Partida Rol por web

Si Dire, la repito porque dado el éxito de mis palabras... jajajaja. Bueno, esta vez algo mejor... jajajaja

Descartas el camino de la fuente, probablemente más transitado, y te diriges hacia la granja por la senda que utilizaste la primera vez. Tu precaución te retrasa, pero llegas a tu destino más cerca del amanecer que del mediodía.

Lamentablemente, la granja no esta tan vacía como la última vez: desde el camino puedes ver como varias personas (menos de las que cabría esperar) se han acercado a echar una mano a la mujer que ha perdido a su esposo y a su hija. Probablemente hasta el entierro sigan por allí, aunque tampoco aporten mucho...

Tus palabras calman algo los ánimos y algunos hombres parecen convencidos de vuestra inocencia, pero la mayoría simplemente se muestran menos agresiva:

- Bien, ¡entonces os dejaremos marchar para que no volváis!

- Otra opción sería que prometierais no volver a salir de noche y comentarais vuestras acciones a nuestro alcalde... -dice un hombre de segunda fila, que hasta ahora no había hablado. El resto de campesinos se debate: mientras todos están de acuerdo con la primera solución, en la segunda la mitad discrepa y no lo ven tolerable.

En tu mesa ves como el grupo se prepara para intervenir. Lo que diga Daniel y, hasta cierto punto, Sandra, os puede ir bien; pero Jack y Bertoz no serán tan amables con estas gentes...

Me agazapo hasta que llegue la noche, que posiblemente sea cuando se vayan los ciudadanos, y si no veo a nadie, entraré en la casa.

Pobre mujer, no le pasa nada bueno, aun tengo la esperanza de encontrar a su hija...

Estimada gente. Creo que la mejor solución es que nos comprometamos a no salir por la noche y por supuesto, estaré encantado de reunirme con vuestro alcalde y que me ponga al día de la situación.

Si ustedes quieren incluso podemos ir a verle ahora mismo.

Aslaw se levanta y se dirige hacia los aldeanos, dispuesto a ir a ver al alcalde...

Amigos, esperadme aquí, voy a ver al alcalde...

- Nosotros te acompañaremos -dice Thomas, y dejáis la posada junto con otro de sus acompañantes.

El ayuntamiento está muy cerca de la posada, y solo encontráis en ella a un preocupado alcalde. Después de escuchar lo que le contáis, contesta:

- Bien, es una opción aceptable y viable. Señor Aslaw, ¿no? Yo soy Carl. Lamento que vuestra estancia en nuestro pueblo haya comenzando con tantos contratiempos...

De vuelta a la posada, veis como los demás habitantes del pueblo se han concentrado al lado de un carro recién llegado. Temiendo una nueva turba con ganas de gresca, os acercáis rápidamente para observar que se trata de un cadáver y un hombre muy malherido que un comerciante ha tenido a bien traer hasta el pueblo para que el primero encuentre sepultura y al segundo le asista un médico.
El cuerpo sin vida está en muy mal estado y es irreconocible, pero el hombre casi agonizante si que te suena: es uno de los hombres que prometieron venir contigo al pueblo pero que no se presentó en tu casa a la mañana siguiente; seguramente no sabía donde os ibais a reunir para partir, y decidió finalmente venir hasta aquí para buscaros. El hombre que le atiende parece muy atareado y te parece difícil que sobreviva: ni siquiera parecen dispuestos a moverle a un lugar más adecuado, ya que no saben si lo soportará.

Cuando te ve, Sandra se acerca a ti:

- Señor, los demás han partido para inspeccionar el lugar donde el comerciante los ha encontrado, no está muy lejos de aquí...

Esperas pacientemente a que anochezca, tal vez intentas dormir algunas horas para estar fresco esta noche...

Para conseguir que pasase el tiempo, y no perderlo, comencé a rezar a mi diosa, y leer un pequeño devocionario que llevaba encima hasta que se fuese el sol.

Era una práctica bastante común en mi iglesia.

Aslaw se acerca a toda velocidad hacia el carromato y pregunta con claro nerviosismo al hombre que atiende al herido:

Galeno, ¿el herido puede hablar?

Cuando Sandra se acerca a él Aslaw la atiende con cara de circunstancias...

Bien Sandra, sólo dame un segundo, si este hombre puede hablar, quizá pueda decirnos qué le sucedió

El médico tarda un poco en contestarte debido al esfuerzo con el que desempeña su labor:

- Me temo... que no podrá hacerlo, señor.

Enseguida ves como la situación incluso empeora y el doctor tiene que acudir a técnicas más agresivas...

Mierda Sandra!!! Movámonos deprisa... Creo que esto se va a poner muy feo dentro de poco y quizá nuestros compañeros se encuentren en peligro... ¿Por donde dices que atacaron a este hombre?

Aslaw agarra a la joven por el brazo y se dirige a toda velocidad hacia los caballos...

De este hombre ya no podemos sacar nada...

Os dirigís al galope hacia donde el comerciante ha dicho que se encontró a los dos hombres. No tardáis mucho en llegar al lugar: aproximadamente una milla después de la fuente donde os encontrasteis por primera vez con Kilder y una mujer que estaba sacando agua, el límite del camino tiene sus arbustos sin hojas y en varios árboles cercanos quedan rastros de sangre.

Desmontáis: Jack, Daniel y Bertoz no están, pero intuyes el camino por el que han podido ir debido al rastro que han dejado. Se internan en el bosque; para seguirlos, tendrías que dejar los caballos.

- ¿Dónde se han metido ahora éstos? -pregunta Sandra, incapaz de vislumbrar su ruta entre los árboles.

Una media hora después de comenzar tu meditación, en un momento de pausa oyes un ruido que luego confirmas como gritos de hombres. Vienen en dirección contraria a la granja, y no estás seguro quienes pueden ser ni cuantos. Están bastante lejos como para empezar a preocuparte de ser encontrado, pero tampoco sabes por ahora hacia donde se dirigen...

Sigo escondido, a ver que es lo que vienen a buscar esos hombres.

Espero que no me vean.

No sé donde estarán Sandra, lo que sí tengo claro es que tenemos que encontrarlos a la mayor brevedad posible. Intuyo que están en peligro y cualquier ayuda que necesiten, seguro, es poca.

Aslaw tiene la cara desencajada, no sabe qué, pero sabe que algo no va bien... intuye un peligro y lleva con esa sensación desde que vió al hombre del carromato. Un grave peligro se cierne sobre su grupo... y no encontrar a sus amigos, cerca de las manchas de sangre, hace que esa sensación crezca en su interior aún con más fuerza....

Intentemos encontrar algún rastro que nos permita acercarnos a ellos...

Avanzan un poco más y oyes voces que te resultan conocidas, pero no sabes de cuando. También escuchas choques de acero, por lo tanto no van a seguir avanzando a no ser que alguno huya corriendo; no podrán encontrarte donde estás.
En la granja no escuchan nada, así que la situación sigue igual.

Avanzáis rápidamente entre la maleza, dejando vuestras monturas atadas atrás. Apenas os habéis internado unos cien metros en el bosque oís gritos y sonidos de lucha delante vuestra.

- Aslaw, es mejor que vayamos cada uno por un lado para rodear a los luchadores, si es que aquí están los demás -te propone Sandra en voz baja, esperando tu aprobación para realizar el movimiento.

Escucho el chocar de aceros, y me pregunto a que será. Viendo que la mujer está a salvo, y no puedo hacer gran cosa, recuerdo un viejo refrán:

"La curiosidad mató al gato..."

Me aproximo a ver que pasa.

Aslaw avanza lento pero seguro. A pesar de ser un gran espadachín, sabe que atacar sin ser visto es una gran ventaja y más si como sospecha, lo que tendrá delante no será precisamente humano....

Desenvaina lentamente su espada y con sus pasos sigilosos, casi marcando el paso de un baile de corte se adentra hacia el lugar del combate....

En una parte muy frondosa del bosque encontráis dos grupos en disputa: en un lado combaten varios de los acompañantes de Aslaw, aunque debido al terreno os es imposible saber cuántos de ellos son; se enfrentan a unos desarrapados con pinta de bandidos.

Aslaw sale de entre las ramas en dirección a uno de los enemigos, sin embargo éste reacciona a tiempo realizando un movimiento de ataque que, si bien no sirve para dañar a Aslaw, para su intento de carga sigilosa.