el camarote. Entonces se la entregó a Leonar, y éste lo lanzó por la zona de la escalera. Tal vez así pudieran sujetar mejor a Juanjo a la hora de subirlo (pues tendría que hacerlo él, imposible hacerlo a pulso por otra persona). Spaulding, Jeffrey y el profesor Woodstock tenían sus armas de fuego apostadas en la barandilla del Xiringueiro, controlando en todo momento los movimientos del agua y el braceo de Daniel hacia Juanjo, hasta logró cogerle como un socorrista playero. El caso es que ambos comenzaron a marchar hacia la orilla, y el muchacho seguía gritando con la mano sobre la superficie del agua, ahora sin algunos de sus dedos... Por su parte Luise tomó uno de sus zapatos (pues era lo que más a mano tenía), y lo lanzó casi al otro extremo del Urubi, con la intención de despistar al fatal depredador...

Finalmente, Luise regresó con Daniel y Juanjo a la barandilla. Los de arriba no parecían ver más que alguna burbuja aquí y allá sobre la superficie (por lo que no podía decirse aún que estuvieran fuera de peligro). Luise y Daniel lograron atar el cabo de Juanjo, y éste comenzó a subir con la única mano aún sana y los tirones de cuerda de Henry, que había asido el extremo superior de la cuerda bastante bien a la barandilla metálica. Poco a poco, el muchacho fue subiendo, agarrándose como buenamente podía tramo a tramo, hasta que al final logró subir.. Abajo aún quedaban todavía, sólo por momentos, los dos salvadores del guía. Primero subió Luise, y cuando dejó de tocar el agua, comenzó a hacerlo Daniel... Sin embargo...

¡¡El caimán volvió a atacar!! La cabeza del gran reptil asomó de repente, con las fauces ya abiertas, y sólo Dios sabía cómo aquella mordida no enganchó el pie del estudiante, sino que impactó en el casco del barco. Sin embargo, el animal no cesaba... ¡Volvió a atacar a Daniel con otro intento de mordisco!

Notas de juego

Daniel, es un combate contra tí. El caimán hará una tirada por su mordida y tú, si quieres, puedes tratar de contraatacar o bien tratar de huir (hagas lo que hagas, como siempre ,lanza 1d6 y añade razonadamente el resto de dados si se puede).

Luise, tu estás en medio de la escalera a hora. Podrías intervenir en el combate, se me ocurre, lanzando el cuchillo que te dio Daniel (porque llegar a apuñalar al animal desde tu posición no es posible ahora), o puedes optar por subir (o cualquier otra cosa razonable :D)

Drake, Spaulding, seguís apuntando, podéis tratar de disparar al caimán desde vuestra posición. Pero la dificultad ahora será de 5 por estar muy cerca del casco y en una posición de disparo peor.

Leonard, estás arriba con Henry y Juanjo. Este sigue gritando y sangrando bastante en su mano.

Próxima actualización: martes 17.

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13/12/2019, 12:59
John Drake

Habían logrado salvar a Juanjo, pero por desgracia Daniel Dunham había quedado a merced del caimán, quien estaba atacando ahora al estudiante. Manteniendo la posición y apuntando en dirección al voraz reptil, Drake sabía que no podía fallar. La bestia estaba herida, pero si erraba el disparo probablemente Dunham sería herido de gravedad.

-¡Déle duro con sus puños, Dunham! ¡Aguántelo! Lo tengo a tiro -le indicó al joven, mientras apuntaba a disparar intentando alcanzar el cuerpo del caimán antes de que pudiera acabar con el estudiante.

- Tiradas (1)
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15/12/2019, 21:56
Leonard Colleman

Con la ayuda de Henry y los que aún estaban en el agua, no sin mucho esfuerzo, por fin consiguieron izar al malherido Juanjo que en esos momentos reposaba en la cubierta. En los oídos de Leonard no dejaban de resonar los gritos de dolor del muchacho que se sujetaba con fuerza la mano herida.

¿Tienen un botiquín a bordo? —No es que Leonard tuviera mucha idea de primeros auxilios, pero sí se imaginaba que tenían que limpiar la herida y vendarla todo lo fuerte que pudieran para que no siguiera sangrando—. Tranquilo muchacho, ahora te vendaremos la herida.

Pero la cabeza del antropólogo estaba más puesta en el agua que en el joven tirado en cubierta pues se trataba también de la vida de su esposa. No quería dejar solo a Juanjo pero tampoco podía no saber qué estaba pasando. Se incorporó, ya que se había agachado para atender al muchacho, para echar un rápido vistazo al río y pudo ver con cierto alivio que Luise ya se encontraba subiendo la escalerilla aunque, por desgracia, ahora el que se encontraba en problemas era el joven Daniel.

Poco podía hacer, lo único rezar para que su esposa no cometiera una nueva locura y que Dunham supiera salir solo de esa, así que, mirando a Henry, lo apremió para que fuera en busca del botiquín rezando para que su esposa estuviera a su lado, al fin y al cabo las tareas de curación se le daban mucho mejor a ella.

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16/12/2019, 04:03
Daniel Dunham

 

Había conseguido llevar a Juanjo sin prisa, pero sin pausa. Tenía el corazón subiendose por mi esofago. En cualquier momento podía saltar y justo cuando había llegado a pensar que estaba muerto, antes de que me tocara el turno para subir por la escalerilla que habían tendido por la borda, ocurrió. La Ley de Murphy ¿No?

Parecía como si estuviera cantado de que aquello fuera a ocurrir. Nada me había preparado para un ataque con tanta alevosía. Ya no parecía que quisiera comer, solo llevarse a tantos seres vivos como pudiera antes de que se desangrara por las heridas causadas.

Como respuesta, no pude evitar levantar las manos como acto reflejo. En el agua estaba en clara desventaja y volvía a estar tragando el agua verde del Amazonas. Si no fuera por el cuchillo que aún llevaba en la mano libre, hubiese estado totalmente indefenso. Con un cuchillo podía al menos plantar cara y eso es lo que me decidí a hacer. Solo podía rezar para que el combate estuviese igualado.

- Tiradas (1)
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16/12/2019, 13:36
Jeffrey T. Spaulding

El capitán se encontraba apostado con la escopeta en mano y apuntando al cocodrilo con relativa firmeza - NO TENGO ANGULO - gritó mientras intentaba buscar algún hueco en el combate esperando que en algún momento Daniel estuviera lo suficientemente lejos del cocodrilo para abrir fuego sin compasión, pero por el momento la ayuda de Spaulding era nula.

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17/12/2019, 10:47
Luise Hayes

Si pudiera dividirse en veinte Luise distintas, aparte de desquiciar a su marido con todo lo que le gustaba charlar y lanzar teorías absurdas al aire, también podría ayudar en todo lo que quería. Debía pensar con rapidez sin dejarse llevar por los nervios, sobre todo tener en cuenta dónde podía hacer más falta con los conocimientos que ella tenía. Juanjo. – Aunque le gustaría ayudar a Daniel, estaba quieta en las escalerillas, prácticamente el mejor lugar para apuntar al gran animal y salvarlo, pero no estaba capacitada para tal labor.

Subió corriendo y dejó libre las escaleras para que cualquiera de los expertos usara esa posición, rezando mentalmente al dios de la ciencia de que pudieran lograrlo mientras corría en dirección a Juanjo.

¡Su lomo es duro, no lograreís dañarlo con las escamas! ¡Apuntad a la cabeza! – Intentó guiarles a ciegas, buscando cualquier utensilio para curar a Juanjo antes de que perdiera demasiada sangre o se infectara.

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17/12/2019, 12:34
Director

El capitán Pereira había salido a la cubierta. Escuchó las palabras de Leonard y volvió corriendo al interior, a la cabina de pilotaje. En poco segundos trajo un pequeño maletín, el cual colocó en el suelo, al lado de Leonard y Juanjo y abrió las dos cerraduras que tenía. El antropólogo encontró en su interior vendas y gasas, alcohol, algún que otro antibiótico y tijeras. Lo cierto es que aquel kit no era muy completo, pero al menos contaban con uno. Pereira levantó sus manos y sus hombros, y quedó mirando a Leonard, como haciéndole entender que él sabía pilotar, no curar, y que hiciera él lo que pudiera. El joven Henry estaba bastante asustado, tragando saliva y atendía sobre todo a lo que pasaba ahí abajo, desde otro lado de la barandilla.

Luise se debatía entre si descender unos escalones o subir y ayudar a Juanjo. Tras debatirse unos instantes en esta dicotomía, optó ayudar al herido de arriba. Mientras subía los últimos escalones y se iba con su marido, Jeffrey apuntaba como podía, pero no se atrevía a disparar so pena de alcanzar a Daniel. La situación era desesperada. El capitán Woodstock optó por lo mismo; estaba apuntando con su rifle pero no se atrevía a apretar el gatillo y provocar, tal vez, una situación aún más dramática. Sin embargo, en esos momentos se adelantó Drake y disparó.

Los cartuchos del rifle resonaro y las balas se clavaron en el lomo del animal. Estaba claro que le había impactado, pero la lucha en el agua seguía, por momentos. Daniel sabía que era presa fácil, nunca mejor dicho, estando en el interior del agua. Sin embargo, supuso que tratar de asir la escalera una vez más sería lo lógico, pero el caimán podría devorarle. Por ello, decidió una vez más combatir al animal con sus cuchillos. La persona y la naturaleza, uno contra uno. El joven trató de clavar el filo en la fría piel escamosa del gran reptil, pero ésta resbaló por la dureza de la misma. A punto estuvo de perder el cuchillo.  Como respuesta, el animal, pese a estar herido por el disparo de Drake, abrió sus enormes fauces dispuesto a apresar de una vez por todas a Daniel.

Y procuró un mordisco vacío, al agua. Daniel se había librado, pero sólo por momentos. Tal vez el disparo y las heridas de los instantes anteriores le había hecho mella en su percepción. Claro que, el animal aún daba los últimos coletazos; no estaba dispuesto a perder a su última presa. Mientras Daniel se debatía en una lucha abajo y Juanjo arriba, oísteis un crujido en el casco del barco, a la altura de la lucha entre Daniel y el animal. Y luego escuchásteis otro silbido rápido y veloz:

Dos lanzas de madera y severísima punta reforzada en afilada piedra habían sido proyectadas desde la orilla opuesta. Una se había clavado en el casco del Xiringueiro, pasando por encima de la cabeza de Daniel; y otra había acertado al caimán, y Daniel notó de primeras el impacto justo a su lado, sobre el agua, debatiéndose en lo negruzco de su color. La segunda lanza había acertado al animal, y se había clavado en algún punto entre su cráneo y su columna, hasta que éste dejó de moverse. El caiman se venció hacia un lado, por el peso del rudimentario arma (que había quedado empalado) y lanza y anfibio, quedaron flotando, y el joven Daniel libre de todo mal.

Entonces, vísteis a dos nativos de la selva mirandoos fijamente. Habían salvado a Daniel. Instantes después, cuando todo estuvo en calma (excepto por los gritos arriba de Juanjo, aún dolorido), los dos nativos se perdieron internándose de nuevo en la selva de la que había surgido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Luise, Leonard, podéis hacer una tirada cada uno referente a curar o sanar, añadiendo más dados con razones pertinentes, como siempre. Si la superáis, detendréis la hemorragia de los dedos y Juanjo podrá comenzar a descansar.

Daniel, sigues en el agua.

Próxima actualización: viernes 20.

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17/12/2019, 14:20
John Drake

Drake respiró aliviado de ver que aquellos dos indígenas habían conseguido abatir al caimán, salvando a Daniel de un posible futuro mordisco. De no haber sido por ellos, prácticamente solo él mismo y Woodstock habrían podido disparar para ayudar al muchacho. El explorador dirigió una mirada hacia la selva, en la dirección en la que se habían marchado los indígenas.

-Ya saben que estamos aquí -dijo, en tono suave-. No aparentaban ser hostiles. ¿Creen que eran los Awás?

Mientras Luise y Leonard atendían las heridas del joven Juanjo, Drake dirigió una mirada de reproche a Spaulding, pues había percibido que, pese a lo extremo de la situación, no había hecho el menor intento por ayudar al estudiante.

-¿Por qué no disparó? -le espetó a Spaulding, molesto. Podían haber perdido al estudiante con facilidad-. ¿De verdad sabe usar armas de fuego, Spaulding?