Partida Rol por web

John se levanta por la mañana, ha dormido muy bien. Se encuentra en lo que parece ser la habitación de su casa. Encuentra una nota que pone.- Psiquiatra.- Y un número de teléfono escrito.

Hay una puerta que da al baño y otra que da a unas escaleras que van hacia abajo. Miras por la ventana y pareces estar en un pueblo o un barrio tranquilo de una ciudad. Puedes divisar un parque con niños y madres jugando, y también algún perro ladrando.

Hola, Jonh, supongo que habrás visto ese perro, deberías ir a por él, sabes que nadie lo verá. Estás deseando sacarle los ojos ¿no es cierto? y no pueden impedírtelo así que no debería suponer un problema para ti. Venga, tienes una navaja multiusos en tu bolsillo. Luego sólo tienes que guardar bien sus ojos y procurar que no ladre demasiado. No importa si al final vive o muere, necesitas esos ojos.

John se dirige a por el perro que ha visto en el parque. Comienza a correr para llegar lo antes posible

John, coge al perro, vamos, tranquilo, sólo has de arrastrarlo tras algún árbol y arbusto, donde no te vean. Eso es, agárrale bien el hocico, que no ladre. Ya lo tienes, recuerda no dañar los ojos, es lo único que importa. Y procura no mancharte con su sangre, no queremos que piensen que has sido tú. Envuelve los ojos en el pañuelo. Bien hecho, John. Hora de volver.

John coge al perro y lo esconde tras un árbol fuera de la vista de la gente y niños que hay en el parque. Con sus propios dedos saca los ojos del perro. El perro gime, pero le retiene el hocico para que no lo haga. Finalmente, satisfecho suelta al perro, que va tambaleándose y sangrando. Algunos en el parque profieren un grito, mientras tú te limpias los dedos donde puedes sin que te vean. Aún estás detrás del árbol y pretendes encaminarte a tu casa, aunque no lo has hecho aún...

Genial... Mira lo que hemos hecho. Bueno, al menos has tenido la decencia y las luces de ocultarte un poco antes de... Oh, pobre animal. 

Eh, Jhon, cariño ¿No pensarás quedarte aquí parado, con las manos manchadas de sangre fresca y los ojos de ese perro pringándote el bolsillo de los pantalones ¿Verdad? 

¿Cuánto crees que va a tardar unas de esas madres en darse cuenta de lo que pasa? Vamos, vamos, cielo, mueve el culo y volvamos a casa, a ser posible sin llamar la atención de todo el mundo. Eso es, tranquilo, como si fueses un tío normal que ha salido a dar un paseo. Como si no acabases de arrancarle los ojos a un pobre chucho. Sonríe... Pero no demasiado. Eso es. Así. Perfecto. Eres un triunfador. Ya casi hemos llegado. 

Repasemos la agenda para ver las actividades del día ¿De acuerdo, cariño? Hay cosas que no podemos pasar por alto, como ir a trabajar, visitar al loquero, no contarle que nuestro primer impulso al despertar no ha sido hacernos una pajilla como cualquier hijo de vecino, sino sacarle los ojos a un perro... Fingir en definitiva, si queremos seguir aquí, más nos vale que te ayudemos a pasar por un tipo normal o... Medicación y encierro. No, no, no. 

Coge la maldita agenda ¿Ya te has lavado bien las manos? ¿Has mirado que la ropa esté limpia? Si hay sangre, cámbiate, ponte algo limpio. Pero primero la agenda.

Laagendalaagendalaagenda.

John mira la agenda y ve que tiene una cita hoy con el psiquiatra, de hecho en una hora. Luego se lava bien las manos y se cambia de ropa.

No hay más que decir. La agenda marca una cita con el psiquiatra. Y ello quiere decir que deberíamos acercarnos al coche. Introducir las llaves en el contacto. Activar el motor y conducir hasta la consulta de nuestro querido...

Pon música, John. Hará que nos metamos más en nuestro papel. Listo.

El coche coge velocidad. Sube el volumen. Buena música...

¡DE NUESTRO QUERIDO CERDO CAPITALISTA PSIQUIATRA PRIVADO! ¡Hijo de puta, hijo de puta! ¡Vamos a montar un tremendo espectáculo en honor de nuestra querida MADRE PATRIA! ¡GLORIA AL PARTIDO COMUNISTA, GLORIA A LA KGB!

Las palabras del comandante Serguei Alexndrov, director de la unidad de operaciones especiales fuera de nuestras fronteras, fueras de nuestra amada patria, resuenan poderosas en la cabeza de John, que acelera por la autopista con Farewell of Slavianka a todo volumen conduciendo hasta la consulta del pro-yanqui protocerdo enemigo del comunismo...:

-Camarada Andrei Vasíliev, bajo la tapadera de John occidental, el comandante Alexndrov en persona se dirige a usted para dar órdenes concretas. En nombre del triunfo y la potencia de nuestra poderosa Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la operación Prozac ha disparado la velocidad de acción directa para la organización, nuestra KGB. La unidad militar y el cuerpo de investigación va a actuar en conjunto en más de quince países distintos, con el propósito de movilizar el mayor número de camaradas en la misión unificada para la destilación ofensiva de la fórmula Restmovóv.
Doctor Andrei Vasíliev, usted conoce acerca de la destilación de Restmovóv, y debe reunir como sea la cantidad deseada de psicofármacos, neurolépticos y ansiolíticos potentes en menos de veinticuatro horas para destilar Restmovóv (somníferos concentrados). Se trata de una droga que debe fabricar y guardar hasta que reciba nuevas órdenes.
     Gloria al Partido Comunista, camarada. Serguei Alexndrov.

De modo que al llegar a la consulta del loco cerdo psiquiatra, ladrillo en el muro del capitalismo indeseado, aparcar el coche en la plaza de garaje para pacientes es la primera acción. Entrar al edificio, ajustar el nudo de la corbata al subir las escaleras, acomodar el flequillo y el peinado, y mantener la sonrisa pacífica que nos caracteriza como indetectables agentes de la KGB infiltrados en el extranjero.

Llamar a la puerta y entrar a la consulta supone el principio... de una conversación común con el psiquiatra. 'John' observa frascos y tabletas de prozac, somníferos, clorazepams, antidepresivos variados... ¡El paraíso! Tranquilidad. Paciencia... Observas la mano tendida del doctor... y se la estrechas con una sonrisa.

-Buenos días, doctor.

El doctor abre la puerta y te atiende.- Buenos días. Tenemos ahora una cita, muy bien. ¿Cómo te encuentras John? ¿Has vuelto a tener alucinaciones o algo parecido?.- Dice acomodándose en la silla de su consulta.

-Me encantaría contarle acerca de mis experiencias y progreso esta semana, doctor... No obstante me encuentro un poco mareado, ¿podría ofrecerme un vaso de agua, por favor?

Matar a este cerdo imperialista no va a ser pan comido... Te levantas con una sonrisa, lentamente, y caminas alrededor de la estancia observando las vitrinas y las estanterías repletas de medicamentos... Tu impotencia crece al tenerlos delante y ni siquiera poder tocarlos... Muy bien.

Notas que el psiquiatra está extrañado ante tu comportamiento y tomas asiento. En la mesa hay un bonito y afilado lápiz. Le miras a la cara manteniendo la sonrisa... Lo has pensado todo. ¡Frustración, camaradas! Parece que sólo te queda dramatizar y rogarle al doctor un frasquito de somníferos. Ni siquiera podría funcionar un estrangulamiento con el cable del ratón de su ordenador.

Buenos días John... muy buenos días.

-No me encuentro nada bien. Me siento un fracaso...

El psiquatra mira a John y asiente con la cabeza.- Sé realmente lo que te pasa, relájate y cierra los ojos, y piensa en algo bonito que te haya ocurrido hoy o ayer.- Acto seguido se levanta y se pone al lado de John, para ayudarle a concentrarse...