Partida Rol por web

Joven clérigo, creo que no estamos en condiciones ni tan siquiera de movernos de aquí...

Yo al menos no me encuentro nada bien...

Me siento al lado del caballero, y le comento:

-Deberíamos quemar todo esto -señalo la cueva- aquí se ha practicado brujería, el cadáver no se de quien es. Si llega la chica, a ver si nos puede desvelar algo de este misterio.

Un rato (bien largo) después aparece Daniel, Joseph (el encargado de la iglesia de Cilmo en Valtir) y unos cuantos hombres más, que os ayudan a levantaros y salir, para luego acostaros en un carro. Joseph esta de acuerdo con Kilder en quemar el lugar, y él y varios de los hombres del pueblo se quedan para recoger leña y amontonarla en la cueva. Pero antes de verlos os trasladan al pueblo.

Tras varios días de reposo Aslaw y Kilder se recuperan de sus heridas. Jack no esta curado completamente, pero acabará su recuperación en Greentilt. Por desgracia, siguen sin haber noticias de Sandra: desapareció al entrar por el agujero, y no se ha encontrado rastro de ella desde entonces. Las batidas de búsqueda, comandadas por Daniel, comentan tristemente que lo más probable es que se haya perdido en las cuevas y haya muerto de inanición. A la semana, dejan la búsqueda por inútil.

Allison no puede explicar gran cosa sobre lo sucedido, ante la pregunta de Kilder: se desmayó cuando el monstruo la agarró mientras cogía agua del pozo, y apareció atada en los grilletes de la cueva. Una mujer, o lo que quedaba de una mujer, pues su cuerpo estaba medio putrefacto, le traía comida, pero no sabía que pensaba hacer con ella. Un día, Bertoz la liberó, contándole que había más gente encerrada en ese lugar, y atacó a la mujer por sorpresa, muriendo ambos: el mercenario ya parecía gravemente herido antes del combate, así que aunque el cadáver andante que era esa vieja no supiera luchar, lo hirió mínimamente para causarle la muerte mientras ella misma moría.

A pesar de que habéis liberado esta tierra del mal que lo afligía, los lugareños no parecen muy contentos: se ha vertido sangre y dicen que cuando una bruja muere, maldice el lugar donde cae. Aún con todo, se muestran moderadamente amable con vosotros y realizan una pequeña fiesta de despedida en vuestro honor. Carl habla de donar algún terreno a la iglesia de Lauralan por los servicios prestados, por mucho que a los seguidores de Cilmo no le haga especial gracia, y para Aslaw, Daniel y Jack no tiene nada pensando, pero insiste en que pidan algo y en que el pueblo intentará conseguirlo en la media de sus posibilidades.

A la mañana siguiente, Aslaw, Daniel y Jack parten de vuelta a Greentilt. Seguramente ya hayan llegado las noticias de su gesta, así que le esperan meses de popularidad; seguramente Lydia estará más que satisfecha con lo logrado. Por otra parte, el precio a pagar ha sido alto: el hombre que apareció muerto en el camino, Bertoz y Sandra no han vuelto. Sobre ésta última aún cabe la posibilidad de que siga con vida, así que tal vez no tarde en volver a Valtir para buscarla con algún grupo que le siga (¿por qué no? Ahora es un héroe...); desde luego, a su familia no le va a ser fácil olvidar que no ha vuelto... Bertoz, desgraciadamente, ha logrado su popularidad a título póstumo.

Kilder recibe las más efusivas gracias de la madre de Allison, totalmente cambiada a su aspecto cuando la vio por primera vez. Con la satisfacción de haber resuelto los dos problemas, el encomendado y el autoimpuesto de ayudar a ese madre, parte de vuelta a su iglesia, que tal vez reciba a la pareja más famosa de Greentilt, Aslaw y Lydia, para un próximo emparejamiento. Nils se suma a las felicitaciones y también le entrega su mandoble renovado, diciéndole claramente que no se trataba de una recompensa: ya lo había mandado reparar nada más irse.

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Durante algunos días, más al norte de Valtir, pasando las montañas, algunos pueblerinos dijeron haber visto a una bestia imposible de concebir bajando por sus tierras. La quimera, finalmente, no era más que un animal transformado, perdido y sin identidad: sin saber si su comida era la de un león, o debía cazar en el aire, o alimentarse como un escorpión, probablemente murió pocos días después de estos avistamientos de simple hambre. Era un monstruo, pero no actuaba como tal, más allá del secuestro.

Cuatro meses después de los sucesos de Valtir, la madre de Allison despidió a su hija, que insistía en alejarse del lugar donde tanto había sufrido sola.
No obstante, la verdad era más terrible: la bruja había terminado su ritual de migración del alma durante el tiempo en el que Aslaw y Kilder estuvieron apresados. Lo que quedaba de Allison era su cuerpo y una molesta rémora de consciencia que se fue apagando poco a poco.
No era lo que buscaba en Valtir, pero tuvo que improvisar sobre la marcha ante la llegada de los extraños: ellos en sí puede que no representaran una gran amenaza, pero si se descubriera su existencia podrían enviar tropas y santos contra ella, y eso era algo que no podía permitir. Había sobrevivido desde los tiempos antiguos escondiéndose; de hecho esa es la diferencia entre los que murieron y los que no. Mejor era salvar la vida a los dos supervivientes de la lucha contra la quimera, y hacerles ver que habían logrado su objetivo.
Sin embargo, tras cuatro meses, iba con retraso, y encima ahora tenía que buscar un nuevo lugar oportuno... Habría que esperar para saber si, finalmente, había salvado su situación en Valtir o no.