Partida Rol por web

Insomnem Nox

I. Rara Avis in Terris

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19/09/2013, 00:26
Tristán Peñaranda

No es que pudiese degustar un manjar así a menudo, ni mucho menos desde que tuve que vender el viejo ganado de mi difunto padre y darme al bandidaje, por lo que la boca se me hizo agua con sólo oler aquel plato. 

¿Que si soy creyente? La respuesta, señores, es que sí, pero estaba seguro de que Dios misericordioso sabría perdonar a un pobre hambriento, por mucho que estuviese violando las sagradas ordenanzas. A pesar de las miradas y aquellos cuatro caballeros, no dudé en hincarle el diente a aquella delicia.

Mientras masticaba intenté prestar atención a lo que aquellos hombres armados decían, porque de seguro estarían poniéndome como la hoja del perejil.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro también en oculto xD

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19/09/2013, 10:30
Roldán "el aragonés"

- Madre de Dios, que lechón! - Fue lo primero que paso por mi mente al ver aquel suculento manjar. Después de la primera impresión lo vi claro, aquel tuerto posadero parecía habernos tomado por tontos. Sin duda hemos dado esa impresión, yo invitando a vinachos a un desconocido y el otro aceptándolos sin remilgos, por no hablar del tercero, que casi rompe su entrepierna a modo de presentación. - Maese tabernero, tamaño manjar es digno de nobles et burgueses de bolsillos llenos. Cuando fablamos de calentar tripa et barriga referíame a sopa et gachas, non semejante lechón siendo además tiempo de cuaresma. - Repliqué al "el tuerto" cuando volvió con la nueva ronda de vino. - ¿Creenos vuesa merced tontos maesse posadero?. - Esperaba yo que Tristán después de oírme aflojara la boca de aquel manjar, pues de mi bolsillo no iba a salir ni un solo dinero para pagar la gracia del posadero.

- Tiradas (1)
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19/09/2013, 13:13
Tristán Peñaranda

Parecía que a mi nuevo amigo (y posiblemente también nuevo compañero de trabajo, si finalmente íbamos a visitar a aquel comerciante amigo suyo) el aragonés no se le hacía tan apetecible el lechón como a mí, de modo que tragué la carne que terminaba ya de mascar y me contuve antes de dar un nuevo bocado a aquel manjar. No quería problemas con el tabernero, y si el aragonés no iba a soltar un maravedí por aquel plato, desde luego no iba a poder pagarlo yo de mi bolsillo, por lo que, con todo el dolor de mi corazón (y, qué demonios, también de mi hambriento estómago), reprimí mis impulsos de seguir comiendo.

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20/09/2013, 10:30
Jorge "el Tuerto"

Mientras Severo aguantaba el tipo para no deshacer la carne con su ambrienta impaciencia, Tristán, sin embargo, parecía reprimirse, pues muy bien está eso de saciar al estómago lo antes posible cuando llama, pero más dolor da aflojar "la mosca" en los estómagos de uno que el haberse comido un caldo de sesos en mal estado...

¡Mi señor! -dijo Jorge desde la barra como desentendiéndose un poco-, con premura preparó mi esposa lo que las vuestras bocas están comiendo, que no dijo vos que quería sopa e gachas, que el Escudo Verde es de las mejores tabernas de la ciudad... Yo creyéndoos a vos tan buen señor -aunque el Tuerto no percibió razones para ello, os adulaba, vamos...-, creí menester de lo mejor de la casa para los vuestros estómagos... ¿o es que acaso lleno de gusanos está mi lechonada?

El tabernero parecía un poco molesto, aunque en realidad su interpretación era magistral. En esos momentos se abrió la puerta de la taberna de golpe y entró un muchacho ataviado con una capa, capa empapada totalmente. Mientras intentaba despojarse de la lluvía que aún le caía, fue a sentarse con los hombres armados al lado vuestro.

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20/09/2013, 10:37
Director

Claro que, entre las vagas razones que te daba El Tuerto en eso de haberos puesto lechón y no cualquier cosa más económica, otra conversación se te metía en los tus oídos: las de los soldados de armas de al lado... Se trataba de unos alguaciles, por lo que estaban contando:

-En breves el cambio de turno, ¡qué lata! -dijo uno-.

-Y hoy toda la noche lloviendo, esto no tiene pinta de parar... -respondía otro-.

-Pues lo que os iba diciendo... ese hideputa ha amasado una gran fortuna... ¡menudo ávaro!

-¡S¡! ¡Es asqueroso! ¡De donde sacará esas baratijas que luego vende!

-¡Desgraciado!

-¡¡Eso!! -replicaban todos-.

Cuando entró el hombre de la capa empapada, la conversación subio de volumen. Entonces, uno de los alguaciles, que mostraba enormes síntomas de embriaguez, exclamó hacia el nuevo invitado de su mesa:

-E... ese Leví es un vi...viejo cuervo -el alguacil tenía también un sonor hipo-, se... seguro, que todo el oro lo ha conseguido robando a cr... cristianos, no sé por qué no le hemos prendido ya… Además, así Fernando -dirigiéndose al de la capa-, tendrías el camino libre para llevarte a la chica… parece mentira que un tronco tan podrido haya podido engendrar una flor como esa.

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20/09/2013, 12:49
Tristán Peñaranda

Mala espina empezó a darme aquello, pues además del delicioso olor de la carne, empezó a darme en la nariz el tufo del lamentable teatrillo del posadero. A mi cabeza vino la idea de que intentara montar aquel espectáculo y acusásenos de no pagar y de gorrones para lanzarnos a aquellos hombres armados encima, que desafortunadamente acababan de aumentar en número, para hacerse de cualquier modo con nuestros dineros. Se cree el ladrón que todos son de su condición, ¿eh? Jajaja, al final siempre acababa topándome con el maldito refranero castellano. Un nudo se me hizo en la garganta, pero no precisamente por aquella vianda, si no por el tremendo error que había cometido dándole aquel minúsculo bocado. Pensé que lo mejor sería intentar resolver la situación calmadamente y sin violencia.

-Señores... intentemos bajar la voz y no llamar la atención, o témome que aquesta situación no acabará bien para nuestras mercedes... -dije, en un susurro, a mis compañeros de mesa, especialmente porque veía que el aragonés estaba enfadado.

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20/09/2013, 16:44
Severo del Monte

Clavando delicadamente la punta del cuchillo en la mesa, a la vez que la mantenía recta sujetándola por el pomo, agachó la cabeza para que solo sus compañeros de mesa y el posadero pudieran oir sus palabras susurradas.- Mi buen Jorge, dudo que aquí mi compañero de mesa ponga en duda la buena maña de vuestra esposa con la maravillosa vianda, aquí presente...- Mirándolo de reojo, y después señalando con un ligero movimiento de la cabeza el grupo de hombres sentado en la mesa de al lado.-...pero, sin querer ofenderos, querido posadero, dudo yo que ninguno de los aquí presentes agradeciera deber explicación alguna en un interrogatorio de la Santa Hermandad por saltarse la cuaresma tan alegremente.-

Bajando la mano del cuchillo, se recostó en la silla.- Pero creo que hay forma de compensaros tal agravio.- Mirando a sus compañeros de mesa, para que le siguieran el juego, a la vez que ponía tres maravedíes en la mesa.- Dad por pagada la comida, pero enojaos y llevaosla indignado. Una vez en la cocina que vuestra mujer lo corte en viandas y lo sazone para que pueda durar unos días, pues dad por seguro que nos la llevaremos para comer por el camino. Después nos traréis un guisado de verduras para cenar esta noche, pero daos por pagado con los tres maravedíes.- Mirando hacia el resto de la taberna, y luego fijamente al tabernero, finalizó.- La otra opción no os agradaría, pues supondría una pelea en vuestra casa tal que los destrozos provocados os costarían mucho más de tres maravedíes... Vos decidís.- dijo, mientras con una mano señalaba las monedas, mientras que con la otra le mostraba el cuchillo clavado en la mesa.

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20/09/2013, 18:21
Director

Notas de juego

Severo, haz una tirada de Mando (COM).

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21/09/2013, 00:44
Roldán "el aragonés"

Se me empezó a hinchar la vena del cuello y la de la frente. Aquello era mala señal. El tuerto seguía tomandonos por tontos y yo no destacaba precisamente por ser hombre de paciencia, y menos cuando el vino nublaba mi mente. Apreté mis puños tan fuerte que los nudillos palidecieron, y poco faltó para que iniciara lo que sería una sin duda memorable pendencia en aquella taberna toledana. Por suerte habló Severo antes que mis puños, con bastante tiento por cierto, dandole una oportunidad a "el tuerto" de arreglar aquel despropósito.

- ¿Quien será ese desgraciado del que hablan?... - Mientras el tabernero escogía entre las monedas o el cuchillo procuré seguir sin perder detalle la conversación de los hombres del fondo.

- Tiradas (1)
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22/09/2013, 21:23
Severo del Monte
- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro en oculto. Severo no tiene Mando, pero sí tiene Tormento (que puede usarse como intimidación, por si sirve)

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23/09/2013, 19:46
Jorge "el Tuerto"

El Tuerto miró a Severo con cara de sorpresa, pero no acongojado, sino con desdén hacia sus propios comensales, en especial a aquel que le había dedicado esas joyitas tan sutilmente expresadas.

Está claro que no será así..., "mi señor", -dijo este apelativo con cierto "retintín" y exceso-, vos me tomáis por posadero, y no es por ofenderle, pero también me tomáis por tonto, y seré tuerto, pero no un cazurro de mala muerte -creedme, lo era-; asi que yo le serviré tan bien como se hacer, y si no me han dicho qué querían yo entendí que lo más preciado que se hiciera en mi taberna... y así lo hice; pero no me venga con destrozos, pues diera yo tal grito que habría aquí dos docenas de soldados de la leva, poderosos de Su Majestad, e hiciera que vos... hicieran que vos "entrase en razón" -esto también lo dijo con cierto acento, pues sabía (y sabíais) que era verdad, puesto que ahora mismo Toledo se encontraba buscando hombres para el servicio militar del Rey hasta debajo de las piedras-. ¿Ve vos aquí al lado a los soldados? -y giró su mirada por el reojo, dando a entender su disposición de pedirles auxilio si se diera el caso...-. Si quieren algo más que comer, llámenme -dijo sabiendo que había quedado por encima de vosotros...-. Y se marchó a la barra.

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23/09/2013, 20:08
Fernando Jiménez

Quizá maldiciendo a ese astuto tabernero, continuásteis comiendo. Los hombres armados a vuestro lado seguían hablando de lo suyo, aunque tras la intervención de Jorge el Tuerto tardaron dos minutos en marcharse. En la mesa tan sólo había quedado el tipo de la capa empapada que llegó después. Éste se levanto entonces, os miró y se acercó a vuestra mesa.

Hola señores -dijo interrumpiéndoos-, mi nombre es Fernando Jimenez, alguacil de la ciudad. Les he visto nada más entrar yo en la taberna, y veo que tienen armas y no son del lugar... Quiero ofrecerles trabajo como guardias -el tipo, de aspecto joven, no se andaba con rodeos-. Hay gran afluencia de gente durante la Semana Santa, y se necesitan doblar el número de hombres para vigilar las calles de Toledo. Ya saben... Su Majestad Pedro requiere de muchos hombres para la guerra, y andamos escasos... ¿les interesa?

 

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23/09/2013, 20:42
Roldán "el aragonés"

Ya era la segunda vez que el tuerto andaba de suerte. La primera gracias a Severo, y ahora bien le valió que aquel Alguacil se acercó a nuestra mesa viéndome obligado a contenerme, pues seguro de fuerte puñada le hubiera puesto el "ojo bueno" color berenjena al rapaz tabernero. - A la tercera va la vencida. - Pensé. Más no hubiera valido la pena iniciar pendencia en aquel momento viendo tan de cerca la oportunidad de hacer dineros trabajando, por primera vez en mi vida, en el "lado bueno" de la justicia. - Sois hombre directo Fernando, eso me gusta. - Respondí sonriente al alguacil, y aunque mi sonrisa no era agradable, pues algún que otro diente me faltaba, sincera y mucho, si que era. - Casualidades de la vida, pues en aquesta ciudad me hallo, buscando digno trabajo que me reporte algunos dineros. - Di un trago rápido a mi jarra secandome luego con el antebrazo antes de continuar. - Hablemos pues de dineros et condiciones.

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23/09/2013, 20:55
Tristán Peñaranda

Finalmente el malnacido del tuerto estaba jugando con nosotros, como creo que a todos nos pareció antes de que hablara, maldito sea.

Aún estaba acordándome de toda su prole cuando Fernando Jimenez se nos presentó para ofrecernos trabajo en la guardia. Desde luego, no era un trabajo seguro, pero desde luego más honorable a los ojos del Señor que las labores en las que me había ocupado en los últimos tiempos. Viendo que mi amigo el aragonés no tardó en interesarse, y que rápidamente había olvidado a su amigo el comerciante, decidí no pensarlo yo tampoco y escuchar lo que aquel hombre tenía que decir. Un trabajo honrado es lo que buscaba en Toledo, y un trabajo honrado es lo que parecía haber encontrado.

-Interesado me hallo yo también, Fernando. Escucharé lo que tengáis que decirnos, como mi buen Roldán ha indicado, y luego os daré mi respuesta.

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24/09/2013, 09:09
Severo del Monte

Masticando con rabia, Severo se contuvo de hacer comentario alguno, pues solo atraería más problemas. Aún así, cuando el posadero se hubo marchado de su mesa, en un murmullo les dijo a sus compañeros.- Venganza busco. Este posadero me ha calentado la cabeza. Os propongo que al salir orinemos los tres al lado de la entrada de la posada para que el olor moleste a los clien...- Entonces, viendo que un joven se acercaba, calló sus planes y escuchole.

-Mis compañeros hablan por mi, pues coincido con ellos. La fortuna es para quien se la gana. Hablad, Maese, y proponed el trato.-

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24/09/2013, 09:33
Fernando Jiménez

Son cinco maravedíes por día de trabajo -dijo el alguacil-. Consiste en patrullar las calles y dar aviso y parte de cualquier situación sospechosa. Habrán también de actuar si es preciso hasta que llegue el resto de la guardia. El oficio durará hasta el próximo lunes. Tengan en cuenta, como les digo, que andamos muy escasos de personal para esta Semana Santa...

Seis dias en total de trabajo fue lo que el tal Fernando Jiménez les ofrecio. Si vuecencias saben "echar cuentas" ahí tendrán el pago total.

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24/09/2013, 17:26
Roldán "el aragonés"

- Compláceme tales términos. Más a sabienda que aquestos brazos diestros et fuertes valen más del nombrado precio, non intentaré regatear con vos. Aunque si os pediré opinión, et ayuda si fuere posible, en cierto asunto. - Me incliné sobre la mesa acercándome un poco más a Fernando para contarle nuestra reciente mala experiencia e intento de timo con "el tuerto", haciendo especial hincapié en que en ningún momento pedimos lechón, y que por otra parte estábamos en cuaresma. - ¿Que opináis buen Fernando? -

Siendo hombre de pocas palabras bien sabía yo que no conseguiría un acuerdo mejor pagado, pero al menos esperaba que alguna palabra de Fernando con "el tuerto" solucionara aquel incidente al que probablemente tendríamos que hacer frente aflojando el bolsillo si no queríamos que la cosa fuera a más.

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25/09/2013, 00:12
Tristán Peñaranda

-Contad con mi colaboración, buen Fernando.

Me alegró que el aragonés aceptase también la oferta del guardia. Desde luego parecía un buen trato y una forma de sacar algo de dinero para seguir sobreviviendo. Además, si seguía manteniéndome cerca de Roldán, es posible que cuando la Santa Semana tocase a fin, pudiésemos buscar a aquel amigo suyo mercader. 

Luego me quedé en silencio, esperando la respuesta de Fernando ante la pregunta del aragonés sobre el asunto del posadero, y a la espera de la respuesta de Severo.

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26/09/2013, 11:12
Severo del Monte

Mirando de pies y cabeza a sus compañeros de mesa, claramente parecían hombres de armas más que capaces y dispuestos, hombres en quien se podría confiar en caso de reyerta. Asintiendo sobriamente, Severo dijo.- Sea pues. Cinco maravedíes por día.- Después, escuchando las palabras del aragonés, meditó sobre el asunto, y "sacando cuentas", comentó en voz alta.- No creo que seamos bienvenidos de nuevo en esta taberna.¿Alguno de vuestras mercedes sabe de techumbre dónde anidar a precio modesto? No me apetece gastar el pan de mi sudor con ese vil embustero.- Dijo, a la vez que señalaba con la cabeza al Jorge "El Tuerto".

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28/09/2013, 15:10
Fernando Jiménez

El joven alguacil Jiménez miró al tabernero justo después de agacharse, y el Tuerto estaba limpieando un vaso y observando con detenimiento la cautela que Roldán tenía con éste. Fernando se incorporó, asintió a Roldán y decidió ir a hablar con Jorge, pues creía que perder a tres buenos guardias por un entuerto como cualquiera de los que suceden al día no es merecedora de la pena... Ambos dos estuvieron hablando en sobre la barra (más bien Jiménez le daba razones al tabernero, y éste asentía mientras os miraba con cierta mala cara..). Tras un pequeño rato negociando en la lejanía, el alguacil regresó.

Habréis de pagarle lo que os ha servido... -dijo-, no hay razón para ello. Claro que comprendo su abuso. Asi que, vosotros pagaréis, pero podéis venir a comer a esta taberna un día más, el que queráis, sin límite de huesos o trozos de carne... Creo que es lo más justo.

Y en tanto que asi era, pues un alguacil en toda regla había sido "pseudosalomónico" en un momento y lugar donde ni el mismísimo rey es justo con sus más allegados...

De todas formas, muchos alguaciles vienen a dormir aquí -respondiendo a Severo-, y muchos viajeros que vienen a adorar a Cristo en la Semana Santa. El Tuerto ya sabes que estáis conmigos, y que sois guardias -Fernando os guiñó un ojo-, asi que no creo que vuelva a daros problemas ese "viejo pájaro"..., sus habitaciones estarán disponibles.

Luego se puso la capa, aún mojada, y el joven alguacil os habló antes de marcharse del "Escudo Verde".

Si bien es que aceptáis -dijo-, os espero mañana a primera hora en el Cuartel de la Guardia, en la plaza junto a la Catedral -y comenzó a daros alguna explicación de su ubicación*-. Alli comenzaremos el trabajo, señores. ¿Alguna cosa más? He de marcharme.

 

Notas de juego

Tres maravedíes y seis dineros. Eso es lo que debéis pagar. Puede hacerlo uno sólo o a tercios entre los tres.

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*: Os añado el apéndice acerca del Cuartel de la Guardia toledana (a modo informativo):

La Catedral en 135... apenas tiene la primera planta terminada y algunas capillas, de forma que los personajes se encontrarán con una plaza en continuo movimiento de peones y materiales. Saliendo por una de las calles de la plaza de la Catedral los personajes darán a una pequeña plaza donde se encuentra el pequeño cuartel de Fernando, que recibe órdenes directamente desde San Servando.